El valor del dólar comenzó una escalada en América Latina producto de la incertidumbre en torno a la economía a nivel global, a la que hay que añadir la reacción financiera a procesos electorales y a las crisis políticas internas que padecen varios países y que impactan en el mercado cambiario.
La semana inició con la tensión sufrida en Argentina luego de que el sábado por la noche renunciara el ministro de Economía, Martín Guzmán. En un país en el que desde hace décadas conviven múltiples y confusos precios del dólar, la ciudadanía ya está acostumbrada a que una de las primeras respuestas a cualquier momento álgido sea una presión devaluatoria.
De por sí, previo a la salida de Guzmán, el precio de la divisa seguía su tendencia ascendente, pero el lunes, ya sin él en el cargo y con Silvina Batakis como su sucesora, el valor se disparó.
Entre el viernes y el miércoles, el dólar oficial pasó de 125 a 126 pesos, pero el “dólar blue”, el eufemismo que identifica al mercado paralelo, y que es el que verdaderamente impacta en precios, inflación, devaluación y la vida cotidiana de la ciudadanía, aumentó de 239 a 255 pesos. El lunes, en el peor momento de la incertidumbre por los cambios de Gabinete y el rumbo de la economía, alcanzó el récord de 280 pesos.
A pesar de que el abrupto incremento se redujo en las siguientes jornadas, la brecha entre ambas cotizaciones roza el 100 % y el conflicto entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue latente y afectando los indicadores económicos de un país que cada vez tiene menos reservas monetarias.
“El ‘dólar blue’ es un mercado muy marginal, de ninguna manera es una referencia para los bienes y servicios que cada uno de los argentinos consume, no vemos ninguna expectativa devaluatoria”, afirmó la nueva ministra de Economía en un afán de llevar tranquilidad a la población. Al mismo tiempo, los precios de todo tipo de productos y servicios se remarcaban al alza.
A Chile también le afectan cuestiones internas, como la polarización social en torno al plebiscito que se realizará dentro de dos meses para que la ciudadanía vote a favor o en contra de la nueva Constitución que a lo largo de un año fue redactada por 154 convencionales.
Otro factor de peso es el desplome del 17 % que el precio del cobre ha acumulado durante este año, ya que Chile es el líder mundial en la producción de este mineral. Es su principal fuente de exportaciones.
Las alarmas se incrementaron el miércoles, ya que el dólar consolidó su tendencia alcista hasta ubicarse en los 965 pesos, lo que implicó un aumento del 1,8 % en una sola jornada.
“Hay diferentes causas, una de las principales es la baja del cobre producto de dos factores que son externos a lo nacional: la perspectiva de recesión en Europa y en Estados Unidos”, explicó el presidente Gabriel Boric al advertir la importancia de que la clase política dé señales de certidumbre en torno al plebiscito para no alterar todavía más el panorama financiero.
La diferencia del precio de la divisa es todavía más abrupta si se toma en cuenta que en diciembre, cuando Boric ganó la presidencia, el dólar registró un drástico aumento del 3,6 % y se posicionó en 805 pesos. Esto implica que en solo seis meses y medio ha aumentado 160 pesos.
Ello se debe a que es usual que “los mercados” reaccionen de manera negativa a los triunfos de los partidos de izquierda. Y eso mismo es lo que explica en parte lo que está ocurriendo con la divisa en Colombia.
El pasado 20 de junio, Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda elegido en Colombia.
Al día siguiente, el dólar comenzó una tendencia alcista que sigue y que el miércoles tuvo un punto de inflexión al alcanzar el precio máximo histórico de 4.353 pesos.
El viernes previo a la segunda vuelta que le dio la victoria al izquierdista exalcalde de Bogotá, la moneda había cerrado en 3.904 pesos. Desde entonces mantiene una tendencia ascendente a la espera de la asunción que se realizará el 7 de agosto y, sobre todo, ante la expectativa del programa económico que implemente el nuevo mandatario.
Los datos no son alentadores, ya que en lo que va de 2022 la devaluación ya acumula un 7 %, pero sube a un 12 % si se analizan los últimos 12 meses. Por eso ya se multiplican las voces que le exigen a Petro que adelante definiciones que tranquilicen el mercado cambiario para contrarrestar el impacto de la crisis internacional.
Mientras ello ocurre, el próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ya atribuyó la apreciación del dólar a factores globales y no a los resultados de las elecciones.
“Ese tema de que hay un gran susto entre los inversionistas internacionales por el nuevo Gobierno no se materializa”, aseguró, a pesar de que la divisa sigue aumentando.
Esta semana, México acumuló su quinta jornada consecutiva en el alza del precio al dólar, que cerró el miércoles a 20,6 pesos, es decir, un aumento del 2,8 % en solo una semana.
Algunos analistas consideran que la volatilidad se debe a la incertidumbre de la economía global, ya que en el plano interno no hay sobresaltos que abonen a la escalada devaluatoria en uno de los países de la región con mayor estabilidad del mercado cambiario.
A principios de junio el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que durante sus tres años y medio de Gobierno el peso ha recuperado 3,5 % de su valor frente al dólar, a diferencia de lo que había ocurrido desde la década del 80, ya que cada gestión entregaba una moneda depreciada.
De hecho, cuando López Obrador asumió en diciembre de 2018, el dólar valía 20,35 pesos, lo que implica que desde entonces solo ha aumentado 35 centavos.
El contraste más contundente es el de Argentina, ya que desde que Alberto Fernández comenzó a gobernar en diciembre de 2019, el dólar oficial aumentó 44 pesos y el dólar paralelo, 107 pesos.
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El valor del dólar comenzó una escalada en América Latina producto de la incertidumbre en torno a la economía a nivel global, a la que hay que añadir la reacción financiera a procesos electorales y a las crisis políticas internas que padecen varios países y que impactan en el mercado cambiario.
La semana inició con la tensión sufrida en Argentina luego de que el sábado por la noche renunciara el ministro de Economía, Martín Guzmán. En un país en el que desde hace décadas conviven múltiples y confusos precios del dólar, la ciudadanía ya está acostumbrada a que una de las primeras respuestas a cualquier momento álgido sea una presión devaluatoria.
De por sí, previo a la salida de Guzmán, el precio de la divisa seguía su tendencia ascendente, pero el lunes, ya sin él en el cargo y con Silvina Batakis como su sucesora, el valor se disparó.
Entre el viernes y el miércoles, el dólar oficial pasó de 125 a 126 pesos, pero el “dólar blue”, el eufemismo que identifica al mercado paralelo, y que es el que verdaderamente impacta en precios, inflación, devaluación y la vida cotidiana de la ciudadanía, aumentó de 239 a 255 pesos. El lunes, en el peor momento de la incertidumbre por los cambios de Gabinete y el rumbo de la economía, alcanzó el récord de 280 pesos.
A pesar de que el abrupto incremento se redujo en las siguientes jornadas, la brecha entre ambas cotizaciones roza el 100 % y el conflicto entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue latente y afectando los indicadores económicos de un país que cada vez tiene menos reservas monetarias.
“El ‘dólar blue’ es un mercado muy marginal, de ninguna manera es una referencia para los bienes y servicios que cada uno de los argentinos consume, no vemos ninguna expectativa devaluatoria”, afirmó la nueva ministra de Economía en un afán de llevar tranquilidad a la población. Al mismo tiempo, los precios de todo tipo de productos y servicios se remarcaban al alza.
A Chile también le afectan cuestiones internas, como la polarización social en torno al plebiscito que se realizará dentro de dos meses para que la ciudadanía vote a favor o en contra de la nueva Constitución que a lo largo de un año fue redactada por 154 convencionales.
Otro factor de peso es el desplome del 17 % que el precio del cobre ha acumulado durante este año, ya que Chile es el líder mundial en la producción de este mineral. Es su principal fuente de exportaciones.
Las alarmas se incrementaron el miércoles, ya que el dólar consolidó su tendencia alcista hasta ubicarse en los 965 pesos, lo que implicó un aumento del 1,8 % en una sola jornada.
“Hay diferentes causas, una de las principales es la baja del cobre producto de dos factores que son externos a lo nacional: la perspectiva de recesión en Europa y en Estados Unidos”, explicó el presidente Gabriel Boric al advertir la importancia de que la clase política dé señales de certidumbre en torno al plebiscito para no alterar todavía más el panorama financiero.
La diferencia del precio de la divisa es todavía más abrupta si se toma en cuenta que en diciembre, cuando Boric ganó la presidencia, el dólar registró un drástico aumento del 3,6 % y se posicionó en 805 pesos. Esto implica que en solo seis meses y medio ha aumentado 160 pesos.
Ello se debe a que es usual que “los mercados” reaccionen de manera negativa a los triunfos de los partidos de izquierda. Y eso mismo es lo que explica en parte lo que está ocurriendo con la divisa en Colombia.
El pasado 20 de junio, Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda elegido en Colombia.
Al día siguiente, el dólar comenzó una tendencia alcista que sigue y que el miércoles tuvo un punto de inflexión al alcanzar el precio máximo histórico de 4.353 pesos.
El viernes previo a la segunda vuelta que le dio la victoria al izquierdista exalcalde de Bogotá, la moneda había cerrado en 3.904 pesos. Desde entonces mantiene una tendencia ascendente a la espera de la asunción que se realizará el 7 de agosto y, sobre todo, ante la expectativa del programa económico que implemente el nuevo mandatario.
Los datos no son alentadores, ya que en lo que va de 2022 la devaluación ya acumula un 7 %, pero sube a un 12 % si se analizan los últimos 12 meses. Por eso ya se multiplican las voces que le exigen a Petro que adelante definiciones que tranquilicen el mercado cambiario para contrarrestar el impacto de la crisis internacional.
Mientras ello ocurre, el próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ya atribuyó la apreciación del dólar a factores globales y no a los resultados de las elecciones.
“Ese tema de que hay un gran susto entre los inversionistas internacionales por el nuevo Gobierno no se materializa”, aseguró, a pesar de que la divisa sigue aumentando.
Esta semana, México acumuló su quinta jornada consecutiva en el alza del precio al dólar, que cerró el miércoles a 20,6 pesos, es decir, un aumento del 2,8 % en solo una semana.
Algunos analistas consideran que la volatilidad se debe a la incertidumbre de la economía global, ya que en el plano interno no hay sobresaltos que abonen a la escalada devaluatoria en uno de los países de la región con mayor estabilidad del mercado cambiario.
A principios de junio el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que durante sus tres años y medio de Gobierno el peso ha recuperado 3,5 % de su valor frente al dólar, a diferencia de lo que había ocurrido desde la década del 80, ya que cada gestión entregaba una moneda depreciada.
De hecho, cuando López Obrador asumió en diciembre de 2018, el dólar valía 20,35 pesos, lo que implica que desde entonces solo ha aumentado 35 centavos.
El contraste más contundente es el de Argentina, ya que desde que Alberto Fernández comenzó a gobernar en diciembre de 2019, el dólar oficial aumentó 44 pesos y el dólar paralelo, 107 pesos.
PrisioneroEnArgentia.com
Julio 8, 2022