NO SABEMOS SI ESTAMOS EN FASE 1, FASE 1 Y ¼ , EN FASE 2 O FASE 2 Y ¾.,
MIENTRAS LAS VACUNAS SIGUEN LLEGANDO A CUENTAGOTAS
Cuando el viernes pasado, el Presidente de la Nación hablo al país, con un mensaje que había sido gravado la noche anterior, dando cuenta de que se prorrogaban las restricciones imperantes por el COVID-19, quedo la sensación de que todo seguiría igual y no habría grandes cambios.
De hecho, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dio una conferencia de prensa, a la tarde de ese mismo día, dando detalle de lo que suponía serian las restricciones. Lo mismo hizo el gobernador de Buenos Aires, horas mas tarde. La verdad, es que ninguno de los dos tenia la mas minina idea de que diría el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia, que dicho sea de paso, se promulgo ese mismo viernes cerca de la medianoche. La gran mayoría de Gobernadores e Intendentes se enteraban del mismo por la televisión.
Y es que el Presidente dice una cosa en cadena nacional y luego los Decretos dicen otra. Mejor dicho, los Decretos imponen restricciones que en su discurso no dijo y que sus Ministros negaron hasta diez minutos antes de que se promulgara. Ya no hay consenso, el Presidente no dialoga con nadie, ni siquiera con los suyos; se ha encerrado en su circulo mas cercano, tomando las decisiones en forma absolutamente discrecional.
A ciencia cierta, hoy, ninguno de los argentinos sabemos concretamente cuales son las restricciones que imperan en cada provincia o en cada ciudad. No sabemos si estamos en Fase 1, Fase 1 y ¼ , en Fase 2 o Fase 2 y ¾.
Se imponen medidas que no se cumplan, dado que nadie las controla y que resultan totalmente contradictorias. Nadie entiende ni entenderá porque se suspende el dictado de clases para los niños pero siguen abiertas las ferias barriales que explotan de gente, sin distanciamiento social, muchos sin barbijo y sin que sepan que es el alcohol en gel. O que se prohíban las reuniones sociales pero las plazas sigan desbordadas de gente o se permita las marchas de los movimientos sociales; en tanto que se estigmatiza a los barrios privados y por ende a una supuesta clase acomodada de hacer fiestas clandestinas, sin decir una sola palabra de lo que ocurre en los barrios mas humildes. Sera que el virus ataca solo las escuelas y las casas privadas?.
Y hablando justamente de los movimientos sociales, el gobierno les aseguro 70.000 vacunas, al considerarlos esenciales, pues atienden los comedores y los merenderos, que reconocieron llegan a 10.000. La verdad, que les debería dar vergüenza reconocer que existen ese numero de comederos y merenderos, pues significa el fracaso de la política económica del gobierno y que siguen creciendo los pobres en el país. A lo que debemos sumarle las pedidas por los gremios, entre ellos colectiveros, supermercadistas, empleados de cementerios, judiciales, que suman en total 1.500.000 vacunas.
Lo cierto es que las vacunas siguen llegando a “cuenta gotas” en un país en el que se privilegia a la hora de la vacunación, a los amigos del poder, a las bellas jóvenes militantes, sus familiares, los piqueteros y los sindicalistas por sobre el ciudadano común, en especial nuestros viejos. Sin mencionar que aun hay médicos que no han sido vacunados. Es como si en esta Argentina hubiera ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
En concreto, no sabemos donde estamos parados y menos aun a donde vamos, mientras en el horizonte ya se ve que planean suspender las elecciones, pues en medio de esta crisis, según piensan algunos funcionarios del gobierno, no estamos para superficialidades y banalidades como es VOTAR. En entre tanto, nuestra autóctona clase media se dedica a golpear cacerolas y marchar en autos, que entre nosotros, no le causa ni cosquillas al gobierno.
Como digo Mariano Moreno: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.”
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NO SABEMOS SI ESTAMOS EN FASE 1, FASE 1 Y ¼ , EN FASE 2 O FASE 2 Y ¾.,
MIENTRAS LAS VACUNAS SIGUEN LLEGANDO A CUENTAGOTAS
De hecho, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dio una conferencia de prensa, a la tarde de ese mismo día, dando detalle de lo que suponía serian las restricciones. Lo mismo hizo el gobernador de Buenos Aires, horas mas tarde. La verdad, es que ninguno de los dos tenia la mas minina idea de que diría el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia, que dicho sea de paso, se promulgo ese mismo viernes cerca de la medianoche. La gran mayoría de Gobernadores e Intendentes se enteraban del mismo por la televisión.
Y es que el Presidente dice una cosa en cadena nacional y luego los Decretos dicen otra. Mejor dicho, los Decretos imponen restricciones que en su discurso no dijo y que sus Ministros negaron hasta diez minutos antes de que se promulgara. Ya no hay consenso, el Presidente no dialoga con nadie, ni siquiera con los suyos; se ha encerrado en su circulo mas cercano, tomando las decisiones en forma absolutamente discrecional.
Se imponen medidas que no se cumplan, dado que nadie las controla y que resultan totalmente contradictorias. Nadie entiende ni entenderá porque se suspende el dictado de clases para los niños pero siguen abiertas las ferias barriales que explotan de gente, sin distanciamiento social, muchos sin barbijo y sin que sepan que es el alcohol en gel. O que se prohíban las reuniones sociales pero las plazas sigan desbordadas de gente o se permita las marchas de los movimientos sociales; en tanto que se estigmatiza a los barrios privados y por ende a una supuesta clase acomodada de hacer fiestas clandestinas, sin decir una sola palabra de lo que ocurre en los barrios mas humildes. Sera que el virus ataca solo las escuelas y las casas privadas?.
Y hablando justamente de los movimientos sociales, el gobierno les aseguro 70.000 vacunas, al considerarlos esenciales, pues atienden los comedores y los merenderos, que reconocieron llegan a 10.000. La verdad, que les debería dar vergüenza reconocer que existen ese numero de comederos y merenderos, pues significa el fracaso de la política económica del gobierno y que siguen creciendo los pobres en el país. A lo que debemos sumarle las pedidas por los gremios, entre ellos colectiveros, supermercadistas, empleados de cementerios, judiciales, que suman en total
1.500.000 vacunas.
Lo cierto es que las vacunas siguen llegando a “cuenta gotas” en un país en el que se privilegia a la hora de la vacunación, a los amigos del poder, a las bellas jóvenes militantes, sus familiares, los piqueteros y los sindicalistas por sobre el ciudadano común, en especial nuestros viejos. Sin mencionar que aun hay médicos que no han sido vacunados. Es como si en esta Argentina hubiera ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
En concreto, no sabemos donde estamos parados y menos aun a donde vamos, mientras en el horizonte ya se ve que planean suspender las elecciones, pues en medio de esta crisis, según piensan algunos funcionarios del gobierno, no estamos para superficialidades y banalidades como es VOTAR. En entre tanto, nuestra autóctona clase media se dedica a golpear cacerolas y marchar en autos, que entre nosotros, no le causa ni cosquillas al gobierno.
Como digo Mariano Moreno: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.”
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 3, 2021