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Por Armando Torres Arrabal

 

ADULTOS MAYORES

No es viejo, el que mantiene su fe en si mismo, el que vive sanamente, alegre, convencido de que para el corazón, no hay edad. Hay que estar agradecidos de nuestra edad, pues la vejez, es el precio de estar vivos. Bueno hemos llegado, a los 70, 80, 90 años de vida, como muchos otros, que también llegaron a cumplir estos años y aquí estamos, mas lucidos que antes, porque hoy contamos, con la tan mentada experiencia, es tal vez por ello, que me permito analizar, en un todo a nuestra América del Sur. Creo que ya me queda chico analizar a la ciudad y al país. De manera que en el análisis de nuestra América lo primero, que me viene a la memoria, es que somos un continente, que tiene de todo, en lo que respeta a materias primas  y que si fuésemos los suficientemente desarrollados, con las mismas podríamos haber hecho de América del Sur un verdadero paraíso. Sin embargo, aquí estamos, como siempre tratando de superar nuestras constantes decadencias. Tratando siempre  de resolver que clase social, debería estar resolviendo todos nuestros problemas, cuando en realidad la consigna debería ser, nos salvamos entre todos. Mientras, seguimos dilapidando el tiempo, pasan los años y a mí me encuentran, con mis primeros 70 años de vida recién cumplidos. Me pregunto, los últimos 50 años que pase trabajando y no veo grandes cambios. Esta situación creada me ayuda a seguir viviendo pero de manera mucho más comprometida con la sociedad pues no me siento un parasito sino que me siento vivo y con ganas de colaborar, como lo hago con la sociedad actual. Aportando mi granito de arena en aras de poder lograr una sociedad mejor. Si bien es cierto que para ello falta tiempo espero que todavía nosotros estemos para poder ayudar a las nuevas generaciones. Por ello les digo a los de 30, 40, 50 años, que la vida, no es un solo momento y aflojar  y esperar la muerte, es  vivir intensamente el hoy. La vida se nutre de momentos y hay que vivirlos a todos. De manera que les digo, yo con mis primeros 70 años de vida como tantos otros con la misma edad y de mayor edad también, seguimos empujando la pelota, para seguir haciendo goles. Los adultos mayores, encaramos a la vida para vivirla en plenitud especialmente aquellos que nos encontramos en buen estado físico y mental. Necesitamos que nos integren a la sociedad actual  no como una fuerza pasiva, sino que nos consulten, como se hacía en la antigua Grecia por ejemplo. Los filósofos de esa época no se discriminaban por edades, sino por saberes. Entiendo que sería muy bueno para la sociedad actual contar con nuestro apoyo y ayuda intelectual y juntos lograr una sociedad mejor. Está demostrado que la edad no cuenta cuando te funciona bien el cerebro. Vamos por mas, está mi generación de viejos jóvenes. Hoy ya me baje, de la loca  carrera del ser el mejor de la empresa, solo pretendo ser uno más que ayuda a construir una sociedad mejor. Por último, me queda la siguiente reflexión para el profano, la tercera edad es el invierno, para el sabio es la estación de la cosecha.

 
Armando Torres Arrabal

arjt@hotmail.com

 


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Junio 29, 2019