Una prisionera de Missouri presuntamente acusada de guardar una pequeña pistola en su persona no tendrá un buen porvenir.
Amy Wilhite se declaró culpable de pasar de contrabando una revolver .22 a la cárcel del condado de Boone a través de su vagina el Día de San Valentín. Fue sentenciada a una década tras las rejas.
Se dice que Wilhite pasó el arma por un cacheo y un registro sin ropa. Los guardias no descubrieron el contrabando hasta 17 días después, cuando, según los informes, apareció envuelto en plástico entre las otras posesiones de la mujer de 39 años.
Un informe anterior decía que se creía que la acusada había pasado de contrabando el arma por delante de los guardias en una “cavidad corporal”.
Los oficiales creen que después de ser encarcelada, Wilhite se quitó el arma de fuego de su cuerpo y la ocultó dentro de sus pertenencias personales.
Wilhite, quien ya había cumplido condenas previas, había sido detenida por cargos de drogas y armas de los que se declaró culpable desde entonces. Las sentencias impuestas a esos cargos se ejecutarán al mismo tiempo que el recuento de contrabando de armas de 10 años.
La acusada afirmó haber estado sosteniendo el arma de fuego para otra persona. El arma en cuestión mide 4 pulgadas (10 cm) de largo.
La gran cuestión esparcida en el establecimiento penitenciario es donde escondió las balas…
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Una prisionera de Missouri presuntamente acusada de guardar una pequeña pistola en su persona no tendrá un buen porvenir.
Amy Wilhite se declaró culpable de pasar de contrabando una revolver .22 a la cárcel del condado de Boone a través de su vagina el Día de San Valentín. Fue sentenciada a una década tras las rejas.
Se dice que Wilhite pasó el arma por un cacheo y un registro sin ropa. Los guardias no descubrieron el contrabando hasta 17 días después, cuando, según los informes, apareció envuelto en plástico entre las otras posesiones de la mujer de 39 años.
Un informe anterior decía que se creía que la acusada había pasado de contrabando el arma por delante de los guardias en una “cavidad corporal”.
Los oficiales creen que después de ser encarcelada, Wilhite se quitó el arma de fuego de su cuerpo y la ocultó dentro de sus pertenencias personales.
Wilhite, quien ya había cumplido condenas previas, había sido detenida por cargos de drogas y armas de los que se declaró culpable desde entonces. Las sentencias impuestas a esos cargos se ejecutarán al mismo tiempo que el recuento de contrabando de armas de 10 años.
La acusada afirmó haber estado sosteniendo el arma de fuego para otra persona. El arma en cuestión mide 4 pulgadas (10 cm) de largo.
La gran cuestión esparcida en el establecimiento penitenciario es donde escondió las balas…
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 1, 2021