RESEÑA DE “LA RAZA FUTURA”,  DE SIR EDWARD BULWER LYTTON – PARTE FINAL

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 Prof. Mgtr. María Elena Cisneros Rueda.

Estos intercambios de formas de vida, de trabajos, de cultivos, de creaciones de todo tipo, de transporte, tiene que  quedar entre ellos para no alterar el orden de la comunidad. Entonces Zee menciona el VRIL para borrar todo rastro de no respetar esta regla del silencio. Ahí el viajero pregunta “Que es el Vril?” El vril era en realidad como una “corriente eléctrica que había alcanzado la unidad de las energías naturales” y que “Faraday habla bajo el cauteloso término de correlación”.

El vril era útil para todos los quehaceres que querían realizar estas personas como construir, cambiar cosas de sitio, transportar, crear, abrir caminos, preparar terrenos para cultivos, puesto que podía influenciar las mentes, los cuerpos animales, vegetales, minerales y podía borrar la memoria de la gente o exacerbarla según la necesidad.

Era como un “magnetismo atmosférico” que podía influenciar las variaciones de temperatura, el clima, las fuerzas electro-biológicas y ódicas también llamadas Od u Odílicas, científicamente vehiculadas a través de  los conductores del Vril, que era una especie de varita que podía extenderse y que los VRIL-YA llevaban en sus manos, en la cual se encontraba una especie de comando con botones que permitían acrecentar o disminuir la fuerza de dicho emisión, que podía ser visible a través de la descarga que recibía el objeto que querían transformar.

De esta manera, el viajero fue conociendo más y más la intimidad de esta raza de gentes que, en un principio habían habitado el exterior del planeta pero que, debido a cataclismos naturales fueron obligados a replegarse al interior de la tierra, cada vez más profundamente para llegar a forjar todo un mundo muy avanzado, pero desconocido, lleno de sabiduría de los tiempos pero que de alguna manera encerraba la crueldad de deshacerse de aquello que no les convenía, fuera mineral u orgánico. Esto hacía que el viajero estuviera totalmente complacido de encontrarse entre ellos pero de alguna manera guardaba en su interior un terror de realizar cualquier acto que pudiera poner en funcionamiento mecanismos de defensa entre esta gente que pudiera terminar con su existencia.

Así, durante las horas de ocio, pudo asistir a la gran sala de espectáculos donde se ponían en escena obras teatrales con música, movimiento, cantos, algarabía, interacciones entre público y actores que le rememoraban a la ópera china y de la misma manera le resultaba incomprensible. Las horas de esta población estaba dividida en tres etapas a saber: ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de esparcimiento- Tenían costumbres y reglas que eran totalmente habituales entre ellos y si algún habitante encontraba difícil hacerlo, era invitado cordialmente a abandonar la comunidad e irse a otra parte. Tenían un proverbio: ”No existe felicidad sin orden, no existe orden sin autoridad, no existe autoridad sin unidad”.

Al comenzar una nueva población cada familia recibía un terreno con las mismas dimensiones, pero naturalmente las capacidades de cada familia hacia que unos mejoraran y crecieran mucho más que otros, sin que eso creara rivalidades o situaciones displicentes.

Sin embargo, algo completamente esperado sucedió. Zee y el viajero se enamoraron. Como era costumbre en su pueblo Zee manifestó su amor que era correspondido por el habitante de la superficie, pero esto cayó muy mal en el seno de su familia. El viajero fue llevado delante de un tribunal que le recordó las reglas de cortesía a las que había faltado, debido que, al no pertenecer a la raza, le estaba vedado formar hogar con una Gy, como se nombraba a las mujeres. El enjuiciamiento tuvo resultado adverso y el viajero fue sentenciado a ser destruido al comenzar las horas de actividad.

Fue recluido en su habitación, que había pertenecido a Zee y debía esperar la ejecución. Cuando las horas de descanso habían comenzado, de pronto apareció la joven Gy en su habitación y mostrando el signo de silencio le pidió que la acompañara sin emitir un solo sonido. Salieron hacia afuera, caminaron en dirección al lugar por donde el viajero había llegado y ahí y por primera vez se besaron con amor y nostalgia. Ella le explicó que no podía quedarse en su mundo ni ella en el suyo puesto que cada uno pertenecía a diferentes lugares totalmente irreconciliables. Dicho esto, le pidió que la tomara del cuello con fuerza y sin soltarse, levantó su vara de Vril y comenzó a ascender por un túnel que había abierto en la roca. Al llegar al saliente donde el viajero y su amigo habían dejado la cesta al descender y desde donde y a la lejanía se oía murmullo de voces quedaron un momento abrazados. Al separarse el viajero notó que la corona que la joven Gy Zee portaba sobre su cabeza brillaba  con un extraordinario fulgor. Ella le explicó que descendería y cerraría la abertura en la roca para impedir el paso de un mundo al otro y afrontaría las consecuencias de su obrar. Se abrazaron con mayor fuerza. Ella bajó la cabeza, porque era más alta, lo besó largamente en la frente y comenzó el descenso.

 El viajero estuvo observando hasta que la luz de la diadema desapareció en las profundidades de la tierra y luego comenzó su propio ascenso hacia la superficie.

El viajero esquivó el pasar por las instalaciones de la mina y continuó su camino hasta una aldea cercana, desde donde pudo dirigirse hacia un lugar que le permitiría volver a su país.

Llegado a los Estados Unidos inició negocios que le reportaron una buena fortuna para vivir sus años dorados tranquilos y en paz. Nunca formó hogar y próximo a su partida definitiva del mundo exterior, decidió contar su extraña aventura poniendo en conocimiento la existencia de la “Raza futura”.

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Esta obra fue aclamada y vilipendiada. Aceptada y rechazada. Se dijo que era en realidad una sátira a la sociedad de la época, poniendo de manifiesto las flagrantes diferencias entre los diferentes estamentos de la sociedad, que era una obra sin sentido, muchos no la comprendieron y muchos la estudiaron en profundidad e incluso se formaron grupo de gentes que trataron de emular los descubrimientos de la raza futura.

De hecho muchas de las descripciones hechas en la obra, forman parte hoy de nuestra vida cotidiana. Solo nos falta encontrar la verdadera fórmula del Vril.

 Lo que encontré de interesante, era esa especie de ópera china donde las interacciones entre la escena y el público daban lugar a manifestaciones de júbilo que de otra manera el pueblo “Ana” de los “Vril-ya” no hacía de otra forma  y eso me trajo el recuerdo de las Heterofonías primitivas, donde precisamente el pueblo manifestaba sus estados de ánimo sin restricciones.

También encontré interesante la posibilidad de que existan en verdad poblaciones viviendo debajo de la tierra y de la que nosotros no tenemos ni la más mínima idea y las grandes potencias se preocupan por la carrera espacial cuando en realidad, dentro del propio planeta existan civilizaciones muy avanzadas con las que podríamos encontrarnos y tal vez, lograr mejorar nuestra propia raza tan dada a las acciones belicosas. Existe también un mundo acuático casi desconocido y en el que puede ser que también exista una vida diferente y similar.

Eso me lleva a reflexionar que solemos buscar afuera lo que en realidad tenemos adentro. Las respuestas que buscamos podemos encontrarlas en nuestro propio reflejo en el espejo, pero eso requiere de mucha veracidad en nuestra forma de actuar y me pregunto si en realidad nos interesa lograrlo.

De hecho, dentro de nuestro cuerpo poseemos innumerables “razas futuras” constituidas por nuestras propias células, que desconocemos totalmente e incluso la gente camina en su propio esqueleto sin siquiera saber la cantidad de huesos que posee.

Y luego pretendemos cambiar al otro…

 

 

MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la  Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y  Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y   creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña).  Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de  Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 20, 2021


 

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