En su carta del jueves pasado, referida al editorial del 28 de octubre, titulado “Un símbolo emblemático de la mentira”, la señora Graciela Fernández Meijide afirma: “¿Qué está faltando? Nada más ni nada menos que la información sobre el destino de miles de personas, información que ocultan aquellos que sí lo saben. El reclamo a la respuesta ¿qué pasó con los desaparecidos? se mantiene en trágica vigencia”.
Creo que algo tan o más grave como no saber el destino de los restos de muchas víctimas de la dictadura es la impunidad que gozan los autores de los crímenes del terrorismo que destruyeron miles de familias. Padres, hijos, hermanos y abuelos han sido asesinados por los subversivos, y está todo probado, solo falta dictaminar que fueron delitos de lesa humanidad como tendría que ser y así hizo el fiscal de Cámara de Rosario, doctor Palacín, en 2007, en el caso Larrabure. Pero luego todo se paralizó por orden del entonces procurador general.
¿Se pueden imaginar qué sintió Maby Picón de Viola, al ver que en 30 segundos mataron a su hija de tres años y a su marido? ¿Qué sentirán miles de familiares que hoy ven que quienes mataron a sus hijos y demás familiares son homenajeados e indemnizados y quienes juzgan a militares son ex montoneros, o sea, ex terroristas? Estos crímenes fueron cometidos en democracia por organizaciones terroristas. El Estatuto de Roma, la doctrina internacional y la jurisprudencia sostienen que los crímenes de lesa humanidad pueden ser cometidos por un Estado o una organización y que el terrorismo es un crimen de lesa humanidad.
saberse víctima de una injusticia y vivir con ella, tortura mucho mas que el castigo. Saberse que uno va a morir ( como nos va a ocurrir a todos) sin poder rehabilitarse y gritar probando su inocencia y falta de culpabilidad, privado de circulación,libre albedrío, libertad, etc., es sentirse como un pájaro ciego. Que fuerza habrá de tener ese odio y esa proclamada venganza, utilizada para esconder sus crímenes atroces, injustos, inmotivados conta inocentes los lleva a esta cruel como iícita represalia.
Otra de las grandes deudas de los gobiernos desde el 83 a la fecha -no nos olvidemos que Alfonsin tampoco movio un dedo- es el tema de los familiares de las víctimas del terrorismo. Por suerte esta el sr. Larrabure que continúa su lucha o la dra. Villarruel y muchos mas que van a recoger los frutos tarde o temprano. Me solidarizo con ellos pese a no haber perdido a un ser querido, entiendo la impotencia y el dolor que debn sentir.
En la vida hay hechos cuyas consecuencias son irreversibles y que no tienen solución. Una de ellas es la muerte, con el cuerpo de ese ser humano o sin él. Lamentable que tanto dolor y tragedia del pasado y el presente solo sirva para dejar odio a quienes nos sucedan. Hago votos para que el tiempo, nuestra desaparición y la de una o dos generaciones mas ayuden a olvidar y a aplacar los malos sentimientos.
Por Alejandro Olmedo Zumarán.
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11 thoughts on “Lo que está faltando”
A la señora de Viola (por ejemplo) le robaron la mitad de su vida. El gobierno? Plantando margaritas en la huerta.
Insolito que (pese a la mentira) para un lado si y para el otro nada
Una honesta carta, felicitaciones.
saberse víctima de una injusticia y vivir con ella, tortura mucho mas que el castigo. Saberse que uno va a morir ( como nos va a ocurrir a todos) sin poder rehabilitarse y gritar probando su inocencia y falta de culpabilidad, privado de circulación,libre albedrío, libertad, etc., es sentirse como un pájaro ciego. Que fuerza habrá de tener ese odio y esa proclamada venganza, utilizada para esconder sus crímenes atroces, injustos, inmotivados conta inocentes los lleva a esta cruel como iícita represalia.
Otra de las grandes deudas de los gobiernos desde el 83 a la fecha -no nos olvidemos que Alfonsin tampoco movio un dedo- es el tema de los familiares de las víctimas del terrorismo. Por suerte esta el sr. Larrabure que continúa su lucha o la dra. Villarruel y muchos mas que van a recoger los frutos tarde o temprano. Me solidarizo con ellos pese a no haber perdido a un ser querido, entiendo la impotencia y el dolor que debn sentir.
El dolor también es patrimonio de los terroristas. Se han apoderado de los DDHH, del dolor y de las cuentas bancarias, por supuesto.
Para las victimas del terrorismo no hay derechos humanos, ni reconocimiento ni nada…
No me puedo imaginar el sufrimiento de esta mujer o todos los aqui mencionados…
Me refiero a perder a una hija a su esposo y encima ser ignorada.
En la vida hay hechos cuyas consecuencias son irreversibles y que no tienen solución. Una de ellas es la muerte, con el cuerpo de ese ser humano o sin él. Lamentable que tanto dolor y tragedia del pasado y el presente solo sirva para dejar odio a quienes nos sucedan. Hago votos para que el tiempo, nuestra desaparición y la de una o dos generaciones mas ayuden a olvidar y a aplacar los malos sentimientos.
Parece que solo las Madres de Plaza de Mayo sienten dolor. A la señora Picon de Viola no se le permite? Extraño caso el de Argentina…
Los DDHH son solo para los “jovenes maravillosos”