El principal candidato para la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, declaró el jueves “Soy un admirador de Trump” y rechazó que se lo calificara de candidato de extrema derecha debido a su retórica sobre crímenes, políticas migratorias actuales y opiniones pasadas que favorecen la tortura. Hablando en su primera conferencia de prensa desde que obtuvo el 46 por ciento de los votos en una elección de primera ronda el domingo pasado, seguido por el izquierdista Fernando Haddad, quien obtuvo el 29 por ciento, Bolsonaro comunicó: “Cuando hablé de la cuestión de la migración, es porque no podemos tener un país con fronteras abiertas”. Bolsonaro, un populista de 63 años y congresista de siete períodos, declaró: “Soy un admirador del presidente Trump. Quiere un Estados Unidos grandioso, yo quiero un gran Brasil”.
Sus comentarios se produjeron cuando él y Haddad hicieron campaña antes de una segunda vuelta (el 28 de octubre) en la que las encuestas sugieren que Bolsonaro debería ganar fácilmente. Pero la carrera presidencial es una de las más polarizadas en la memoria de Brasil. Los detractores de Bolsonaro resaltan sus polémicos comentarios en el pasado degradando a mujeres y gays, y hablando con nostalgia de la dictadura militar de 1964-1985 en Brasil.
Haddad, de 55 años, es despreciado por una gran parte de los 147 millones de votantes de Brasil por pertenecer al Partido de los Trabajadores, que se considera extremadamente corrupto y que estuvo en el poder durante 13 años hasta 2016, con consecuencias devastadoras.
Una encuesta de intención de los votantes publicada el miércoles acreditó a Bolsonaro con un 58 por ciento de apoyo, a un 42 por ciento para el candidato de izquierda, entrando en la segunda vuelta. Los principales pilares de apoyo de Bolsonaro son los brasileños varones, mejor educados y acomodados, y millones de personas que siguen a las iglesias evangélicas en crecimiento de Brasil.
El apoyo de Haddad se concentra en el noreste más pobre y negro del país, donde muchos aún están agradecidos a Lula por supuestos éxitos en la reducción de la pobreza. Aunque siguen siendo pobres…
Ambos candidatos están tratando de reforzar su apoyo. Bolsonaro llamó el jueves a los miembros electos de su ultraconservador Partido Social Liberal y otros diputados que lo respaldan en Río para mostrar el nivel de apoyo que tiene.
Haddad estaba tratando de seducir a los influyentes obispos católicos de Brasil. También eliminó imágenes del color rojo de la firma de Lula y del Partido de los Trabajadores de su material de campaña. Días pasados, Haddad dijo que confiaba en acortar la brecha con Bolsonaro.
“Necesitamos solo ocho puntos para llegar a 50 (por ciento del apoyo de las encuestas). Tenemos dos semanas de trabajo para obtener esos ocho puntos”, dijo Haddad a los periodistas en Brasilia.
El principal candidato para la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, declaró el jueves “Soy un admirador de Trump” y rechazó que se lo calificara de candidato de extrema derecha debido a su retórica sobre crímenes, políticas migratorias actuales y opiniones pasadas que favorecen la tortura. Hablando en su primera conferencia de prensa desde que obtuvo el 46 por ciento de los votos en una elección de primera ronda el domingo pasado, seguido por el izquierdista Fernando Haddad, quien obtuvo el 29 por ciento, Bolsonaro comunicó: “Cuando hablé de la cuestión de la migración, es porque no podemos tener un país con fronteras abiertas”. Bolsonaro, un populista de 63 años y congresista de siete períodos, declaró: “Soy un admirador del presidente Trump. Quiere un Estados Unidos grandioso, yo quiero un gran Brasil”.
Sus comentarios se produjeron cuando él y Haddad hicieron campaña antes de una segunda vuelta (el 28 de octubre) en la que las encuestas sugieren que Bolsonaro debería ganar fácilmente. Pero la carrera presidencial es una de las más polarizadas en la memoria de Brasil. Los detractores de Bolsonaro resaltan sus polémicos comentarios en el pasado degradando a mujeres y gays, y hablando con nostalgia de la dictadura militar de 1964-1985 en Brasil.
Haddad, de 55 años, es despreciado por una gran parte de los 147 millones de votantes de Brasil por pertenecer al Partido de los Trabajadores, que se considera extremadamente corrupto y que estuvo en el poder durante 13 años hasta 2016, con consecuencias devastadoras.
Una encuesta de intención de los votantes publicada el miércoles acreditó a Bolsonaro con un 58 por ciento de apoyo, a un 42 por ciento para el candidato de izquierda, entrando en la segunda vuelta. Los principales pilares de apoyo de Bolsonaro son los brasileños varones, mejor educados y acomodados, y millones de personas que siguen a las iglesias evangélicas en crecimiento de Brasil.
El apoyo de Haddad se concentra en el noreste más pobre y negro del país, donde muchos aún están agradecidos a Lula por supuestos éxitos en la reducción de la pobreza. Aunque siguen siendo pobres…
Ambos candidatos están tratando de reforzar su apoyo. Bolsonaro llamó el jueves a los miembros electos de su ultraconservador Partido Social Liberal y otros diputados que lo respaldan en Río para mostrar el nivel de apoyo que tiene.
Haddad estaba tratando de seducir a los influyentes obispos católicos de Brasil. También eliminó imágenes del color rojo de la firma de Lula y del Partido de los Trabajadores de su material de campaña. Días pasados, Haddad dijo que confiaba en acortar la brecha con Bolsonaro.
“Necesitamos solo ocho puntos para llegar a 50 (por ciento del apoyo de las encuestas). Tenemos dos semanas de trabajo para obtener esos ocho puntos”, dijo Haddad a los periodistas en Brasilia.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 16, 2018
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