¿Quién es el padre de la democracia?

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 Por ORLANDO AGUSTÍN GAUNA

Cuando una muchacha pobre y “ligera de cascos”, digamos del “sí” fácil, queda embarazada, nadie quiere hacerse responsable de la paternidad del niño por nacer. 

Pero si fuera una honesta y hermosa mujer, y además, con muchas riquezas, la que tuviera un niño y silenciara el nombre del padre de la criatura, cualquier pelandrún se querría atribuir la paternidad del niño. 

Y a ese niño, que sabe que no es hijo suyo, lo maltratará todos y cada uno de sus días. 

Su único interés es apoderarse de las riquezas de la dama. Nuestra Patria es una joven y hermosa mujer, llena de riquezas. Y ha parido a una niña llamada Democracia. 

Pero la Patria, hasta ahora venía callando la identidad del padre de esa recién nacida Democracia. 

Entonces aparecieron los pelandrunes que dijeron ser los padres de la Democracia. 

Radicales, peronistas, socialistas, de cualquier color político, Todos se atribuían ser los padres de la Democracia. Y los que más empeño ponían para ser reconocidos como padre de esa joven, eran los criminales terroristas, que decían haberla fecundado, “luchando contra la dictadura militar genocida”. 

Y a pesar de que ninguno había logrado el certificado que acreditara el vínculo sanguíneo con la criatura, estos pelandrunes no dudaban en maltratarla de manera pública y despiadada. 

Así llegó el momento en que fue necesario hacer el ADN para determinar de manera precisa e indubitable, quien era el padre de la Democracia. 

Este análisis llevó 48 horas y fue realizado los días 9 y 10 de julio de 2016 durante los actos por el bicentenario de nuestra independencia.

El Perito designado, fue el PUEBLO ARGENTINO. 

En estos dos días, el Pueblo Argentino, renegando de cualquier bandería política, haciendo flamear solo banderas con los colores celeste y blanco de la Patria, con su aplauso interminable declaró de manera inequívoca, que el Padre de la democracia se llama Fuerzas Armadas. 

De este modo certificó que se reconocía definitivamente a las Fuerzas Armadas, como padre de la democracia; pues de no haber sido por estas, nunca hubiera nacido la Democracia y hoy estaríamos bajo el yugo de una dictadura castro – comunista. 

Fueron nuestras Fuerzas Armadas, con la cooperación de las Fuerzas de Seguridad, policiales y penitenciarias, las que derrotaron al vil invasor y a los infames traidores a la Patria. 

Se perdieron muchas vidas, hasta de jóvenes soldados conscriptos, pero todos lucharon con patriótico valor, como el Soldado Luna con su inmortal grito “¡¡¡Acá no se rinde nadie, mierda!!!” o los héroes de Manchalá que a pesar de encontrarse en inferioridad numérica, armamentística y de preparación para el combate, con la fuerza que da el coraje para defender a la Patria, pusieron en fuga a los terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo (¿de qué pueblo?) Ellos aniquilaron a los terroristas, para que la Patria tuviera Democracia. 

Hoy, nuevamente, son las fuerzas armadas, las que salen a la calle con sus tropas, a paliar el hambre de los mas carenciados, esos pobres, que por la avaricia de la MALDITA CLASE POLÍTICA, fueron sumidos en la miseria.

Al igual que médicos, enfermeras, policías, y fuerzas de seguridad, se exponen al contagio del maligno virus, en permanente contacto con potenciales infectados. 

Los políticos se comunican por video-conferencias desde sus lujosas mansiones, sin preocuparse demasiado por los que ellos mismos llevaron a un estado de indigencia, o por los pequeños y medianos empresarios que por el receso económico se ven obligados a cerrar miles de fuentes de trabajo.

Los políticos tienen “la vaca atada”, a ellos no les faltará la leche. Mensualmente seguirán cobrando sus jugosos haberes, con los agregados de “gastos de representación”, viáticos, desarraigo y otros beneficios. 

Y junto con ellos, su cohorte de familiares, amantes, amigos y alcahuetes, acomodados en cargos inventados para que también ellos se puedan prender de “la teta” del Estado. 

A ellos no los afecta el aislamiento social obligatorio.

Gozan de suficiente dinero y demasiada impunidad.

Así pueden pagar fabulosos sobreprecios en la compra de alimentos, barbijos u otros insumos para enfrentar esta pandemia. Porque hasta lucran con la salud de los argentinos.

Si semejante acto de corrupción se hubiera descubierto en una unidad militar, le hubiera costado la cabeza al Jefe del Estado Mayor Conjunto como “autor mediato”; pero en la MALDITA CLASE POLÍTICA, siempre se “pide la renuncia” de los anónimos  peregiles, que pronto serán acomodados en otro espacio del Estado, como pago por su silencio, para que no denuncien que ROBAN PARA LA CORONA.

El pueblo no tiene ninguna duda de que estas lacras no pueden ser los padres de la democracia.

Orlando Agustín Gauna

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 17, 2020


 

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