Serpiente

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  Por Laura Faye.

Las serpientes aparecieron por primera vez en la Tierra hace unos 340 millones de años, mucho antes de la extinción de los dinosaurios. En aquella época, probablemente tenían cuatro patas, como cualquier otro reptil moderno (lagartos, cocodrilos, tortugas), pero no como ninguna serpiente actual. Los científicos lo han confirmado a través de los restos de extremidades no funcionales presentes en la base de la cola en algunas especies (principalmente las constrictoras como las pitones).

Sin embargo, pronto se demostró que las patas en cuestión eran desventajosas (incluso un lastre), especialmente cuando se trataba de habitar en el barro, el agua o madrigueras subterráneas: como resultado, los individuos con extremidades más cortas (a veces con forma de remo, ideales para nadar y desempeñarse, y cuerpos más afilados se movían con mayor eficiencia y se reproducían más fácilmente.

Con el tiempo, las patas se atrofiaron y finalmente desaparecieron, mientras que el cuerpo se alargó, dando lugar a las serpientes que conocemos y (erróneamente) tememos hoy.

Las serpientes no son exactamente los únicos reptiles que han perdido sus extremidades durante los años de evolución, porque ese rasgo también se da en muchas especies de lagartos sin patas, que son animales completamente distintos.

Para saber la diferencia. ¿Cuál es la diferencia entre lagartos sin patas y serpientes? – sin duda se preguntará: ¿por qué desaparecieron las piernas de estos tipos, entonces? Probablemente por la misma razón mencionada anteriormente.

 

 


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Setiembre 1, 2024


 

¿Qué tienen en común los murciélagos y los humanos?

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Científicos de la Universidad de Tel Aviv observaron el comportamiento de los murciélagos frugívoros egipcios salvajes, y descubrieron que estos animales presentan habilidades de memoria episódica y exhiben comportamientos orientados al futuro cuando buscan alimento, rasgos cognitivos que se han atribuido solo a los humanos. Al monitorear las decisiones de esos animales, tomadas durante la búsqueda de alimento, los científicos revelaron que los murciélagos mapean los patrones espaciotemporales de los recursos en su entorno. Después de un largo período en cautiverio, los murciélagos no visitaron los árboles que ya no daban frutos, según un estudio publicado en Current Biology.

El rastreo también mostró que esta capacidad de mapeo del tiempo requiere experiencia. Un análisis cuidadoso del movimiento de los murciélagos y sus opciones de alimentación indicó que planean qué árbol visitar mientras aún están en la colonia, exhibiendo así un comportamiento orientado al futuro y retrasando la gratificación todas las noches.

La hipótesis de los investigadores era que los murciélagos que dependen de los árboles frutales necesitan desarrollar la capacidad de rastrear la disponibilidad de alimentos tanto en el espacio (donde se encuentran los árboles frutales) como en el tiempo (cuándo cada árbol da frutos). Los científicos sugirieron que, al navegar por un paisaje con numerosos árboles frutales y néctar, los animales necesitarían rastrear mentalmente los recursos para poder regresar a ellos en el momento adecuado.

Para probar esta hipótesis, se adjuntó a cada murciélago un pequeño rastreador GPS de alta resolución, lo que permitió documentar las rutas de vuelo y los árboles visitados durante muchos meses.

Para responder a la pregunta de si los murciélagos forman un “mapa temporal” en sus mentes, los investigadores impidieron que los murciélagos abandonaran la colonia durante distintos períodos de tiempo, de un día hasta una semana.

“Queríamos ver si los murciélagos podían darse cuenta de que había transcurrido el tiempo y comportarse en consecuencia. Descubrimos que después de un día de cautiverio, los murciélagos regresaban a los árboles visitados la noche anterior. Sin embargo, cuando había pasado una semana entera, los murciélagos más viejos, basándose en la experiencia previa, evitaban los árboles que habían dejado de dar frutos en el intervalo”, explicó Lee Harten, coautor del estudio.

“En otras palabras, pudieron estimar cuánto tiempo había pasado desde su última visita a cada árbol y sabían qué árboles dieron frutos durante un corto período de tiempo y ya no valía la pena visitarlos. Los murciélagos jóvenes e inexpertos no pudieron hacer esto, lo que indica que se trata de una habilidad adquirida que debe aprenderse”, precisó.

El estudio demostró que los murciélagos vuelan directamente hacia cierto árbol conocido, y a veces tardan de 20 a 30 minutos en hacerlo. Cuando tienen hambre, vuelan más rápido cuando el árbol está más lejos, lo que sugiere que están planeando hacia dónde se dirigen. Además, mientras se concentran en el objetivo elegido, ignoran otros árboles fructíferos que ya visitaron, lo que indica la capacidad de retrasar la gratificación.

Basándose en todos los datos obtenidos, los científicos israelíes concluyeron que los murciélagos frugívoros son capaces tanto de analizar experiencias pasadas como de planificar inteligentemente sus acciones. Esto muestra que la brecha cognitiva entre el homo sapiens y otras especies no es tan amplia como se pensaba anteriormente, concluyó el autor principal del estudio, Yossi Yovel.

 


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Julio 9, 2024