Durante esta primera quincena de verano, los argentinos volvimos a cierta normalidad “nuestra”. Como si nada hubiese pasado durante el año 2020, comenzamos a disfrutar de este pequeño relax, retornando a nuestra habitual realidad de cada día. Mientras los que pudieron hacerse de un pesito en los últimos meses, disfrutan de unas gasoleras vacaciones sea en el mar o en la montaña, la gran mayoría de los argentinos solo piensan en su trabajo y como saldar las deudas y cuentas pendientes que nos dejó la larga cuarentena que ordeno el gobierno el año pasado.
Totalmente despreocupados de lo que sucede a nivel político, los argentinos solo pensamos en nuestros cotidianos problemas, transformado el corto plazo a unos días y el largo plazo a un mes, después, como solemos decir: “Dios dirá”. Sobre esto, un importante empresario gastronómico local me confesaba los otros días: “tengo dos o tres mesas ocupadas a la mañana, lo mismo al mediodía y casi nada a la noche, estoy viendo como pago las deudas y mantengo el local abierto, ¿te pensas que me interesan Alberto, Cristina o Macri?.
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Año 2016. Marcha por el esclarecimiento de la muerte del Fiscal Nisman
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Enero 16, 2021. Marcha por la liberación de Milagro Sala
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Aprovechándose de esta comprensible abulia de la gente, el gobierno avanza, lento pero a paso firme, en su propia agenda de trabajo. Embargaron los bienes de la madre y hermana de Nisman, quienes pasaron a ser investigadas por el delito de lavado de activo, en tanto que reflotan la teoría del suicidio, como también los morbosos comentarios sobre la vida privada del extinto fiscal. Una pequeña pero ruidosa marcha de ultras K arrojaron cientos de bolsas de basura contra los Tribunales porteños, exigiendo que la Corte disponga la libertad de sus llamados “presos políticos”. Subió la nafta, la inflación de diciembre del año pasado fue del 4% y se calcula de un 50% para este año. Los gremios docentes se oponen a la reapertura de las escuelas y por ahora es incierto el comienzo de las clases para los chicos; que dicho sea de paso, ya perdieron un año escolar. La inseguridad sigue siendo pan de todos los días, aumentando los robos y los asesinatos.
Cada vez crece más el rumor del congelamiento de las tarifas de los servicios de telefonía, internet, cable, luz, gas y medicina prepaga, pues preocupa al gobierno un impacto de un eventual aumento de las tarifas en esos rubros, en un año electoral. Lo que nos coloca al borde de quedarnos sin teléfonos, sin internet, con cortes de luz y gas, como de privarnos de atender adecuadamente nuestra salud; pues las empresas no podrán sostener los costos, menos aún invertir, en dichos servicios ante esta eventual situación; sin olvidar que ya no queda un peso para subvencionar los mismos como se hizo tiempo atrás.
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Todo ello sazonado, como venimos advirtiendo desde esas páginas, de atronadores mensajes de los medios de comunicación, sobre que se eleva la curva de contagios del ya conocido COVID-19 y el anuncio de la llegada de la “temible” denominada “segunda ola”; agitando al fantasma de una nueva cuarentena o restricciones a partir del mes de marzo. En tanto, que partió el segundo vuelo a traer las segundas dosis de las 300.000 vacunas rusas, sin poder dejar de mencionar que, a este paso, en 18 años estamos todos vacunados.
Reiteramos, los argentinos nos mostramos indiferentes ante esta situación, ensimismados en nuestros propios problemas, disfrutando de este pequeño relax, pero con un futuro incierto por delante. Ni el más arriesgado analista político y económico se anima a predecir que pasara en Argentina en los próximos meses…
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PEQUEÑO RELAX, ANTE UN FUTURO INCIERTO.
Durante esta primera quincena de verano, los argentinos volvimos a cierta normalidad “nuestra”. Como si nada hubiese pasado durante el año 2020, comenzamos a disfrutar de este pequeño relax, retornando a nuestra habitual realidad de cada día. Mientras los que pudieron hacerse de un pesito en los últimos meses, disfrutan de unas gasoleras vacaciones sea en el mar o en la montaña, la gran mayoría de los argentinos solo piensan en su trabajo y como saldar las deudas y cuentas pendientes que nos dejó la larga cuarentena que ordeno el gobierno el año pasado.
Totalmente despreocupados de lo que sucede a nivel político, los argentinos solo pensamos en nuestros cotidianos problemas, transformado el corto plazo a unos días y el largo plazo a un mes, después, como solemos decir: “Dios dirá”. Sobre esto, un importante empresario gastronómico local me confesaba los otros días: “tengo dos o tres mesas ocupadas a la mañana, lo mismo al mediodía y casi nada a la noche, estoy viendo como pago las deudas y mantengo el local abierto, ¿te pensas que me interesan Alberto, Cristina o Macri?.
[ezcol_1half]Aprovechándose de esta comprensible abulia de la gente, el gobierno avanza, lento pero a paso firme, en su propia agenda de trabajo. Embargaron los bienes de la madre y hermana de Nisman, quienes pasaron a ser investigadas por el delito de lavado de activo, en tanto que reflotan la teoría del suicidio, como también los morbosos comentarios sobre la vida privada del extinto fiscal. Una pequeña pero ruidosa marcha de ultras K arrojaron cientos de bolsas de basura contra los Tribunales porteños, exigiendo que la Corte disponga la libertad de sus llamados “presos políticos”. Subió la nafta, la inflación de diciembre del año pasado fue del 4% y se calcula de un 50% para este año. Los gremios docentes se oponen a la reapertura de las escuelas y por ahora es incierto el comienzo de las clases para los chicos; que dicho sea de paso, ya perdieron un año escolar. La inseguridad sigue siendo pan de todos los días, aumentando los robos y los asesinatos.
Cada vez crece más el rumor del congelamiento de las tarifas de los servicios de telefonía, internet, cable, luz, gas y medicina prepaga, pues preocupa al gobierno un impacto de un eventual aumento de las tarifas en esos rubros, en un año electoral. Lo que nos coloca al borde de quedarnos sin teléfonos, sin internet, con cortes de luz y gas, como de privarnos de atender adecuadamente nuestra salud; pues las empresas no podrán sostener los costos, menos aún invertir, en dichos servicios ante esta eventual situación; sin olvidar que ya no queda un peso para subvencionar los mismos como se hizo tiempo atrás.
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[/ezcol_1half_end]Todo ello sazonado, como venimos advirtiendo desde esas páginas, de atronadores mensajes de los medios de comunicación, sobre que se eleva la curva de contagios del ya conocido COVID-19 y el anuncio de la llegada de la “temible” denominada “segunda ola”; agitando al fantasma de una nueva cuarentena o restricciones a partir del mes de marzo. En tanto, que partió el segundo vuelo a traer las segundas dosis de las 300.000 vacunas rusas, sin poder dejar de mencionar que, a este paso, en 18 años estamos todos vacunados.
Reiteramos, los argentinos nos mostramos indiferentes ante esta situación, ensimismados en nuestros propios problemas, disfrutando de este pequeño relax, pero con un futuro incierto por delante. Ni el más arriesgado analista político y económico se anima a predecir que pasara en Argentina en los próximos meses…
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 18, 2021