Cuando ya había cerrado mi nota, Donald Trump demostró su especial afecto por Javier Milei respaldando el pedido al FMI del equipo económico argentino – que había hecho todos los duros deberes previamente – y dando a nuestro país el respiro que necesitaba para terminar – o casi – con el nefasto cepo cambiario, que impidió durante años la llegada de inversiones.
La magnitud del anticipo sorprendió a muchos analistas, toda vez que las cifras que se manejaban como probables eran muy inferiores.
Tal como dijo Luis Toto Caputo, ahora el Banco Central tendrá munición fuerte para calmar a los mercados financieros locales, tan repletos de saboteadores, que seguramente perderán ahora mucho dinero.
Y – muy importante – el lunes arribará a Buenos Aires el Secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, que probablemente traiga otro pan debajo del brazo para nosotros.
En el orden internacional, Xi Jinping se ha puesto las botas, amparado en el enorme poder interno del que dispone – a punto tal que, ya en 2018, modificó las leyes y se hizo designar Presidente vitalicio – construido sobre un férreo control económico y social.
A pesar de no alcanzar el nivel de los aranceles que impuso Trump a China (los llevó a 148%), la suba que ordenó (a 125%) es una clara señal de la disposición de su país de ir a la guerra contra los EEUU, cualquiera sea el terreno en que ese conflicto se libre, tal como dijo al Partido Comunista Chino hace pocos días.
Las consecuencias de esta clara belicosidad entre ambas potencias sobre el comercio internacional se verán, sobre todo, en la OCDE, que prácticamente ha dejado de existir por voluntad del magnate, que dice priorizar los convenios bilaterales con cada nación antes que respetar las normas globales que tanto progreso generaron.
Con un personaje tan contradictorio como Trump, es difícil imaginar cómo quedará el mundo, no ya al final de su mandato – que dice querer inconstitucionalmente repetir -, sino en el curso del corriente año.
Pero, para la Argentina, seguramente significará asumir complicados compromisos que impliquen reducir la influencia china en nuestra economía y favorecer la relación con EEUU, aunque con éstos somos básicamente competitivos, mientras que somos complementarios con China, a la cual, además, le debemos el famoso swap por US$ 5.000 millones, refinanciado esta última semana por un año.
En nuestro sub-continente la atención está concentrada en Ecuador, donde el domingo se celebrará el ballotage entre el Presidente, Daniel Noboa, un liberal de derecha, y Luisa González, de izquierda, heredera del prófugo Rafael Correa, fundador de la UNASUR, otro derivado del Foro de São Paulo.
Las encuestas hablan de una paridad total, es decir, prometen un final cabeza a cabeza en un país devastado por la violencia narco y una fuerte crisis económica.
Aquí, en la Argentina, ya se abrió el año electoral, que inaugurará la Provincia de Santa Fe, seguida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; en ambos eventos, La Libertad Avanza se juega mucho, aunque se trate sólo de sendos preámbulos de las elecciones legislativas de octubre.
Por su parte, el pero-kichrnerismo también atraviesa un trance muy especial, y está a punto de informarnos si Axel Kiciloff tendrá los redaños suficientes para llevar su desafío a Cristina Fernández hasta el final, separando en la Provincia de Buenos Aires las elecciones locales de las nacionales.
De todas maneras, confío – y ruego no equivocarme – que tendremos una semana más tranquila que las recientes, que nos obligaron a vivir un verdadero tembladeral.
Hasta el sábado, cuando estaremos ante la inminencia de la Pascua de Resurrección cristiana y del Pésaj judío.
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Cuando ya había cerrado mi nota, Donald Trump demostró su especial afecto por Javier Milei respaldando el pedido al FMI del equipo económico argentino – que había hecho todos los duros deberes previamente – y dando a nuestro país el respiro que necesitaba para terminar – o casi – con el nefasto cepo cambiario, que impidió durante años la llegada de inversiones.
La magnitud del anticipo sorprendió a muchos analistas, toda vez que las cifras que se manejaban como probables eran muy inferiores.
Tal como dijo Luis Toto Caputo, ahora el Banco Central tendrá munición fuerte para calmar a los mercados financieros locales, tan repletos de saboteadores, que seguramente perderán ahora mucho dinero.
Y – muy importante – el lunes arribará a Buenos Aires el Secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, que probablemente traiga otro pan debajo del brazo para nosotros.
En el orden internacional, Xi Jinping se ha puesto las botas, amparado en el enorme poder interno del que dispone – a punto tal que, ya en 2018, modificó las leyes y se hizo designar Presidente vitalicio – construido sobre un férreo control económico y social.
A pesar de no alcanzar el nivel de los aranceles que impuso Trump a China (los llevó a 148%), la suba que ordenó (a 125%) es una clara señal de la disposición de su país de ir a la guerra contra los EEUU, cualquiera sea el terreno en que ese conflicto se libre, tal como dijo al Partido Comunista Chino hace pocos días.
Las consecuencias de esta clara belicosidad entre ambas potencias sobre el comercio internacional se verán, sobre todo, en la OCDE, que prácticamente ha dejado de existir por voluntad del magnate, que dice priorizar los convenios bilaterales con cada nación antes que respetar las normas globales que tanto progreso generaron.
Pero, para la Argentina, seguramente significará asumir complicados compromisos que impliquen reducir la influencia china en nuestra economía y favorecer la relación con EEUU, aunque con éstos somos básicamente competitivos, mientras que somos complementarios con China, a la cual, además, le debemos el famoso swap por US$ 5.000 millones, refinanciado esta última semana por un año.
En nuestro sub-continente la atención está concentrada en Ecuador, donde el domingo se celebrará el ballotage entre el Presidente, Daniel Noboa, un liberal de derecha, y Luisa González, de izquierda, heredera del prófugo Rafael Correa, fundador de la UNASUR, otro derivado del Foro de São Paulo.
Las encuestas hablan de una paridad total, es decir, prometen un final cabeza a cabeza en un país devastado por la violencia narco y una fuerte crisis económica.
Aquí, en la Argentina, ya se abrió el año electoral, que inaugurará la Provincia de Santa Fe, seguida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; en ambos eventos, La Libertad Avanza se juega mucho, aunque se trate sólo de sendos preámbulos de las elecciones legislativas de octubre.
Por su parte, el pero-kichrnerismo también atraviesa un trance muy especial, y está a punto de informarnos si Axel Kiciloff tendrá los redaños suficientes para llevar su desafío a Cristina Fernández hasta el final, separando en la Provincia de Buenos Aires las elecciones locales de las nacionales.
De todas maneras, confío – y ruego no equivocarme – que tendremos una semana más tranquila que las recientes, que nos obligaron a vivir un verdadero tembladeral.
Hasta el sábado, cuando estaremos ante la inminencia de la Pascua de Resurrección cristiana y del Pésaj judío.
Un gran abrazo.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
Cel. en Brasil (+5521) 98128 7896
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PrisioneroEnArgentina.com
Abril 14, 2025
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