Valientes palabras las expresadas en su carta por monseñor Santiago Olivera. Iluminan una realidad que pocos se atreven a mencionar: la iniquidad de los juicios “de lesa humanidad”, con imputados retenidos en prisión preventiva durante años hasta que las acusaciones son estudiadas, soportando la presunción de culpabilidad. Uno de los 400 detenidos en esta situación a la que alude el obispo es Julio N. Flores, excabo de la Fuerza Aérea, hoy de 60 años, recluido desde hace cuatro en el penal de Güemes, Salta. Flores, mecánico de aviación, estuvo solo tres años en la fuerza. Cuando ocurrieron los hechos que se le imputan, en agosto de 1977, tenía ocho meses de antigüedad y solo 19 años. Las acusaciones se basan en supuestos sin asidero: que en su primer destino, la I Brigada Aérea (El Palomar), él podía ser jefe de guardia de un centro clandestino de detención. En el 80 pidió la baja. Pasó a la aviación civil. Trabajaba en Indonesia. Al volver de visita al país en 2014 fue detenido ni bien pisó Ezeiza. Tardó en enterarse por qué. Desde entonces perdió su empleo, hundió en la ruina a su familia, se alejaron amigos y camaradas. Es un paria.
La sed de venganza de quienes perdieron la guerra subversiva en los 70 ha convencido a todos de que hay una categoría de personas a las que se puede pisotear su dignidad humana, que toda opresión es permitida. ¿Hasta cuándo permitiremos esta ignominia?
Señor Caro Figueroa: la guerra siempre es un hecho político, Su conducta tiene particularidades que exigen técnicas específicas y especialmente comportamientos adecuados al combate cruento. Esto quiere decir que el resultado de la guerra siempre es político. En la guerra puede haber resultados propios de la misma que podrían calificar como exitosos o desastrosos. Pero los resultados están en como incidió en la situación política de los beligerantes. Por lo tanto, los resultados de la guerra interna (conflicto armado no internacional) se consideran poniendose en el nivel político. Y en este, fue una derrota. Por supuesto, los ganadores de la guerra recibieron una “paliza estruendosa en el campo de combate” pero al ganar la guerra pueden pensar en la venganza. Es en este cuadro, que hay que considerar a Monseñor Olivera, y debemos agradecer su valentía y claridad. Y es correcto que los ganadores continuan manteniendo la situación de guerra para vengarse. Y seguramente, a nosotros nos queda mostrar nuestra dignidad para soportar la ignomiosa afrenta vengativa de los triunfadores que hasta han sabido “vender” su relato a nuestra población, aprovechando quizás los graves errores cometidos por algunos de nuestro combatientes que creian que un triunfo militar sustituye y supera a un triunfo político.
¿Perdieron la guerra? No, no hubo quien la ganara, porque si esto fuese cierto, no pasaría lo que esta pasando y a la luz de los acontecimientos presentes y futuros, van a seguir sin solución de continuidad. Las FF. AA. no ganaron la guerra, esta es la falacia, ganar la guerra significa el aniqulamiento total del accionar del oponente (sin que ello represente la desapiricón total por muerte) porque aniquilar también significa Anonadar, dejár fuera de combate, como también lo significa Abatir. Por eso coincido con Claudio, no se ganó ninguna guerra, más bien un bando cesó el fuego.
Excelente y valiente carta. Como el de Flores hay casos similares que los jueces delincuentes que manejan este tipo de causas, aprovechan para contabilizarlos como genocidas. Pero lo cruel es el comportamiento de jefes y miembros de las fuerzas que han actuado, actúan y seguirán actuando como verdaderos cobardes por más entorchados que luzcan en sus uniformes. Esto es un sálvese quien pueda, lo cual demuestra que en todas las instituciones todo fue pura declamación a diferencia de los que sustentan ideologías radicalizadas. Estos en forma constante dan la cara y van al frente. Viendo en su permanente avance del presente e imaginando el futuro no creo que se haya ganado ninguna guerra. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN
Por RODRIGO CARO FIGUEROA.
Valientes palabras las expresadas en su carta por monseñor Santiago Olivera. Iluminan una realidad que pocos se atreven a mencionar: la iniquidad de los juicios “de lesa humanidad”, con imputados retenidos en prisión preventiva durante años hasta que las acusaciones son estudiadas, soportando la presunción de culpabilidad. Uno de los
400 detenidos en esta situación a la que alude el obispo es Julio N. Flores, excabo de la Fuerza Aérea, hoy de 60 años, recluido desde hace cuatro en el penal de Güemes, Salta. Flores, mecánico de aviación, estuvo solo tres años en la fuerza. Cuando ocurrieron los hechos que se le imputan, en agosto de 1977, tenía ocho meses de antigüedad y solo 19 años. Las acusaciones se basan en supuestos sin asidero: que en su primer destino, la I Brigada Aérea (El Palomar), él podía ser jefe de guardia de un centro clandestino de detención. En el 80 pidió la baja. Pasó a la aviación civil. Trabajaba en Indonesia. Al volver de visita al país en 2014 fue detenido ni bien pisó Ezeiza. Tardó en enterarse por qué. Desde entonces perdió su empleo, hundió en la ruina a su familia, se alejaron amigos y camaradas. Es un paria.
La sed de venganza de quienes perdieron la guerra subversiva en los 70 ha convencido a todos de que hay una categoría de personas a las que se puede pisotear su dignidad humana, que toda opresión es permitida. ¿Hasta cuándo permitiremos esta ignominia?
Rodrigo Caro Figueroa
DNI 14.022.309
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 19, 2018
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7 thoughts on “SED DE VENGANZA”
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Señor Caro Figueroa: la guerra siempre es un hecho político, Su conducta tiene particularidades que exigen técnicas específicas y especialmente comportamientos adecuados al combate cruento. Esto quiere decir que el resultado de la guerra siempre es político. En la guerra puede haber resultados propios de la misma que podrían calificar como exitosos o desastrosos. Pero los resultados están en como incidió en la situación política de los beligerantes. Por lo tanto, los resultados de la guerra interna (conflicto armado no internacional) se consideran poniendose en el nivel político. Y en este, fue una derrota. Por supuesto, los ganadores de la guerra recibieron una “paliza estruendosa en el campo de combate” pero al ganar la guerra pueden pensar en la venganza. Es en este cuadro, que hay que considerar a Monseñor Olivera, y debemos agradecer su valentía y claridad. Y es correcto que los ganadores continuan manteniendo la situación de guerra para vengarse. Y seguramente, a nosotros nos queda mostrar nuestra dignidad para soportar la ignomiosa afrenta vengativa de los triunfadores que hasta han sabido “vender” su relato a nuestra población, aprovechando quizás los graves errores cometidos por algunos de nuestro combatientes que creian que un triunfo militar sustituye y supera a un triunfo político.
¿Perdieron la guerra? No, no hubo quien la ganara, porque si esto fuese cierto, no pasaría lo que esta pasando y a la luz de los acontecimientos presentes y futuros, van a seguir sin solución de continuidad. Las FF. AA. no ganaron la guerra, esta es la falacia, ganar la guerra significa el aniqulamiento total del accionar del oponente (sin que ello represente la desapiricón total por muerte) porque aniquilar también significa Anonadar, dejár fuera de combate, como también lo significa Abatir. Por eso coincido con Claudio, no se ganó ninguna guerra, más bien un bando cesó el fuego.
Por algo a la Argentina le va tan mal.
Excelente y valiente carta. Como el de Flores hay casos similares que los jueces delincuentes que manejan este tipo de causas, aprovechan para contabilizarlos como genocidas. Pero lo cruel es el comportamiento de jefes y miembros de las fuerzas que han actuado, actúan y seguirán actuando como verdaderos cobardes por más entorchados que luzcan en sus uniformes. Esto es un sálvese quien pueda, lo cual demuestra que en todas las instituciones todo fue pura declamación a diferencia de los que sustentan ideologías radicalizadas. Estos en forma constante dan la cara y van al frente. Viendo en su permanente avance del presente e imaginando el futuro no creo que se haya ganado ninguna guerra. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN
Que raro que los amigos y los camaradasse abrieron de gambas… !!! En casos de lesa??? Nooooooo!!!!