Lo que EN REALIDAD DEBERIAMOS festejar es que en democracia tenemos un gobierno sano, que crecemos económicamente, se crea trabajo, que un asalariado puede comprar su vivienda y progresar, que tenemos una educación de excelencia.
El pasado viernes 10 de Diciembre, el oficialismo organizó un acto en la Plaza de Mayo para festejar el Día de la Democracia. “Hay que celebrar y llevar alegría a la gente” dijeron desde los sectores convocantes, obviamente alineados con el oficialismo.
Realmente, sin ánimo de chicana alguna, uno se pregunta: ¿Qué y corno festeja el gobierno?.
Tenemos un país donde el 50% de su población está por debajo de la línea de pobreza, o sea la mitad de la Argentina es pobre, una inflación descontrolada que llega al 60%, sin plan económico alguno, con una educación pauperizada y encima sumergidos en una inseguridad tal, que la gente ya no se anima a caminar por las calles.
Aparte, convengamos que la democracia no es patrimonio de un partido político ni de un sector. Es de todos los argentinos. La democracia no comenzó en el 2003. La democracia es de todos los argentinos.
En el acto no se vio banderas de los partidos de oposición, ni siquiera las banderas de la CGT. Todas eran banderas de grupos que responden al kirchnerismo. De hecho, el mismo hijo de la Vicepresidenta de la Nación llamo a reventar la plaza en serio, en una declamación que se contrapone con su actitud en el acto del dia de la militancia, cuando permaneció con sus huestes en el Obelisco y solo ingresó a la Plaza de Mayo cuando el Presidente de la Nación ya había terminado su discurso.
Claramente, el acto del 10 de diciembre, bajo la grandilocuente consigna de celebrar el Día de la Democracia, fue en realidad un acto político hecho a la medida justa de la Vicepresidenta de la Nación. Recordemos que el acto del día de la militancia, celebrado hace menos de un mes, fue utilizado por el Presidente de la Nación, con el apoyo de la CGT, para intentar empoderarse luego de la derrota electoral de las últimas elecciones. Imaginando una victoria que nunca fue, el Presidente de la Nación quiso hacer su propio 17 de octubre.
Ahora la Vicepresidenta de la Nación le contesta y organiza su propio, como un claro mensaje de que “la mande es ella y no él”. Que la gente la sigue a ella. En otras palabras: “los votos son míos”.
Encima esta vez no se privó de nada. Lo trajo al ex Presidente de Brasil, al ex presidente de Uruguay, homenajeó horas antes a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo con la entrega de los premios “Azucena Villaflor 2021″. Trabajo bandas musicales para que el pueblo baile y hasta convoco al reconocido cineasta Oliver Stone para grabar un documental, que increíblemente se encuentra en el país realizando una película sobre el “Lawfare”.
Realmente resulta muy triste que Presidente y Vicepresidenta de la Nación disputen poder mediante actos masivos, con encriptados mensajes entre ellos, mientras como siempre, el simple ciudadano esta en el medio.
Y justamente hablando de ciudadanía, para los seguidores del kirchnerismo festejos masivos, para el resto de la sociedad protocolos y pases sanitarios.
Como si nada de ello fuera suficiente, aprovecharon la ocasión para continuar usufructuando el remanido, desgastado y cansador discurso de los derechos humanos, al que limitan exclusivamente a lo sucedió en el último gobierno militar. Obvio, para tapar la investigación de la Justicia, por el pago de indemnizaciones a desaparecidos que, en realidad, no fueron tales. A la par, siguen negándose a condenar al gobierno de Nicaragua por las graves violaciones a los derechos humanos que cometieron y siguen cometiendo.
Todos los dirigentes oficialistas contentos y felices por el clima de fiesta que se vive en nuestro país. Se la pasan de fiesta en fiesta, en tanto que la gente mira otro canal.
Por ello, nos preguntamos: que puede festejar quienes perdieron un familiar o un amigo por el COVID-19 (hubo 116.719 muertos) cuando ellos se robaron las vacunas; que pueden festejar quienes debieron cerrar las puertas de sus negocios por una cavernícola cuarentena, que pueden festejar quienes perdieron un ser querido a manos de la inseguridad o que puede festejar quienes con su magro salario no llegan a fin de mes ni pueden tener una cena digna para Navidad o Año Nuevo cuando los funcionarios públicos cobran obscenos sueldos, o que puede festejar las madres cuando ven que sus hijos planean como huir del país….
En la antigua Roma, el poeta Juvenal escribió en uno de sus versos una expresión que dice: “Panem et circenses”. Lo que significa pan y circo, en alusión a la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo o entradas al legendario circo romano para distraer la atención del pueblo de los cruciales problemas sociales o conflictos políticos que azuzaban en su momento.
Desde aquella época a la actualidad nada ha cambiado. Ahora no es trigo, sino festival de planes sociales y aguinaldo piquetero; no es entrada al circo romano, sino festivales multitudinarios con grupos musicales.
Al respecto, cabe preguntarse: ¿habrán tocado gratis esos grupos musicales o cobrado su suculento cachet?
Todo esto se llama populismo. Del cual también es responsable la oposición que no ha sabido articular una propuesta atractiva y seria; que encima ahora se desgrana en domesticas internas; y que cuando le tocó gobernar puso su granito de arena para el rotundo fracaso de nuestra querida Argentina.
Con una mano en el corazón: “No les da vergüenza señores políticos lo que hacen”, ya que si algo debiéramos festejar es que en democracia tenemos un gobierno sano, que crecemos económicamente, que se crea trabajo, que un asalariado puede comprar su vivienda y progresar, que tenemos una educación de excelencia….
Si querían festejar el día de la democracia, lo que deberían hecho es juntar todo el arco político reuniendo a los ex presidentes, pedir perdón por los desastres que hicieron, agradecer que los seguimos votando a pesar de ello y ponerse a trabajar para cambiar la calamitosa realidad de este país. Pero claro, hay una gran diferencia entre el deber ser y el ser.
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Por Dr. Gonzalo Miño.
El pasado viernes 10 de Diciembre, el oficialismo organizó un acto en la Plaza de Mayo para festejar el Día de la Democracia. “Hay que celebrar y llevar alegría a la gente” dijeron desde los sectores convocantes, obviamente alineados con el oficialismo.
Realmente, sin ánimo de chicana alguna, uno se pregunta: ¿Qué y corno festeja el gobierno?.
Tenemos un país donde el 50% de su población está por debajo de la línea de pobreza, o sea la mitad de la Argentina es pobre, una inflación descontrolada que llega al 60%, sin plan económico alguno, con una educación pauperizada y encima sumergidos en una inseguridad tal, que la gente ya no se anima a caminar por las calles.
Aparte, convengamos que la democracia no es patrimonio de un partido político ni de un sector. Es de todos los argentinos. La democracia no comenzó en el 2003. La democracia es de todos los argentinos.
En el acto no se vio banderas de los partidos de oposición, ni siquiera las banderas de la CGT. Todas eran banderas de grupos que responden al kirchnerismo. De hecho, el mismo hijo de la Vicepresidenta de la Nación llamo a reventar la plaza en serio, en una declamación que se contrapone con su actitud en el acto del dia de la militancia, cuando permaneció con sus huestes en el Obelisco y solo ingresó a la Plaza de Mayo cuando el Presidente de la Nación ya había terminado su discurso.
Claramente, el acto del 10 de diciembre, bajo la grandilocuente consigna de celebrar el Día de la Democracia, fue en realidad un acto político hecho a la medida justa de la Vicepresidenta de la Nación. Recordemos que el acto del día de la militancia, celebrado hace menos de un mes, fue utilizado por el Presidente de la Nación, con el apoyo de la CGT, para intentar empoderarse luego de la derrota electoral de las últimas elecciones. Imaginando una victoria que nunca fue, el Presidente de la Nación quiso hacer su propio 17 de octubre.
Ahora la Vicepresidenta de la Nación le contesta y organiza su propio, como un claro mensaje de que “la mande es ella y no él”. Que la gente la sigue a ella. En otras palabras: “los votos son míos”.
Encima esta vez no se privó de nada. Lo trajo al ex Presidente de Brasil, al ex presidente de Uruguay, homenajeó horas antes a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo con la entrega de los premios “Azucena Villaflor 2021″. Trabajo bandas musicales para que el pueblo baile y hasta convoco al reconocido cineasta Oliver Stone para grabar un documental, que increíblemente se encuentra en el país realizando una película sobre el “Lawfare”.
Realmente resulta muy triste que Presidente y Vicepresidenta de la Nación disputen poder mediante actos masivos, con encriptados mensajes entre ellos, mientras como siempre, el simple ciudadano esta en el medio.
Y justamente hablando de ciudadanía, para los seguidores del kirchnerismo festejos masivos, para el resto de la sociedad protocolos y pases sanitarios.
Como si nada de ello fuera suficiente, aprovecharon la ocasión para continuar usufructuando el remanido, desgastado y cansador discurso de los derechos humanos, al que limitan exclusivamente a lo sucedió en el último gobierno militar. Obvio, para tapar la investigación de la Justicia, por el pago de indemnizaciones a desaparecidos que, en realidad, no fueron tales. A la par, siguen negándose a condenar al gobierno de Nicaragua por las graves violaciones a los derechos humanos que cometieron y siguen cometiendo.
Todos los dirigentes oficialistas contentos y felices por el clima de fiesta que se vive en nuestro país. Se la pasan de fiesta en fiesta, en tanto que la gente mira otro canal.
Por ello, nos preguntamos: que puede festejar quienes perdieron un familiar o un amigo por el COVID-19 (hubo 116.719 muertos) cuando ellos se robaron las vacunas; que pueden festejar quienes debieron cerrar las puertas de sus negocios por una cavernícola cuarentena, que pueden festejar quienes perdieron un ser querido a manos de la inseguridad o que puede festejar quienes con su magro salario no llegan a fin de mes ni pueden tener una cena digna para Navidad o Año Nuevo cuando los funcionarios públicos cobran obscenos sueldos, o que puede festejar las madres cuando ven que sus hijos planean como huir del país….
En la antigua Roma, el poeta Juvenal escribió en uno de sus versos una expresión que dice: “Panem et circenses”. Lo que significa pan y circo, en alusión a la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo o entradas al legendario circo romano para distraer la atención del pueblo de los cruciales problemas sociales o conflictos políticos que azuzaban en su momento.
Desde aquella época a la actualidad nada ha cambiado. Ahora no es trigo, sino festival de planes sociales y aguinaldo piquetero; no es entrada al circo romano, sino festivales multitudinarios con grupos musicales.
Al respecto, cabe preguntarse: ¿habrán tocado gratis esos grupos musicales o cobrado su suculento cachet?
Todo esto se llama populismo. Del cual también es responsable la oposición que no ha sabido articular una propuesta atractiva y seria; que encima ahora se desgrana en domesticas internas; y que cuando le tocó gobernar puso su granito de arena para el rotundo fracaso de nuestra querida Argentina.
Con una mano en el corazón: “No les da vergüenza señores políticos lo que hacen”, ya que si algo debiéramos festejar es que en democracia tenemos un gobierno sano, que crecemos económicamente, que se crea trabajo, que un asalariado puede comprar su vivienda y progresar, que tenemos una educación de excelencia….
Si querían festejar el día de la democracia, lo que deberían hecho es juntar todo el arco político reuniendo a los ex presidentes, pedir perdón por los desastres que hicieron, agradecer que los seguimos votando a pesar de ello y ponerse a trabajar para cambiar la calamitosa realidad de este país. Pero claro, hay una gran diferencia entre el deber ser y el ser.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 13, 2021