El día quince de mayo pasado, el Juez ONILDO OSVALDO STEMPHELET, a cargo del Juzgado de Ejecución Penal número dos de Bahía Blanca, seguramente lo recordará como un día de “caro” placer y engaño. Todo porque al finalizar la tarde, con su investidura debajo del brazo concurrió a un prostíbulo nada Vip ubicado en la calle Rivadavia 2280 de esa ciudad, como simple cliente, necesitado de mimos y afectos. Allí luego de acabar con su estrés laboral con la paraguaya de 31 años, Jésica, cuyo apodo artístico es “Gatubela”, se dio cuenta que le habían quitado la tensión y también la billetera con tres mil pesos y su tarjeta de crédito. Sin dilación llamó al 911 y esperó en la puerta del burdel, la llegada de la policía. Los “azules” que acudieron en el móvil 231101 sin un pelo de zonzos y seguramente ante la posibilidad de un saludo amistoso por parte de los ocupantes del lugar, lo alejaron unos metros ante “posibles represalias”. Valientemente ingresaron a buscar los bienes del togado, “Gatubela” confirmó el buen servicio brindado como así que Su Señoría tras abonar, se había retirado recontento del lupanar y allí terminó todo.
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Ante el fracaso de la corta investigación, ahora el hecho de hurto es investigado en profundidad por la Fiscalía N°8 de la sureña ciudad. Lo propio se hace para establecer si, en el prostíbulo no se cometen otras fechorías como podría ser la “trata de personas o delitos conexos a la trata”. Como termine esta pequeña historia de amor pago, placer y engaño lo determinará el tiempo, lo que sí vale preguntarse: En vez de “chapear” al ser víctima de una sustracción en un “inmueble del pecado” ¿lo razonable no hubiera sido denunciar la pérdida de la tarjeta de crédito y hacer silencio? ¿Qué dirá la familia del magistrado ante el estado público del hecho? Si ONILDO actuó de esta forma tan poco razonable ¿con qué lógica y sentido común actuará en su función? Bueno, estando donde estoy junto con otros muchos adultos mayores, ya me doy cuenta cómo funciona la mente de no pocos togados. Eso sí, en caso de reincidir señor juez yo le recomendaría que la próxima vez, tenga la billetera en la mano y haga lo que haga y pase lo que pase no la suelte. En esos lugares el amor no existe y no se engañe, usted sin el traje puesto no es nada.
UNA HISTORIA DE AMOR PAGO, PLACER Y ENGAÑO
El día quince de mayo pasado, el Juez ONILDO OSVALDO STEMPHELET, a cargo del Juzgado de Ejecución Penal número dos de Bahía Blanca, seguramente lo recordará como un día de “caro” placer y engaño. Todo porque al finalizar la tarde, con su investidura debajo del brazo concurrió a un prostíbulo nada Vip ubicado en la calle Rivadavia 2280 de esa ciudad, como simple cliente, necesitado de mimos y afectos. Allí luego de acabar con su estrés laboral con la paraguaya de 31 años, Jésica, cuyo apodo artístico es “Gatubela”, se dio cuenta que le habían quitado la tensión y también la billetera con tres mil pesos y su tarjeta de crédito. Sin dilación llamó al 911 y esperó en la puerta del burdel, la llegada de la policía. Los “azules” que acudieron en el móvil 231101 sin un pelo de zonzos y seguramente ante la posibilidad de un saludo amistoso por parte de los ocupantes del lugar, lo alejaron unos metros ante “posibles represalias”. Valientemente ingresaron a buscar los bienes del togado, “Gatubela” confirmó el buen servicio brindado como así que Su Señoría tras abonar, se había retirado recontento del lupanar y allí terminó todo.
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Ante el fracaso de la corta investigación, ahora el hecho de hurto es investigado en profundidad por la Fiscalía N°8 de la sureña ciudad. Lo propio se hace para establecer si, en el prostíbulo no se cometen otras fechorías como podría ser la “trata de personas o delitos conexos a la trata”. Como termine esta pequeña historia de amor pago, placer y engaño lo determinará el tiempo, lo que sí vale preguntarse: En vez de “chapear” al ser víctima de una sustracción en un “inmueble del pecado” ¿lo razonable no hubiera sido denunciar la pérdida de la tarjeta de crédito y hacer silencio? ¿Qué dirá la familia del magistrado ante el estado público del hecho? Si ONILDO actuó de esta forma tan poco razonable ¿con qué lógica y sentido común actuará en su función? Bueno, estando donde estoy junto con otros muchos adultos mayores, ya me doy cuenta cómo funciona la mente de no pocos togados. Eso sí, en caso de reincidir señor juez yo le recomendaría que la próxima vez, tenga la billetera en la mano y haga lo que haga y pase lo que pase no la suelte. En esos lugares el amor no existe y no se engañe, usted sin el traje puesto no es nada.
[ezcol_1half]Claudio Kussman
Interno L.P.U. 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Junio 13, 2019
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]“Engañar al que engaña es doblemente
[/ezcol_1half_end]entretenido”
Jean de La Fontaine (1621-1695)
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 13, 2019
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