Napoleón, hijo de esa señora, elegía a sus generales en función de la suerte que éstos tuvieran; evidentemente, Javier Milei está tocado por esa varita mágica, ¡un lujo! Sólo a ese factor puede adjudicarse que quienes dicen querer comandar a la principal fuerza de oposición, con desesperada hambre de futuro en el poder, sean los impresentables y carísimos Cristina Fernández, y Roberto Quintela. Si este dúo de crápulas son los únicos que aspiran a liderar al peronismo del futuro renovándolo para volver al poder, debemos concluir que el famoso movimiento ha dejado de existir, aunque conserve una gran capacidad de daño ante la sola posibilidad de su retorno.
En la medida en que hace poco hice un rápido inventario del costo socio-económico de los cuatro períodos presidenciales en los que tuvo responsabilidad directa, seguir hablando de Ella resulta innecesario, salvo para recordar que el 13 de noviembre próximo la Cámara de Casación Federal ratificará la condena a seis años de prisión (hasta es posible que la incremente) que le impuso el Tribunal Oral. Si bien ese fallo contará entonces con el doble conforme que exigen los tratados internacionales, no quedará firme hasta que la Corte Suprema lo revise pero, sin duda, tendrá enorme repercusión política porque incluye la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, o sea, la sacará del juego real y abrirá la ineludible sucesión en el liderazgo de la franquicia kirchnerista.
Quintela, Gobernador de La Rioja, otro subnormal, tiene entre sus mayores deméritos el haber reestrenado las pseudo-monedas, esos bonos con los cuales tantas provincias que carecían de dinero pagaban a sus empleados; sólo que, en este caso, no parece haber tenido demasiado éxito porque nadie lo acepta. Además, este malversador serial de caudales públicos hizo caer en default a su propio feudo ante los acreedores internacionales, mientras impide el desarrollo minero en la provincia.
Pero los males del extinto peronismo no terminan allí porque el marsupial Axel Kiciloff, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que pretende convertirse en su único candidato presidencial y enfrentar a Milei en 2027, nos ha costado a todos los argentinos nada menos que ¡US$ 40.000 millones! por su impericia y su absurda e injustificada soberbia. Para explicar esa enorme suma, debemos recordar que, siendo Ministro de Economía, cuando su Jefa “expropió” a Repsol sus tenencias accionarias en YPF, dijo que serían los españoles quienes deberían responder por los daños ambientales y terminó pagándoles US$ 10.000 millones y, a la vez, se negó a ofrecer igual trato, porque “los argentinos no somos estúpidos” (sic), a los restantes accionistas, tal como imponían los estatutos. Hoy, para no entrar en detalles, esos damnificados han ganado el juicio contra el Estado en los Tribunales de Nueva York y se nos ha condenado a pagarles US$ 16.100 millones más, de los cuales el 33% terminará en los bolsillos de los Kirchner.
Por si eso fuera poco, hay que sumar la estafa en la manipulación de los índices de crecimiento para perjudicar a tenedores de bonos argentinos atados al PBI; nos llevaron a juicio ante las cortes británicas y acaban de obtener otra condena por € 1.400 millones. Y también los € 9.000 millones en intereses punitorios que, sin discutir, reconoció al Club de Paris, ni todas las demandas por la ilegal rescisión de tantos contratos de concesión de servicios públicos que había firmado Carlos Menem.
Tampoco el radicalismo puede festejar demasiado toda vez que se encuentra afectado por fuertes corrientes centrífugas después de, inexplicablemente, entregar su conducción nacional a un eterno tránsfuga político, Martín Lousteau, que estuvo al borde de provocar una guerra civil con su Resolución 125 siendo Ministro de Economía de Ella en otra gestión. El centenario partido, tan afecto a los cargos públicos, pese a tener varios gobernadores y 500 intendentes, está siendo vampirizado por la innegable atracción que genera el calor del sol libertario. Y lo mismo sucede en el PRO, dividido entre el bullrichismo que quiere incorporarse, incondicionalmente, a La Libertad Avanza, y el macrismo, que cifra su apoyo en obtener posiciones relevantes en el Gobierno para quienes fueran sus mejores e incuestionados funcionarios entre 2015 y 2019, tal como sucedió con el área de Energía.
Parafraseando a Leopoldo Lugones en su artículo “El Sable”, el crimen de Milei es haber ocupado sólo todo el horizonte político de su tiempo, mientras todos los demás partidos sufren implosiones y disgregaciones que los inhabilitan, al menos por ahora, para disputarle el poder. Aún así, hoy tienen tres oportunidades inmediatas de complicarle la vida en el H° Aguantadero: el presupuesto 2025 y la distribución del gasto fiscal, la derogación de la ley que impulsara Cristina Kirchner para blindar los decretos de necesidad y urgencia en la época de su marido muerto y, claro, los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema.
En el caso del tan cuestionado Lijo, candidato inexplicable, aparentemente el kirchnerismo estaría exigiendo que, antes de aprobarlo en el Senado, se sancionara una ley que aumente el número de miembros del alto Tribunal para incorporar también a quienes pudieran asegurarle a Ella la impunidad definitiva por los múltiples y salvajes delitos cometidos al saquear tan afanosamente al país y empobrecerlo hasta la miseria actual.
○
Por Enrique Guillermo Avogadro.
“Con tal de que dure”.
Letizia Bonaparte
Napoleón, hijo de esa señora, elegía a sus generales en función de la suerte que éstos tuvieran; evidentemente, Javier Milei está tocado por esa varita mágica, ¡un lujo! Sólo a ese factor puede adjudicarse que quienes dicen querer comandar a la principal fuerza de oposición, con desesperada hambre de futuro en el poder, sean los impresentables y carísimos Cristina Fernández, y Roberto Quintela. Si este dúo de crápulas son los únicos que aspiran a liderar al peronismo del futuro renovándolo para volver al poder, debemos concluir que el famoso movimiento ha dejado de existir, aunque conserve una gran capacidad de daño ante la sola posibilidad de su retorno.
En la medida en que hace poco hice un rápido inventario del costo socio-económico de los cuatro períodos presidenciales en los que tuvo responsabilidad directa, seguir hablando de Ella resulta innecesario, salvo para recordar que el 13 de noviembre próximo la Cámara de Casación Federal ratificará la condena a seis años de prisión (hasta es posible que la incremente) que le impuso el Tribunal Oral. Si bien ese fallo contará entonces con el doble conforme que exigen los tratados internacionales, no quedará firme hasta que la Corte Suprema lo revise pero, sin duda, tendrá enorme repercusión política porque incluye la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, o sea, la sacará del juego real y abrirá la ineludible sucesión en el liderazgo de la franquicia kirchnerista.
Quintela, Gobernador de La Rioja, otro subnormal, tiene entre sus mayores deméritos el haber reestrenado las pseudo-monedas, esos bonos con los cuales tantas provincias que carecían de dinero pagaban a sus empleados; sólo que, en este caso, no parece haber tenido demasiado éxito porque nadie lo acepta. Además, este malversador serial de caudales públicos hizo caer en default a su propio feudo ante los acreedores internacionales, mientras impide el desarrollo minero en la provincia.
Pero los males del extinto peronismo no terminan allí porque el marsupial Axel Kiciloff, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que pretende convertirse en su único candidato presidencial y enfrentar a Milei en 2027, nos ha costado a todos los argentinos nada menos que ¡US$ 40.000 millones! por su impericia y su absurda e injustificada soberbia. Para explicar esa enorme suma, debemos recordar que, siendo Ministro de Economía, cuando su Jefa “expropió” a Repsol sus tenencias accionarias en YPF, dijo que serían los españoles quienes deberían responder por los daños ambientales y terminó pagándoles US$ 10.000 millones y, a la vez, se negó a ofrecer igual trato, porque “los argentinos no somos estúpidos” (sic), a los restantes accionistas, tal como imponían los estatutos. Hoy, para no entrar en detalles, esos damnificados han ganado el juicio contra el Estado en los Tribunales de Nueva York y se nos ha condenado a pagarles US$ 16.100 millones más, de los cuales el 33% terminará en los bolsillos de los Kirchner.
Por si eso fuera poco, hay que sumar la estafa en la manipulación de los índices de crecimiento para perjudicar a tenedores de bonos argentinos atados al PBI; nos llevaron a juicio ante las cortes británicas y acaban de obtener otra condena por € 1.400 millones. Y también los € 9.000 millones en intereses punitorios que, sin discutir, reconoció al Club de Paris, ni todas las demandas por la ilegal rescisión de tantos contratos de concesión de servicios públicos que había firmado Carlos Menem.
Tampoco el radicalismo puede festejar demasiado toda vez que se encuentra afectado por fuertes corrientes centrífugas después de, inexplicablemente, entregar su conducción nacional a un eterno tránsfuga político, Martín Lousteau, que estuvo al borde de provocar una guerra civil con su Resolución 125 siendo Ministro de Economía de Ella en otra gestión. El centenario partido, tan afecto a los cargos públicos, pese a tener varios gobernadores y 500 intendentes, está siendo vampirizado por la innegable atracción que genera el calor del sol libertario. Y lo mismo sucede en el PRO, dividido entre el bullrichismo que quiere incorporarse, incondicionalmente, a La Libertad Avanza, y el macrismo, que cifra su apoyo en obtener posiciones relevantes en el Gobierno para quienes fueran sus mejores e incuestionados funcionarios entre 2015 y 2019, tal como sucedió con el área de Energía.
Parafraseando a Leopoldo Lugones en su artículo “El Sable”, el crimen de Milei es haber ocupado sólo todo el horizonte político de su tiempo, mientras todos los demás partidos sufren implosiones y disgregaciones que los inhabilitan, al menos por ahora, para disputarle el poder. Aún así, hoy tienen tres oportunidades inmediatas de complicarle la vida en el H° Aguantadero: el presupuesto 2025 y la distribución del gasto fiscal, la derogación de la ley que impulsara Cristina Kirchner para blindar los decretos de necesidad y urgencia en la época de su marido muerto y, claro, los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema.
En el caso del tan cuestionado Lijo, candidato inexplicable, aparentemente el kirchnerismo estaría exigiendo que, antes de aprobarlo en el Senado, se sancionara una ley que aumente el número de miembros del alto Tribunal para incorporar también a quienes pudieran asegurarle a Ella la impunidad definitiva por los múltiples y salvajes delitos cometidos al saquear tan afanosamente al país y empobrecerlo hasta la miseria actual.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
Cel. en Brasil (+5521) 98128 7896
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
Site: www.avogadro.com.ar
Blog: http://egavogadro.blogspot.com
Facebook: Enrique Guillermo Avogadro
Twitter: @egavogadro
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 18, 2024
Related Posts
CASTAS SUICIDAS
◘ Por Enrique Guillermo Avogadro. “Yo fui una [...]
Cristina Fernández de Kirchner, presidente del Partido Justicialista
◘ La exmandataria de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, asumió [...]
POST DATA DE… PAJA Y TRIGO
○ Por Dr. Enrique Guillermo Avogadro. Me pareció [...]