Una nueva señal de liberalización política apareció en China en 1977, cuando el gobierno comunista levanta su prohibición de una década sobre los escritos de William Shakespeare. La acción del gobierno chino fue una evidencia adicional de que la Revolución Cultural había terminado.
En 1966, Mao Tse-Tung, el líder de la República Popular China, anunció una “Revolución Cultural”, que fue diseñada para restaurar el fervor y el vigor revolucionario comunista en la sociedad china. Su esposa, Chiang Ching, fue nombrada secretaria no oficial de cultura de China. Sin embargo, lo que la revolución significó en la práctica fue el asesinato de funcionarios que se consideraba que habían perdido su dedicación a la causa comunista y el arresto y detención de miles de otros funcionarios y ciudadanos por “crímenes contra el Estado” vagamente definidos. También significó la prohibición de cualquier obra cultural –música, literatura, cine o teatro– que no tuviera el contenido ideológico requerido.
Sin embargo, a principios de la década de 1970, China estaba desesperada por establecer relaciones nuevas y mejoradas con Occidente, en particular con Estados Unidos, en parte debido a su deseo de nuevas fuentes de comercio, pero también por su creciente temor a una confrontación con la Unión Soviética. El viaje del presidente Richard Nixon a China en 1972 fue parte de esta campaña. En octubre de 1976, se declaró oficialmente terminada la Revolución Cultural, y el anuncio de mayo de 1977 del fin de la prohibición de las obras de William Shakespeare fue una clara prueba de ello. Fue un movimiento que costó poco, pero que seguramente cosechará beneficios de relaciones públicas con la sociedad occidental.
Junto con el anuncio de que se levantó la prohibición, el gobierno chino también declaró que pronto estaría disponible una edición en chino de las obras del Bardo.
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Por Jennifer Qiao.
Una nueva señal de liberalización política apareció en China en 1977, cuando el gobierno comunista levanta su prohibición de una década sobre los escritos de William Shakespeare. La acción del gobierno chino fue una evidencia adicional de que la Revolución Cultural había terminado.
En 1966, Mao Tse-Tung, el líder de la República Popular China, anunció una “Revolución Cultural”, que fue diseñada para restaurar el fervor y el vigor revolucionario comunista en la sociedad china. Su esposa, Chiang Ching, fue nombrada secretaria no oficial de cultura de China. Sin embargo, lo que la revolución significó en la práctica fue el asesinato de funcionarios que se consideraba que habían perdido su dedicación a la causa comunista y el arresto y detención de miles de otros funcionarios y ciudadanos por “crímenes contra el Estado” vagamente definidos. También significó la prohibición de cualquier obra cultural –música, literatura, cine o teatro– que no tuviera el contenido ideológico requerido.
Sin embargo, a principios de la década de 1970, China estaba desesperada por establecer relaciones nuevas y mejoradas con Occidente, en particular con Estados Unidos, en parte debido a su deseo de nuevas fuentes de comercio, pero también por su creciente temor a una confrontación con la Unión Soviética. El viaje del presidente Richard Nixon a China en 1972 fue parte de esta campaña. En octubre de 1976, se declaró oficialmente terminada la Revolución Cultural, y el anuncio de mayo de 1977 del fin de la prohibición de las obras de William Shakespeare fue una clara prueba de ello. Fue un movimiento que costó poco, pero que seguramente cosechará beneficios de relaciones públicas con la sociedad occidental.
Junto con el anuncio de que se levantó la prohibición, el gobierno chino también declaró que pronto estaría disponible una edición en chino de las obras del Bardo.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 24, 2022