Un perro que sobrevivió al incendio forestal de California esperó frente a los restos quemados de su casa durante un mes hasta que su dueño regresó.
Madison estaba allí esperando cuando a Andrea Gaylord (La dueña de la propiedad) se le permitió volver a revisar su casa en rl pueblo de Paradise esta semana.
La Sra. Gaylord debió abandonar el lugar cuando el incendio se desató el 8 de noviembre y arruinó la ciudad de 27,000 habitantes.
Shayla Sullivan, una voluntaria que asistía a bomberos en la contienda contra el fuego, vió a Madison.
La Sra. Sullivan le dejó comida y agua regularmente hasta que la Sra. Gaylord regresó uns días después.
También ayudó a localizar al hermano de Madison, Miguel, mezcla de perros pastores que fue llevado a un refugio a 85 millas de distancia.
Los perros se reunieron el viernes cuando la Sra. Gaylord regresó a la propiedad con Miguel y le trajo a Madison su regalo favorito: una caja de galletas de centeno.
La Sra. Gaylord le dijo a la prensa que no podía pedir un mejor animal.
“Imagina la lealtad de mantenerte en las peores circunstancias y estar aquí esperando”, dijo.
“Su trabajo instintivo es observar los rebaños y nosotros somos parte de ellos”, dijo Gaylord sobre sus perros. “Es un sentimiento reconfortante”.
Un perro que sobrevivió al incendio forestal de California esperó frente a los restos quemados de su casa durante un mes hasta que su dueño regresó.
Madison estaba allí esperando cuando a Andrea Gaylord (La dueña de la propiedad) se le permitió volver a revisar su casa en rl pueblo de Paradise esta semana.
Shayla Sullivan, una voluntaria que asistía a bomberos en la contienda contra el fuego, vió a Madison.
La Sra. Sullivan le dejó comida y agua regularmente hasta que la Sra. Gaylord regresó uns días después.
También ayudó a localizar al hermano de Madison, Miguel, mezcla de perros pastores que fue llevado a un refugio a 85 millas de distancia.
Los perros se reunieron el viernes cuando la Sra. Gaylord regresó a la propiedad con Miguel y le trajo a Madison su regalo favorito: una caja de galletas de centeno.
La Sra. Gaylord le dijo a la prensa que no podía pedir un mejor animal.
“Imagina la lealtad de mantenerte en las peores circunstancias y estar aquí esperando”, dijo.
“Su trabajo instintivo es observar los rebaños y nosotros somos parte de ellos”, dijo Gaylord sobre sus perros. “Es un sentimiento reconfortante”.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 10, 2018
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