Ayer los argentinos conmemoramos un nuevo aniversario de la muerte del Libertador, don José de San Martín, nuestro Padre de la Patria.
El triunfo de Javier Milei representó para todos los partidos políticos (incluido el PRO) y las organizaciones sindicales y pseudo sociales que hubieran podido actuar como una ordenada oposición el impacto de una verdadera bomba neutrónica que los dejó en estado catatónico.
Pero la novela turca prostibularia que, inexplicablemente, surgió de los teléfonos celulares de sus protagonistas implicó, para el kirchnerismo, algo mucho peor y, para el Presidente, un espectáculo que, pese a su inmundicia, aparta la atención social de las dificultades de la gestión.
Ni siquiera las múltiples revelaciones sobre centenares de hechos de corrupción, antiguos y recientes, tuvieron tanto efecto negativo sobre el apoyo popular a la última franquicia del mutante peronismo.
Recordemos que los bolsos de López, las valijas de Antonini Wilson, el affaire Ciccone, los hoteles patagónicos, la base china de Neuquén, la sociedad con Chávez y Maduro, las sospechosas muertes de tantos personajes cercanos, los paseos mediterráneos de Insaurralde, las fiestas de Olivos, el vacunatorio VIP o las condenas penales de la propia Cristina, de Boudou, de De Vido y de Jaime, la “causa cuadernos”, etc., no impidieron que volviera a triunfar en tantos importantes bastiones electorales en 2023.
Pero ahora resultan patéticos los esfuerzos que realizan Cristina Fernández y sus cómplices para despegarse del Caracol Fernández, no por las comprobaciones de la corrupción en los seguros, sino por sus aventuras sexuales y por la violencia que ejerció sobre su pareja.
La explicación es muy sencilla: todo eso está permanentemente expuesto en las pantallas, en especial a la hora en que las familias se reúnen ante los televisores para comer.
La gran pregunta, como siempre y en razón de la eternidad que falta hasta las elecciones legislativas de mitad del período, es ¿cuánto durarán los efectos perniciosos sobre la clientela electoral, no sólo del kirchnerismo sino de todo el peronismo?
En lo que a mí respecta, mi más urgente preocupación se centra en la audiencia que, el miércoles 21, celebrará el H° Aguantadero para tratar el pliego del impresentable Juez Ariel Lijo como candidato a integrar la Corte Suprema.
¿Tendrá la propuesta los votos suficientes de los senadores presentes? ¿Cuántos se ausentarán cobardemente para disimular el apoyo que, faltando, le estarán dando? ¿Cuál será el costo adicional que Milei deberá pagar en cualquier caso?
Si triunfa su propuesta, repercutirá sobre la seguridad jurídica que los inversores requieren como condición esencial para concretarlas; si pierde, será una nueva derrota parlamentaria que dará nuevo impulso a la oposición.
Por otra parte, los venezolanos pusieron nuevamente en juego su coraje cívico, cuando el criminal aparato represivo del claramente usurpador Maduro trata de evitar, a sangre y fuego, las manifestaciones ciudadanas que reclaman por la falsificación de los resultados electorales.
Quienes salen a la calle en Caracas y el interior son acompañados por la solidaridad mundial, que se expresará en 300 ciudades preñadas por los casi 8 millones de compatriotas que han sido forzados al exilio.
Nos encontraremos el próximo sábado, cuando ya tendremos algunas respuestas. ¡Hasta entonces!
◘
Por Dr. Enrique Guillermo Avogadro.
Ayer los argentinos conmemoramos un nuevo aniversario de la muerte del Libertador, don José de San Martín, nuestro Padre de la Patria.
El triunfo de Javier Milei representó para todos los partidos políticos (incluido el PRO) y las organizaciones sindicales y pseudo sociales que hubieran podido actuar como una ordenada oposición el impacto de una verdadera bomba neutrónica que los dejó en estado catatónico.
Pero la novela turca prostibularia que, inexplicablemente, surgió de los teléfonos celulares de sus protagonistas implicó, para el kirchnerismo, algo mucho peor y, para el Presidente, un espectáculo que, pese a su inmundicia, aparta la atención social de las dificultades de la gestión.
Ni siquiera las múltiples revelaciones sobre centenares de hechos de corrupción, antiguos y recientes, tuvieron tanto efecto negativo sobre el apoyo popular a la última franquicia del mutante peronismo.
Recordemos que los bolsos de López, las valijas de Antonini Wilson, el affaire Ciccone, los hoteles patagónicos, la base china de Neuquén, la sociedad con Chávez y Maduro, las sospechosas muertes de tantos personajes cercanos, los paseos mediterráneos de Insaurralde, las fiestas de Olivos, el vacunatorio VIP o las condenas penales de la propia Cristina, de Boudou, de De Vido y de Jaime, la “causa cuadernos”, etc., no impidieron que volviera a triunfar en tantos importantes bastiones electorales en 2023.
Pero ahora resultan patéticos los esfuerzos que realizan Cristina Fernández y sus cómplices para despegarse del Caracol Fernández, no por las comprobaciones de la corrupción en los seguros, sino por sus aventuras sexuales y por la violencia que ejerció sobre su pareja.
La explicación es muy sencilla: todo eso está permanentemente expuesto en las pantallas, en especial a la hora en que las familias se reúnen ante los televisores para comer.
La gran pregunta, como siempre y en razón de la eternidad que falta hasta las elecciones legislativas de mitad del período, es ¿cuánto durarán los efectos perniciosos sobre la clientela electoral, no sólo del kirchnerismo sino de todo el peronismo?
En lo que a mí respecta, mi más urgente preocupación se centra en la audiencia que, el miércoles 21, celebrará el H° Aguantadero para tratar el pliego del impresentable Juez Ariel Lijo como candidato a integrar la Corte Suprema.
¿Tendrá la propuesta los votos suficientes de los senadores presentes? ¿Cuántos se ausentarán cobardemente para disimular el apoyo que, faltando, le estarán dando? ¿Cuál será el costo adicional que Milei deberá pagar en cualquier caso?
Si triunfa su propuesta, repercutirá sobre la seguridad jurídica que los inversores requieren como condición esencial para concretarlas; si pierde, será una nueva derrota parlamentaria que dará nuevo impulso a la oposición.
Por otra parte, los venezolanos pusieron nuevamente en juego su coraje cívico, cuando el criminal aparato represivo del claramente usurpador Maduro trata de evitar, a sangre y fuego, las manifestaciones ciudadanas que reclaman por la falsificación de los resultados electorales.
Quienes salen a la calle en Caracas y el interior son acompañados por la solidaridad mundial, que se expresará en 300 ciudades preñadas por los casi 8 millones de compatriotas que han sido forzados al exilio.
Nos encontraremos el próximo sábado, cuando ya tendremos algunas respuestas. ¡Hasta entonces!
Un gran abrazo.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
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Agosto 18, 2024
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