Los orígenes de la subversión

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 Dr Carlos Marcelo Shäferstein – Historiador Militar

 

 

La guerrilla en realidad se creó ~mejor dicho surgió~ en la antigüedad, y su origen está en la noche de los tiempos. Si recurrimos a la Biblia veremos tan sólo algunos episodios de la Historia.
En la narrativa del Primer Libro de los Macabeos, después de que Antíoco IV Epífanes emitió su decreto prohibiendo la práctica religiosa judía. Un sacerdote judío rural de Modi’ín, Matatías el asmoneo, encendió la chispa contra el Imperio Seléucida al rechazar la adoración de los dioses griegos.
Matatías mató a un judío helenístico que se había prestado a ofrecer un sacrificio a un ídolo en su pueblo natal. Tras el crimen él y sus cinco hijos huyeron a las montañas de Judá.
Después de la muerte de Matatías, aproximadamente un año más tarde, en 166 a. C., su hijo Judas Macabeo dirigió un ejército de disidentes judíos a la victoria sobre la dinastía seléucida en una guerra de guerrillas, que al principio estuvo dirigida contra los judíos helenizados, de los que había muchos.
Estos Macabeos destruyeron los altares paganos en los pueblos, circuncidaron a los niños (y a todos los no circuncidados también, bajo pena de muerte) y obligaron a los judíos a unirse a las fuerzas rebeldes.
La revuelta implicó muchas batallas, en las que las fuerzas macabeas alcanzaron notoriedad entre el ejército seléucida por su uso de la táctica de guerrilla. Después de la victoria, los Macabeos entraron en Jerusalén en triunfo y limpiaron ritualmente el Templo, restableciendo el culto judío tradicional, e instauraron a Jonatán Macabeo como sumo sacerdote.
Un gran ejército seléucida fue enviado a sofocar la rebelión, pero regresó a Siria tras la muerte de Antíoco IV.
Más tarde los Macabeos formalizarían un pacto con Roma, y ~a cambio de protección~ se convertirían en colonia, previniendo que el imperio seléucida pusiera en marcha acciones militares para reconquistar Judea. Vale decir ~y esto no es un detalle menor~ que los mismos judíos invitaron a los Romanos para que los invadan.
El festival judío de Hanukkah celebra la re-dedicación del Templo que sucedió a la victoria de Judas Macabeo. Según la literatura rabínica, los victoriosos macabeos pudieron encontrar una pequeña jarra de aceite no contaminado, gracias a un sello, y aunque sólo bastaba para sustentar la Menorá durante un día, duró milagrosamente ocho días, tiempo suficiente para traer más cantidad.
El milagro del aceite ha sido considerado legendario, aunque su autenticidad fue cuestionado desde la Edad Media.
Ciento cincuenta años más tarde surgieron los zelotes como un movimiento político-nacionalista en el siglo I fundado por Judas el Galileo en el siglo I d.C. ~esta vez contra los Romanos.
Fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, cuando se enfrentaron frecuentemente a otras sectas judías como los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener «celo por el dinero».
El vocablo zelota ha pasado a ser sinónimo en varios idiomas de intransigencia o radicalismo militante.
Ciertos académicos los consideran como el primer grupo terrorista de la historia puesto que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo.
Los Sicarii (en hebreo moderno: סיקריים siqari’im) fueron un grupo escindido de los zelotas judíos que, en las décadas anteriores a la destrucción de Jerusalén en el 70 EC, se opusieron fuertemente a la ocupación romana de Judea e intentaron expulsarlos a ellos y sus simpatizantes del área.
Como estos “Sicarii” estaban armados con sicae (dagas) ocultas entre sus ropas, su nombre deriva del armamento que los caracterizaba. En las reuniones públicas, sacaban estos filos mortales para atacar a los romanos y a sus simpatizantes hebreos por igual, mezclándose con la multitud para escapar de la detención y obtener su impunidad.
Los Sicarii probablemente fueron una de las primeras formas de una banda criminal organizada para aterrorizar degollando a sus adversarios. Fueron anteriores por siglos a los Hashishim [de donde deriva la palabra “asesinos”] islámicos (que acechaban a los Cruzados para decapitarlos); y los ninja japoneses.
Y fue en esas circunstancias y época cuando Poncio Pilatos intentó un artificio legal para liberar a Jesús de Nazareth ~en vísperas de la Pascua judía~ para lo cual le ofreció al pueblo judío conmutarle la pena a uno de los reos condenados ~amnistía que permitía la ley judía en Pesaj~ permitiéndoles elegir ente N.S. Jesucristo y un peligroso e indeseable criminal que estaba en el corredor de la muerte por haber asesinado a mansalva.
Así fue que Pilatos le pidió al pueblo que eligiera ~en un ensayo de lo que sería el electoralismo actual~ y la multitud, mediante el sufragio universal y popular, votó para que le perdonen la vida a un tal Barrabás ~un peligroso asesino zelota~ al tiempo que clamó para que crucifiquen a Jesús. Lo que demuestra que la democracia universal es una aberración, como asegura el profesor Dr Antonio Caponnetto. [Caponnetto, Antonio: “La Perversión Democrática”. Editorial Santiago Apóstol. (2008), 344 p. ISBN 978–987–1042–18–0]
Dentro del movimiento zelota, Barrabás pertenecía a la facción radicalizada de los sicarios, que se distinguió por su particular virulencia y sectarismo. Justamente ~en Latín~ “Sicarii” es la forma plural de “Sicarius” (hombre de la daga o cuchillero).
Sica aquí viene de la raíz secor, (en Hebreo “cortar”). En el uso posterior en latín, «sicarius» era también el término estándar para un asesino. Los Romanos incluso llegaron a crear ~en el año 81 a.C.~ una ley ex-profeso para este tipo de asesinos, la lex Cornelia de sicariis et veneficis (ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores) debido a la crueldad cinematográfica de sus asesinatos.
Hasta el día de hoy “sicario” representa a un asesino a sueldo, en español y a un asesino por encargo en italiano.
El objetivo aparente esgrimido por los revoltosos criminales era una Judea independiente del Imperio romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la primera guerra judeo-romana del 66-73 durante la cual controlaron Jerusalén ~al estilo de las mafias, cobrando protección a los paisanos~ hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo.
Tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores ~según la saga contada por los judíos, que desde entonces habrían sido “expulsados de la tierra de Israel para vagar durante siglos por el mundo siendo una nación sin territorio”.
Sin embargo esto no fue tan así. La historia fue distorsionada por esta suerte de mitología que construyeron los judíos para construir su propio martirologio y es el fundamento del sionismo.
La realidad es que setenta años después de la muerte de Herodes, en el año 66 d. C., dio comienzo la guerra judeo-romana debido a las tensiones religiosas entre judíos y griegos. La principal fuente de información es el documento “La Guerra de los Judíos” del cronista Flavio Josefo.
También esta obra que debe tomarse con cierta cautela debido a su carácter apologético, constituyendo no obstante la única fuente coetánea existente que narra los acontecimientos acaecidos durante ese conflicto.
Respecto a Masada, Josefo se hallaba en Roma en el momento de la caída de la fortaleza, y no fue por tanto testigo directo de la misma, a diferencia de la toma de Jerusalén. No obstante, usó como fuentes directas los commentarii oficiales de la contienda y los relatos de los supervivientes.
Según Josefo, los zelotes (en hebreo קנאים, kana’im, “celosos de Dios”)​ y sus asesinos sicarios fueron el grupo que llevó el peso de la sublevación para liberar la provincia de Judea de la dominación romana.
De esta forma, en el mismo año de la rebelión, los rebeldes sicarios liderados por Menájem, hijo de Judas el Galileo, tomó Masada por sorpresa y degollaron a toda la guarnición romana apostada en la fortaleza. No tomaban prisioneros.
La guarnición asesinada se hallaba compuesta por una de las diez cohortes de la Legio III Gallica, que se hallaba estacionada en Masada desde el despliegue de la legión en la provincia en el año 44,18​ cuando Judea pasó a ser gobernada de nuevo por un procurador romano tras la muerte de Herodes Agripa I.
Habiendo limpiado la sangre de los filos, los sicarios encontraron en la fortaleza un arsenal suficiente para equipar un ejército de diez mil hombres, e importantes reservas de metal (hierro sin trabajar, bronce y plomo) para fabricar nuevas armas y municiones. Los almacenes estaban surtidos de trigo, leguminosas, aceite, dátiles y vino (bien conservados gracias al ambiente árido del desierto circundante), los fértiles huertos de la cima podían proporcionar alimentos frescos, y los canales excavados en la roca calcárea capturaban y conducían el agua de lluvia a las cisternas subterráneas. La fortaleza estaba por tanto preparada para resistir un sitio prolongado.
Poco después de la captura de Masada por los judíos ~que despenaron sin conmiseración a la guarnición romana, como se dijo~ llegó un nuevo grupo de sicarios y sus familias para ocupar el fuerte, hombres liderados por Simón bar Giora, quien comenzó a realizar incursiones contra las poblaciones vecinas, llegando hasta Idumea.
Simón acabó por abandonar la fortaleza, marchando finalmente hacia Jerusalén, donde sería capturado tras el asedio y destrucción de la capital judía por parte de Tito en el año 70, hecho con el cual concluía prácticamente la “guerra judeo-romana”. Sólo subsistían tres fortalezas desafiantes al poder romano: Herodión, Maqueronte y la propia Masada, que acogió a grupos de refugiados de Jerusalén, y desde la cual se lanzaron numerosos asaltos contra unidades romanas y aldeas judías durante los dos años siguientes.
Para conjurar los problemas que causaban los guerrilleros de Masada el gobernador romano de Judea, Lucio Flavio Silva, marchó hacia la fortaleza dispuesto a asediarla con un ejército compuesto por una legión romana (la Legio X Fretensis), cuatro cohortes auxiliares (una de ellas miliaria y otra equitata) y dos alas de caballería.
Cuando finalmente los legionarios romanos atravesaron la muralla incendiada e irrumpieron en la fortaleza preparados para combatir a los sicarios se toparon con un silencio sepulcral y la visión del fuego y de los cuerpos sin vida de sus enemigos.
Flavio Josefo señala que murieron los 960 defensores, sobreviviendo de la masacre una anciana y una mujer, la propia esposa del comandate de la guarnición ~Eleazar~ que se habían escondido junto a sus cinco hijos en una de las galerías subterráneas que conducía a las cisternas.
Impresionados por la resolución de los sicarios ~que asesinaron a su propia gente para evitar que se rinda~ los romanos perdonaron la vida a los supervivientes, que fueron dejados en libertad.
Sin embargo el terrorismo guerrillero de los judíos no terminó allí. En el 132 d. C., los Judíos bajo el mando de Bar Kojba se rebelaron ~esta vez~ contra Adriano.
Después de la primera guerra judeo-romana de los años 66-73 d. C., los romanos tomaron medidas para aplastar todo nuevo intento de rebelión en Judea. Se modificó su situación política y en lugar de un prefecto se nombró un pretor gobernador, y en las ruinas de Jerusalén se estableció la sede de una legión romana completa, la Legio X Fretensis.
La dirección política y religiosa del pueblo judío quedó otra vez en manos del Sanedrín, con sede inicial en Yavne, y fue cambiando de ciudad por razones de seguridad.
Como causa directa del nuevo movimiento subversivo, según las fuentes judía, fueron los decretos dictados por Adriano que prohibían el Brit Milá (circuncisión), el respeto del sábado y las leyes de pureza en la familia.
La intención de Adriano era ~sin duda~ “civilizar” e incorporar de una vez por todas a los judíos a la cultura greco-romana. Para la cultura griega y romana, la circuncisión era una mutilación intolerable.
Akiva, un rabino que lideraba el Sanedrín, convenció a los demás miembros que apoyaran una ofensiva terrorista contra Roma y declararan como su Mesías al comandante elegido, Simón bar Kojba, interpretando su legitimidad con el versículo bíblico de Números 24:17: “Descenderá una estrella de Jacob” (“Bar Kojba” significa “hijo de la estrella” en hebreo).
En el año 132 d. C. la nueva insurrección judía dirigida por Bar Kojba rápidamente se expandió desde Modiim a través de todo el país, derrotando a la X legión romana con base en Jerusalén y destruyendo a la XXII legión romana que había acudido desde Egipto.
Los guerrilleros tomaron a los romanos por sorpresa. Adriano llamó a su general Sexto Julio Severo,​ de Britania, y convocó múltiples legiones, hasta del Danubio, a pesar que el tamaño del ejército romano era mucho mayor que el de Tito, sesenta años antes.
Sin embargo ~en un principio~ las pérdidas de las fuerzas legales fueron significativas, entre ellas una legión completa, la Legio XXII Deiotariana.​ Eran tan espantosas las derrotas que el informe de Adriano al Senado romano no incluía el habitual saludo “Yo y las legiones estamos bien”.
A los tres años de que se iniciara el regreso de los sicarios las escaramuzas culminaron brutalmente en el verano del año 135 d. C. Después de perder Jerusalén Bar Kojba y los restos de su ejército se retiraron a la fortaleza de Betar, que fue sitiada y tomada.
El Talmud de Jerusalén da cuenta que el número de muertos fue enorme. También acredita que durante diecisiete años no se permitió enterrar a los cadáveres de Betar.
Según Dión Casio, murieron cerca de 580 000 judíos. Asimismo, 50 ciudades fortificadas y 985 aldeas fueron arrasadas. Adriano procuró ~de esa forma~ destruir de raíz la identidad judía, que había sido la causa de la subversión en el Levante.
Consecuentemente, Adriano prohibió la Torá, el calendario judío y mandó ejecutar a numerosos rabinos estudiosos y eruditos. Los rollos sagrados fueron quemados en una ceremonia en el Monte del Templo. En la zona del antiguo templo instaló dos estatuas, una del dios romano Júpiter y otra de él mismo.
Administrativamente eliminó la provincia romana de Judea fusionándola con otras regiones en la provincia de Siria-Palestina (Syria Palæstina​) tomando el nombre de los filisteos, antiguos enemigos de los judíos, y se fundó formalmente la ciudad de Aelia Capitolina donde había estado situada Jerusalén, prohibiendo a los judíos que entraran en esa urbe. Para humillarlos aún más, sobre la puerta principal de la ciudad se colocó la estatua de un cerdo, animal repulsivo para los hebreos.
Sin embargo el término “guerrilla” ~según está oficialmente documentado~ recién se utilizó en 1808, denominando así a la resistencia de partisanos irregulares contra la ocupación napoleónica francesa de la Península Ibérica.
Así fue cuando los españoles ~cuyo ejército había rendido Fernando VII para abdicar a favor de José Bonaparte~ usaron a la perfección los conocimientos geográficos de un territorio proclive a la misma como es el caso de España. Fruto de dicha sabiduría, se dedicaron a hostigar sistemáticamente a unos cuerpos profesionales que no sabían bien como contrarrestar los ataques de un enemigo al que no podían ver ni reconocer y que, además, en muchos casos no contaba con una formación militar acorde al enfrentamiento con este novedoso tipo de agresión.
Fue el mismo Napoléon, durante su exilio en la isla de Santa Helena, quien reconoció que la campaña en España supuso la destrucción de su reputación en Europa. La motivación de dicha afirmación no es otra que la brutal derrota de sus ejércitos, curtidos en mil batallas a lo largo y ancho del continente, ante unas tropas claramente inferiores en lo que respecta a los recursos y veteranía.
De las acciones llevadas a a cabo por estos grupos armados surgió toda una romántica cultura popular. Gracias a esta, los nombres de los más destacados combatientes fueron elevados a los altares de la patria y rememorados por su actuación en la guerra de liberación nacional.
España carecía en aquellos fatídicos momentos de «líderes, plan de conjunto, dinero o armamento». Esta fue una de las razones por las que «echarse al monte»(especialmente desde 1810) se convirtió en una forma de hacer la guerra en la que cada uno aportaba lo que tenía (o lo que le arrebataba al francés muerto de turno) y que en muchos casos no era más que la vida misma.
Las actividades guerrilleras se llevaron a cabo especialmente en la zona central y oriental de la Península. En el norte se encontraban también partidas destacadas, como las lideradas por Díaz Porlier en Picos de Europa o Espoz y Mina, entre el País Vasco y el Ebro. El número de combatientes con los que contaba cada grupo era variable, pero en no pocas ocasiones llegó a ser muy superior al millar.
Se antoja pues, que la actuación de estos «bandidos» patrios fue más que necesaria con el fin de liberar la nación del yugo francés.
La palabra es de raíz española. “Guerrilla” es el diminutivo de “guerra”. El término se hizo popular durante la Guerra de la Independencia de principios del siglo XIX, cuando los pueblos español y portugués se alzaron contra las tropas napoleónicas y lucharon contra un ejército altamente superior que usaba la estrategia de la guerrilla.
Y la guerra de guerrillas en la península ibérica ~durante las guerras napoleónicas~ se refiere a las acciones armadas llevadas a cabo en España y Portugal por tropas no regulares contra el Grande Armée de Napoleón durante las guerras napoleónicas.
Estos grupos armados ~sin disciplina jerárquica formal, sin orden abierto, ni tampoco reglamentos~ acosaban constantemente al ejército francés y, en palabras de un oficial prusiano adscrito al ejército invasor, …«cuando llegábamos, ellos desaparecieron, cuando nos marchábamos, ellos aparecieron —estaban en todas partes y en ninguna— y no tenían ningún centro tangible a que atacar».​ La fase de guerra napoleónica librada en la península ibérica fue muy significativo en ser la primera vez en la historia de Europa que se usó la guerra de guerrillas a un nivel tan extendido, una consecuencia importante siendo la de obligar a Napoleón a centrarse en península ibérica, en detrimento a sus operaciones en otras partes del continente europeo.
El hostigamiento de estos subversivos sobre las tropas francesas llevó a Napoleón a referirse al conflicto armado en la península como la «úlcera española». Ese hostigamiento llegó a tales extremos que, al final, los mensajeros franceses irían escoltados por 200 hombres de caballería así como también los despachos enviados por el rey José de Madrid a París iban flanqueados por 1500 soldados hasta la frontera con Francia.
En el uso correcto de español, una persona que es miembro de una unidad de “guerrilla” es un “guerrillero” si es hombre, o una “guerrillera” si es mujer.
Los ingleses también empezaron a utilizar el término “guerrilla” en 1809 en sus partes de guerra desde 1809 para referirse a los combatientes y al tipo de acción militar (por ejemplo: “La ciudad fue tomada por los «guerrilleros»”), pero también para denotar un grupo o banda de subversivos.
En razón de que la guerrilla todavía denota el estilo específico de guerra el uso del diminutivo evoca las diferencias en número, escala y alcance entre el ejército guerrillero y el ejército formal y profesional del estado.
Parte del fenómeno de la guerrilla tiene su explicación en el bandidaje que resulta de la grave crisis que, desde 1790, atraviesa España por la escasez de recursos agrícolas, y agravada por las guerras. Esta crisis se agrava de nuevo con la de subsistencias de 1811, que mató de hambre a 200 000 personas.​ Por otra parte, en muchos casos, las partidas de guerrilleros las forman los desertores de los ejércitos de España derrotados.
Aunque el factor movilizador no siempre está claro, en muchos casos, como en el caso de Jerónimo Merino, el Cura, la decisión de convertirse en guerrillero es la defensa de la tradición católica y monárquica, es decir, el absolutismo. Sin embargo, otros guerrilleros destacados, como Porlier, Mina y el Empecinado, serán conocidos, al menos después de 1814, por su liberalismo. Posiblemente relacionado con ese hecho es el dicho «viva el rey Fernando y continuemos robando».
Hacia 1815 Carl von Klausewitz, ayudante del co-vencedor de Napoleón, el General Blücher (prusianos ambos) la reconoce formalmente en su libro “Vom Kriege” (De la Guerra), donde la define como un tipo de “guerras de segunda generación”.
En su tratado expresa el Mayor General ~tras su experiencia en las campañas contra Napoleón Bonaparte~ que la guerra de guerrillas es un tipo de guerra asimétrica, o sea una competencia entre oponentes de fuerza desigual.
También tiene la particularidad de ser un tipo de guerra irregular, vale decir que no pretende simplemente vencer a un enemigo, sino ganar apoyo popular e influencia política, a costa del enemigo. En consecuencia, la estrategia de la guerrilla apunta a magnificar el impacto de una pequeña fuerza móvil en una más grande y más engorrosa. Si tiene éxito, los guerrilleros debilitan a sus enemigos por desgaste, eventualmente obligándolos a retirarse.
Prendió la idea de este tipo de operaciones que germinó como táctica en otros países ocupados por las tropas de Napoleón. Así pues, cuando el gran ejército francés invadió las fronteras de Rusia y avanzó con un gigantesco ejército hasta tomar Moscú los planes de una guerra relámpago en Rusia fracasaron porque el ejército imperial ruso se retiró. El 1 de septiembre de 1812 Moscú (la capital antigua de Rusia) fue abandonada sin combatir. Los rusos se retiraron incendiando la ciudad y dejaron los alrededores con almacenes de grano calcinados, sacrificaron al ganado y echaron los cadáveres a los pozos de agua para contaminarlos con la finalidad que el ocupante no se pudiera sostener en la ciudad conquistada. Como Napoleón no recibió la propuesta de la paz que esperaba, se retiró de Moscú en octubre del año 1812. En el transcurso de un mes ~en virtud de los ataques incesantes de los guerrilleros rusos a los flancos y la retaguardia de los franceses~ y el gélido invierno ruso, la guerra patriótica del 1812 finalizó con la derrota y liquidación casi completa del ejército de Napoleón, hostigado por el hambre, el frío y los asesinatos de sus hombres durante la retirada.
Tácticamente, las guerrillas generalmente evitan la confrontación con unidades grandes y formaciones de tropas enemigas, pero buscan y atacan a pequeños grupos de personal y recursos enemigos para reducir gradualmente la fuerza contraria mientras minimizan sus propias pérdidas. La guerrilla premia la movilidad, el secreto y la sorpresa, organizándose en unidades pequeñas y aprovechando el terreno que es difícil de usar para unidades más grandes.
El General español Joaquín Blake decía que «El arte magno de las guerrillas es atacar siempre y no verse jamás forzados a aceptar combate».
Durante todo el siglo XIX, los movimientos nacionalistas, como el de Garibaldi, la resistencia postunitaria de Carmine Crocco en Italia o la guerra de independencia de los griegos durante la dominación turca, se basaron en luchas de grupos civiles no formales armados. Asimismo, la lucha independentista en Estados Unidos fue acompañada por guerrillas que sorprendían a las tropas inglesas en emboscadas.
Tanto los ejércitos patriotas como realistas recurrieron a la táctica de guerra de guerrillas durante la Guerra de Independencia de la América Hispana. Los principales focos de las guerrillas independentistas fueron Nueva España, Venezuela, Colombia, Alto Perú, noroeste argentino y el centro-sur chileno. A mediados del siglo XIX, la guerra de guerrillas también fue usada por las tropas mexicanas republicanas al mando del presidente Benito Juárez durante la Segunda Intervención Francesa en México (1861-1867), que lucharon contra los invasores franceses apoyados por el grupo conservador, a los cuales lograron derrotar y expulsar de territorio mexicano.
El patriota dominicano Matías Ramón Mella, que contribuyó de manera significativa como estratega durante la Guerra de la Independencia Dominicana contra la ocupación haitiana, siendo Ministro de la Guerra elaboró el Manual de Guerra de Guerrillas dado a conocer el 26 de enero de 1864. Y en Cuba, el Mayor General Ignacio Agramonte realizó un aporte en cuanto al empleo de la caballería en la guerra de guerrillas mediante cargas fulminantes al machete durante la Guerra de la Independencia de Cuba.
Del mismo modo, durante la Guerra de los Bóers, en la actual Sudáfrica, los colonos holandeses utilizaron esa misma táctica. Y no olvidemos que el británico Lawrence de Arabia fue comisionado por el “Home Section of the Secret Service Bureau – Military Intelligence Section 5” (MI5) británico para armar una guerra de guerrillas, con los árabes y contra los turcos ~con devastadores efectos~ en Medio Oriente durante la Primera Guerra Mundial. https://www.marxists.org/espanol…
La «guerra popular prolongada», es el término acuñado para una estrategia político-militar inventado en China por Mao Zedong. El concepto básico detrás de la guerra popular siempre es mantener el apoyo de la población y atraer al enemigo al interior donde la población puede desangrarlos por medio de una mezcla de guerra móvil y guerra de guerrillas. El término es usado por los maoístas ~aún hoy~ para su estrategia de lucha revolucionaria armada de largo plazo,…y por todos los medios.
Se utilizó en Argentina desde 1959 hasta 1982 por la subversión terrorista revolucionaria, (y se dice que la estrategia continúa por medio de la ofensiva cultural, acuñada ~en 1929~ por el anarquista italiano Antonio Gramsci) “CUADERNOS DE LA CÁRCEL” COMPLETO PARA DESCARGAR
Mao Zedong resumió las tácticas básicas de la guerrilla al comienzo de la “Segunda Guerra Civil Revolucionaria” de China: “El enemigo avanza, nos retiramos, los campos enemigos, acosamos, el enemigo se cansa, atacamos, el enemigo retrocede, lo perseguimos”, escribió. [MIA] Guerra de guerrillas.
Al menos un autor atribuye a la antigua obra china “El Arte de la Guerra”, de Sun Tzu,como la inspiración de las tácticas de Mao. (McNeilly, Mark. Sun Tzu and the Art of Modern Warfare, 2003, p. 204. “American arming and support of the anti-Soviet Mujahadeen in Afghanistan is another example.”pp. 6-7)
En el siglo XX, otros líderes comunistas, incluidos los norvietnamitas de Ho Chi Minh, utilizaron y desarrollaron exitosamente tácticas de guerra de guerrillas, que proporcionaron un modelo para su uso en otros lugares, lo que llevó a la teoría del “foquismo” cubano y al Mujahidín antisoviético en Afganistán.
Además de los métodos militares tradicionales, los grupos guerrilleros también pueden confiar en la destrucción de la infraestructura, utilizando artefactos explosivos improvisados, por ejemplo. Por lo general, también dependen del apoyo logístico y político de la población local y los patrocinadores extranjeros, a menudo están integrados (utilizando a la población como un escudo humano), y muchos grupos guerrilleros son expertos en la persuasión pública a través de la propaganda. Es común que movimientos de la guerrilla de hoy en día también hagan uso en gran medida de los niños como combatientes, exploradores, cargadores, espías, informantes y en otros roles, lo que ha provocado la condena internacional.
No hay una clara distinción entre guerrilleros y terroristas. Al menos las fuerzas de la supuesta resistencia contra la ocupación en el mundo ~que también suelen ser opositores al poder político que utilizan la violencia como herramienta intimidatoria~ no desean ser considerados como tales.
Contrariamente a algunos grupos meramente terroristas, las guerrillas generalmente trabajan en posiciones abiertas como unidades armadas, intentan retener y apoderarse de la tierra, no se abstienen de luchar contra la fuerza militar enemiga en la batalla y generalmente ejercen presión para controlar o dominar el territorio y la población. Si bien la principal preocupación de las guerrillas son las unidades militares activas del enemigo, los terroristas se preocupan en gran medida por agentes de inteligencia infiltrados en sus filas y también atacan a civiles, utilizando el asesinato ~como en la época de los zelotes.
Se supone que las fuerzas guerrilleras luchen principalmente de acuerdo con la ley de la guerra (jus in bello). En este sentido, el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional de 1977 les exige se respeten los derechos de civiles inocentes absteniéndose de atacarlos.
Por esa causa la Organización Internacional de la Cruz Roja resguarda ~prima facie~ los derechos humanos de los subversivos.
A pesar de ello, según denuncia el “Centro de Crisis y Estudios Políticos de Ankara”~que estudia el comportamiento de Al Qaeda, el Estado Islámico, la Hermandad Musulmana y otros grupos violentos radicales~ los terroristas no limitan sus acciones y aterrorizan a los civiles al inculcar el terror en las personas e incluso asesinando a extranjeros inocentes en el país.
Ciertos estudiosos contemporáneos sobre la guerra de contrainsurgencia enfatizan la naturaleza más turbulenta del entorno actual de la guerra de guerrillas, donde los claros objetivos políticos, los partidos y las estructuras de lugares como Vietnam, Malasia y El Salvador no son tan frecuentes. Estos escritores apuntan a numerosos conflictos guerrilleros que se centran en temas religiosos, étnicos o incluso de empresas criminales, y que no se prestan a la plantilla clásica de “liberación nacional”.
En palabras de Clausewitz, la guerra es un fenómeno cambiante que se adapta continuamente. Por ello, es natural que cambie el estilo de la guerra.
Mientras que el siglo XX fue testigo de la llegada de la mecanización y, más tarde, de las armas nucleares, que al principio reforzaron y luego, por una paradoja estratégica, eliminaron la violencia paroxística, el fenómeno más llamativo del siglo XXI es el carácter híbrido de las nuevas guerras dada la asimetría entre la guerra librada con tecnología puntera y las nuevas formas de la violencia organizada, que, de manera indirecta, erradican el impacto de las armas más sofisticadas, utilizando armas convencionales y no convencionales, y todo ello con un elevado grado de desprecio al Derecho internacional.
Obsérvese como el nuevo concepto acuñado de “guerras hibridas” sigue utilizando el término “guerra” para subrayar la naturaleza política de este tipo de violencia, aunque en esta nueva tipología se difumina la distinción entre la guerra (comúnmente definida como la violencia entre Estados o entre grupos políticamente organizados, ejercida por motivos políticos), el crimen organizado (la violencia de los grupos organizados privadamente, ejercida por motivos privados usualmente relacionados con los beneficios económicos), y las violaciones masivas de los derechos humanos (actos de violencia realizados contra particulares por los Estados o por grupos políticamente organizados).
El término “híbrido” sirve para designar la amalgama de factores que confluyen en los actos de violencia, como fuerzas regulares e irregulares, que combaten con armas convencionales y no-convencionales, la desinformación, así como la presencia militar en una ofensiva limitada, ya sea con soldados con y sin uniforme o con paramilitares que utilizan tácticas terroristas o ciberataques, insurgencia urbana con armamento igual o superior al de las fuerzas legales, y todo ello con conexiones con el narcotráfico o la delincuencia organizada.
Los insurgentes tienen una gran capacidad de absorber bajas, a pesar de que tratan de crear “contested zones” para atraer hacia allí las tropas de las fuerzas armadas más avanzadas del mundo. Todo ello con la intención de propiciar una guerra de desgaste. La fuerza armada empleada va más allá de los atentados terroristas protagonizados por “lobos solitarios” y supera con creces cualquier intifada.
Sus combatientes son capaces de emplear los sistemas de comunicación y las redes sociales para divulgar contenidos e imágenes según su propio criterio. Y, por lo general, la mayoría de estos actores armados no estatales beben de las fuentes del Islam. La amplia disponibilidad de Internet también ha provocado cambios en el ritmo y el modo de las operaciones de la guerrilla en áreas como la coordinación de huelgas, el apalancamiento financiero, el reclutamiento y la manipulación de los medios. Si bien las pautas clásicas todavía se aplican, las fuerzas anti-guerrilleras de hoy en día deben aceptar un modo de operación más disruptivo, desordenado y ambiguo.
De acuerdo con David Kilcullen: “Los insurgentes pueden no estar tratando de derrocar al estado, pueden no tener una estrategia coherente o pueden perseguir un enfoque basado en la fe ~difícil de contrarrestar con los métodos tradicionales. Puede haber numerosas insurgencias rivales en un mismo teatro de operaciones, lo que significa que el contra-insurgente debe controlar el entorno general en lugar de vencer a un enemigo específico. Las acciones de los individuos y el efecto propagandístico de una «narrativa única» subjetiva pueden superar con creces el progreso práctico, haciendo que la contra-insurgencia sea más impredecible que antes, al punto que incluso puede forzar el cambio revolucionario. La relación económica entre los insurgentes y la población puede ser diametralmente opuesta a la teoría clásica. Y las tácticas insurgentes, basadas en explotar los efectos de propaganda del bombardeo urbano, pueden invalidar algunas tácticas clásicas y hacer que otras, como el patrullaje o la presencia preventiva de uniformados, sean contraproducentes en algunas circunstancias. Por lo tanto, la evidencia de campo sugiere que la teoría clásica es necesaria pero no suficiente para el éxito contra la insurgencia actual.”

 

FUENTES CONSULTADAS:

  1. [Historia Judía #29] La rebelión de los macabeos
  2. Celotes y sicarios en la “Guerra de los Judíos”
  3. Historia de los judíos en la Tierra de Israel | Wikiwand
  4. Flavio Josefo: “Las Guerras de los Judíos”“Antigüedades Judías”. Link: http://www.ataun.net/bibliotecag…
  5. Borum, Randy:“Psychology of Terrorism” https://www.ncjrs.gov/pdffiles1/…
  6. Stern, Jessica: “Terror in the Name of God”. ECCO Press; (2004) ISBN-10: 0060505338 & ISBN-13: 978-0060505332
  7. The Root of Terrorism: An Unholy Thought – PDF
  8. Caponnetto, Antonio: “La Perversión Democrática”. Editorial Santiago Apóstol. (2008), 344 p. ISBN 978–987–1042–18–0
  9. Combs, Cindy and Slann, Martin:“Encyclopedia of Terrorism” Revised Edition. Facts On File (2007 )- 478 pages Encyclopedia of Terrorism
  10. Origen de los sicarios – ¡o César, o Nada!
  11. Von Clausewitz: Carl Philipp Gottlieb: “Vom Kriege” (De la Guerra) http://www.biblioteca.org.ar/lib…
  12. Asprey, Robert. War in the Shadows: The Guerrilla in History
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  14. Derradji Abder-Rahmane, The Algerian Guerrilla Campaign Strategy & Tactics, the Edwin Mellen Press, New York, USA, 1997.
  15. Hinckle, Warren(with Steven Chain and David Goldstein): Guerrilla-Krieg in USA (Guerrilla war in the USA), Stuttgart (Deutsche Verlagsanstalt) 1971. ISBN 3-421-01592-9
  16. Keats, John (1990). They Fought Alone. Time Life. ISBN0-8094-8555-9
  17. MacDonald, Peter. Giap: The Victor in Vietnam
  18. Maclean, Fitzroy. Disputed Barricade: The Life and Times of Josip Broz Tito
  19. Peers, William R.Brelis, DeanBehind the Burma Road: The Story of America’s Most Successful Guerrilla Force. Boston: Little, Brown & Co., 1963.
  20. Polack, Peter. Guerrilla Warfare; Kings of RevolutionCasemate, ISBN9781612006758.
  21. Thomas Powers, “The War without End” (review of Steve CollDirectorate S: The CIA and America’s Secret Wars in Afghanistan and Pakistan, Penguin, 2018, 757 pp.), The New York Review of Books, vol. LXV, no. 7 (19 April 2018), pp. 42–43. “Forty-plus years after our failure in Vietnam, the United States is again fighting an endless war in a faraway place against a culture and a people we don’t understand for political reasons that make sense in Washington, but nowhere else.” (p. 43.)
  22. Schmidt, LS. 1982. “American Involvement in the Filipino Resistance on Mindanao During the Japanese Occupation, 1942-1945”. M.S. Thesis. U.S. Army Command and General Staff College. 274 pp.
  23. Sutherland, Daniel E. “Sideshow No Longer: A Historiographical Review of the Guerrilla War.” Civil War History1 (2000): 5-23; American Civil War, 1861–65
  24. Sutherland, Daniel E. A Savage Conflict: The Decisive Role of Guerillas in the American Civil War(U of North Carolina Press, 2009). online
  25. Weber, OlivierAfghan Eternity, 2002
  26. Guevara, Ernesto; Davies, Thomas M. Guerrilla Warfare, Rowman & Littlefield, 1997, ISBN0-8420-2678-9
  27. Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, 1977 – CICR
  28. Aplicabilidad del DIH al terrorismo y el antiterrorismo
  29. http://www.javeriana.edu.co/bibl…
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  31. Cullen, David. “Counteinsurgency”. New York. Oxford University Press (2010) 264 pp. Counterinsurgency by David Kilcullen

 

 

 

 

Fuente: https://es.quora.com/Cu%C3%A1ndo-se-cre%C3%B3-la-guerrilla/answer/Carlos-Marcelo-Sh%C3%A4ferstein

 


PrisioneroEnArgentina.com

Septiembre 24, 2018


 

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