El oficialismo se niega a aceptar la realidad que debe negociar cada ley en el Congreso de la Nación, es el juego de la democracia.Enero será un mes caliente y no por las altas temperaturas que prevén para ese mes del año.
Esta semana, el Gobierno sintió el primer impacto de la derrota electoral sufrida en las últimas elecciones generales, el rechazo del presupuesto nacional para el próximo año por parte de la Cámara de Diputados de la Nación.
Acostumbrado el gobierno a que el Congreso Nacional sea una mera escribanía, que durante largos años solo se dedicó a refrendar todos y cada uno de los deseos de la Casa Rosada, se encuentra ahora atónito al volverse realidad su peor pesadilla, el no poder controlar al Poder Legislativo.
Aunque el gobierno sabía que el presupuesto no pasaría el tamiz de diputados, confiaba en que a último momento podría negociar una tregua, cual era que el proyecto de presupuesto volviera a comisión para realizarle algunos cambios pedidos por la oposición, para luego si ser aprobado sin mayores sobresaltos. De hecho antes de la votación, enviados de la Rosada se habían comunicado con los principales referentes de la oposición para acordar tal posibilidad.
Sin embargo algo inesperado ocurrió. Al cerrar la lista de oradores tomó la palabra el hijo de la Vicepresidenta de la Nación, quien enterado desde esos entuertos, decidió apartar a la electa primera diputada nacional por provincia de Buenos Aires, que era quien debía cerrar la lista de oradores y salió con los tapones de punta a incendiar el recinto, culpando vehementemente al anterior gobierno de la actual situación económica, incluso dando nombres de apellidos; ello sepultó las arduas negociones en marcha y termino de convencer a la oposición que debía votar por la negativa. De hecho, durante su discurso pudo escucharse claramente los gritos de propios diputados oficialistas que le decían: “termínala flaco…ya la cagaste…”.
Despues fue todo un pandemonio. Desde el oficialismo salieron a cruzar a la oposición a la cual tildaron de irresponsables y hasta golpistas. Desde este lado los acusaron de que el presupuesto era dibujado, una gran mentira. Hasta reconocidos actores K salieron a criticar a la oposición. El Gobierno solo atinó a hacer lo único que le quedaba, prorrogar por decreto el presupuesto de este año.
Más allá de todo este fuego de artificio entre gobierno y oposición, lo cierto es que el proyecto de presupuesto ideado para el año que viene era una gran farsa. Lo cual fue reconocido por propios legisladores de oficialismo, que en privado sostenían que era invotable, que lo hacían solo por disciplina partidaria.
Ni siquiera el titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación, el banquero crediticio, pudo superar los duros embates del diputado libertario y del ex economista televisivo, quedándose muchas veces sin respuesta ante las arteras preguntas de los mismos.
En efecto, el proyecto de presupuesto para el año que viene preveía una inflación del 33% (cuando actualmente es del 47%), facultaba al Poder Ejecutivo a reasignar partidas por decreto, preveía baja en los subsidios a los servicios sociales lo que implicaba la suba de tarifas, la baja del tipo de cambio iba atada al control de precios, por citar solo algunos ejemplos de ese mamarracho; a lo cual se debe añadir que el Gobierno no presentó el plan plurianual que había anunciado para los primeros días de diciembre, ni los lineamientos de acuerdo con el FMI. En otras palabras, el proyecto de presupuesto era notoriamente deficitario.
Está claro que su aprobación naufragó por las tensiones en el oficialismo y que la intervención que le cupo a la oposición en su tratamiento fue más que digna.
Ahora, el oficialismo se niega a aceptar la realidad, que debe negociar cada ley en el Congreso de la Nación con la oposición. Es el juego de la democracia. En esa tozuda postura, el Gobierno endureció nuevamente su discurso e incluso el mismo Presidente de la Nación participó del acto de asunción del hijo de la Vicepresidente de la Nación como titular del partido en Provincia de Buenos Aires. Acto al que sus voceros habían anunciado hasta el hartazgo, que no iría.
Como si ya no tuviera suficientes problemas, encima salio a cruzar fuertemente a la Corte Suprema, la cual le asestó en las últimas horas un nuevo golpe, declaró inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura de la Nación que había pergeñado la actual Vicepresidente de la Nación cuando era Presidente de la Nación. Además en su resolucion exhortó al Congreso para que en un plazo razonable dicte una ley que organice el Consejo de la Magistratura de la Nación.
El gobierno sabía dias antes de que ello ocurriría, por ello desde el Instituto Patria ya vienen ideando una nueva ley para reemplazarla, que seguramente será a medida de su titular como la anterior. Tambien sabe que el Máximo Tribunal se prepara para los primeros meses del año próximo, a emitir fallos que rechazaran las cataratas de nulidad articuladas por la defensa de la Vicepresidente de la Nación en los juicios que la tienen como imputada, lo que la colocaría a las puertas de tener que afrontar nuevos juicios orales. Por ello el enojo y el ataque virulento del Presidente de la Nación a los máximos Magistrados del pais.
En este contexto no extraña nada que en los medios aparezca nuevamente las noticias sobre el Covid-19 (tema que había desaparecido por completo incluso de la agenda oficial) y se agite el crecimiento de los contagios y se exacerben las noticias internacionales sobre nuevos confinamientos en Europa y países de la región. Llamativo, cuando el propio gobierno dio casi por cerrado el tema, llegando incluso a deslizar el fin de la pandemia en estas tierras.
Diciembre está llegando a su fin y aún nadie sabe el final de la película. No hace falta ser un avezado analista político para darse cuenta que Enero será un mes caliente y no por las altas temperaturas que prevén para ese mes del año.
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Por Doctor Gonzalo P. Miño.
El oficialismo se niega a aceptar la realidad que debe negociar cada ley en el Congreso de la Nación, es el juego de la democracia. Enero será un mes caliente y no por las altas temperaturas que prevén para ese mes del año.
Esta semana, el Gobierno sintió el primer impacto de la derrota electoral sufrida en las últimas elecciones generales, el rechazo del presupuesto nacional para el próximo año por parte de la Cámara de Diputados de la Nación.
Acostumbrado el gobierno a que el Congreso Nacional sea una mera escribanía, que durante largos años solo se dedicó a refrendar todos y cada uno de los deseos de la Casa Rosada, se encuentra ahora atónito al volverse realidad su peor pesadilla, el no poder controlar al Poder Legislativo.
Aunque el gobierno sabía que el presupuesto no pasaría el tamiz de diputados, confiaba en que a último momento podría negociar una tregua, cual era que el proyecto de presupuesto volviera a comisión para realizarle algunos cambios pedidos por la oposición, para luego si ser aprobado sin mayores sobresaltos. De hecho antes de la votación, enviados de la Rosada se habían comunicado con los principales referentes de la oposición para acordar tal posibilidad.
Sin embargo algo inesperado ocurrió. Al cerrar la lista de oradores tomó la palabra el hijo de la Vicepresidenta de la Nación, quien enterado desde esos entuertos, decidió apartar a la electa primera diputada nacional por provincia de Buenos Aires, que era quien debía cerrar la lista de oradores y salió con los tapones de punta a incendiar el recinto, culpando vehementemente al anterior gobierno de la actual situación económica, incluso dando nombres de apellidos; ello sepultó las arduas negociones en marcha y termino de convencer a la oposición que debía votar por la negativa. De hecho, durante su discurso pudo escucharse claramente los gritos de propios diputados oficialistas que le decían: “termínala flaco…ya la cagaste…”.
Despues fue todo un pandemonio. Desde el oficialismo salieron a cruzar a la oposición a la cual tildaron de irresponsables y hasta golpistas. Desde este lado los acusaron de que el presupuesto era dibujado, una gran mentira. Hasta reconocidos actores K salieron a criticar a la oposición. El Gobierno solo atinó a hacer lo único que le quedaba, prorrogar por decreto el presupuesto de este año.
Más allá de todo este fuego de artificio entre gobierno y oposición, lo cierto es que el proyecto de presupuesto ideado para el año que viene era una gran farsa. Lo cual fue reconocido por propios legisladores de oficialismo, que en privado sostenían que era invotable, que lo hacían solo por disciplina partidaria.
Ni siquiera el titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación, el banquero crediticio, pudo superar los duros embates del diputado libertario y del ex economista televisivo, quedándose muchas veces sin respuesta ante las arteras preguntas de los mismos.
En efecto, el proyecto de presupuesto para el año que viene preveía una inflación del 33% (cuando actualmente es del 47%), facultaba al Poder Ejecutivo a reasignar partidas por decreto, preveía baja en los subsidios a los servicios sociales lo que implicaba la suba de tarifas, la baja del tipo de cambio iba atada al control de precios, por citar solo algunos ejemplos de ese mamarracho; a lo cual se debe añadir que el Gobierno no presentó el plan plurianual que había anunciado para los primeros días de diciembre, ni los lineamientos de acuerdo con el FMI. En otras palabras, el proyecto de presupuesto era notoriamente deficitario.
Está claro que su aprobación naufragó por las tensiones en el oficialismo y que la intervención que le cupo a la oposición en su tratamiento fue más que digna.
Ahora, el oficialismo se niega a aceptar la realidad, que debe negociar cada ley en el Congreso de la Nación con la oposición. Es el juego de la democracia. En esa tozuda postura, el Gobierno endureció nuevamente su discurso e incluso el mismo Presidente de la Nación participó del acto de asunción del hijo de la Vicepresidente de la Nación como titular del partido en Provincia de Buenos Aires. Acto al que sus voceros habían anunciado hasta el hartazgo, que no iría.
Como si ya no tuviera suficientes problemas, encima salio a cruzar fuertemente a la Corte Suprema, la cual le asestó en las últimas horas un nuevo golpe, declaró inconstitucional la reforma del Consejo de la Magistratura de la Nación que había pergeñado la actual Vicepresidente de la Nación cuando era Presidente de la Nación. Además en su resolucion exhortó al Congreso para que en un plazo razonable dicte una ley que organice el Consejo de la Magistratura de la Nación.
El gobierno sabía dias antes de que ello ocurriría, por ello desde el Instituto Patria ya vienen ideando una nueva ley para reemplazarla, que seguramente será a medida de su titular como la anterior. Tambien sabe que el Máximo Tribunal se prepara para los primeros meses del año próximo, a emitir fallos que rechazaran las cataratas de nulidad articuladas por la defensa de la Vicepresidente de la Nación en los juicios que la tienen como imputada, lo que la colocaría a las puertas de tener que afrontar nuevos juicios orales. Por ello el enojo y el ataque virulento del Presidente de la Nación a los máximos Magistrados del pais.
En este contexto no extraña nada que en los medios aparezca nuevamente las noticias sobre el Covid-19 (tema que había desaparecido por completo incluso de la agenda oficial) y se agite el crecimiento de los contagios y se exacerben las noticias internacionales sobre nuevos confinamientos en Europa y países de la región. Llamativo, cuando el propio gobierno dio casi por cerrado el tema, llegando incluso a deslizar el fin de la pandemia en estas tierras.
Diciembre está llegando a su fin y aún nadie sabe el final de la película. No hace falta ser un avezado analista político para darse cuenta que Enero será un mes caliente y no por las altas temperaturas que prevén para ese mes del año.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 20, 2021