INTERVENCIÓN IMPERIAL EN LOS BALCANES

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INTERVENCIÓN IMPERIAL EN LOS BALCANES

Señoras, Señores:

Mi primera expresión es de agradecimiento a los dueños de casa, por permitirme compartir esta mesa con el Sr. Embajador Guyer y estar aquí, con ustedes, tratando este tema tan actual, que no dejará de tener como punto de referencia -lo hago normalmente en mis exposiciones- a nuestra propia situación, en este espacio extremo-meridional del mundo.

General Heriberto Justo AUEL

Le agradezco al Sr. Embajador Guyer la descripción realizada en el cierre de su exposición. La confesión clara -y yo diría espontánea- de un hombre con su experiencia -la sola lectura de su currículum nos da una idea de lo que él representa en el conocimiento del ámbito internacional- con respecto a la compleja y “no entendible” situación que abarca a nuestro país, a nuestra región y al mundo constituye un excelente punto de apoyo para iniciar nuestra exposición.

Razones no faltan para que haya confusión y para que los intelectuales entren en perplejidad frente a cuestiones que en la lógica bipolar estaban estratificadas, o mejor dicho, hibernadas. La sencillez elemental del análisis durante ese período se fundaba en que los buenos eran los que estaban de un lado y los malos de otro.

En los años 89/91 no sólo se fractura la lógica bipolar, sino que con ella se rompe el cepo ideológico-militar que tenía inmovilizada a la situación mundial, dividida por una línea de borde establecida por los tratados que se firmaron cuando terminaba la Segunda Guerra Mundial y que consagraron los vencedores en las instituciones que aparecieron en la posguerra, como ya fue dicho aquí, en particular la ONU y las surgidas en Bretton Woods y San Francisco.

Esta posguerra afectó al derecho internacional público. Quedó establecida la resolución pacífica de los conflictos y el derecho a la defensa de las naciones. Las pautas económicas quedaron sujetas a nuevas normas y contralores que signaron la Pax Americano-Soviética.

En 1947, por denuncia de George Kennan, embajador americano en Moscú que firmó como Mister X un famoso memorándum que se filtró en Foreing Affairs, quedó establecido que Stalin, el socio y aliado con quien se había derrotado al totalitarismo nacionalsocialista central-europeo, en la GM II, actuaba de mala fe. Transgredía a los Tratados.

Como respuesta, surge la doctrina Truman. Se inicia la Guerra Fría en 1947. Los liberales que se habían aliado a los moscovitas contra El Eje inician una guerra que duró 45 años. Fue una guerra diferente -la primera en ambiente nuclear- contra el socialismo totalitario-colectivista que Occidente había inducido crear en los Urales,  durante la GM I.

En 1989 se une Alemania e implosiona el Imperio Soviético, inesperadamente. La “revolución conservadora” había lanzado en 1983 la “Iniciativa de Defensa Estratégica” -llamada socarronamente por los progresistas “guerra de las galaxias”- y triunfa en breve lapso. Surge un “nuevo orden” a través de un gran desorden. Esta es la razón por la que no solamente el Embajador Guyer quedó admirado frente al nuevo escenario, sino que precipitadamente un japonés hegeliano, Francis Fukuyama, profesor universitario en EE.UU., planteó el fin de la historia. Edward Luttwak señaló que sobrevenían guerras geoeconómicas y Lester Thurow abonó inmediatamente esa tesis.

Hoy se hace necesario poner un poco más de atención en las ponencias de Samuel Huntington, porque es quien teorizó en línea con la descripción que el Sr. Embajador ha hecho dentro del cuadro situacional presentado en este espacio estratégico, tan particular, que llamamos Balcanes o sudeste europeo.

Guyer

Así como el Medio Oriente es un “puente de tierra” entre continentes -África, Asia y Europa- este otro espacio norbalcánico o del sudeste europeo tiene y ha tenido siempre una enorme importancia estratégica por su localización y por sus características geográfico-físicas, que facilitan ciertas operaciones militares. Esta es la razón de su permanente situación de conflictos violentos. Es y fue natural área de encuentro de diferentes culturas. Cuando la bipolaridad cesó, reaparecieron los restablecimientos de las autonomías de las diferentes identidades. Y la montaña montuosa ayudó a las débiles guerrillas que enfrentaron al Ejército serbio. Así obtuvieron su independencia croatas y eslovenos en guerras de independencia  “asimétricas”.

Hace siglos, los mongoles desde el este, los turcos otomanos desde los desiertos, los europeos desde el oeste y los “eslavos del sur”, como ocupantes de la región, se alistaron para disputar el vacío de poder provocado -progresivamente- por el decadente Imperio de Bizancio. La batalla decisiva se dio en Kosovo, en “El Campo de los Mirlos”. Prevalecieron los turcos sobre los serbios. Durante 700 años los otomanos sostuvieron su poder desde las montañas boscosas de la zona de los Balcanes. Allí resistieron la presión del oeste y del este.

Con los ocupantes de la región fueron tolerantes respetando sus usos, costumbres, religión e idioma.

La historia de los Balcanes, ya desarrollada por el Sr. Embajador, me releva de mayores comentarios. Sólo agregaremos algunos detalles referidos al croata que gobernó como serbio, que estuvo entre nosotros como capataz ferroviario construyendo los rieles del “tren de las nubes” en tiempos de Irigoyen: Joseph Brozz, más conocido como Mariscal Tito.

Fue desertor del Imperio Austrohúngaro, suboficial de las tropas bolcheviques recién creadas, fundador del partido comunista croata, combatió con los republicanos en España y en la GM II, fue líder de 300.000 guerrilleros apoyados desde el aire por el Reino Unido que le concedió la jerarquía de Mariscal por sus méritos militares al frente de irregulares.

Con este capital a su favor, logró gobernar a los eslavos del sur, dentro de un estado artificial: Yugoeslavia.

Kennan
Fukuyama
Hegel

Étnicamente eslavos, los croatas, serbios, bosnios, eslovenos, albaneses o montenegrinos están racialmente emparentados con los eslavos del Norte, pero con culturas significativamente diferenciadas entre ellos. Allí es donde cobra interés el análisis del sociólogo de Harvard, Huntington.

Las culturas están estructuradas en orden a valores y principios que naturalmente surgen de las religiones y de la forma en que vive el conjunto social; en su estilo y comportamiento político. Allí es donde residen las identidades, allí están las diferencias entre estos pueblos de etnia común y diferentes identidades. Algo similar ocurre con los semitas, árabes y judíos. Son culturas diferenciadas de una misma etnia. He allí el nudo de la cuestión y el origen del conflicto.

En esta posguerra fría, en la Pax Global del primer Imperio Planetario Único gobernado por el G7 sobre el modelo de la Revolución Americana triunfante aparecen, pretendiendo el reemplazo de la figura de Tito, líderes extemporáneos como Milosevic o Milutinovic, actuando sobre la base de un nacionalismo decimonónico y valiéndose del enlace marxista, remanente de la guerra fría, con sectores del gobierno ruso, como la Duma.

En los últimos 500 años, desde el 1500 hasta el 2000, ha habido en el mundo nueve guerras mundiales, con sus correspondientes posguerras. En todas estas -el Emb. Guyer citó algunas, en particular las de las guerras civiles europeas- siempre surgió un nuevo imperio y hubo un proceso de transculturación.

El vencedor transmite sus señales para que el resto de los actores perciba cual es la modalidad del nuevo statu quo, de la nueva Pax, orientada hacia un nuevo equilibrio monitoreado por quien modera o manda. Al fin y al cabo a esto es lo que llamamos Imperio. Y siempre los hubo.

Vivimos durante casi cincuenta años (1947/1989) dentro de la simpleza de la lógica bipolar -que Raymond Arón citaba como etapa de las “repúblicas imperiales”-. Fue el período de la pugna este-oeste, que terminó hace diez años. Sin embargo, la implosión sorpresiva de la URSS dio lugar a inercias mentales. Hay quienes se mantienen en el estadio anterior.

Luttwak
Thurow
Tito

¿Cuál es la impronta del Imperio Global vigente y qué es lo que no han tenido en cuenta estos líderes yugoslavos extemporáneos, que han destrozado a sus propias economías y a sus propias poblaciones?

Hoy existe un Imperio Global. Un Unicato, gobernado por la tríada desarrollada Norte, que ha sido citada en forma reiterada como G8, pero que en rigor es el G7 más 1, porque ese 1 -Rusia- no califica en paridad para llegar al G8 y Milosevic hizo mucho para desplazarlo a Yeltsin de la mesa del poder mundial. Ese status -G8- fue enunciado en Denver como un esfuerzo de Clinton para apoyar a Yeltsin y facilitar así la estabilización posguerra fría en Rusia, en particular frente a los dos macros estados no adscriptos: China e India.

Desde el punto de vista estratégico nos preguntamos hoy: ¿qué utilidad y qué función tiene un arsenal nuclear en la Pax Global? La Pax Americano-Soviética era de naturaleza ideológico-militar. Regía la mutua destrucción asegurada. ¿Cuál es la naturaleza de la actual Pax Global? En la respuesta a este interrogante aparecen los fundamentos de la confusión de nuestro tiempo.

De la paz del terror nuclear hemos trasegado a la multiplicidad de conflictos estratégicos extendidos, sin un sistema de control que los abarque. Los principios de la Revolución de Filadelfia triunfante, aceptados por la Unión Europea y por Japón, enlazan a la tríada del Unicato imperial. Son ellos quienes acaban de emplear a un instrumento de su poder, la NATO, para intervenir en los Balcanes frente a una opción de expansión hacia una pretendida “Gran Serbia”, con eventual apoyo comunista -que tan claramente se percibió entre nosotros-.

En el Consejo de Seguridad de la ONU los derrotados soviéticos aún tienen veto y varios de los triunfadores de la guerra fría no están allíni tienen veto. No debe causar extrañeza, entonces, que se haya operado con la OTAN en forma pragmática. Anthony Lake, el principal asesor de seguridad de Clinton, califica a esta actitud como de “pragmatismo wilsoniano”.

En la posguerra fría, el marxismo está desacreditado y el realismo inmóvil.

Los liberales han triunfado económicamente y conducen el Imperio Global, pero no han encontrado el principio y la teoría que permitan desatar el nudo del grave problema estratégico mundial de los ’90.

Problemas estratégicos de naturaleza absolutamente diversa a los conflictos históricos, son vistos aún con ojos del ayer. Así está ocurriendo entre nosotros. En pleno desarrollo de alianza e integración regional se retienen los conflictos históricos, ignorando la realidad estratégica que tenemos por delante. Ignorando cuál es el riesgo y la amenaza estratégica cierta, que ya están presentes entre nosotros en América del Sur. No se los ve, porque el ritmo de razonamiento no se compadece con el ritmo de la situación actual y a veces porque no se los quiere ver.

En Estrategia hay tres modos de conceptualizar el tiempo: como cronológico, como tiempo oportunidad y como tiempo ritmo. Cuando el ritmo de los acontecimientos supera al ritmo del razonamiento de los dirigentes, nos encontrarnos con quienes actúan fuera de la realidad. Los hemos llamado líderes extemporáneos.

Dirigentes que han vivido la implosión en cadena que se produjo en la URSS y luego en la ex Yugoslavia en los últimos años pero que, en vez de penetrar y entender la naturaleza y las causales del fenómeno, las omiten y continúan persistiendo en el estadio anterior, aferrados a su ideología y a sus voluntarismos.

Milosevic
Yeltsin

La soberanía ya no reside en el límite geográfico. Éste ha sido superado por la electrónica. La soberanía emana de las culturas y de las consecuentes identidades. Aquí llamo la atención de todos Uds., frente al abandono de nuestra identidad, de nuestra cultura y educación, en el momento en que más necesitamos recuperarla.

Este fenómeno de disgregación política por recuperación de las autonomías culturales es el signo internacional de la posguerra fría acompañado por la formación de los bloques económicos regionales, impulsados por la innovación tecnológica.

En nuestra América del Sur el proceso es inverso. No hay disgregación, sino integración, fundada en la cultura común hispano-criolla del continente que fuera balcanizado en el siglo pasado por la diplomacia y el espionaje británico.

En resumen: podemos colegir que continuamos en la edad contemporánea y en la era antropológica, pero hemos ingresado vertiginosamente a una nueva etapa del desarrollo de la civilización: la etapa hiper-industrial o del Conocimiento. (No confundamos cultura con civilización).

Ésta ha cambiado el ritmo de los acontecimientos.                 PrisioneroEnArgentina.com

La Revolución Científico-Tecnológica ha cambiado el ritmo histórico y afecta a las Ciencias Sociales. En el ámbito de este encuadramiento, ¿qué hubiese ocurrido si Milutinovic, Presidente de Serbia o Milosevic, Presidente de la Federación Yugoslava en vez de quitarle a los albaneses-kosovares su autonomía preexistente, en tan particular circunstancia internacional, los hubiesen llamado a cooperar dentro de la Federación con más autonomía? Es muy probable que se hubiese evitado el drama que hoy comparten las naciones involucradas y que el G7, al observar el respeto a los derechos individuales, a los valores democráticos y a la libertad económica, hubiese apoyado a la Región.

Los liberales teóricos están en deuda en el frente estratégico. Como ya lo dijéramos, en el ápice de su expansión, el liberalismo mantiene irresueltos los conflictos típicos de esta posguerra diferente. No han encontrado el principio para lograr la solución de los graves problemas estratégicos que enfrentan y del correspondiente sistema internacional de control.

Se han multiplicado los conflictos. Son de naturaleza diversa y compleja. Es lo que nos acontece en América del Sur. La Argentina está en óptima posición para lanzar iniciativas que nos rescaten de la actual indefensión y que a la vez permitan la rehabilitación de nuestros Estados.

Somos conscientes del agravamiento acelerado de la situación sudamericana, pero estamos paralizados. La Unión Sudamericana está al alcance de la mano, la seguridad colectiva está al alcance de la mano y la defensa común es una exigencia insoslayable para la continuidad de la integración, que hasta ahora es solamente comercial.

Esas omisiones y carencias devienen de las cegueras políticas, de la falta de intuición política. El éxito de la Unión Europea tuvo en su base el sostén político de la OTAN, que en este momento, con el catalizador yugoslavo, se expande con una velocidad inesperada como avanzada de la expansión de la propia Unión Europea.

Hay seis países de la Región en espera para entrar a la OTAN. Acaban de entrar tres: Polonia, Hungría y los Checos, del ex Pacto de Varsovia. Estos pasos, indican la expansión de la Unión Europea hacia el sudeste. La ceguera serbia ha acelerado el proceso.

En resumen:

Clinton
Lake

Los Balcanes constituyen un espacio estratégico histórico, valorizado por sus características geomorfológicas y por constituir un espacio de encuentro de diferentes culturas.

Las guerras civiles europeas y sus fallidas resoluciones constituyeron allí un estado artificial, bajo un liderazgo fuerte. En la posguerra fría, con una situación absolutamente diferente a la de la lógica bipolar, los líderes serbios desconocieron o ignoraron la impronta de la Pax Global.

El Imperio reaccionó luego de las experiencias en el Cuerno de África, Tíbet, Chechenia, África y en particular en Bosnia. La intervención imperial fue impuesta por la necesidad de preservar la autoridad del G7, en un momento confuso y complejo, cuando no existe un sistema de control estratégico sistematizado.

El conflicto en los Balcanes ha acelerado el proceso de expansión de la NATO y consecuentemente de la Unión Europea. Ello afectará a su vez la evolución de la situación en Medio Oriente, Asia Central y Lejano Oriente.

Entre nosotros estas experiencias debieran ser capitalizadas, actuando de consuno dentro de la región sudamericana, afectada por los mismos riesgos y amenazas estratégicas. Nuestras carencias en el frente del desarrollo político bloquean la reconstrucción del Estado Nación y retardan el proceso de avance hacia la Unión Sudamericana.

Muchas Gracias por su atención.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 2, 2021


 

KGB DESPUÉS DE LA CAÍDA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

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KGB, o Komitet Gosudarstvennoy Bezopasnosti (Comité de Seguridad del Estado), fue la principal agencia de seguridad de la Unión Soviética desde 1954 hasta su colapso en 1991. El KGB desempeñó un papel multifacético fuera y dentro de la Unión Soviética, trabajando como una agencia de inteligencia y una fuerza de “policía secreta”. También se le asignaron algunas de las mismas funciones que el Departamento de Seguridad Nacional en los Estados Unidos hoy en día, salvaguardar al país de las amenazas nacionales y extranjeras. La KGB se estableció bajo el liderazgo del primer ministro soviético Nikita Khrushchev. Su precursor fue el Comisariado del Pueblo para la Seguridad del Estado, o NKGB, que funcionó inmediatamente antes y durante la Segunda Guerra Mundial cuando Joseph Stalin era el jefe de Estado. Georgi Malenkov, quien lideró la Unión Soviética antes de Khrushchev, había redactado algunos esquemas de como debería funcionar ese comité. 
Khrushchev

En 1991, después del colapso de la Unión Soviética, KGB se dividió en varias agencias. Entre ellos estaban el Servicio Federal de Seguridad (FSB), la principal agencia de seguridad nacional y el Servicio de Inteligencia Externa (SVR), el equivalente de la C.I.A, que maneja la inteligencia en el extranjero. Los rusos a menudo todavía se referían a estas organizaciones como la KGB. En la década de 1990 hubo rumores de que parte de la sede de la KGB había sido alquilada para lavandería.

A las agencias de seguridad interna les ha ido mejor que a los militares en la era postsoviética. Durante todo el período soviético, estas agencias estuvieron entre las instituciones nacionales más firmemente arraigadas y respetadas. Una sucesión de agencias de seguridad interna, que terminó con KGB, causó temor en la población soviética al penetrar a fondo en toda la sociedad y lanzar purgas periódicas contra elementos de la sociedad considerados perjudiciales para el estado socialista.

En la era post-soviética, las agencias de seguridad interna generalmente recibían un apoyo más sólido del gobierno de Yeltsin que las fuerzas armadas, aunque las agencias específicas fueron sido favorecidas. El Servicio Federal de Seguridad (FSB), el sucesor más directo de la KGB, tenía un amplio mandato para la recopilación de inteligencia dentro de Rusia y en el extranjero cuando la seguridad nacional está amenazada, y la legislación no prescribe una supervisión gubernamental concreta. Los defensores de los derechos humanos en Rusia y en otros lugares, sensibles al precedente del poder desenfrenado de la KGB, criticaron el control presidencial directo de las agencias de seguridad interna como el FSB, y se han documentado violaciones de los derechos humanos. Las unidades armadas del FSB y el Ministerio del Interior (MVD) estuvieron muy involucradas en la campaña de Chechenia. 

Las aún poderosas agencias de seguridad interna de Rusia también se vieron afectadas por el escándalo en 1996 cuando el ex jefe financiero de la Agencia Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno (FAPSI) fue encarcelado por su agencia hermana, la FSB, por malversar grandes sumas del presupuesto de la FAPSI. Aunque el asunto no recibió reconocimiento oficial, la prensa independiente informó de una importante lucha de poder entre las poderosas agencias sucesoras de la KGB. Tal escenario continuaría una serie de reordenamientos de las antiguas agencias de la KGB que ocurrieron en la década de 1990 debido a luchas de poder político en lugar de consideraciones de seguridad. 

La corrupción desenfrenada y bien publicitada en las agencias de seguridad ha erosionado la confianza del público en todas las fuerzas del orden rusas. En julio de 1996, el Ministerio del Interior (MVD) informó que 1.400 empleados de la policía regular (milicias) habían sido arrestados en 1995 por diversos tipos de actividades delictivas, incluida la participación en delitos de organizaciones criminales de la mafia. Ese informe fue el resultado de la Campaña de Manos Limpias de MVD, un programa de confianza pública muy publicitado que comenzó en 1995 para purgar a las agencias de aplicación de la ley de miembros deshonestos. Pero, según la mayoría de las cuentas, los arrestos de 1995 eliminaron solo una parte muy pequeña de la corrupción de seguridad interna de Rusia. 

KGB y el golpe intentan expulsar a Gorbachev

Gorbachev

El intento de golpe de estado contra Mikhail Gorbachev que ayudó a allanar el camino para que Boris Yeltsin tomara el poder fue orquestado por el jefe de la KGB, Vladamir Kryuchkov y otros siete, incluido el primer ministro Valentin Pavlov y el ministro de Asuntos Internos, Boris Pugo.

Kryuchkov, Pugo y Pavlov habían subido a sus puestos bajo Gorbachov. Lukyanov era un ex amigo del protegido de Gorbachov. Su relación se remonta a la Universidad de Moscú en la década de 1950. Fue miembro del Politburó y presidente del Soviet Supremo. Los otros golpistas fueron personas que Gorbachov había designado.

Más tarde, Lukyanov le dijo al New Yorker: Lo que sucedió en agosto de 1991 “no fue un golpe, no un complot. Fue un intento de salvar al país, y eso es todo. En Gorbachov estábamos tratando con un político que estaba fuera de su alcance, un hombre que nunca había sabido nada más que la política de Komsomal y la política del partido … Todo lo que sucedió con Gorbachov podría haber predicho … Era un político confundido. Era un niño que se negó a ver que algunas historias tienen finales aterradores … ”Quizás el error principal del líder golpista fue su incapacidad para arrestar a Yeltsin.

Putin y la KGB

En julio de 1998, en un gran salto profesional aproximadamente un año antes de convertirse en presidente de Rusia, Vladimir Putin fue nombrado jefe del FSB, el sucesor del KGB. A la promoción se le atribuyó su postura dura contra los líderes regionales y la supresión de una investigación criminal de Yeltsin y su familia. En el puesto, Putin ayudó a Yeltsin al despedir a personas que eran leales al principal rival de Yeltsin en ese momento, Vevgeny Primakov, quien concurrentemente se estaba mudando a Yeltsin, su familia y seguidores.

El 9 de agosto de 1999, Putin fue nombrado primer ministro por Yeltsin después del despido de su predecesor Sergei Stepashin. Algunos dicen que Putin fue seleccionado por Yeltsin debido a sus conexiones con el FSB (KGB) y su capacidad para proteger a Yeltsin después de que dejó el cargo (el primer decreto de Putin fue otorgarle a Yeltsin y su familia inmunidad de cualquier enjuiciamiento futuro).

Como presidente ruso, Putin ha sido muy sistemático y paciente, analizando cuidadosamente las políticas a través del análisis de costo-beneficio. La mitad de las decisiones oficiales de Putin fueron clasificadas como secretas. Le gustaba hacer las cosas de una manera vertical “Poder vertical” y esperaba la lealtad de los que estaban debajo de él de la misma manera en que era leal a los que estaban por encima de él en el pasado.

Las maquinaciones de poder bajo Putin han sido en gran medida opacas. Putin colocó a miembros de la KGB en puestos clave en su gobierno. Explicando por qué, dijo, “los conozco desde hace muchos años y confío en ellos. No tuvo nada que ver con la ideología. Es solo una cuestión de sus cualidades profesionales y relaciones personales”.

Ex KGB en el gobierno de Putin

Putin fue acusado de intentar restaurar todo el sistema KGB en una operación llamada “poner las cosas en orden en el país”. Unos meses después de convertirse en presidente por primera vez, participó en una ceremonia especial a puerta cerrada a la que asistieron 300 KGB generales en la antigua sede de la KGB para marcar la fundación de la cheka, la policía secreta soviética original. Durante un discurso, Putin anunció: “La instrucción n. ° 1 para obtener el poder completo se ha completado”. Más tarde elogió a Stalin, describió la ruptura de la Unión Soviética como una “tragedia” y llamó al hombre que intentó derrocar a Gorbachov en 1990 como “noble.”

Los ex hombres de la KGB y el FSB fueron nombrados ministro de defensa, ministro del interior y jefe de la agencia antidrogas. También se les otorgaron poderosos puestos en la política regional y se convirtieron en líderes empresariales. El golpista Kryuchkov fue invitado a la inauguración de Putin.

Muchos ex miembros de la KGB recibieron puestos poderosos en la burocracia y los gobiernos regionales. A partir de 2005, el 25 por ciento de todos los puestos de alto nivel estaban ocupados por hombres con experiencia en servicios de inteligencia. Cinco de los siete gobernadores nombrados por el Kremlin y el 70 por ciento del personal y el 35 por ciento de todos los viceministros nombrados por la administración de Putin tenían antecedentes de inteligencia. Un analista político ruso le dijo al Washington Post: “Hay un efecto de bola de nieve causado por la estructura de poder del clan en Rusia. Putin, por ejemplo, trae al poder a 10 agentes del FSB, y cada uno de ellos trae 10 más, y así sucesivamente … Es una hermandad “.

Putin y el siloviki

Putin se rodeó de antiguos hombres de la KGB, de segunda categoría, cuyo deber era proteger a Putin y al estado y sofocar cualquier desafío a la autoridad de Putin; Estos hombres tenían puntos de vista conservadores y de línea dura y eran conocidos en Rusia como el “siloviki”, que significa “hombres con poder”.

Putin

El hombre principal detrás de escena en los primeros años de Putin fue Alexander Voloshin, su jefe de gabinete profesional. Era una figura sombría y dura, vista por algunos como un Rasputín moderno y el hombre que moldeó a Putin en lo que se convirtió. Voloshin fue considerado como el miembro más amigable para los negocios del círculo íntimo de Putin. Trabajó bajo Yeltsin y renunció a raíz del arresto de Khodorkovsky. El poder del siloviki aumentó después de que se fue.

Con el tiempo, el siloviki entró, exprimiendo los restos del equipo de Yeltsin. Una ex ayuda de Yeltsin describió el proceso como un “golpe progresivo”. Otro le dijo al Washington Post: “Para el verano de 2003, la marea había cambiado claramente”. Un alumno de Yeltsin le dijo al Post: “Tenemos la sensación de que algo cambió para el dirección equivocada “. Cuando iba al Kremlin todos los días, dijo que el lugar estaba lleno de caras nuevas,” un piso entero de KGB anterior y actual “.

Entre los principales miembros del personal se encontraban los subdirectores del personal: Igor Sechin, un ex traductor y amigo cercano de Putin. y Viktor Ivanaov, veterano de 20 años de la KGB y ex subdirector de la FSB (ex KGB). En 1999 y 2000, Ivanov dirigió la División de Seguridad Económica de la agencia. que entre otras cosas se encargaba de vigilar a los oligarcas. Bajo Putin fue puesto a cargo del personal mientras Sechin controlaba el acceso y el flujo de papel a Putin.

Nuevos empleos para ex agentes de la KGB

Después del colapso de la Unión Soviética, muchos miembros de la KGB atravesaron una “crisis moral” y experimentaron fuertes dolores de dudas. Cualquiera que supiera que eran ex miembros de la KGB los trató sospechosamente. Después de que el capitalismo se arraigó en Rusia, hubo una demanda de analistas y muchos hombres de la KGB consiguieron trabajar con compañías como analistas. Un ex agente de la KGB le dijo a la prensa norteamericana: “Todo nuestro trabajo a lo largo de los años se centró en procesar y analizar información y sacar conclusiones y mantener la boca cerrada sobre lo que sabemos, y eso es exactamente lo que las compañías necesitaban ”. Además, los antiguos hombres de la KGB tenían acceso a información y personas importantes, a través de su conexión soviética, que los ciudadanos comunes no tenían.

Ex agencias enteras de la KGB se dedicaron a sus propios negocios, la Agencia Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno buscó el suministro de servicios de encriptación para los bancos. Los almacenes y las empresas estaban protegidos por ex miembros del grupo Alpha de élite de la KGB.

El ex-KGB entró en negocios privados y estableció alianzas con hombres de negocios, gángsters y miembros actuales del FSB en la “antigua red de espías”. Alexander Lebedev, presidente del Banco de la Reserva Nacional y gran accionista de Aeroflot, es un ex espía de la KGB. Los ex hombres de la KGB también encabezaron Petersburg Fuel Co., Domodevo Airlines, St. Petersburg Telephone Network, Slvanet Oil Co. y la central de abastecimiento de agua de Moscú. Estos hombres son considerados siloviki. En algunos casos se mudaron para reemplazar a los oligarcas musculosos.

Muchas personas con antecedentes en el KGB y el FSB han entrado en la política. Entre ellos estaba el mayor general Viktor Maslov, un ex agente y gángster del FSB que se convirtió en gobernador de Smolensk. Al referirse a sí mismo como un “soldado del zar”, siendo el zar Putin, no tuvo reparos en usar tácticas de balonmano. Ordenó escuchas telefónicas de su rival, el ex vicegobernador, y utilizó la información que obtuvo para detenerlo por cargos de corrupción. En una entrevista, Maslov expresó su frustración porque los delincuentes no podían ser procesados ​​con un mínimo de alboroto como lo eran en la época de Stalin.

Agencias sucesoras de la KGB

A principios de 1991, la poderosa organización de la KGB estaba siendo desmantelada. El desarrollo del aparato de seguridad interna post-soviético tuvo lugar en un entorno político altamente volátil, con el presidente Yeltsin amenazado por la oposición política, las crisis económicas, los brotes de conflictos étnicos y la delincuencia agudamente en aumento. En estas circunstancias, Yeltsin y sus asesores tuvieron que depender de la seguridad del estado y de las agencias de policía interna para obtener apoyo en el diseño e implementación de estrategias de seguridad interna. 

El KGB se disolvió oficialmente en diciembre de 1991, unas semanas antes de la propia Unión Soviética. Los observadores extranjeros vieron el final de la KGB como una señal de que la democracia prevalecería en la recién creada Federación de Rusia. Pero el presidente Yeltsin no eliminó por completo el aparato de seguridad. En cambio, dispersó las funciones de la antigua KGB entre varias agencias diferentes, la mayoría de las cuales realizaron tareas similares a las de las distintas direcciones de la KGB. 

Después de la creación de quince nuevos estados de las repúblicas de la antigua Unión Soviética, las ramas territoriales de la antigua KGB fueron transferidas al control de los nuevos gobiernos de estos estados, cada uno de los cuales hizo reformas consideradas apropiadas para las necesidades de seguridad política y nacional. del régimen en el poder. Sin embargo, la Federación de Rusia, que como RSFSR había alojado las operaciones centrales de la KGB en Moscú, heredó la mayor parte de los recursos y el personal de la KGB. Ya en enero de 1992, cinco agencias de seguridad separadas habían surgido en Rusia para tomar el lugar de la KGB. Cuatro de ellos estaban preocupados por la seguridad interna; el quinto fue el Servicio de Inteligencia Extranjera, que reemplazó al Primer Director General de la KGB. 

Ministerio de Seguridad (MB)

Dentro de Rusia, la mayor agencia sucesora de la KGB fue el Ministerio de Seguridad (Ministerstvo bezopasnosti – MB), que contaba con unos 137,000 empleados y fue designada una agencia de contrainteligencia. El Ministerio de Seguridad heredó las tareas de varias direcciones y direcciones generales de la KGB: la Segunda Dirección Principal (contrainteligencia contra extranjeros), la Tercera Dirección Principal (contrainteligencia militar), la Cuarta Dirección (seguridad del transporte), la Quinta Dirección Principal (seguridad política interna). ), la Sexta Dirección (actividades contra la delincuencia económica y la corrupción oficial) y la Séptima Dirección (actividades de vigilancia).

En julio de 1992, Yeltsin firmó, y el Soviet Supremo de Rusia (parlamento) ratificó una ley sobre la gobernanza del Ministerio de Seguridad. La ley otorgó a Yeltsin una amplia autoridad sobre las operaciones de seguridad y despertó la preocupación entre los demócratas rusos. Se preocuparon porque la nueva ley se parecía tanto a la del KGB que había sido promulgada por el gobierno soviético solo catorce meses antes. La ley confería esencialmente la misma misión y poderes al Ministerio de Seguridad que la ley anterior había otorgado a la KGB, en algunos casos casi al pie de la letra. La principal diferencia era que en el pasado el KGB había sido controlado por el liderazgo del PCUS, mientras que la ley de 1992 le dio a Yeltsin, como presidente, el control del Ministerio de Seguridad. Al parlamento ruso se le otorgaron algunas funciones de supervisión teórica, pero nunca se ejercitaron en la práctica.

El primer ministro de seguridad de Yeltsin, el ex jefe de MVD, Viktor Barannikov, dejó en su lugar a la mayoría de los ex funcionarios de la KGB de la organización. En la primavera de 1993, cuando se rompió una incómoda tregua entre Yeltsin y el parlamento ruso y el Soviet Supremo votó para privar a Yeltsin de sus extraordinarios poderes presidenciales, Yeltsin pidió apoyo a Barannikov y al Ministerio de Seguridad cuando el presidente declaró la imposición de “regla especial” que le otorga poder de veto sobre la legislación parlamentaria hasta que se celebren nuevas elecciones. Sin embargo, Barannikov declinó involucrar a su ministerio en la confrontación política entre los poderes ejecutivo y legislativo, instando a que se llegue a un compromiso. Cuando el Ministerio de Defensa tampoco pudo apoyar su posición, Yeltsin retrocedió de su postura de confrontación.

La división entre Yeltsin y Barannikov fue exacerbada por la respuesta de Barannikov al problema de corrupción del gobierno en 1992-93. La toma de sobornos y los acuerdos detrás de escena, que habían sido prácticas aceptadas por los funcionarios soviéticos, eran tradiciones que murieron mucho, especialmente en ausencia de leyes y reglamentos que prohibieran a los funcionarios abusar de sus cargos. Cuando comenzó la privatización de la propiedad estatal, la escala de corrupción aumentó dramáticamente. La superposición entre las empresas económicas controladas por el gobierno y las empresas empresariales privadas crearon grandes oportunidades para la actividad económica ilegal en los niveles más altos.

A partir de 1992, el Ministerio de Seguridad se involucró en la guerra contra el crimen organizado y la corrupción oficial. En poco tiempo, sin embargo, la campaña se convirtió en un intercambio de acusaciones de corrupción entre los líderes políticos de Rusia, con el Ministerio de Seguridad en el medio. Yeltsin quería utilizar la campaña de corrupción como arma política para luchar contra sus oponentes, pero su séquito pronto fue acusado de encubrir crímenes, una táctica de los enemigos de Yeltsin a la que Barannikov prestó al menos apoyo pasivo. Los fracasos de Barannikov para apoyar a Yeltsin llevaron a la destitución del ministro de seguridad a mediados de 1993.

El reemplazo de Barannikov, Nikolay Golushko, no duró mucho en su trabajo. Después de la amenaza de Yeltsin de disolver el parlamento ruso en septiembre de 1993, que terminó en un derramamiento de sangre en las calles de Moscú, el presidente se dio cuenta de que Golushko tampoco estaba dispuesto a utilizar las fuerzas del Ministerio de Seguridad para respaldar al presidente. En este caso, Yeltsin no solo despidió a su ministro de seguridad, sino que también disolvió el ministerio y lo reemplazó con una nueva agencia, el Servicio Federal de Contrainteligencia (Federal’naya sluzhba kontrarazvedki – FSK).

Servicio Federal de Contrainteligencia (FSK)

La ley que creó el FSK, firmada en enero de 1994, le otorgó al presidente el control exclusivo de la agencia, eliminando la función de supervisión teórica otorgada al parlamento y al poder judicial en la ley de 1992 sobre el Ministerio de Seguridad. El esquema original de los poderes del FSK eliminó los poderes de investigación criminal del Ministerio de Seguridad, conservando solo poderes de investigación. Pero el estatuto final fue ambiguo sobre este tema, asignando a la FSK la tarea de “llevar a cabo medidas técnico-operativas, y evaluaciones e investigaciones criminológicas y de otros expertos”. El estatuto también estipulaba que el FSK debía “desarrollar e implementar medidas para combatir el contrabando y la corrupción”. Tal lenguaje aparentemente asignó un papel clave al sucesor del Ministerio de Seguridad en la intensificación de la lucha contra el crimen económico y la corrupción oficial.

Según su estatuto habilitante, la FSK tenía dieciocho direcciones o departamentos, además de una secretaría y un centro de relaciones públicas. Debido a que algunas de las funciones del Ministerio de Seguridad se dispersaron a otras agencias de seguridad, el personal inicial de FSK ascendió a aproximadamente 75,000, una reducción sustancial de las 135,000 personas que habían estado trabajando para el Ministerio de Seguridad en 1992. El proceso de reducción comenzó a revertirse unos meses, sin embargo, cuando el FSK recuperó las funciones de investigación criminal del Ministerio de Seguridad. Para julio de 1994, el FSK informó de un personal de 100,000.

El reemplazo de Golushko como ministro de seguridad fue su ex primer diputado, Sergey Stepashin, quien había sido jefe de la Comisión Parlamentaria de Defensa y Seguridad durante 1992-93. La llegada de Stepashin coincidió con el establecimiento de una nueva dirección de contrainteligencia económica en el FSK y el desarrollo de nuevas leyes para mejorar la capacidad del FSK para combatir la corrupción. Stepashin anunció medidas contra los mercados subterráneos y el “capital en la sombra”, fenómenos del período de transición que se habían defendido como estímulos para la economía nacional. También defendió el FSK contra los críticos que acusaron a la agencia de perseguir a empresarios privados. * *

Además de combatir el crimen y la corrupción, el FSK desempeñó un papel destacado en el tratamiento de los problemas étnicos. Una preocupación para la agencia era la posibilidad de actos terroristas por parte de disidentes de nacionalidades no rusas dentro de la Federación Rusa. Aproximadamente el 20 por ciento de la población de Rusia no es rusa, incluidas más de 100 nacionalidades concentradas en las treinta y dos unidades territoriales étnicamente designadas de Rusia. La tensión sobre los problemas étnicos y económicos no resueltos había aumentado de manera constante desde 1990, a medida que las minorías no rusas se volvían cada vez más beligerantes en sus demandas de autonomía de Moscú. El FSK fue responsable de cooperar con otras agencias del gobierno de Yeltsin en el monitoreo de los problemas étnicos, la represión de los disturbios separatistas y la prevención de conflictos violentos o terrorismo. De acuerdo con este mandato, las tropas del FSK se unieron a las fuerzas de MVD para respaldar a las fuerzas armadas regulares rusas en la ocupación de Chechenia. Los elementos de seguridad rusos también han estado activos en Georgia, donde han ayudado a las fuerzas regulares a contener el impulso de independencia de las tropas abjasias y a vigilar un alto el fuego de dos años que no mostró signos de evolucionar hacia un asentamiento permanente a mediados de 1996.

Servicio Federal de Seguridad (FSB)

 

Yeltsin

El Servicio Federal de Seguridad (FSB) cuenta con un personal de varios miles de personas responsables de investigar delitos de alcance nacional e internacional, como terrorismo, contrabando, traición, violaciones de las leyes de secreto y delitos económicos y corrupción a gran escala, un área de jurisdicción similar a la de la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI). Varias otras organizaciones estatales también han designado responsabilidades de investigación criminal.

El FSK fue reemplazado por el Servicio Federal de Seguridad (Federal’naya sluzhba bezopasnosti – FSB) en abril de 1995. La nueva Ley de Órganos del Servicio Federal de Seguridad describió en detalle la misión del FSB. El FSB recuperó una serie de funciones que habían sido eliminadas en reorganizaciones anteriores a la KGB. La autoridad de investigación fue completamente restaurada por la ley, aunque el FSK ya había estado llevando a cabo investigaciones penales sobre la base de un decreto presidencial emitido meses antes. Las catorce prisiones de detención de investigación de Rusia y varios destacamentos especiales de tropas también volvieron al control del servicio de seguridad.

La ley de 1995 autoriza a la policía de seguridad a ingresar a residencias privadas si “hay razones suficientes para suponer que se está cometiendo o se ha cometido un delito allí … o si se persigue a personas sospechosas de haber cometido un delito”. En tales casos, las leyes relacionadas requieren que el oficial a cargo solo informe al fiscal dentro de las veinticuatro horas después de ingresar a la residencia. Al igual que el estatuto FSK, la nueva ley le dio al presidente la dirección de las actividades del servicio de seguridad, que tiene el estatus de un órgano ejecutivo federal. El artículo 23 de la ley estipula que el presidente, la Asamblea Federal (parlamento) y los órganos judiciales vigilan el servicio de seguridad. Pero el único derecho otorgado a los diputados de la Duma del Estado (la cámara baja más poderosa de la asamblea) a este respecto era una vaga estipulación de que los diputados podían obtener información sobre la actividad de los órganos del FSB de acuerdo con los procedimientos establecidos por la legislación. La imprecisión de las funciones de supervisión reales se vio agravada por la disposición de la ley de seguridad de que los “actos normativos” no publicados gobernarían gran parte de las operaciones del FSB.

La ley otorgó al FSB el derecho de llevar a cabo operaciones de inteligencia tanto en el país como en el extranjero con el propósito de “mejorar el potencial económico, científico-técnico y de defensa” de Rusia. Aunque las operaciones de inteligencia del FSB en el extranjero se llevarán a cabo en colaboración con el Servicio de Inteligencia Extranjera, no se detallaron los detalles de la colaboración. La prensa liberal reaccionó con gran escepticismo ante el potencial de la nueva ley para las violaciones de los derechos humanos y la reencarnación de la KGB.

Aunque el FSB es más poderoso que su predecesor, el jefe del FSB, Stepashin, operaba bajo una nube política debido a su apoyo a la fallida invasión de Chechenia. En julio de 1995, presionado por la Duma del Estado y miembros de su administración, Yeltsin reemplazó a Stepashin con el jefe de la Dirección de la Guardia Principal, el general Mikhail Barsukov. Barsukov estaba estrechamente relacionado con el director de la organización de guardaespaldas personal de Yeltsin (el Servicio de Seguridad Presidencial), Aleksandr Korzhakov, quien había adquirido una poderosa influencia política en el Kremlin.

A mediados de la década de 1990, el FSB tenía 76,000 empleados, ganando en promedio alrededor de $ 160 por mes (1994). Tenía la autoridad de escuchar conversaciones telefónicas, abrir correos y monitorear computadoras con “cajas negras”. Sus funciones principales eran combatir el crimen doméstico, el terrorismo y la contrainteligencia extranjera. Según algunas fuentes, también se estaba utilizando para llevar a cabo asesinatos, apoderarse de rehenes, extorsionar dinero de grandes empresas y hostigar y asesinar a empresarios. Un agente del FBI le dijo al New York Times que la agencia estaba siendo utilizada “para liquidar cuentas con personas indeseables, para llevar a cabo órdenes políticas y criminales privadas por una tarifa, y algunas veces simplemente como un instrumento para ganar dinero”.

Agencia Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno (FAPSI)

La Octava Dirección General de la KGB, que supervisaba las comunicaciones gubernamentales y los sistemas de cifrado, y otra dirección técnica, la decimosexta, se combinaron como la Agencia Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno (Federal’noye agentstvo pravitel’stvennykh svyazi i informatsii – FAPSI), de que el ex jefe de la Octava Dirección General, Aleksandr Starovoytov, fue nombrado director. FAPSI tiene capacidades técnicas ilimitadas para monitorear comunicaciones y recopilar inteligencia. Cuando se publicó la Ley de Órganos Federales de Comunicaciones e Información del Gobierno en febrero de 1993, la prensa liberal de Rusia protestó en voz alta. El periódico Nezavisimaya gazeta lo llamó la “ley del Gran Hermano”, señalando que no solo otorga a los órganos ejecutivos del gobierno un monopolio sobre las comunicaciones e información del gobierno, sino que permite la interferencia injustificada en las redes de comunicaciones de bancos y empresas privadas.

La ley de comunicaciones e información autorizó a FAPSI a emitir licencias para la exportación e importación de tecnología de la información, así como para las telecomunicaciones de todas las instituciones financieras privadas. Equipado con un cuerpo de tropas de comunicaciones especiales (autorizadas por el presupuesto de 1996 a 54,000), se le otorgó a FAPSI el derecho de monitorear las comunicaciones codificadas de agencias gubernamentales y empresas no estatales. Esto significa que la agencia puede penetrar en todos los sistemas de información privados. La ley estipulaba poca supervisión parlamentaria de FAPSI, aparte de una vaga declaración de que los funcionarios de la agencia debían presentar informes al poder legislativo. Al presidente, por el contrario, se le otorgó un poder específico para monitorear la ejecución de las tareas básicas asignadas a FAPSI y para “sancionar sus operaciones”.

Algunas de las funciones de FAPSI se superponen con las del FSB. La ley de habilitación del FSB ordenó que detecte señales de transmisores radioelectrónicos, realice trabajos de cifrado dentro de su propia agencia y proteja la información codificada en otras organizaciones estatales e incluso empresas privadas. No se delineó ningún límite específico entre las funciones de cifrado y comunicación de las dos agencias en su legislación habilitante, e incluso se especuló que FAPSI se fusionaría con el FSB. Un decreto presidencial de abril de 1995 definió las responsabilidades de la agencia en el área de licencias de telecomunicaciones.

Un área crítica de superposición – y competencia – es la protección de datos de importancia económica y estratégica crucial. A mediados de 1995, el director de FAPSI, Starovoytov, estaba presionando por un papel más importante para FAPSI en esta área. Comenzó a emitir advertencias sobre la amenaza intensificada a los datos económicos secretos (incluido el del Banco Central de Rusia) de los servicios especiales occidentales, que según él requerían que su agencia tomara medidas de seguridad más estrictas.

Dirección de la Guardia Principal (GUO)

A mediados de 1992, la Novena Dirección de la KGB, encargada de proteger a los líderes gubernamentales y edificios e instalaciones clave, se convirtió en la Dirección Principal de la Guardia (Glavnoye upravleniye okhraneniya – GUO), que hasta julio de 1995 estuvo dirigida por Mikhail Barsukov. Cuando Barsukov se mudó al FSB, fue reemplazado como jefe de la GUO por su adjunto, el general Yuriy Krapivin. Hasta mediados de 1996, la GUO incluía una subdivisión autónoma, el Servicio de Seguridad Presidencial, encabezado por Aleksandr Korzhakov. A partir de 1991, tanto el servicio de GUO como el de Korzhakov crecieron constantemente. A fines de 1994, el personal de la GUO había aumentado de 8,000 a más de 20,000 personas asignadas para vigilar las oficinas, automóviles, apartamentos y casas de los más altos líderes de Rusia, junto con una variedad de “objetos secretos de importancia estatal”.

Las tareas y misiones de la GUO se describen en la Ley de protección estatal de los organismos gubernamentales y sus funcionarios, aprobada en abril de 1993. A mediados de 1996, la agencia tenía el mismo estatus que un comité estatal, pero de hecho los estatutos generales Al describir el gobierno y la oficina de la presidencia no se previó dicha estructura. La autorización legal de la GUO para participar en operaciones de investigación les da a sus oficiales el poder de realizar actividades invasivas, como vigilar a los ciudadanos y tocar teléfonos. Se informó que la GUO tenía un presupuesto ilimitado, que utilizó para adquirir sofisticados dispositivos de escucha occidentales para su uso en las oficinas del Kremlin.

Poco después de la creación de la GUO, Yeltsin incluyó en él al grupo Alpha de élite, una unidad antiterrorista crack de 500 personas (200 en Moscú, 300 en otras partes de Rusia) que habían participado en operaciones en Afganistán, Azerbaiyán y Lituania. El Grupo Alpha había jugado un papel decisivo en el golpe de estado de agosto de 1991 al rechazar las órdenes de los líderes del golpe de Estado de asaltar el edificio del parlamento, a pesar de la subordinación del grupo al KGB, cuyo jefe, Vladimir Kryuchkov, era un líder golpista. En los años siguientes, el Grupo Alpha ganó una reputación nacional y se conectó con figuras de negocios legítimos, crimen organizado y política. A principios de 1996, los veteranos del Grupo Alpha encabezaron unas treinta y cinco empresas comerciales en Moscú.

En junio de 1995, el Grupo Alpha fue enviado a romper la crisis de rehenes de Budennovsk cuando los rebeldes chechenos tomaron un hospital en el sur de Rusia. Yeltsin rechazó la responsabilidad por el fracaso posterior del ataque, y dos meses después transfirió el Grupo Alpha a la jurisdicción del FSB. En 1995, bajo el liderazgo de Sergey Goncharov, la asociación de veteranos Alpha se volvió políticamente activa, oponiéndose fuertemente a los leales a Yeltsin en las elecciones parlamentarias de diciembre. Esta actividad antigubernamental de ex miembros de la fuerza de seguridad de Yeltsin planteó dudas sobre la lealtad de las agencias de seguridad activas. Después de las elecciones de 1995, el grupo de Goncharov continuó abogando por la restauración de la influencia militar de Rusia entre las antiguas repúblicas soviéticas que conforman su “casi en el extranjero”, así como medidas duras contra el crimen organizado interno.

En diciembre de 1993, el Servicio de Seguridad Presidencial de Korzhakov se había independizado de la GUO, colocando a Korzhakov en una posición subordinada solo a Yeltsin. Desde el momento de su nombramiento, Korzhakov estuvo constantemente al lado de Yeltsin, convirtiéndose en el miembro más indispensable de la fuerza de seguridad presidencial. Además de supervisar a unos 4,000 guardias, Korzhakov vino a supervisar todos los servicios en apoyo de las operaciones del presidente. Estos incluyen comunicaciones, aviones presidenciales y el búnker secreto que se ocupará en caso de que estalle la guerra. Este destacado papel llevó a especular sobre la influencia de Korzhakov en asuntos de política fuera del área de seguridad, y sus infrecuentes declaraciones de política fueron analizadas de cerca por los medios de comunicación. En junio de 1996, Yeltsin despidió a Korzhakov, junto con el jefe del FSB Barsukov y el primer viceprimer ministro Oleg Soskovets, eliminando algunas de las figuras gubernamentales más influyentes de la facción política antioccidental antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

Fuentes: Librería del Congreso EE.UU . KGB La Historia Interna de Christopher Andrew y Oleg Gordievsky . Desde Lenin a Litvinenko de Boris Volodarsky . Muerte y Renacimiento de Martin Ebon . Tras los pasos de Putin de  Nina Khrushchevay Jeffrey Tayler

Octubre 13, 2019

El Cacique Trucho

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Por Jorge Lobo Aragón.

 

El Cacique Mapuche Facundo Jones Huala

y otros Inescrupulosos disfrazados

Es bueno comenzar por el Diccionario. ¿Qué es un indígena? .La Real Academia dice que es un adjetivo, “originario del país de que se trata”. El término, por su sentido, se asemeja mucho a aborigen, “originario del suelo en que vive. Quiere decir que indígenas somos todos los habitantes del planeta, según dónde nos encontremos. Tú tienes origen en la ciudad de Tucumán, eres indígena tucumano. Te vas a Tafí del Valle y estás en otro ámbito, que no es el de tu nacimiento, no eres indígena de Tafí. El señor Yeltsin y la señora Márgareth Thátcher son indígenas de Rusia y de Inglaterra, o, más específicamente, de los lugares de Rusia y de Inglaterra en que ellos se originaron. (En este caso el sentido de país es más el de región o territorio que el de nación o estado). Carlos Ménem es un indígena de la Rioja y un migrante, un pajuerano, en Buenos Aires. También podría decirse que Ménem es un indígena de Siria, atendiendo a sus ancestros, pero la tendencia argentina es la de tomar como “origen” el lugar de nacimiento personal y no el de su etnia ni el de su familia. Tiene su importancia escarbar el sentido de las palabras. Porque esta gente, que habla de “indígenas”, o de “cacique” me imagino que quieren referirse es a los indios. La Academia dice que “indio” es lo natural, perteneciente o relativo a la India, y que también se aplica al indígena de América, o sea al originario de las Indias Occidentales. Estos hablan de un consejo mundial de pueblos indígenas, lo que induce a pensar que se trata de los originarios de las diversas partes del mundo, pero sólo se refieren a los indígenas de América, a los que bien y pronto, en idioma correcto, se les llama indios. ¿Por qué dan la vuelta de decir “indígena” o “Cacique” cuando quieren decir “indio”? Posiblemente por un prurito de blancos europeos, que menosprecian a los indios; temen herirnos, ofendernos, al decirnos indios, y disimulan la idea bajo un término más pomposo: “indígena” o “Cacique”. Indígenas son toda la gente del mundo según el lugar en que se halle; “Indios” somos sólo nosotros (o una parte de nuestros antepasados) en cualquier parte en que nos hallemos.

Estos indigenistas o caciques son ellos los que hacen una discriminación racial. Porque lo que interesa para ver quién es el indígena merecedor de su protección, es la raza, las raíces étnicas, la sangre de los antepasados, no el lugar de nacimiento. Su propósito es en la gran mayoría deplorable ya que en el mundo actual las razas están muy entreveradas. Entre los escasísimos indios existentes no hay pureza racial, ya que la conquista española produjo un zafarrancho entreverando las etnias nativas. Los indios, entre ellos, eran andariegos y proclives a invadirse unos a otros, y a eso lo multiplicó el español al facilitar el desplazamiento de pueblos en largas distancias e incluso al obligar a esos apartamientos. De modo que sería una ímproba tarea de investigación científica el determinar si quien es verdaderamente el que desciende de los antiguos pueblos americanos o si tiene, en mayor o menor medida, mezclas con antepasados europeos y africanos que no fueron habitantes del lugar antes del descubrimiento y de la conquista. Se habla de que a las tierras hay que “devolverlas a sus dueños”, sosteniendo que los legítimos dueños serían los que en ella vivían antes de la conquista y, por herencia, sus descendientes, es decir su raza. Se trata entonces, evidentemente, de una discriminación racial. ¿Usted es un descendiente puro de los antiguos pobladores? Entonces tome esta parcela de tierra. ¿Usted tiene entre sus antepasados abuelos venidos de Europa o del África? Váyanse, porque no le corresponde nada. ¿En dónde y en mérito a qué, se pone un límite entre el indio auténtico y el indio mestizo, impuro o advenedizo? Sería difícil precisarlo pero, al parecer, a ellos les bastaría con la desafección a las conquistas de la civilización occidental. ¿Se mantiene al margen de la cultura occidental? Entonces es un indio genuino. ¿Ha aceptado las ciencias, las letras, las bellas artes o las tradiciones del occidente cristiano? Entonces no es un heredero auténtico de sus antepasados dueños de las tierras. El tema da para mucho. Podríamos hacer, con estos conceptos, alguna carta al director. Pero oponerse a los indigenistas puede traerte trastornos. Lo que no me importa ya que fue una costumbre en mi vida. Pareciera que – Salvo excepciones actuales , el indigenismo tiene o tenía a su favor todo el peso de la prensa y de la democracia mundial, y por otra porque se dicen inocuos, no van a hacer daños a la sociedad, aparte del daño cultural, de la destrucción de nuestra civilización que evidentemente si seguimos por este camino está ya condenada a su desaparición. Lo prudente sería no meterse. Pero me gusta la quijotada y no me importa para nada el qué dirán. De modo que la tal “organización política y social” es sólo una fantasía. Ellos muestran que sería deseable devolver las tierras a sus dueños. Bien. ¿Y se les hiciéramos caso? El predio de la Casa de Gobierno y de la Legislatura era propiedad de los indios, así que habría que devolvérselo. La plaza también era de los indios, de modo que debiéramos salvarla de ser transitada por invasores venidos del Viejo Mundo. Lo mismo que la radio de Lanata o Longorbardi. Qué quieren. ¿Que todo el mundo tome el barco y se vaya a Europa? ¿Que para quedar aquí sea obligatorio hablar lengua Cacana, ponerse una pluma en la cabeza e ignorar el teorema de Pitágoras y la rueda? ¿Hay que revalorar las culturas aborígenes suprimiendo hasta el papel y el lápiz? ¿Por qué no hacemos más bien un monumento al papel y al lápiz, exponentes de la cultura conquistadora, occidental y extraña al suelo americano? Si a mi Tatarabuelo, abuelo, Padre o hijo le hubieran usurpado unas tierras veinte años atrás y yo no hubiera hecho ningún reclamo, perdería todo derecho según la legislación vigente , salvo otras acciones reivindicatorias ¿Qué es lo que hace que estos personajes invocando ridículamente nada más que un color de piel, tengan mejor derecho que yo? La capacidad manipuladora de la política, los absurdos derechos levantados en el gobierno de Cristina y otros más y los incentivos que dio el estado a través de prebendas retornables tiene como clientes a víctimas ficticias, que solamente buscan lucrar y expandirse a través de la violencia. Hasta cuando debemos soportar estos atropellos vergonzosos de inescrupulosos disfrazados.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 30, 2017