El poder Judicial, es quien debe bregar por la armonía del funcionamiento del Estado.
Condición sin ecuanon, es la sabia interpretación de las leyes, que emanan del Congreso de la Nación.
El Poder Legislativo debe abocarse, bajo la sombra de la Constitución Nacional, a dar las leyes y normas que regulen el quehacer del Pueblo.
Siempre en vista al objetivo indelegable del Bienestar General.
No se trata de traer o importar leyes; por más estupendas que parezcan.
Las leyes deben ser acordes a los representados, en cuanto a su capacidad de entendimiento y cumplimiento.
El Poder Ejecutivo, debe gobernar, con las leyes que dicta el Congreso y salvo excepciones de necesaria urgencia, recurrir al Decreto.
La no observancia de lo normado y de la Constitución, seguramente desencadenará conflictos, de diversa índole, pero será el conflicto de Poderes, el de mayor envergadura.
El primer perjudicado, será el Mandante, que verá afectado sus intereses y fines.
En lo social y económico, sonará la primera alerta de la desinteligencia.
Su aparición será cuasi sorpresiva, debido a que se esconden las causas, por el descrédito político que producen.
El tiempo se encarga de evidenciar los desajustes, con sus dislocadas e increíbles argumentaciones.
Consecuentemente esto resentirá el equilibrio jurídico.
Debido a una inconsistente pero tozuda explicación al tratar de separar lo político de lo jurídico.
Si fuere así, no deberíamos gastarnos en buscar la armonía, dado que implícita y explícitamente se acepta que no hay correspondencia entre los poderes.
Insistir en que no puede haber política sin asidero jurídico es bregar por el tan mentado equilibrio.
Política y justicia se necesitan mutuamente, ya sea para evaluarse como para controlarse.
El Poder ejecutivo, no está exceptuado de esta aseveración.
Los casos se multiplicarán, y la estructura judicial se verá sobrepasada, dado que no dispondrá de una base común, como instrumento simplificador y todo se disparará con infinitas demandas.
También adolecerá de la necesaria fuerza para hacer respetar la ley.
Los integrantes de las reparticiones serán los afectados en sus derechos y comienza la imparable industria del juicio contra el estado.
El productor será afectado por la falta de seguridad jurídica en su propiedad privada y por ende la disminución de los rindes de productos.
La economía, aplica el cálculo y su rentabilidad se encuentra con el costo desfavorable.
Genera juicios de índole comercial y laboral.
Cierre de establecimientos y despidos.
Aparece el conflicto social y los gurúes de las propuestas ilegales.
Hambre y situación de calle caldo de cultivo del delincuente.
El poder ejecutivo guarda silencio, porque está ocupado en la campaña electoral.
El legislativo crea comisiones y entes de asesores para tratar los problemas que se generaron con leyes no apropiadas.
El poder judicial, crea juzgados para atender la enorme demanda de juicios, a sabiendas que no resolverá el problema.
Comienza el gran despropósito del Estado.
La desorganización y el desmantelamiento de las instituciones responsables de:
Educación,
Salud,
Seguridad/Defensa
Justicia.
El Poder Ejecutivo se olvida que es el responsable de garantizar la conducción, organización y el funcionamiento de la Nación.
Si se olvida de su responsabilidad, es porque no le interesa lo que prometió cuando candidato, para ser votado democráticamente.
Acá comienza a sentirse la defraudación de los que fueron atraídos por los anuncios y promesas que no se cumplieron.
La defraudación produce desinterés, pero también bronca.
El desmadre moral, ético, social y económico llevan al conflicto, como normal reacción, a una estafa no querida.
El conflicto, significa diferencias en el querer, pensar y hacer, que bien tomado, sería causa para trabajar en la superación y con ello lograr el genuino enriquecimiento democrático.
La grave diferencia está, que, al no disponer de responsabilidad por parte de los poderes, estos se suman al conflicto, por ello no tendrá solución.
El conflicto sin resolver, solo produce agravamiento y se transforma en caos.
Cuando llegamos al caos, para enfrentarlo, se piensa en el uso de la Fuerza.
Otro problema, la fuerza olvidada por la irresponsabilidad del estado, se encuentra deteriorada, en la moral de su personal y en la obsolescencia del material logístico.
Sus previsiones de empleo obsoletos y su material, en servicio deficiente, no estará en condiciones alcanzar la solución, pero dejará abierta la puerta para generar mayores conflictos.
La manoseada y negada Guerra contra el Terrorismo Marxista Comunista, basta como muestra.
CONCLUSIÓN:
Sin ley suprema acatada y respetada, no será posible la Nación.
La independencia de Poderes, no es posible y pasa a ser una aplaudida declamación, solo apta para justificar un confundido sistema que se le da en llamar “democracia”.
Las instituciones, sostén del funcionamiento del estado, solo acrecientan el gasto y por ende aumento de impuestos.
Pero de ninguna manera contribuyen al Bien Común.
Así, solo se justifica de forma, pero no en esencia la tan ansiada y manoseada democracia.
Estamos de fracaso en fracaso porque nos faltan, los Valores elementales:
¡Honor y Sentir La PATRIA!
No tener Honor es no creer en uno mismo.
Casi imposible hacer algo si no hay identidad con la creencia.
Obtener las cosas hechas es la respuesta más rápida, pero pierde el sabor y el gusto especial de la pertenencia.
No habrá entrega por lo nuestro, porque está ausente, el amor del heroísmo.
No sentir la Patria, es olvidar la HISTORIA.
Si ella es olvidada, su lugar lo ocupa el Relato.
El Relato es historia mentirosa de conveniencias.
Lo que conviene, sin historia veraz, es bajeza espiritual y moral, que destruye la familia y por ende a la Sociedad y sus instituciones.
Se dejó la puerta abierta a la CORRUPCIÓN TOTAL
El Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial, son hermanos.
♦
Por Eder Pecile.
[ezcol_1quarter].[/ezcol_1quarter] [ezcol_1half]El poder Judicial, es quien debe bregar por la armonía del funcionamiento del Estado.
Condición sin ecuanon, es la sabia interpretación de las leyes, que emanan del Congreso de la Nación.
El Poder Legislativo debe abocarse, bajo la sombra de la Constitución Nacional, a dar las leyes y normas que regulen el quehacer del Pueblo.
Siempre en vista al objetivo indelegable del Bienestar General.
No se trata de traer o importar leyes; por más estupendas que parezcan.
Las leyes deben ser acordes a los representados, en cuanto a su capacidad de entendimiento y cumplimiento.
El Poder Ejecutivo, debe gobernar, con las leyes que dicta el Congreso y salvo excepciones de necesaria urgencia, recurrir al Decreto.
La no observancia de lo normado y de la Constitución, seguramente desencadenará conflictos, de diversa índole, pero será el conflicto de Poderes, el de mayor envergadura.
El primer perjudicado, será el Mandante, que verá afectado sus intereses y fines.
En lo social y económico, sonará la primera alerta de la desinteligencia.
Su aparición será cuasi sorpresiva, debido a que se esconden las causas, por el descrédito político que producen.
El tiempo se encarga de evidenciar los desajustes, con sus dislocadas e increíbles argumentaciones.
Consecuentemente esto resentirá el equilibrio jurídico.
Debido a una inconsistente pero tozuda explicación al tratar de separar lo político de lo jurídico.
Si fuere así, no deberíamos gastarnos en buscar la armonía, dado que implícita y explícitamente se acepta que no hay correspondencia entre los poderes.
Insistir en que no puede haber política sin asidero jurídico es bregar por el tan mentado equilibrio.
Política y justicia se necesitan mutuamente, ya sea para evaluarse como para controlarse.
El Poder ejecutivo, no está exceptuado de esta aseveración.
Los casos se multiplicarán, y la estructura judicial se verá sobrepasada, dado que no dispondrá de una base común, como instrumento simplificador y todo se disparará con infinitas demandas.
También adolecerá de la necesaria fuerza para hacer respetar la ley.
Los integrantes de las reparticiones serán los afectados en sus derechos y comienza la imparable industria del juicio contra el estado.
El productor será afectado por la falta de seguridad jurídica en su propiedad privada y por ende la disminución de los rindes de productos.
La economía, aplica el cálculo y su rentabilidad se encuentra con el costo desfavorable.
Genera juicios de índole comercial y laboral.
Cierre de establecimientos y despidos.
Aparece el conflicto social y los gurúes de las propuestas ilegales.
Hambre y situación de calle caldo de cultivo del delincuente.
El poder ejecutivo guarda silencio, porque está ocupado en la campaña electoral.
El legislativo crea comisiones y entes de asesores para tratar los problemas que se generaron con leyes no apropiadas.
El poder judicial, crea juzgados para atender la enorme demanda de juicios, a sabiendas que no resolverá el problema.
Comienza el gran despropósito del Estado.
La desorganización y el desmantelamiento de las instituciones responsables de:
Educación,
Salud,
Seguridad/Defensa
Justicia.
El Poder Ejecutivo se olvida que es el responsable de garantizar la conducción, organización y el funcionamiento de la Nación.
Si se olvida de su responsabilidad, es porque no le interesa lo que prometió cuando candidato, para ser votado democráticamente.
Acá comienza a sentirse la defraudación de los que fueron atraídos por los anuncios y promesas que no se cumplieron.
La defraudación produce desinterés, pero también bronca.
El desmadre moral, ético, social y económico llevan al conflicto, como normal reacción, a una estafa no querida.
El conflicto, significa diferencias en el querer, pensar y hacer, que bien tomado, sería causa para trabajar en la superación y con ello lograr el genuino enriquecimiento democrático.
La grave diferencia está, que, al no disponer de responsabilidad por parte de los poderes, estos se suman al conflicto, por ello no tendrá solución.
El conflicto sin resolver, solo produce agravamiento y se transforma en caos.
Cuando llegamos al caos, para enfrentarlo, se piensa en el uso de la Fuerza.
Otro problema, la fuerza olvidada por la irresponsabilidad del estado, se encuentra deteriorada, en la moral de su personal y en la obsolescencia del material logístico.
Sus previsiones de empleo obsoletos y su material, en servicio deficiente, no estará en condiciones alcanzar la solución, pero dejará abierta la puerta para generar mayores conflictos.
La manoseada y negada Guerra contra el Terrorismo Marxista Comunista, basta como muestra.
CONCLUSIÓN:
Sin ley suprema acatada y respetada, no será posible la Nación.
La independencia de Poderes, no es posible y pasa a ser una aplaudida declamación, solo apta para justificar un confundido sistema que se le da en llamar “democracia”.
Las instituciones, sostén del funcionamiento del estado, solo acrecientan el gasto y por ende aumento de impuestos.
Pero de ninguna manera contribuyen al Bien Común.
Así, solo se justifica de forma, pero no en esencia la tan ansiada y manoseada democracia.
Estamos de fracaso en fracaso porque nos faltan, los Valores elementales:
¡Honor y Sentir La PATRIA!
No tener Honor es no creer en uno mismo.
Casi imposible hacer algo si no hay identidad con la creencia.
Obtener las cosas hechas es la respuesta más rápida, pero pierde el sabor y el gusto especial de la pertenencia.
No habrá entrega por lo nuestro, porque está ausente, el amor del heroísmo.
No sentir la Patria, es olvidar la HISTORIA.
Si ella es olvidada, su lugar lo ocupa el Relato.
El Relato es historia mentirosa de conveniencias.
Lo que conviene, sin historia veraz, es bajeza espiritual y moral, que destruye la familia y por ende a la Sociedad y sus instituciones.
Se dejó la puerta abierta a la CORRUPCIÓN TOTAL
El Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial, son hermanos.
El Padre, son los Próceres y Héroes de la Patria.
La Madre, la Constitución Nacional.
Estar unidos, es la ley primera.
Si ellos se pelean…
¡LOS DEVORAN LOS DE AFUERA!
[/ezcol_1half] [ezcol_1quarter_end].[/ezcol_1quarter_end]PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 8, 2023