A comienzos del año 2016, en plena carrera por convertirse en candidato republicano como rival de Barack Obama, el entonces congresista por el 4º distrito electoral de Kansas, Mike Pompeo, era un firme defensor de la candidatura del senador de Florida, Marco Rubio. Así, durante los caucus de su estado avisó de los tintes “autoritarios” del aún presidente y de que Donald Trump, de alcanzar el despacho oval, podría desarrollar similares comportamientos.
“Hemos malgastado siete años y medio con un presidente autoritario que ha ignorado nuestra constitución. No necesitamos cuatro años más de eso”, dijo entonces. Aunque eso, claro, fue en marzo de 2016.
Poco después la carrera de Trump en la primarias republicanas se disparó de forma irremediable y Marco Rubio no pudo más que sucumbir, al igual que todo el Great Old Party (GOP-Partido Republicano), incluido Pompeo, quien, de hecho, se convertiría en uno de los más estrechos colaboradores de Trump durante sus cuatro años en la Casa Blanca.
Recién llegado a la Casa Blanca, Trump nombró a Pompeo director del Agencia Central de Inteligencia, más conocida como la CIA, en un claro movimiento proteccionista para sus intereses y claramente ofensivo hacia la política internacional de los demócratas durante las dos legislaturas de Barack Obama en la Casa Blanca.
Pompeo era miembro del movimiento ciudadano ultraconservador del Tea Party y como congresista formó parte del comité que investigó el ataque al consulado de Bengasi (Libia) en 2012 cuando Hillary Clinton era secretaria de Estado. Él achacó el atentado en el que murió el embajador de EEUU en ese país y otros tres funcionarios (dos de ellos, contratistas de la CIA) a “una trágica falta de liderazgo” de la derrotada candidata demócrata a la presidencia y de la Administración Obama.
Durante la confirmación de su nombramiento en el Senado, Pompeo fue incapaz de desactivar los vínculos de su actividad empresarial con compañías propiedad del gobierno Chino. Más adelante, asumió el control del Centro de Contrainteligencia, la oficina al frente de las primeras investigaciones sobre las relaciones de Trump con oficiales rusos y suyas fueron también las primeras gestiones entre Estados Unidos y Corea del norte, que cristalizaron en junio de 2019 con la reunión entre Donald Trump y Kim Jong-Un en la frontera entre las dos Coreas.
Apenas un año después de su nombramiento al frente de la CIA, Trump fulminó a golpe de tuit a Rex Tillerson, el único contrapeso diplomático que le quedaba a su administración, y elevó a Pompeo a secretario de Estado y responsable máximo de las relaciones internacionales de Estados Unidos durante su mandato. El crítico en 2016 se ha bía convertido en fiel seguidos en 2017 para llegar a ser mano derecha desde 2018 hasta su último día en el despacho oval.
Pompeo siempre ha sido considerado uno de los más estrechos colaboradores de Trump y también uno de los cargos con más similitudes políticas con el propio presidente. Quizás por eso, el propio Pompeo se ve entre los pocos candidatos posibles a relevar al ahora empresario en la carrera presidencial de 2024 en representación del partido republicano.
– ¿Está considerando presentarse a la carrera electoral?
– Siempre estoy dispuesto a una buena pelea.
Respuesta directa, sin ambages, a la pregunta directa del periodista Sean Hannity en uno de los programas de Fox News, la cadena conservadora que siempre apoyó a Trump.
“Me preocupo profundamente por Estados Unidos. Tú y yo hemos sido parte del movimiento conservador durante mucho tiempo”
“Mi objetivo es seguir haciéndolo”, añadió por si alguien albergaba dudas de sus intenciones.
Los rumores comenzaron en PAC republicano de Florida del pasado mes de marzo. Durante la Conferencia anual de Acción Política del partido conservador los senadores Tom Cotton, de Arkansas; Ted Cruz, de Texas; Josh Hawley, de Missouri, y Rick Scott, de Florida; además de los gobernadores Ron DeSantis, de Florida, y Kristi Noem, de Dakota del Sur, dejaron clara su intención de suceder a Trump, un puesto para el que también se dejó querer Donald Trump Jr.
Sin embargo, todas las miradas se fijaron en el discurso de Pompeo, probablemente el más encendido, probablemente el más trumpista de los trumpistas y probablemente el candidato más fuerte en una carrera que no comenzará hasta dentro de tres años y que el propio Donald Trump podría desactivar con un solo tuit que dijera ‘Soy candidato’.
♣
A comienzos del año 2016, en plena carrera por convertirse en candidato republicano como rival de Barack Obama, el entonces congresista por el 4º distrito electoral de Kansas, Mike Pompeo, era un firme defensor de la candidatura del senador de Florida, Marco Rubio. Así, durante los caucus de su estado avisó de los tintes “autoritarios” del aún presidente y de que Donald Trump, de alcanzar el despacho oval, podría desarrollar similares comportamientos.
“Hemos malgastado siete años y medio con un presidente autoritario que ha ignorado nuestra constitución. No necesitamos cuatro años más de eso”, dijo entonces. Aunque eso, claro, fue en marzo de 2016.
Poco después la carrera de Trump en la primarias republicanas se disparó de forma irremediable y Marco Rubio no pudo más que sucumbir, al igual que todo el Great Old Party (GOP-Partido Republicano), incluido Pompeo, quien, de hecho, se convertiría en uno de los más estrechos colaboradores de Trump durante sus cuatro años en la Casa Blanca.
Recién llegado a la Casa Blanca, Trump nombró a Pompeo director del Agencia Central de Inteligencia, más conocida como la CIA, en un claro movimiento proteccionista para sus intereses y claramente ofensivo hacia la política internacional de los demócratas durante las dos legislaturas de Barack Obama en la Casa Blanca.
Pompeo era miembro del movimiento ciudadano ultraconservador del Tea Party y como congresista formó parte del comité que investigó el ataque al consulado de Bengasi (Libia) en 2012 cuando Hillary Clinton era secretaria de Estado. Él achacó el atentado en el que murió el embajador de EEUU en ese país y otros tres funcionarios (dos de ellos, contratistas de la CIA) a “una trágica falta de liderazgo” de la derrotada candidata demócrata a la presidencia y de la Administración Obama.
Durante la confirmación de su nombramiento en el Senado, Pompeo fue incapaz de desactivar los vínculos de su actividad empresarial con compañías propiedad del gobierno Chino. Más adelante, asumió el control del Centro de Contrainteligencia, la oficina al frente de las primeras investigaciones sobre las relaciones de Trump con oficiales rusos y suyas fueron también las primeras gestiones entre Estados Unidos y Corea del norte, que cristalizaron en junio de 2019 con la reunión entre Donald Trump y Kim Jong-Un en la frontera entre las dos Coreas.
Apenas un año después de su nombramiento al frente de la CIA, Trump fulminó a golpe de tuit a Rex Tillerson, el único contrapeso diplomático que le quedaba a su administración, y elevó a Pompeo a secretario de Estado y responsable máximo de las relaciones internacionales de Estados Unidos durante su mandato. El crítico en 2016 se ha bía convertido en fiel seguidos en 2017 para llegar a ser mano derecha desde 2018 hasta su último día en el despacho oval.
Pompeo siempre ha sido considerado uno de los más estrechos colaboradores de Trump y también uno de los cargos con más similitudes políticas con el propio presidente. Quizás por eso, el propio Pompeo se ve entre los pocos candidatos posibles a relevar al ahora empresario en la carrera presidencial de 2024 en representación del partido republicano.
– ¿Está considerando presentarse a la carrera electoral?
– Siempre estoy dispuesto a una buena pelea.
Respuesta directa, sin ambages, a la pregunta directa del periodista Sean Hannity en uno de los programas de Fox News, la cadena conservadora que siempre apoyó a Trump.
“Me preocupo profundamente por Estados Unidos. Tú y yo hemos sido parte del movimiento conservador durante mucho tiempo”
“Mi objetivo es seguir haciéndolo”, añadió por si alguien albergaba dudas de sus intenciones.
Los rumores comenzaron en PAC republicano de Florida del pasado mes de marzo. Durante la Conferencia anual de Acción Política del partido conservador los senadores Tom Cotton, de Arkansas; Ted Cruz, de Texas; Josh Hawley, de Missouri, y Rick Scott, de Florida; además de los gobernadores Ron DeSantis, de Florida, y Kristi Noem, de Dakota del Sur, dejaron clara su intención de suceder a Trump, un puesto para el que también se dejó querer Donald Trump Jr.
[ezcol_1fifth] [/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth] [/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth] [/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth] [/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth_end] [/ezcol_1fifth_end]Sin embargo, todas las miradas se fijaron en el discurso de Pompeo, probablemente el más encendido, probablemente el más trumpista de los trumpistas y probablemente el candidato más fuerte en una carrera que no comenzará hasta dentro de tres años y que el propio Donald Trump podría desactivar con un solo tuit que dijera ‘Soy candidato’.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 2, 2021