En septiembre del año 2011, al tomar conocimiento por un artículo periodístico del fiscal militante ABÉL CÓRDOBA y el periodista de Página 12 DIEGO MARTINEZ, que me involucraban en una causa por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, hice lo que tenía que hacer. Me presenté ante el poder judicial federal de Bahía Blanca, informé que estaba vivo (me daban por muerto) y me puse a disposición aportando mi domicilio en Pinamar, y mis teléfonos. Así esperé hasta el 28 de noviembre de 2014 cuando me vinieron a detener donde yo dije que iba a estar. A partir de allí debí tratar con un poder judicial totalmente desconocido, pese a haber sido auxiliar del mismo durante 3 décadas. Los tiempos y las circunstancias habían cambiado y así estuve en manos de funcionarios desaprensivos, que manejaban estas causas tan graves como si fueran contravenciones de tránsito.
Otros resultaron ser verdaderos delincuentes, protegiendo proxenetas o narcotraficantes y fiscales no solo iracundos y maleducados como el Dr. MIGUEL PALAZZANI, sino con un común denominador llamado falacia. Nada se parecía a: “ejercer sus funciones con independencia y autonomía, bajo los principios de legalidad y objetividad” como se los define. Así estos leguleyos pese a haberme puesto a disposición y esperado durante 3 años a que me detuvieran, demostrando mi respeto por la ley de toda la vida, no se cansaron de mentir a más y mejor. Entonces, cada vez que mi abogado defensor solicitaba mi excarcelación por haberse cumplido los plazos legales de la prisión preventiva, o mi arresto domiciliario, falazmente copiaban y pegaban escritos argumentando “peligro de fuga o de entorpecimiento de la investigación”. Por supuesto todo con la complicidad y aval de alguno de los “jueces” a cuya disposición me encontraba. Ante tanta grosera mentira, hoy cada vez que en el tribunal donde se ventila la Mega Causa Zona 5, mencionan lo de “ejercer mi derecho a defensa”, debo reprimirme para no proferir palabras soeces a más y mejor, como realmente merecería, tanta mentira e hipocresía a la vista de todos, todas y “todes”.
“Creo que ésa es una de las mayores falacias —argumentó Lee—. Me refiero a la que afirma que el tiempo nos da sabiduría, cuando en realidad lo único que nos da son años y tristezas “
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Por Claudio Kussman.
En septiembre del año 2011, al tomar conocimiento por un artículo periodístico del fiscal militante ABÉL CÓRDOBA y el periodista de Página 12 DIEGO MARTINEZ, que me involucraban en una causa por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, hice lo que tenía que hacer. Me presenté ante el poder judicial federal de Bahía Blanca, informé que estaba vivo (me daban por muerto) y me puse a disposición aportando mi domicilio en Pinamar, y mis teléfonos. Así esperé hasta el 28 de noviembre de 2014 cuando me vinieron a detener donde yo dije que iba a estar. A partir de allí debí tratar con un poder judicial totalmente desconocido, pese a haber sido auxiliar del mismo durante 3 décadas. Los tiempos y las circunstancias habían cambiado y así estuve en manos de funcionarios desaprensivos, que manejaban estas causas tan graves como si fueran contravenciones de tránsito.
[ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third] [/ezcol_1third] [ezcol_1third_end] [/ezcol_1third_end]Otros resultaron ser verdaderos delincuentes, protegiendo proxenetas o narcotraficantes y fiscales no solo iracundos y maleducados como el Dr. MIGUEL PALAZZANI, sino con un común denominador llamado falacia. Nada se parecía a: “ejercer sus funciones con independencia y autonomía, bajo los principios de legalidad y objetividad” como se los define. Así estos leguleyos pese a haberme puesto a disposición y esperado durante 3 años a que me detuvieran, demostrando mi respeto por la ley de toda la vida, no se cansaron de mentir a más y mejor. Entonces, cada vez que mi abogado defensor solicitaba mi excarcelación por haberse cumplido los plazos legales de la prisión preventiva, o mi arresto domiciliario, falazmente copiaban y pegaban escritos argumentando “peligro de fuga o de entorpecimiento de la investigación”. Por supuesto todo con la complicidad y aval de alguno de los “jueces” a cuya disposición me encontraba. Ante tanta grosera mentira, hoy cada vez que en el tribunal donde se ventila la Mega Causa Zona 5, mencionan lo de “ejercer mi derecho a defensa”, debo reprimirme para no proferir palabras soeces a más y mejor, como realmente merecería, tanta mentira e hipocresía a la vista de todos, todas y “todes”.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Prov. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
“Creo que ésa es una de las mayores falacias —argumentó Lee—. Me refiero a la que afirma que el tiempo nos da sabiduría, cuando en realidad lo único que nos da son años y tristezas “
John Steinbeck (1902-1968)
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 2, 2022