La tarde de ese 5 de marzo de 2013 el tiempo se detuvo. Cuando el entonces vicepresidente venezolano Nicolás Maduro informó en cadena nacional que el presidente Hugo Chávez había fallecido, un suspiro colectivo dio paso al llanto. El líder de la Revolución Bolivariana cinco meses atrás había ganado las elecciones presidenciales con 55,07 % de los votos, casi 11 puntos porcentuales por encima de su contrincante Henrique Capriles Radonski, en una intensa campaña, catalogada como épica, que emprendió mientras padecía de cáncer.
La conmoción por el anuncio de su muerte causó segundos de paralización, desmayos, gritos e incertidumbre en las calles. Miles de venezolanos se volcaron a las plazas a expresar su dolor por la pérdida. En esos días era común escuchar y ver escrito en las paredes: “Chávez no murió, se multiplicó”.
“Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo: a las 4:25 de la tarde, ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías, luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años”, dijo Maduro aquel 5 de marzo.
Un día después, el féretro con los restos de Chávez salió del Hospital Militar Doctor Carlos Arvelo, en la parroquia caraqueña de San Juan, donde el líder revolucionario permaneció hasta su deceso, y fue trasladado en una multitudinaria marcha hasta la Academia Militar, en la parroquia El Valle, a unos 13 kilómetros.
En la Academia Militar, donde se graduó en Ciencias y Artes Militares, el 8 de marzo se hizo el funeral de Estado, al que acudieron 32 presidentes y primeros ministros y delegaciones de más de 50 países. Ese día, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) determinó que Maduro asumiría temporalmente la presidencia, según una nota del Ministerio de Comunicación e Información.
Frente a los presentes, Maduro, con la voz quebrada por el llanto al hablar del líder latinoamericano nacido el 28 de julio de 1954, dijo: “Aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre, para todos los tiempos. ¡Comandante, no pudieron contigo! ¡No podrán con nosotros jamás!”.
El 13 de marzo de 2013, en una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para honrar su memoria, el entonces secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, destacó la “visión eminentemente latinoamericana” de Chávez y aseveró que “ofreció un impulso decisivo para nuevos esfuerzos hacia la integración regional”.
Las honras fúnebres, a la que asistieron unas seis millones de personas, se extendieron hasta el 15 de marzo, cuando fue trasladado al Cuartel de la Montaña 4F, en el parroquia 23 de Enero, desde donde dirigió la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, y donde se encuentra ahora.
A partir de 2015, el presidente estadounidense Barack Obama declaró “emergencia nacional” por la “amenaza inusual y extraordinaria” que Venezuela representaba para Washington. A partir de allí, tanto EE.UU. como otros países han impuesto 929 medidas punitivas contra la nación suramericana, lo que ha tenido un “efecto devastador”y “catastrófico” en la población, según la Organización de Naciones Unidas.
Desde 2014, el país perdió el 99 % de sus ingresos en dólares. En diciembre de ese año, Obama firmó la ‘Ley para la defensa de los derechos humanos y la sociedad civil de Venezuela’, que abrió la puerta para las medidas que vendrían meses después y que aún no cesan.
La oposición optó por el desconocimiento de los resultados de las elecciones presidenciales de 2014 y de 2018, como estrategia desestabilizadora, en medio de la presión y el cerco de los países aliados de la oposición venezolana.
En 2019, el exdiputado Juan Guaidó se autoproclamó “presidente encargado” y desde la Asamblea Nacional, con apoyo internacional, promovió una serie de acciones para derrocar a Maduro, en medio de varios escándalos de corrupción. Apenas en diciembre de 2022, un grupo de exparlamentarios decidió que su supuesto gobierno, sin validez constitucional, quedaba sin efecto.
Durante una reciente transmisión televisiva, el mandatario venezolano afirmó que, 10 años después, “la mejor forma de recordar a Chávez no es llorando”.
“Me dejé de eso hace tiempo, porque bastante que lo lloré. No es recordarlo como pasado, es hacerlo como presente, como reto de futuro”, expresó.
Se espera que la actividad central sea el ‘Encuentro Mundial por la Vigencia del Pensamiento Bolivariano del comandante Hugo Chávez en el siglo XXI’, que reunirá durante tres días a distintas personalidades, intelectuales, movimientos sociales, activistas y políticos.
Por su parte, la Fundación Comandante Eterno Hugo Chávez, con sede en el Cuartel de la Montaña, a partir del 5 de marzo inaugurará la exposición sobre el periodo de su vida antes de alcanzar la presidencia en 1998.
Rafael Aguirre, miembro de esa Fundación, informó en entrevista con RT que del 6 al 14 de marzo recibirán a los visitantes que quieran rendir homenaje al líder bolivariano.
Asimismo, se prevé que el 15 de este mes el Gobierno venezolano organice una caravana desde la Academia Militar hasta el Museo Histórico Militar, como también se le conoce. La actividad se clausura en la Plaza 4 de Febrero, a las afueras del Cuartel de la Montaña, con un evento para conmemorar la declaración del joropo, un género musical exaltado por Chávez como Patrimonio Cultural de la Nación, en 2014.
“Puedo decirle al mundo que diez años después podemos hablar, porque el dolor era tan grande que nos sumió en una tristeza”, son las primeras palabras de la historiadora Gladys Arroyo, presidenta de la Fundación Centro de Formación e Investigación Carmen Clemente Travieso.
Recuerda que el impacto de la noticia fue paralizante. “Aunque fue una verdadera tragedia para el pueblo, fuimos superando aquella difícil hora”, dice desde las cercanías del Mausoleo del Libertador, en el centro de Caracas.
Mientras habla, Arroyo establece una línea cronológica con los momentos más difíciles que ha atravesado el país en la última década. Recuerda que la oposición obtuvo la mayoría de escaños en las elecciones parlamentarias de 2015. “Y el imperio dijo: ‘Es nuestra oportunidad. Nos hacemos de nuevo del poder'”, afirma.
En su recuento se refiere a las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela; a la ‘guerra económica’; a las protestas de 2014 y de 2017, impulsadas por dirigentes de la ultraderecha, que causaron más de una centena de muertos; y a las “acciones como quemar gente viva”.
“Hemos derrotado guarimbas (protestas violentas); terrorismo; un intento de magnicidio en 2018 y de golpe de Estado en 2019; dos intentos de invasiones, la del 23 febrero de 2019 en los puentes internacionales entre Colombia y Venezuela y la Operación Gedeón”; y una incursión marítima fallida, en 2021.
“El imperio pensó que con la muerte de Chávez se acababa la Revolución Bolivariana. ¡Cuán equivocados estaban! Ellos no saben de dónde venimos: somos un pueblo de libertadores”, dijo la historiadora.
Sobre los aprendizajes en medio de la adversidad, se refiere al trabajo “en el seno del pueblo” y recomienda no contar con victorias que aún no se han materializado. “En dos años de pandemia y de guerra económica aprendimos a multiplicar los panes, las lentejas, el arroz, a compartir con nuestra comunidad”.
Carlos Ponce Clavero, vocero del Consejo de Trabajadores Comandante Eterno, considera que el mayor aprendizaje en esta década “de tanta dificultad” ha sido “la forja” por la defensa de Venezuela.
“Aquí han bombardeado invisiblemente todo, es una guerra diferente, criminal”, dice al referirse a las acciones que buscan deponer al mandatario venezolano. “Nicolás Maduro ha logrado en estos años mantener la paz”, agrega.
Por su parte, Aguirre, de la Fundación Comandante Eterno, expresa que en estos diez años, ya “con mucha más calma”, entiende más a Chávez “como presidente y, sobre todo, como humano”.
“Fue un estratega, un visionario, capaz de proyectar escenarios posibles y dar en el blanco. Sabía que Venezuela, por su ubicación geopolítica, con todos los recursos que tiene, jugaba duro en el concierto internacional”, dice Aguirre.
En su opinión, ante la posibilidad de que no pudiera cumplir con el mandato presidencial, Chávez “ya se adelantaba en los escenarios que vendrían, como el ataque económico para asfixiarnos”.
“Gracias a esa visión estratégica, la gente que lo acompañó aprendió de él y, afortunadamente, el presidente y su equipo han sabido sortear los ataques, esquivarlos, y darles respuesta”, agregó Aguirre.
El Cuartel de la Montaña ha recibido a visitantes tan diversos como Rigoberta Menchú, Danny Glover, Diego Armando Maradona “y personas de la vida cultural de otros países que no te imaginabas que eran chavistas”, dice Aguirre.
“Vienen rusos, bielorrusos, vietnamitas, nicaragüenses. Y no solo del llamado ‘eje del mal’, también han venido estadounidenses, europeos y mucha gente que pide que no le digamos a nadie que estuvieron aquí”, comenta entre risas.
Cuenta que hay señoras que piden llevarse una muestra de agua del estanque que rodea la ‘Flor de los Cuatro Elementos’, una construcción de granito que decora el sarcófago, “porque dicen que se soban las rodillas con ella y las articulaciones mejoran”.
Cuando Menchú fue al sitio junto a una delegación maya, recuerda que al entrar al mausoleo manifestó que se sentía mucha energía. “El grupo se hincó e hizo un ritual”, recuerda Aguirre.
En el tiempo en que se establecieron mesas de trabajo para definir el propósito del espacio, la comunidad pidió que el lugar ofreciera al visitante una experiencia más cercana e íntima que la del Panteón Nacional, donde se encuentra el Mausoleo de Simón Bolívar.
En el interior del Cuartel se rompe con el protocolo y se permite que los representantes de los estados venezolanas lleven sus manifestaciones culturales, “porque de alguna forma asocian la figura de Chávez con su identidad”.
La Fundación, creada en 2013 por los familiares del mandatario, es presidida por su hija Rosa Virginia Chávez. Su finalidad inicial fue la de “proteger y mantener” su legado, pero con el tiempo se ha enfilado a “mostrarle a la gente un Chávez más humano: el niño, el joven, el soldado y el líder político”, como resultado de la investigación sobre su vida.
“Ha habido una evolución en la Fundación, que pasó por entender de una manera desordenada al Comandante, siendo presidente, a detenerse para entenderlo en su justa dimensión y espacio natural”, concluye.
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La tarde de ese 5 de marzo de 2013 el tiempo se detuvo. Cuando el entonces vicepresidente venezolano Nicolás Maduro informó en cadena nacional que el presidente Hugo Chávez había fallecido, un suspiro colectivo dio paso al llanto. El líder de la Revolución Bolivariana cinco meses atrás había ganado las elecciones presidenciales con 55,07 % de los votos, casi 11 puntos porcentuales por encima de su contrincante Henrique Capriles Radonski, en una intensa campaña, catalogada como épica, que emprendió mientras padecía de cáncer.
La conmoción por el anuncio de su muerte causó segundos de paralización, desmayos, gritos e incertidumbre en las calles. Miles de venezolanos se volcaron a las plazas a expresar su dolor por la pérdida. En esos días era común escuchar y ver escrito en las paredes: “Chávez no murió, se multiplicó”.
“Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo: a las 4:25 de la tarde, ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías, luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años”, dijo Maduro aquel 5 de marzo.
Un día después, el féretro con los restos de Chávez salió del Hospital Militar Doctor Carlos Arvelo, en la parroquia caraqueña de San Juan, donde el líder revolucionario permaneció hasta su deceso, y fue trasladado en una multitudinaria marcha hasta la Academia Militar, en la parroquia El Valle, a unos 13 kilómetros.
En la Academia Militar, donde se graduó en Ciencias y Artes Militares, el 8 de marzo se hizo el funeral de Estado, al que acudieron 32 presidentes y primeros ministros y delegaciones de más de 50 países. Ese día, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) determinó que Maduro asumiría temporalmente la presidencia, según una nota del Ministerio de Comunicación e Información.
Frente a los presentes, Maduro, con la voz quebrada por el llanto al hablar del líder latinoamericano nacido el 28 de julio de 1954, dijo: “Aquí está invicto, puro, transparente, único, verdadero, vivo para siempre, para todos los tiempos. ¡Comandante, no pudieron contigo! ¡No podrán con nosotros jamás!”.
El 13 de marzo de 2013, en una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para honrar su memoria, el entonces secretario general de esa organización, Ban Ki-moon, destacó la “visión eminentemente latinoamericana” de Chávez y aseveró que “ofreció un impulso decisivo para nuevos esfuerzos hacia la integración regional”.
Las honras fúnebres, a la que asistieron unas seis millones de personas, se extendieron hasta el 15 de marzo, cuando fue trasladado al Cuartel de la Montaña 4F, en el parroquia 23 de Enero, desde donde dirigió la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, y donde se encuentra ahora.
A partir de 2015, el presidente estadounidense Barack Obama declaró “emergencia nacional” por la “amenaza inusual y extraordinaria” que Venezuela representaba para Washington. A partir de allí, tanto EE.UU. como otros países han impuesto 929 medidas punitivas contra la nación suramericana, lo que ha tenido un “efecto devastador”y “catastrófico” en la población, según la Organización de Naciones Unidas.
Desde 2014, el país perdió el 99 % de sus ingresos en dólares. En diciembre de ese año, Obama firmó la ‘Ley para la defensa de los derechos humanos y la sociedad civil de Venezuela’, que abrió la puerta para las medidas que vendrían meses después y que aún no cesan.
La oposición optó por el desconocimiento de los resultados de las elecciones presidenciales de 2014 y de 2018, como estrategia desestabilizadora, en medio de la presión y el cerco de los países aliados de la oposición venezolana.
En 2019, el exdiputado Juan Guaidó se autoproclamó “presidente encargado” y desde la Asamblea Nacional, con apoyo internacional, promovió una serie de acciones para derrocar a Maduro, en medio de varios escándalos de corrupción. Apenas en diciembre de 2022, un grupo de exparlamentarios decidió que su supuesto gobierno, sin validez constitucional, quedaba sin efecto.
Durante una reciente transmisión televisiva, el mandatario venezolano afirmó que, 10 años después, “la mejor forma de recordar a Chávez no es llorando”.
“Me dejé de eso hace tiempo, porque bastante que lo lloré. No es recordarlo como pasado, es hacerlo como presente, como reto de futuro”, expresó.
Se espera que la actividad central sea el ‘Encuentro Mundial por la Vigencia del Pensamiento Bolivariano del comandante Hugo Chávez en el siglo XXI’, que reunirá durante tres días a distintas personalidades, intelectuales, movimientos sociales, activistas y políticos.
Por su parte, la Fundación Comandante Eterno Hugo Chávez, con sede en el Cuartel de la Montaña, a partir del 5 de marzo inaugurará la exposición sobre el periodo de su vida antes de alcanzar la presidencia en 1998.
Rafael Aguirre, miembro de esa Fundación, informó en entrevista con RT que del 6 al 14 de marzo recibirán a los visitantes que quieran rendir homenaje al líder bolivariano.
Asimismo, se prevé que el 15 de este mes el Gobierno venezolano organice una caravana desde la Academia Militar hasta el Museo Histórico Militar, como también se le conoce. La actividad se clausura en la Plaza 4 de Febrero, a las afueras del Cuartel de la Montaña, con un evento para conmemorar la declaración del joropo, un género musical exaltado por Chávez como Patrimonio Cultural de la Nación, en 2014.
“Puedo decirle al mundo que diez años después podemos hablar, porque el dolor era tan grande que nos sumió en una tristeza”, son las primeras palabras de la historiadora Gladys Arroyo, presidenta de la Fundación Centro de Formación e Investigación Carmen Clemente Travieso.
Recuerda que el impacto de la noticia fue paralizante. “Aunque fue una verdadera tragedia para el pueblo, fuimos superando aquella difícil hora”, dice desde las cercanías del Mausoleo del Libertador, en el centro de Caracas.
Mientras habla, Arroyo establece una línea cronológica con los momentos más difíciles que ha atravesado el país en la última década. Recuerda que la oposición obtuvo la mayoría de escaños en las elecciones parlamentarias de 2015. “Y el imperio dijo: ‘Es nuestra oportunidad. Nos hacemos de nuevo del poder'”, afirma.
En su recuento se refiere a las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela; a la ‘guerra económica’; a las protestas de 2014 y de 2017, impulsadas por dirigentes de la ultraderecha, que causaron más de una centena de muertos; y a las “acciones como quemar gente viva”.
“Hemos derrotado guarimbas (protestas violentas); terrorismo; un intento de magnicidio en 2018 y de golpe de Estado en 2019; dos intentos de invasiones, la del 23 febrero de 2019 en los puentes internacionales entre Colombia y Venezuela y la Operación Gedeón”; y una incursión marítima fallida, en 2021.
“El imperio pensó que con la muerte de Chávez se acababa la Revolución Bolivariana. ¡Cuán equivocados estaban! Ellos no saben de dónde venimos: somos un pueblo de libertadores”, dijo la historiadora.
Sobre los aprendizajes en medio de la adversidad, se refiere al trabajo “en el seno del pueblo” y recomienda no contar con victorias que aún no se han materializado. “En dos años de pandemia y de guerra económica aprendimos a multiplicar los panes, las lentejas, el arroz, a compartir con nuestra comunidad”.
Carlos Ponce Clavero, vocero del Consejo de Trabajadores Comandante Eterno, considera que el mayor aprendizaje en esta década “de tanta dificultad” ha sido “la forja” por la defensa de Venezuela.
“Aquí han bombardeado invisiblemente todo, es una guerra diferente, criminal”, dice al referirse a las acciones que buscan deponer al mandatario venezolano. “Nicolás Maduro ha logrado en estos años mantener la paz”, agrega.
Por su parte, Aguirre, de la Fundación Comandante Eterno, expresa que en estos diez años, ya “con mucha más calma”, entiende más a Chávez “como presidente y, sobre todo, como humano”.
“Fue un estratega, un visionario, capaz de proyectar escenarios posibles y dar en el blanco. Sabía que Venezuela, por su ubicación geopolítica, con todos los recursos que tiene, jugaba duro en el concierto internacional”, dice Aguirre.
En su opinión, ante la posibilidad de que no pudiera cumplir con el mandato presidencial, Chávez “ya se adelantaba en los escenarios que vendrían, como el ataque económico para asfixiarnos”.
“Gracias a esa visión estratégica, la gente que lo acompañó aprendió de él y, afortunadamente, el presidente y su equipo han sabido sortear los ataques, esquivarlos, y darles respuesta”, agregó Aguirre.
El Cuartel de la Montaña ha recibido a visitantes tan diversos como Rigoberta Menchú, Danny Glover, Diego Armando Maradona “y personas de la vida cultural de otros países que no te imaginabas que eran chavistas”, dice Aguirre.
“Vienen rusos, bielorrusos, vietnamitas, nicaragüenses. Y no solo del llamado ‘eje del mal’, también han venido estadounidenses, europeos y mucha gente que pide que no le digamos a nadie que estuvieron aquí”, comenta entre risas.
Cuenta que hay señoras que piden llevarse una muestra de agua del estanque que rodea la ‘Flor de los Cuatro Elementos’, una construcción de granito que decora el sarcófago, “porque dicen que se soban las rodillas con ella y las articulaciones mejoran”.
Cuando Menchú fue al sitio junto a una delegación maya, recuerda que al entrar al mausoleo manifestó que se sentía mucha energía. “El grupo se hincó e hizo un ritual”, recuerda Aguirre.
En el tiempo en que se establecieron mesas de trabajo para definir el propósito del espacio, la comunidad pidió que el lugar ofreciera al visitante una experiencia más cercana e íntima que la del Panteón Nacional, donde se encuentra el Mausoleo de Simón Bolívar.
En el interior del Cuartel se rompe con el protocolo y se permite que los representantes de los estados venezolanas lleven sus manifestaciones culturales, “porque de alguna forma asocian la figura de Chávez con su identidad”.
La Fundación, creada en 2013 por los familiares del mandatario, es presidida por su hija Rosa Virginia Chávez. Su finalidad inicial fue la de “proteger y mantener” su legado, pero con el tiempo se ha enfilado a “mostrarle a la gente un Chávez más humano: el niño, el joven, el soldado y el líder político”, como resultado de la investigación sobre su vida.
“Ha habido una evolución en la Fundación, que pasó por entender de una manera desordenada al Comandante, siendo presidente, a detenerse para entenderlo en su justa dimensión y espacio natural”, concluye.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 10, 2023