Monseñor SANTIAGO OLIVERA (Obispo castrense de la República Argentina), es un sacerdote controvertido por haber participado en la falaz ceremonia de beatificación del Obispo ENRIQUE ANGELELLI, llevada a cabo el 27 de abril del corriente año en La Rioja por disposición del Papa Francisco. Más allá de ello no cambia que en simultáneo valientemente se exprese sobre un tema más terrenal como es la irregular situación de los adultos mayores, que estamos imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad (como se quiera interpretar según de qué lado de la grieta se esté). En este caso el día 29 de octubre próximo pasado, presentó en la sede del Vaticano una denuncia-ponencia sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina. Entre otras definiciones dijo: “dentro de unos años, muchos deberemos pedir perdón por tanto silencio. No podemos permanecer callados cuando se priva a los acusados del derecho fundamental del debido proceso, como así también cuando se les niega el beneficio que por edad o estado de salud está previsto en cuanto a la detención en su domicilio y cuando son excluidos de una asistencia médica elemental”. Esto expresado en soledad, por supuesto lo escuchó el gobierno, el poder judicial, los medios, la iglesia y los miembros de todas las fuerzas de uniformados del país y en especial CLAUDIO PASCUALINI jefe del Estado Mayor General del Ejército. TODOS sin excepción guardaron silencio y continuaron no haciendo nada por sus subalternos caídos ni por quienes no lo somos (en mi caso policía). Aceptada la ilegalidad impera la hipocresía, el deshonor y la cobardía en especial en las fuerzas armadas, haciendo que lo de MONSEÑOR OLIVERA, SEA UNA PREDICA EN EL DESIERTO. Un uniforme, un arma, entorchados dorados, botas bien lustradas y concurrir a misa, no hacen un honorable ni un valiente soldado. En consecuencia, ni dentro de unos años, ni ahora, nadie pedirá perdón por guardar silencio. Por el contrario, estamos a días de que con el cambio de gobierno se recrudezcan los abusos hacían nosotros y nuestras familias. En parte gracias al vil comportamiento tanto del ausente y disperso MAURICIO MACRI, presidente saliente, como también de ALBERTO FERNÁNDEZ y su vicepresidente CRISTINA KIRCHNER, que a partir del próximo 10 de diciembre, regresan… POR TODO.
[/ezcol_1half]
[ezcol_1half_end]
[/ezcol_1half_end]
[ezcol_1third]
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Noviembre 18, 2019
[/ezcol_1third]
[ezcol_2third_end]
“El desierto no tiene moral. Por eso, nada de lo que te ha enseñado la sociedad te sirve cuando te enfrentas a él”
Alberto Vázquez-Figueroa (1936- )
.
NADIE PEDIRÁ PERDÓN POR TANTO SILENCIO
Por CLAUDIO KUSSMAN
[ezcol_1half]Monseñor SANTIAGO OLIVERA (Obispo castrense de la República Argentina), es un sacerdote controvertido por haber participado en la falaz ceremonia de beatificación del Obispo ENRIQUE ANGELELLI, llevada a cabo el 27 de abril del corriente año en La Rioja por disposición del Papa Francisco. Más allá de ello no cambia que en simultáneo valientemente se exprese sobre un tema más terrenal como es la irregular situación de los adultos mayores, que estamos imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad (como se quiera interpretar según de qué lado de la grieta se esté). En este caso el día 29 de octubre próximo pasado, presentó en la sede del Vaticano una denuncia-ponencia sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina. Entre otras definiciones dijo: “dentro de unos años, muchos deberemos pedir perdón por tanto silencio. No podemos permanecer callados cuando se priva a los acusados del derecho fundamental del debido proceso, como así también cuando se les niega el beneficio que por edad o estado de salud está previsto en cuanto a la detención en su domicilio y cuando son excluidos de una asistencia médica elemental”. Esto expresado en soledad, por supuesto lo escuchó el gobierno, el poder judicial, los medios, la iglesia y los miembros de todas las fuerzas de uniformados del país y en especial CLAUDIO PASCUALINI jefe del Estado Mayor General del Ejército. TODOS sin excepción guardaron silencio y continuaron no haciendo nada por sus subalternos caídos ni por quienes no lo somos (en mi caso policía). Aceptada la ilegalidad impera la hipocresía, el deshonor y la cobardía en especial en las fuerzas armadas, haciendo que lo de MONSEÑOR OLIVERA, SEA UNA PREDICA EN EL DESIERTO. Un uniforme, un arma, entorchados dorados, botas bien lustradas y concurrir a misa, no hacen un honorable ni un valiente soldado. En consecuencia, ni dentro de unos años, ni ahora, nadie pedirá perdón por guardar silencio. Por el contrario, estamos a días de que con el cambio de gobierno se recrudezcan los abusos hacían nosotros y nuestras familias. En parte gracias al vil comportamiento tanto del ausente y disperso MAURICIO MACRI, presidente saliente, como también de ALBERTO FERNÁNDEZ y su vicepresidente CRISTINA KIRCHNER, que a partir del próximo 10 de diciembre, regresan… POR TODO.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]
[ezcol_1third]
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Noviembre 18, 2019
[/ezcol_1third] [ezcol_2third_end]Alberto Vázquez-Figueroa (1936- )
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 18, 2019