Reflexiones de un Prisionero En Argentina

Por Claudio Kussman.

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En lo personal no daré ningún apoyo a los miembros de la Corte Suprema. Por su sucia “política de estado” muchos adultos mayores murieron en prisión y muchos más lo haremos en esa indigna condición. Ellos fueron funcionales a sus bolsillos e intereses personales.

Lo de hoy es una pelea entre lobos, que si la pierden no afectará en mucho su bienestar personal.

Con respecto a lo que luego pase con la “ciudadanía”, muchos estarán contentos (los cercanos a los círculos del poder K), y otros tendrán lo que merecen por indiferentes. Otros emigrarán, mientras que quienes estamos imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, no debemos preocuparnos. Esté quien esté en el gobierno, tenemos el corto futuro que nos queda ya preestablecido.

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Estimado, ciudadano, ciudadana y “ciudadane“, la Argentina “genéticamente” de siempre estuvo donde no tenía que estar, o sea en la zona de los países no confiables. No olvidemos que vergonzosa position adoptó la generación de nuestros padres y nuestros abuelos en las grandes contiendas mundiales del siglo pasado. ¿Por qué vamos a cambiar ahora y no vamos a estar del lado ruso? En todo nos desempeñamos como autitos chocadores, así nuestra “sociedad” un día clamó por la muerte a los terroristas y al siguiente declaró su “amor” por ellos y levantó, levanta y seguirá levantando monumentos en su homenaje. Nos emocionamos por el himno nacional, pero cuando terminan sus acordes corremos a comprar dólares. Sálvese quien pueda. Los que estamos irremediablemente presos por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad nos creemos “héroes de la patria”, pero no decimos ¡BASTA! a los extremos abusos políticos y judiciales. Por suerte a los “otros” hasta ahora, no se les ocurrió practicarnos el coito anal (lo hacen solo en forma simbólica), porque, aun así, guardaríamos silencio y nuestros camaradas de toda la vida, seguirían mirando para otro lado. Macri lo llevó a Obama por los 30.000 al Parque de la Memoria y nosotros, que moriremos en prisión lo votamos. ¿No es maravilloso?