“Repudiamos enérgicamente la militarización… y los desmanes que generaron las fuerzas de seguridad de este país”. Estas fueron, más o menos, las palabras del titular de la CGT, Héctor Daer, sobre los acontecimientos frente al Congreso de la Nación en oportunidad de tratarse la ley de Reforma Previsional enviada por Macri. El diputado Rossi y, en general, toda la oposición se expresó en los mismos términos. ¡Se puede ser más chanta! Quince autos destrozados, comercios saqueados, vidrieras destruidas por delincuentes encapuchados (armados con piedras, hondas y palos) no merecieron, siquiera, un mísero comentario de repudio de estos señores. De los gendarmes heridos, insultados y vejados, como es natural, nadie se conduele. En la Argentina, los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad son ciudadanos de cuarta y ¡guay! de que alguno, ya en defensa propia o de un civil, toque a un encapuchado. Eso sí, el diputado Agustin Rossi se quejó amargamente por las vallas y la cantidad de efectivos que custodiaban el Congreso. Seguramente la intención de esos energúmenos (a los que llama “pueblo”) era ingresar al recinto. ¿Qué hubiese pasado? ¿Exagero si digo que hubieran colgado a los diputados oficialistas de los faroles? Se equivocan de medio a medio los que interpretan que fue un error de Macri el proyecto de ley de reforma previsional lo que enardeció a los violentos. Y a los diputados opositores. Además, cualquier excusa es buena para derrocar a un gobierno no peronista. El fogoneo del caso Santiago Maldonado tenía esa clara intención. Más bien se trató de un ensayo de golpe civil (a lo De la Rúa) monitoreado por sujetos, que de esto saben un montón, como Leopoldo Moreau.
Ahora bien, el oficialismo tampoco hace mucho por sí mismo. La diputada Elisa Carrió, por si llueve, apuntó contra Patricia Bullrich por el despliegue exagerado de la Gendarmería (“militarización”, Agustín Rossi dixit). No opinaría lo mismo, seguramente, si los encapuchados hubieran entrado al recinto. No se equivoca el diputado Moreau cuando pide la cabeza de la ministro de Seguridad de la Nación; en diciembre de 2001 pedía la de Domingo Cavallo como maniobra previa a exigirle la renuncia al presidente. Cuando defenestraron a De la Rúa, la Policía Federal fue la que puso el cuerpo para que “el pueblo” no lo “ajusticiara” dentro de la Casa Rosada; obviamente, los policías responsables ya recibieron su correspondiente condena. Si yo fuera gendarme pensaría dos veces antes de arriesgar mi vida para defender a políticos que luego me querellarán por haberlos defendido. Dado que este asalto al Congreso para impedir el tratamiento de una ley salió bien, todo conduce a pensar que vendrán otros y en escala mayor. La mayoría de la prensa reaccionó endilgando la responsabilidad de los hechos a la falta de cancha política del gobierno. De los energúmenos encapuchados ni una línea. Nelson Castro, por ejemplo, opina como si la Argentina fuera Disneylandia. Debiera poner en práctica sus ideas y hacer escuela vistiéndose de gendarme para enseñar cómo, con buenos modales y juiciosas palabras, se disuade a los señores encapuchados para que no lo lapiden o lo maten a palos.
El gobierno se hace trampas. Es que, en alguna medida, comparte la cosmovisión política que el kirchnerismo impuso a la clase política y a los opinadores profesionales. Si no fuera así, no hubiera reaccionado en contra del pedido de prisión preventiva que el juez Bonadío hizo de Cristina, Zannini, Timerman y demás. Constituye una hipocresía impúdica que el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, se pronuncie contra dicho fallo cuando militares de 80 y 90 años sufren prisión preventiva de hasta 14 años. Pero si el Vaticano tiene terror a que lo corran por derecha los organismos de derechos humanos, ¿por qué no habría de tenerlo el presidente Macri? Es difícil tomar medidas económicas de derecha y posar de zurdo. Además, lo dijo el mismísimo Jaime Duran Barba: “Macri es de izquierda”. Bueno, pero entonces no le pidamos peras al olmo.
Vamos a ver que pasa mañana, que sacaron gendarmería, desautorizándola frente a la barbarie.
Patricio
7 years ago
Ya lo adelanté en una nota, Gendarmería esta a tiro de fusil. Respecto a Macri, quien recorra los principales diarios de la Capital en el período en que era Intendente, leerá que siempre dijo “cada día soy más peronista” lo que es igual a corrupto e inepto, amén de comulgar con las izquierdas.
Leo Herreros
7 years ago
Dificil momento para ser de las fuerzas de seguridad. Ya sabes que en 30 años te manadan a guardar
La verdad es que estoy podrido de mantener vagos. Mi viejito con mas de 90 sigue manteniendo vagos y el laburo casi 60 años de su vida
Ariel Valdiviezo
7 years ago
Estimado Ortín, no en todo estoy de acuerdo con Ud., echamos la culpa siempre a los manifestante, no importa de color sean, o a las fuerzas de seguridad que pertenezcan, pero hay un dicho muy campechano que dice “LA CULPA NO ES DEL CHANCHO SINO DE QUIEN LE DA DE COMER”, y señores nos guste o no el que les da de comer a estos chanchos es el gobierno, permisivo, que incluso los alimentan con planes hechos a medida para la sarta de vagos, y a las fuerzas de seguridad las usan de fusibles para cualquier contingencia. Cordialmente
Carlos Cosilla
7 years ago
Aca no hay izquierdas ni derechas, hay oportunistas.
Patricio
7 years ago
¿Saben de quien era la Ley que se iba a votar? De Los Peronistas de la mano de Picheto. Que increible. La izquierda fue a hacer lo que sabe, encaraginar todo pero de propuestas superadoras, minga, ni una idea se les cae; pero si ellos fueran gobierno, hace rato que hubiesen fusilado a miles para imponer su sistema y los jubilados, no existirian, todos en las plazas pidiendo limosna y no falta mucho.
Todos estos “dirigentes”, no son olmos, son delincuentes. Los de antes y los de ahora, que en este periodo ningún periodista saca a relucir chanchullo alguno, pero tiempo al tiempo. Yo siento pena por los gendarmes y fuerzas de seguridad que reprimieron y por sus familias. Hoy los necesitan y “los bancan”, mañana los negocian y entregan a los depredadores judiciales y a la oposición a cambio de un sanwich de mortadela. Cómo estamos cambiando, no? Atentamente CLAUDIO KUSSMAN
Hola Claudio, los que asaltaron el Congreso ayer, pasibles de la aplicación del Art. 226 de C.P. y a los de adentro (diputados) también pero con el agregado del 227. ¿me podes informar si alguno fue imputado de alguno de estos delitos? porque seguro que a los uniformados ya los estarán “escribiendo” Saludos cordiales.
Por MAURICIO ORTÍN.
“Repudiamos enérgicamente la militarización… y los desmanes que generaron las fuerzas de seguridad de este país”. Estas fueron, más o menos, las palabras del titular de la CGT, Héctor Daer, sobre los acontecimientos frente al Congreso de la Nación en oportunidad de tratarse la ley de Reforma Previsional enviada por Macri. El diputado Rossi y, en general, toda la oposición se expresó en los mismos términos. ¡Se puede ser más chanta! Quince autos destrozados, comercios saqueados, vidrieras destruidas por delincuentes encapuchados (armados con piedras, hondas y palos) no merecieron, siquiera, un mísero comentario de repudio de estos señores. De los gendarmes heridos, insultados y vejados, como es natural, nadie se conduele. En la Argentina, los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad son ciudadanos de cuarta y ¡guay! de que alguno, ya en defensa propia o de un civil, toque a un encapuchado. Eso sí, el diputado Agustin Rossi se quejó amargamente por las vallas y la cantidad de efectivos que custodiaban el Congreso. Seguramente la intención de esos energúmenos (a los que llama “pueblo”) era ingresar al recinto. ¿Qué hubiese pasado? ¿Exagero si digo que hubieran colgado a los diputados oficialistas de los faroles? Se equivocan de medio a medio los que interpretan que fue un error de Macri el proyecto de ley de reforma previsional lo que enardeció a los violentos. Y a los diputados opositores. Además, cualquier excusa es buena para derrocar a un gobierno no peronista. El fogoneo del caso Santiago Maldonado tenía esa clara intención. Más bien se trató de un ensayo de golpe civil (a lo De la Rúa) monitoreado por sujetos, que de esto saben un montón, como Leopoldo Moreau.
[ezcol_1fifth]Ahora bien, el oficialismo tampoco hace mucho por sí mismo. La diputada Elisa Carrió, por si llueve, apuntó contra Patricia Bullrich por el despliegue exagerado de la Gendarmería (“militarización”, Agustín Rossi dixit). No opinaría lo mismo, seguramente, si los encapuchados hubieran entrado al recinto. No se equivoca el diputado Moreau cuando pide la cabeza de la ministro de Seguridad de la Nación; en diciembre de 2001 pedía la de Domingo Cavallo como maniobra previa a exigirle la renuncia al presidente. Cuando defenestraron a De la Rúa, la Policía Federal fue la que puso el cuerpo para que “el pueblo” no lo “ajusticiara” dentro de la Casa Rosada; obviamente, los policías responsables ya recibieron su correspondiente condena. Si yo fuera gendarme pensaría dos veces antes de arriesgar mi vida para defender a políticos que luego me querellarán por haberlos defendido. Dado que este asalto al Congreso para impedir el tratamiento de una ley salió bien, todo conduce a pensar que vendrán otros y en escala mayor. La mayoría de la prensa reaccionó endilgando la responsabilidad de los hechos a la falta de cancha política del gobierno. De los energúmenos encapuchados ni una línea. Nelson Castro, por ejemplo, opina como si la Argentina fuera Disneylandia. Debiera poner en práctica sus ideas y hacer escuela vistiéndose de gendarme para enseñar cómo, con buenos modales y juiciosas palabras, se disuade a los señores encapuchados para que no lo lapiden o lo maten a palos.
El gobierno se hace trampas. Es que, en alguna medida, comparte la cosmovisión política que el kirchnerismo impuso a la clase política y a los opinadores profesionales. Si no fuera así, no hubiera reaccionado en contra del pedido de prisión preventiva que el juez Bonadío hizo de Cristina, Zannini, Timerman y demás. Constituye una hipocresía impúdica que el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, se pronuncie contra dicho fallo cuando militares de 80 y 90 años sufren prisión preventiva de hasta 14 años. Pero si el Vaticano tiene terror a que lo corran por derecha los organismos de derechos humanos, ¿por qué no habría de tenerlo el presidente Macri? Es difícil tomar medidas económicas de derecha y posar de zurdo. Además, lo dijo el mismísimo Jaime Duran Barba: “Macri es de izquierda”. Bueno, pero entonces no le pidamos peras al olmo.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 15, 2017
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Zuup?
VAMOS KRIS QUE VOLVEMOS POR TODO!
Vamos a ver que pasa mañana, que sacaron gendarmería, desautorizándola frente a la barbarie.
Ya lo adelanté en una nota, Gendarmería esta a tiro de fusil. Respecto a Macri, quien recorra los principales diarios de la Capital en el período en que era Intendente, leerá que siempre dijo “cada día soy más peronista” lo que es igual a corrupto e inepto, amén de comulgar con las izquierdas.
Dificil momento para ser de las fuerzas de seguridad. Ya sabes que en 30 años te manadan a guardar
Esta vez será antes, los KK ya lo tienen bien practicado.
Ahora cambiaron a la gendarmería por la policía. Mañana los mandan a la cárcel.
La verdad es que estoy podrido de mantener vagos. Mi viejito con mas de 90 sigue manteniendo vagos y el laburo casi 60 años de su vida
Estimado Ortín, no en todo estoy de acuerdo con Ud., echamos la culpa siempre a los manifestante, no importa de color sean, o a las fuerzas de seguridad que pertenezcan, pero hay un dicho muy campechano que dice “LA CULPA NO ES DEL CHANCHO SINO DE QUIEN LE DA DE COMER”, y señores nos guste o no el que les da de comer a estos chanchos es el gobierno, permisivo, que incluso los alimentan con planes hechos a medida para la sarta de vagos, y a las fuerzas de seguridad las usan de fusibles para cualquier contingencia. Cordialmente
Aca no hay izquierdas ni derechas, hay oportunistas.
¿Saben de quien era la Ley que se iba a votar? De Los Peronistas de la mano de Picheto. Que increible. La izquierda fue a hacer lo que sabe, encaraginar todo pero de propuestas superadoras, minga, ni una idea se les cae; pero si ellos fueran gobierno, hace rato que hubiesen fusilado a miles para imponer su sistema y los jubilados, no existirian, todos en las plazas pidiendo limosna y no falta mucho.
Totalmente cierto lo que se expone.
Todos estos “dirigentes”, no son olmos, son delincuentes. Los de antes y los de ahora, que en este periodo ningún periodista saca a relucir chanchullo alguno, pero tiempo al tiempo. Yo siento pena por los gendarmes y fuerzas de seguridad que reprimieron y por sus familias. Hoy los necesitan y “los bancan”, mañana los negocian y entregan a los depredadores judiciales y a la oposición a cambio de un sanwich de mortadela. Cómo estamos cambiando, no? Atentamente CLAUDIO KUSSMAN
Hola Claudio, los que asaltaron el Congreso ayer, pasibles de la aplicación del Art. 226 de C.P. y a los de adentro (diputados) también pero con el agregado del 227. ¿me podes informar si alguno fue imputado de alguno de estos delitos? porque seguro que a los uniformados ya los estarán “escribiendo” Saludos cordiales.