Una persona narcisista se cree mejor parecido, más exitoso, más inteligente y, en varios aspectos, más merecedor que otros. Muestran una alta y excesiva autoestima, como también excelsa imagen de sí mismos, lejos ésta de la realidad, con grandiosas e infladas ideas de sí mismo. Son personas que organizan su diario vivir en torno al mantenimiento de su necesario nivel de imagen, grandiosidad y autoestima.
Las personas con personalidad narcisista muestran una sobreestima de las propias habilidades, talentos y capacidades; ellas tienen una imagen distorsionada de sí mismas. El narcisista no se sientes feliz por el éxito de los otros y, tienen tendencia a buscar la manera de derribarlos. Para ellas, es imprescindible ser admiradas y reconocidas por individuos o terceras personas que son parte de su círculo íntimo y/o social.
Las personas que tienen amor propio, detentan la capacidad de amarse a sí mismos, a aceptarse valorarse tal y como son, con sus defectos y virtudes; en ellas, es el amor que les impulsa a crecer, nos ayuda a estimarnos y respetarnos, a que seamos mejores amigos con uno mismo. Tener amor propio es esencial dado hace que le demos valor a nuestras cualidades y facultades.
No confundamos amor propio con autoestima; esta última se nutre de la valoración que le damos a todos los aspectos y dimensiones de nuestra vida. La autoestima está asociada al amor propio.
Una admiración desmedida de uno mismo, un excesivo amor propio, conduciría a pensar en alguien egocéntrico, vanidoso, soberbio, arrogante, etc.; podríamos estar en presencia de narcisismo… Pero claro, el narcisista, a diferencia del egoísta, se prioriza a sí mismo; el otro no se ama a sí mismo.
Ser egoísta es sentir desprecio hacia su persona, se siente vacío y miserable, lo que lo lleva a querer todo para sí; no experimenta amor.
Las personas egoístas protegen lo suyo a capa y espada, ellas pueden pensar en sí mismo y solo se interesan por sus intereses y necesidades. Su actitud es “primero yo, luego yo y después yo”, algo que, desde luego, lleva a ensombrecer sus relaciones personales; son capaces de manipular su entorno, a conveniencia propia, de manera de no sentirse mal consigo mismo.
Los egoístas son pretenciosos y siempre desean ocupar un lugar destacado, buscan sobresalir del resto; son hábiles al momento de expresar sus deseos haciendo creer a los demás, como a sí mismo, que habrá beneficios por sus acciones. Los egoístas dan poco y piden mucho y, en caso de esto último, sólo lo hacen por su propio interés.
Los egoístas tienden a culpar a otros algo sale mal y procurarán demostrar que el error ha sido del otro; lamentablemente ellos se convencen a sí mismo, por lo que refuerzan su propio ego al marcar, según ellos, que la equivocación fue de la otra persona. Ellas encuentran gran satisfacción en su forma de ser y actuar y, al estar muy pendientes de sí mismos, se olvidan del prójimo. Son personas arrogantes, que se dan excesiva importancia y no tienen en cuenta los puntos de vista y opiniones de los demás. las personas egoístas son desconfiadas, sospechan de todo, son propensos a la ansiedad, al miedo y a la ira.
Seamos felices con el hecho de conocer el amor, el amor propio, el amor de pareja y el amor al prójimo. Dejemos de movilizarnos en la búsqueda del beneficio propio, porque puede estropear muchas relaciones interpersonales y fomentemos conductas y actitudes desinteresadas que nos lleven a ayudar a alguien.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y muestre su rostro, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Salud, Paz, Amor, y Prosperidad.
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Por Claudio Valerio.
Una persona narcisista se cree mejor parecido, más exitoso, más inteligente y, en varios aspectos, más merecedor que otros. Muestran una alta y excesiva autoestima, como también excelsa imagen de sí mismos, lejos ésta de la realidad, con grandiosas e infladas ideas de sí mismo. Son personas que organizan su diario vivir en torno al mantenimiento de su necesario nivel de imagen, grandiosidad y autoestima.
Las personas con personalidad narcisista muestran una sobreestima de las propias habilidades, talentos y capacidades; ellas tienen una imagen distorsionada de sí mismas. El narcisista no se sientes feliz por el éxito de los otros y, tienen tendencia a buscar la manera de derribarlos. Para ellas, es imprescindible ser admiradas y reconocidas por individuos o terceras personas que son parte de su círculo íntimo y/o social.
Las personas que tienen amor propio, detentan la capacidad de amarse a sí mismos, a aceptarse valorarse tal y como son, con sus defectos y virtudes; en ellas, es el amor que les impulsa a crecer, nos ayuda a estimarnos y respetarnos, a que seamos mejores amigos con uno mismo. Tener amor propio es esencial dado hace que le demos valor a nuestras cualidades y facultades.
No confundamos amor propio con autoestima; esta última se nutre de la valoración que le damos a todos los aspectos y dimensiones de nuestra vida. La autoestima está asociada al amor propio.
Una admiración desmedida de uno mismo, un excesivo amor propio, conduciría a pensar en alguien egocéntrico, vanidoso, soberbio, arrogante, etc.; podríamos estar en presencia de narcisismo… Pero claro, el narcisista, a diferencia del egoísta, se prioriza a sí mismo; el otro no se ama a sí mismo.
Ser egoísta es sentir desprecio hacia su persona, se siente vacío y miserable, lo que lo lleva a querer todo para sí; no experimenta amor.
Las personas egoístas protegen lo suyo a capa y espada, ellas pueden pensar en sí mismo y solo se interesan por sus intereses y necesidades. Su actitud es “primero yo, luego yo y después yo”, algo que, desde luego, lleva a ensombrecer sus relaciones personales; son capaces de manipular su entorno, a conveniencia propia, de manera de no sentirse mal consigo mismo.
Los egoístas son pretenciosos y siempre desean ocupar un lugar destacado, buscan sobresalir del resto; son hábiles al momento de expresar sus deseos haciendo creer a los demás, como a sí mismo, que habrá beneficios por sus acciones. Los egoístas dan poco y piden mucho y, en caso de esto último, sólo lo hacen por su propio interés.
Los egoístas tienden a culpar a otros algo sale mal y procurarán demostrar que el error ha sido del otro; lamentablemente ellos se convencen a sí mismo, por lo que refuerzan su propio ego al marcar, según ellos, que la equivocación fue de la otra persona. Ellas encuentran gran satisfacción en su forma de ser y actuar y, al estar muy pendientes de sí mismos, se olvidan del prójimo. Son personas arrogantes, que se dan excesiva importancia y no tienen en cuenta los puntos de vista y opiniones de los demás. las personas egoístas son desconfiadas, sospechan de todo, son propensos a la ansiedad, al miedo y a la ira.
Seamos felices con el hecho de conocer el amor, el amor propio, el amor de pareja y el amor al prójimo. Dejemos de movilizarnos en la búsqueda del beneficio propio, porque puede estropear muchas relaciones interpersonales y fomentemos conductas y actitudes desinteresadas que nos lleven a ayudar a alguien.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y muestre su rostro, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Salud, Paz, Amor, y Prosperidad.
Claudio Valerio
®. Valerius
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 15, 2023