Un hombre está incompleto hasta que se casa. Después de eso, está “terminado”.
autor desconocido
No me pidan nombres, No voy a decir que mi marido se llama Oscar. Si voy a decir que cuando eramos novios el era una ternura. Todo flores y bombones. Ahora fuma amapolas y se come los dulces. No mentira, solo bromeo… no se come todos los confites.
Conocí a Oscar cuando recién ingresaba yo a la universidad, casi que fue mi primer novio… luego de veintidós previas relaciones frustradas mías. Me enamoré de su sentido del humor (aunque él repite que fue porque era y es muy buen mozo) y luego de seis o siete meses, nos casamos e iniciamos una vida juntos. La convivencia puede ser francamente dura e injusta. Hay momentos en los que todos necesitamos llorar y estar tristes. Simplemente no hay forma de evitarlo de vez en cuando. Pero a veces, cuando las situaciones te deprimen, puede ser maravilloso tener a alguien cerca que te haga sonreír.
Si logré encontrar a un hombre que pudo hacer que, incluso los momentos más difíciles sean un poco más fáciles, pensé que era muy bueno mantenerlo cerca. A medida que avanzaba, a lo largo de su vida, lo aprecié cada vez más, tener un compañero positivo durante los momentos difíciles es maravilloso.
En nuestros primeros momentos juntos, un beso cálido inundaban mis labios al despertar en las mañanas. A veces con una taza de café en la cama. Otras veces un un completo desayuno. Después de varios años, veo despertar a un hombre que trata de emitir un “buenos días”, se rasca sus partes privadas y emite sonidos no muy melodiosos desde el baño. Muchas veces, antes de saltar desde el lecho matrimonial me pregunto quien es esa criatura que lucha contra otra mientras se asea (o utiliza el lavabo para algo parecido) De acuerdo, eso suena como algo que uno podría escuchar de su madre o de su abuela, ¡pero no lo hace menos cierto! Aunque la broma cruel de la naturaleza está haciendo que la mayoría de los hombres sean aún más atractivos a medida que envejecen, este no es siempre el caso. (en mi vida, este no es el caso)
Por supuesto, se espera que siempre se encuentre atractivo a un esposo, pero no está de más si tiene una personalidad asesina, ¿verdad? Porque no importa cuánto envejezca, si una se casa con un tipo gracioso, probablemente siempre será gracioso; tal vez habrá agudizado aún más sus habilidades cómicas a lo largo de los años.
En la mayoría de las relaciones, los días de furia ocurren de vez en cuando. Algunas peleas son más serias que otras, mientras que algunas son por los motivos más tontos. Ahora bien, no estoy diciendo que la risa resolverá todos los problemas que podamos enfrentar, pero ver el lado más ligero de una pelea podría ayudar a resolver el dilema en sí. Cuando se está con alguien que no se toma la vida demasiado en serio, es posible que sea él quien termine la discusión. Tal vez su boca y su sentido del humor también le pongan en bretes a veces, pero quién sabe. Creo que lo bueno supera a lo malo aquí.
Cuando Oscar y yo estamos envueltos en una disputa agría -y el ve que está perdiendo- dirá con voz irritada: “Y yo te amo mucho!”, con lo que despertará mi sonrisa. Tal vez yo debería emplear el mismo truco, pero aunque lo utilice, terminaré haciendo todos los quehaceres de la casa y el se sentará a leer o mirar televisión. En verdad, prueba que el humor todo lo puede… o se sale siempre con la suya.
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Por Vida Bolt.
autor desconocido
No me pidan nombres, No voy a decir que mi marido se llama Oscar. Si voy a decir que cuando eramos novios el era una ternura. Todo flores y bombones. Ahora fuma amapolas y se come los dulces. No mentira, solo bromeo… no se come todos los confites.
Conocí a Oscar cuando recién ingresaba yo a la universidad, casi que fue mi primer novio… luego de veintidós previas relaciones frustradas mías. Me enamoré de su sentido del humor (aunque él repite que fue porque era y es muy buen mozo) y luego de seis o siete meses, nos casamos e iniciamos una vida juntos. La convivencia puede ser francamente dura e injusta. Hay momentos en los que todos necesitamos llorar y estar tristes. Simplemente no hay forma de evitarlo de vez en cuando. Pero a veces, cuando las situaciones te deprimen, puede ser maravilloso tener a alguien cerca que te haga sonreír.
Si logré encontrar a un hombre que pudo hacer que, incluso los momentos más difíciles sean un poco más fáciles, pensé que era muy bueno mantenerlo cerca. A medida que avanzaba, a lo largo de su vida, lo aprecié cada vez más, tener un compañero positivo durante los momentos difíciles es maravilloso.
En nuestros primeros momentos juntos, un beso cálido inundaban mis labios al despertar en las mañanas. A veces con una taza de café en la cama. Otras veces un un completo desayuno. Después de varios años, veo despertar a un hombre que trata de emitir un “buenos días”, se rasca sus partes privadas y emite sonidos no muy melodiosos desde el baño. Muchas veces, antes de saltar desde el lecho matrimonial me pregunto quien es esa criatura que lucha contra otra mientras se asea (o utiliza el lavabo para algo parecido) De acuerdo, eso suena como algo que uno podría escuchar de su madre o de su abuela, ¡pero no lo hace menos cierto! Aunque la broma cruel de la naturaleza está haciendo que la mayoría de los hombres sean aún más atractivos a medida que envejecen, este no es siempre el caso. (en mi vida, este no es el caso)
Por supuesto, se espera que siempre se encuentre atractivo a un esposo, pero no está de más si tiene una personalidad asesina, ¿verdad? Porque no importa cuánto envejezca, si una se casa con un tipo gracioso, probablemente siempre será gracioso; tal vez habrá agudizado aún más sus habilidades cómicas a lo largo de los años.
En la mayoría de las relaciones, los días de furia ocurren de vez en cuando. Algunas peleas son más serias que otras, mientras que algunas son por los motivos más tontos. Ahora bien, no estoy diciendo que la risa resolverá todos los problemas que podamos enfrentar, pero ver el lado más ligero de una pelea podría ayudar a resolver el dilema en sí. Cuando se está con alguien que no se toma la vida demasiado en serio, es posible que sea él quien termine la discusión. Tal vez su boca y su sentido del humor también le pongan en bretes a veces, pero quién sabe. Creo que lo bueno supera a lo malo aquí.
Cuando Oscar y yo estamos envueltos en una disputa agría -y el ve que está perdiendo- dirá con voz irritada: “Y yo te amo mucho!”, con lo que despertará mi sonrisa. Tal vez yo debería emplear el mismo truco, pero aunque lo utilice, terminaré haciendo todos los quehaceres de la casa y el se sentará a leer o mirar televisión. En verdad, prueba que el humor todo lo puede… o se sale siempre con la suya.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 29, 2021