Otro feriado para la inmensa mayoría de los argentinos, una fecha IMPORTANTE solo para dos sectores: los grupos de derechos humanos E IZQUIERDA y los familiares de los presos de lesa humanidad.
Este 24 de Marzo se conmemora una nueva fecha de lo que fuera el comienzo del proceso militar. De seguro los canales de televisión nos atronaran con películas, reportajes, documentales y todo tipo de comentarios sobre lo ocurrido en nuestro país a partir de ese día.
Los organismos de derechos humanos junto a las agrupaciones de izquierda, aprovecharán el feriado, dispuesto desde hace ya algunos años, para marchar por las calles de las diferentes ciudades, luego de dos años de no poder hacerlo por la pandemia.
Además, como siempre sucede para estas fechas, los juzgados federales de todo el país se despachan con multitudinarias citas a indagatorias, no perdiendo así la oportunidad de contentar al “poder de turno”.
Todo como se verá, con el sesgado relato, instalado por el gobierno kirchenrista, de los buenos y los malos. Por supuestos los buenos: los “jóvenes idealistas” que peleaban por un mundo mejor y los malos: los militares, policías y civiles que “salvajemente” reprimieron a los mismos a sangre y fuego.
La verdad que, a esta altura de la historia y ya en el siglo XXI, cuesta aún tener que demostrar que “el agua moja”. Que esa versión de la historia es falsa y que los hechos no son como nos cuentan desde la comunicación oficial y de los medios de prensa que siguen “lo políticamente correcto”.
Ante esta situación, una pregunta comienza a flotar sobre la sociedad desde hace algún tiempo. ¿A las nuevas generaciones, les importa realmente lo que paso hace 40 años? ¿El común de la gente está pendiente de los juicios denominados de lesa humanidad?
Para conocer la respuesta, basta o pararse en una cola de un supermercado o sentarse a beber una cerveza en un after office, para saber cuál es la prioridad del ciudadano común o la realidad de los adolescentes de hoy.
En un país sumergido en la pobreza, con una inflación descontrolada, con una inseguridad cada vez más violenta y sin vista de solución, y con los jóvenes viendo cómo pueden irse a otro país, esta cuestión pasó a ser solo de importancia para los sectores de izquierda y los familiares de los detenidos en las causas de lesa humanidad. Un verdadero “microclima”, nada más, para esos dos sectores.
El ciudadano promedio tiene la mente en otro lado. En ver cómo puede llegar a fin de mes, pagando el alquiler, el supermercado y los impuestos; rogando que no lo maten para robarle el celular cuando vuelve del precario trabajo. Llegado a su casa, y agobiado por la ruin realidad de este país, en vez de ver un noticiero, prefiere ver una telenovela o un programa donde compiten por cocinar, para tratar de evadirse justamente de la realidad, que sabe al día siguiente tendrá que enfrentar de nuevo.
Encima, en las pocas ocasiones que se pone a ver un noticiero para informarse de algo o en una charla con amigos donde inevitablemente surge la actualidad, el tema de conversación es la inseguridad, donde no ahorra esfuerzos en mostrar su enojo por la falta de acción de las fuerzas policiales. Y es que el discurso de la victimización del delincuente hartó a la sociedad. Ni hablar si sale en la conversación la actuación de los organismos de derechos humanos que hacen silencio ante el flagelo delincuencial, pero “repudian” el accionar policial si lo combate, lo que indefectiblemente le recuerda la ligazón de algunos de ellos con difundidos hechos de corrupción.
Y a todo ello le sumamos que ya comienza a cuestionarse el despilfarro de dinero que se realiza en los juicios denominados de lesa humanidad. Es que, en un país quebrado por el despilfarro de una clase política que solo busca mantener sus prebendas, ya muchos comienzan a preguntarse porque se gastan millones de pesos en enjuiciar a viejos de 80 o 90 años, cuando no se aumentan las magras jubilaciones, crece el desempleo y la pobreza, y muchos niños no tienen para comer.
Entonces, el relato “cruje” y un mar de dudas se apodera del ciudadano común, aunque no lo exprese públicamente por temor a ser “reprendido” por alguien “políticamente correcto” o por los que repiten consignas sin saber bien si son verdaderas o no.
Para colmo, algunos escritores han comenzado a publicar y difundir libros sobre los atentados de las organizaciones terroristas en los años 70, como Montoneros o ERP, en los últimos tiempos; preguntándose porque la Justicia no investiga estos hechos. Muchos jóvenes, para quienes Massera es solo una marca de helado, se preguntan lo mismo. Y porque la Justicia no investiga esos hechos. Porque a los militares si y a los terroristas no?
La gran mayoría de la sociedad argentina no desea vivir en el pasado. Si conocerlo y en forma completo. La gran mayoría de la sociedad argentina vive el hoy, ni siquiera piensa en el futuro, el cual sabe viene complicado y poco venturoso.
Pasará un 24 de Marzo más, otro feriado para la inmensa mayoría de los argentinos, y como dijimos una fecha importante solo para dos sectores: los grupos de derechos humanos e izquierda y los familiares de los presos de lesa humanidad. Simplemente eso y nada más.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Este 24 de Marzo se conmemora una nueva fecha de lo que fuera el comienzo del proceso militar. De seguro los canales de televisión nos atronaran con películas, reportajes, documentales y todo tipo de comentarios sobre lo ocurrido en nuestro país a partir de ese día.
Los organismos de derechos humanos junto a las agrupaciones de izquierda, aprovecharán el feriado, dispuesto desde hace ya algunos años, para marchar por las calles de las diferentes ciudades, luego de dos años de no poder hacerlo por la pandemia.
Además, como siempre sucede para estas fechas, los juzgados federales de todo el país se despachan con multitudinarias citas a indagatorias, no perdiendo así la oportunidad de contentar al “poder de turno”.
Todo como se verá, con el sesgado relato, instalado por el gobierno kirchenrista, de los buenos y los malos. Por supuestos los buenos: los “jóvenes idealistas” que peleaban por un mundo mejor y los malos: los militares, policías y civiles que “salvajemente” reprimieron a los mismos a sangre y fuego.
La verdad que, a esta altura de la historia y ya en el siglo XXI, cuesta aún tener que demostrar que “el agua moja”. Que esa versión de la historia es falsa y que los hechos no son como nos cuentan desde la comunicación oficial y de los medios de prensa que siguen “lo políticamente correcto”.
Ante esta situación, una pregunta comienza a flotar sobre la sociedad desde hace algún tiempo. ¿A las nuevas generaciones, les importa realmente lo que paso hace 40 años? ¿El común de la gente está pendiente de los juicios denominados de lesa humanidad?
Para conocer la respuesta, basta o pararse en una cola de un supermercado o sentarse a beber una cerveza en un after office, para saber cuál es la prioridad del ciudadano común o la realidad de los adolescentes de hoy.
En un país sumergido en la pobreza, con una inflación descontrolada, con una inseguridad cada vez más violenta y sin vista de solución, y con los jóvenes viendo cómo pueden irse a otro país, esta cuestión pasó a ser solo de importancia para los sectores de izquierda y los familiares de los detenidos en las causas de lesa humanidad. Un verdadero “microclima”, nada más, para esos dos sectores.
El ciudadano promedio tiene la mente en otro lado. En ver cómo puede llegar a fin de mes, pagando el alquiler, el supermercado y los impuestos; rogando que no lo maten para robarle el celular cuando vuelve del precario trabajo. Llegado a su casa, y agobiado por la ruin realidad de este país, en vez de ver un noticiero, prefiere ver una telenovela o un programa donde compiten por cocinar, para tratar de evadirse justamente de la realidad, que sabe al día siguiente tendrá que enfrentar de nuevo.
Encima, en las pocas ocasiones que se pone a ver un noticiero para informarse de algo o en una charla con amigos donde inevitablemente surge la actualidad, el tema de conversación es la inseguridad, donde no ahorra esfuerzos en mostrar su enojo por la falta de acción de las fuerzas policiales. Y es que el discurso de la victimización del delincuente hartó a la sociedad. Ni hablar si sale en la conversación la actuación de los organismos de derechos humanos que hacen silencio ante el flagelo delincuencial, pero “repudian” el accionar policial si lo combate, lo que indefectiblemente le recuerda la ligazón de algunos de ellos con difundidos hechos de corrupción.
Y a todo ello le sumamos que ya comienza a cuestionarse el despilfarro de dinero que se realiza en los juicios denominados de lesa humanidad. Es que, en un país quebrado por el despilfarro de una clase política que solo busca mantener sus prebendas, ya muchos comienzan a preguntarse porque se gastan millones de pesos en enjuiciar a viejos de 80 o 90 años, cuando no se aumentan las magras jubilaciones, crece el desempleo y la pobreza, y muchos niños no tienen para comer.
Entonces, el relato “cruje” y un mar de dudas se apodera del ciudadano común, aunque no lo exprese públicamente por temor a ser “reprendido” por alguien “políticamente correcto” o por los que repiten consignas sin saber bien si son verdaderas o no.
Para colmo, algunos escritores han comenzado a publicar y difundir libros sobre los atentados de las organizaciones terroristas en los años 70, como Montoneros o ERP, en los últimos tiempos; preguntándose porque la Justicia no investiga estos hechos. Muchos jóvenes, para quienes Massera es solo una marca de helado, se preguntan lo mismo. Y porque la Justicia no investiga esos hechos. Porque a los militares si y a los terroristas no?
La gran mayoría de la sociedad argentina no desea vivir en el pasado. Si conocerlo y en forma completo. La gran mayoría de la sociedad argentina vive el hoy, ni siquiera piensa en el futuro, el cual sabe viene complicado y poco venturoso.
Pasará un 24 de Marzo más, otro feriado para la inmensa mayoría de los argentinos, y como dijimos una fecha importante solo para dos sectores: los grupos de derechos humanos e izquierda y los familiares de los presos de lesa humanidad. Simplemente eso y nada más.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 21, 2022