El 28 de julio de 1942, cuando la ofensiva alemana de verano de 1942, denominada Caso Azul, estaba en pleno apogeo, la Wehrmacht avanzaba rápidamente hacia Stalingrado, el Ejército Rojo se retiraba precipitadamente por todo el frente sur, sus soldados se rendían en crecientes números. Para restablecer la disciplina en el ejército soviético contra la Alemania nazi, Stalin emitió la Orden nº 227 que dio origen al famoso lema “¡Ni un paso atrás!”.
Pero ¿y si los soldados aun así dieran un paso atrás? ¿O diez pasos atrás? ¿Qué haría Stalin al respecto? La Orden nº 227 también dio origen a la creación de “destacamentos de bloqueo”. Eran escuadrones defensivos bien armados que fueron “colocados directamente detrás de divisiones inestables… para disparar en el lugar a los que incitaban al pánico y a los cobardes que se retiraban sin autorización”.
Entonces, si un soldado del Ejército Rojo avanzaba, las balas alemanas lo matarían, mientras que si retrocedía, lo matarían las balas de sus camaradas. Qué pepinillo más triste.
Irónicamente, el 30 de enero de 1945, cuando el Ejército Rojo ya luchaba en suelo alemán, Heinrich Himmler -el Reichsführer de las SS- se encontró imitando la orden de Stalin de “Ni un paso atrás” de 1942, aunque su versión no sonó igual. Se titulaba “Tod und Strafe für Pflichtvergessenheit”, que significa “Muerte y castigo por incumplimiento del deber”. Esta orden obtuvo el respaldo total de Hitler, lo cual no fue una sorpresa ya que Himmler era su aliado más antiguo, más cercano y más leal.
Para hacer cumplir esta orden, Himmler y Hitler dieron a la Feldgendarmerie (policía militar) exactamente los mismos trabajos que a los destacamentos de bloqueo soviéticos. El ejército de Feldgend nunca vio ningún combate, permanecieron seguros en la retaguardia con su equipo y atraparon a todos los que retrocedieron, los arrojaron al frente infernal o los ejecutaron en el lugar. Muchos refugiados alemanes se horrorizaron cuando desfilaron por los “callejones de la horca” donde las SS y la Feldgendarmerie habían ahorcado a los desertores. Les habían atado al cuello pancartas que decían: “Fui un cobarde pero morí de todos modos” o “Aquí estoy colgado porque no creía en el Führer”.
No se mantuvieron registros oficiales de la ejecución sumaria de desertores llevada a cabo por la Feldgendarmerie, pero la evidencia anecdótica sugiere que en el sector del XI Cuerpo de las SS, muchos, incluidos varios miembros de las Juventudes Hitlerianas, fueron colgados de los árboles con la prueba más endeble. Muchos soldados alemanes estaban realmente intentando volver a unirse a sus unidades (después de sus permisos de origen, de baja por enfermedad, de perderse…) cuando fueron capturados y ejecutados por la Feldgendarmerie. Los informes soviéticos afirmaron que la Feldgendarmerie ejecutó sumariamente a unos 25.000 alemanes por cobardía sólo en 1945. Los soldados alemanes ahora estaban en los zapatos soviéticos.
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Por Heather MacDonnell.
El 28 de julio de 1942, cuando la ofensiva alemana de verano de 1942, denominada Caso Azul, estaba en pleno apogeo, la Wehrmacht avanzaba rápidamente hacia Stalingrado, el Ejército Rojo se retiraba precipitadamente por todo el frente sur, sus soldados se rendían en crecientes números. Para restablecer la disciplina en el ejército soviético contra la Alemania nazi, Stalin emitió la Orden nº 227 que dio origen al famoso lema “¡Ni un paso atrás!”.
Pero ¿y si los soldados aun así dieran un paso atrás? ¿O diez pasos atrás? ¿Qué haría Stalin al respecto? La Orden nº 227 también dio origen a la creación de “destacamentos de bloqueo”. Eran escuadrones defensivos bien armados que fueron “colocados directamente detrás de divisiones inestables… para disparar en el lugar a los que incitaban al pánico y a los cobardes que se retiraban sin autorización”.
Entonces, si un soldado del Ejército Rojo avanzaba, las balas alemanas lo matarían, mientras que si retrocedía, lo matarían las balas de sus camaradas. Qué pepinillo más triste.
Irónicamente, el 30 de enero de 1945, cuando el Ejército Rojo ya luchaba en suelo alemán, Heinrich Himmler -el Reichsführer de las SS- se encontró imitando la orden de Stalin de “Ni un paso atrás” de 1942, aunque su versión no sonó igual. Se titulaba “Tod und Strafe für Pflichtvergessenheit”, que significa “Muerte y castigo por incumplimiento del deber”. Esta orden obtuvo el respaldo total de Hitler, lo cual no fue una sorpresa ya que Himmler era su aliado más antiguo, más cercano y más leal.
Para hacer cumplir esta orden, Himmler y Hitler dieron a la Feldgendarmerie (policía militar) exactamente los mismos trabajos que a los destacamentos de bloqueo soviéticos. El ejército de Feldgend nunca vio ningún combate, permanecieron seguros en la retaguardia con su equipo y atraparon a todos los que retrocedieron, los arrojaron al frente infernal o los ejecutaron en el lugar. Muchos refugiados alemanes se horrorizaron cuando desfilaron por los “callejones de la horca” donde las SS y la Feldgendarmerie habían ahorcado a los desertores. Les habían atado al cuello pancartas que decían: “Fui un cobarde pero morí de todos modos” o “Aquí estoy colgado porque no creía en el Führer”.
No se mantuvieron registros oficiales de la ejecución sumaria de desertores llevada a cabo por la Feldgendarmerie, pero la evidencia anecdótica sugiere que en el sector del XI Cuerpo de las SS, muchos, incluidos varios miembros de las Juventudes Hitlerianas, fueron colgados de los árboles con la prueba más endeble. Muchos soldados alemanes estaban realmente intentando volver a unirse a sus unidades (después de sus permisos de origen, de baja por enfermedad, de perderse…) cuando fueron capturados y ejecutados por la Feldgendarmerie. Los informes soviéticos afirmaron que la Feldgendarmerie ejecutó sumariamente a unos 25.000 alemanes por cobardía sólo en 1945. Los soldados alemanes ahora estaban en los zapatos soviéticos.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 10, 2024
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