Un padre de 12 hijos de Texas murió de complicaciones de COVID-19 después de una batalla por la salud de un mes.
Cuando a Reed Hickson, de 49 años, le diagnosticaron COVID-19 en agosto, muchos de los otros miembros de su familia habían experimentado sólo síntomas “leves” del virus, dijo su esposa, Gina Hickson, cuyo matrimonio fue de 29 años.
Reed HicksonGina Hickson
Mientras sus familiares se recuperaban, los síntomas de Hickson continuaron empeorando durante las siguientes tres semanas y finalmente fue ingresado en una unidad de cuidados intensivos local. A partir de ahí, su salud se mantuvo estable hasta que las cosas cambiaron en los días siguientes.
A medida que empeoraba su perspectiva, los seres queridos de Hickson intentaron conseguir una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), que ayuda a los pacientes con problemas cardíacos y pulmonares mediante el bombeo de oxígeno por todo el cuerpo. Las costosas máquinas se consideran el “nivel más alto de soporte vital”, incluso más que un ventilador.
“Todavía necesito una cama con capacidad de ECMO. ¡Solo necesito una, sí!” Gina escribió en Facebook el 19 de septiembre, señalando que había tenido que “enfrentar la dura realidad” de que esta era la “única oportunidad de su esposo de mantenerse con vida”.
“Si tiene conexiones, utilícelas, nos estamos quedando sin tiempo y sin opciones. Puede estar más lejos”, agregó.
“¡¡¡Gracias y sigan rezando !!! No estamos perdiendo la esperanza !!!” continuó, señalando que la mayoría de las instalaciones médicas ya estaban llenas. La pandemia ha provocado una escasez de máquinas ECMO, que se ha visto agravada por la escasez de funcionarios de salud que estén calificados para usarlas.
El 20 de septiembre, un día después del mensaje de Gina, su esposo murió. No está claro si había sido vacunado contra el virus.
“Cuando lo ves de cerca, un paciente al que estás cuidando, pero aún más un miembro de la familia, un amigo, cambia tu vida”, dijo a un amigo de Hickson, el Dr. Andy Wilson.
“Lo más difícil que he hecho en mi vida fue volver a casa y decirles a mis bebés que su papá no volvería a casa”, agregó Gina.
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Un padre de 12 hijos de Texas murió de complicaciones de COVID-19 después de una batalla por la salud de un mes.
Cuando a Reed Hickson, de 49 años, le diagnosticaron COVID-19 en agosto, muchos de los otros miembros de su familia habían experimentado sólo síntomas “leves” del virus, dijo su esposa, Gina Hickson, cuyo matrimonio fue de 29 años.
Mientras sus familiares se recuperaban, los síntomas de Hickson continuaron empeorando durante las siguientes tres semanas y finalmente fue ingresado en una unidad de cuidados intensivos local. A partir de ahí, su salud se mantuvo estable hasta que las cosas cambiaron en los días siguientes.
A medida que empeoraba su perspectiva, los seres queridos de Hickson intentaron conseguir una máquina de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), que ayuda a los pacientes con problemas cardíacos y pulmonares mediante el bombeo de oxígeno por todo el cuerpo. Las costosas máquinas se consideran el “nivel más alto de soporte vital”, incluso más que un ventilador.
“Todavía necesito una cama con capacidad de ECMO. ¡Solo necesito una, sí!” Gina escribió en Facebook el 19 de septiembre, señalando que había tenido que “enfrentar la dura realidad” de que esta era la “única oportunidad de su esposo de mantenerse con vida”.
“Si tiene conexiones, utilícelas, nos estamos quedando sin tiempo y sin opciones. Puede estar más lejos”, agregó.
“¡¡¡Gracias y sigan rezando !!! No estamos perdiendo la esperanza !!!” continuó, señalando que la mayoría de las instalaciones médicas ya estaban llenas. La pandemia ha provocado una escasez de máquinas ECMO, que se ha visto agravada por la escasez de funcionarios de salud que estén calificados para usarlas.
El 20 de septiembre, un día después del mensaje de Gina, su esposo murió. No está claro si había sido vacunado contra el virus.
“Cuando lo ves de cerca, un paciente al que estás cuidando, pero aún más un miembro de la familia, un amigo, cambia tu vida”, dijo a un amigo de Hickson, el Dr. Andy Wilson.
“Lo más difícil que he hecho en mi vida fue volver a casa y decirles a mis bebés que su papá no volvería a casa”, agregó Gina.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 26, 2021