Share

 Por John Porcari.

En medio de la creciente preocupación por las capacidades militares regionales y el envejecimiento de la infraestructura de defensa, Argentina ha reanudado los esfuerzos para restaurar su icónica flota de aviones de combate Dassault-Breguet Super Étendard, una medida audaz destinada a fortalecer la defensa aérea del país y demostrar su intención estratégica en el Atlántico Sur.

Introducido originalmente en servicio en Argentina a finales de la década de 1970, el Super Étendard, de fabricación francesa, captó la atención mundial durante la Guerra de las Malvinas de 1982, cuando los pilotos argentinos lo utilizaron para lanzar misiles Exocet en ataques fatales contra buques de guerra británicos. Aunque tecnológicamente obsoleto para los estándares actuales, el avión conserva su valor simbólico como piedra angular de la defensa nacional.

En 2019, Argentina adquirió cinco aviones Super Étendard Modernisé (SEM) reacondicionados de Francia. Sin embargo, retrasos burocráticos y la falta de repuestos paralizaron el programa indefinidamente, dejando los aviones varados en cajas en la Base Aérea Naval Comandante Espora. Entre los contratiempos se encontraban las restricciones a la exportación de componentes clave, como las cargas de los asientos eyectables, artículos que Francia no podía entregar sin aprobación adicional.

Ahora, en 2025, la Armada Argentina y el Ministerio de Defensa han anunciado nuevas medidas para poner en funcionamiento al menos tres de las unidades SEM. Mediante acuerdos logísticos con socios de defensa y la adquisición acelerada de sistemas de mantenimiento, los técnicos están trabajando para reensamblar y probar las aeronaves, concentrándose en su disponibilidad para el vuelo durante el próximo ciclo fiscal.

Los expertos en defensa argumentan que, si bien no representa un avance tecnológico, el regreso del Super Étendard es un gesto estratégico que refleja la intención de Argentina de reconstruir su capacidad de ataque marítimo y participar en ejercicios de defensa regionales. Dadas las continuas tensiones territoriales con el Reino Unido por las islas del Atlántico Sur y la creciente competencia internacional en la Antártida, el momento elegido no es casual.

Aun así, persiste el escepticismo. Los críticos cuestionan la pertinencia de revivir aeronaves de la década de 1970 mientras los países vecinos se modernizan con plataformas de quinta generación. Otros sugieren que sería mejor invertir recursos en tecnología de drones o aviones multifunción con aviónica y sistemas de radar modernos.

Sin embargo, para el ejército argentino, esto no es solo una actualización técnica, sino una declaración nacional. Al restaurar el vuelo del Super Étendard, Argentina busca recuperar el orgullo por su fuerza aérea y demostrar resiliencia frente a las limitaciones presupuestarias, los obstáculos diplomáticos y el escrutinio internacional.

Es incierto si los aviones volverán a estar plenamente operativos. Pero por ahora, el eco de los motores a reacción sobrevolando Bahía Blanca sirve como recuerdo y promesa del esfuerzo constante de Argentina por mantener sus alas en el cielo.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 22, 2025