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Un candidato a concejal de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil, copió toda su campaña electoral a la imagen y semejanza del presidente argentino, Javier Milei, a quien dice admirar por su “imagen fuerte de león”.
Se trata de Ademar Rodrigues Meireles, un empresario y político de 56 años, que se presenta como “economista, cristiano y de derecha” con el nombre de ‘Milei de Floripa’. Este personaje, que actualmente es diputado federal suplente, cuenta con el respaldo del ultraconservador Partido Liberal (PL), organización a la que pertenece el exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro.
En redes sociales, Rodrigues aparece vestido con peluca, patillas postizas y con la banda presidencial de Argentina. En una grabación realizada en Buenos Aires, frente a Casa Rosada, sede de Gobierno donde despacha Milei, el candidato brasileño aparece junto a otro sujeto que tiene la misma vestimenta del mandatario argentino y afirma que ‘El León’ es su “inspiración”.
Además, en otro de los cortes del video, Rodrigues grita el lema “¡Viva la libertad carajo!”, por el que es conocido ampliamente Milei. En el audiovisual, el sujeto que lo acompaña muestra la conocida ‘motosierra’ con un mensaje que dice “recorte de gastos”.
En el mismo video ambos aparecen montados sobre un vehículo con dos muñecos gigantes que simulan ser el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el exmandatario de EE.UU. Donald Trump, a quienes también idolatra.
El ‘Milei de Floripa’ concedió varias entrevistas en español a la prensa local durante su visita a Argentina. Además, participó —siempre disfrazado de Milei— en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que se realizó en el balneario de Camboriú en julio pasado.
El mismo medio detalla que Rodrigues tendría un patrimonio declarado de 8,2 millones de reales (cerca de 1,5 millones de dólares), y sería propietario del Instituto Corretor y de la Facultad Brasileña, una organización que adquirió notoriedad en la escena política de Brasil cuando se realizaban las manifestaciones contra la expresidenta Dilma Rousseff.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 23, 2024
Por LUIS BARDIN.
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POLÍTICOS INMADUROS
Lo que el capital acumula la izquierda lo subvenciona.
Ese sería el axioma, la regla de economía
que trastorna las neuronas de ultra zurdos y fascistas.
Si hay plata se puede hacer, afirma el capitalismo.
Para ellos política es el arte de lo posible:
producir y consumismo.
En el otro extremo está el redentor populismo
que proclama, con violencia, al capital combatirlo
paralizando el hacer, por medio de un anarquismo
que termina repartiendo, con equidad la pobreza,
sofocando al mismo tiempo el generar más riqueza.
Ni tan tan ni tan muy muy.
Ambos extremos impiden sacrificios menos duros:
el producir algo menos
y el atender las urgencias en el momento oportuno.
Luis Bardín.
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PrisioneroEnArgentina.com
Enero 23, 2019
Escribe LUIS BARDIN.
EL COTOLENGO
Ellos se anotan en todas
cuanta marcha esté a la vista.
Feministas o veganos
orgullo gay o anarquistas
son militantes full time
que siempre dan el presente
con sus huestes de idealistas.
Queriéndonos convencer
que el mundo en el que vivimos
está patas para arriba
y que solo ellos podrían
mejorar la triste vida,
ahora están aprovechando
que se reúne el G20.
haciendo una contra cumbre
en Ferrocarril Oeste.
Como ha sido su costumbre
cada vez que hay elecciones
se junta la contra mugre.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 20, 2018
Escribe LUIS BARDIN.
“ORDEM E PROGRESSO”
Brasil giró a la derecha. Maduro, Lula y la Dilma
con genios de Carta Abierta, la Cámpora y la Cristina
se han quedado boquiabiertas. Los del Foro de San Pablo
saben bien que les espera: organizar otro foro
y empezar todo de vuelta. Castigaron con su voto
al PT y su corrupción. Ahora con Bolsonaro
la mano se endureció. Las frases consideradas
políticamente incorrectas que en campaña pronunció
eran también de la gente y por eso lo votó.
Su pueblo le dio el poder para hacer lo que hay que hacer:
lo que “abzurda” ideología deterioró durante años
con justicia garantista, con limosnas al rebaño
de un gobierno populista que terminó en Lavajato.
Quizá no votó al mejor, votó por restablecer
principio de autoridad. Con valentía votó
sin hacer caso a los zurdos que lo tildó autoritario.
Quieren orden y progreso sin ser revolucionarios.
No quieren ni a guerrilleros, ni venganza o bandas narcos
eso que hoy en Argentina y hemipléjica justicia
jueces zurdos avalaron.
Luis Bardín.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 3, 2018
Por JORGE B. LOBO ARAGÓN.
Seguramente nunca hemos vivido en nuestro País un período tan lastimoso como el pasado con Cristina Fernández de Kirchner en cuanto a la corrupción. Digo corrupción en general, refiriéndome al peculado, la coima, el soborno, el cohecho, la mentira como acostumbrada norma. Las dádivas interesadas y pervertidoras. Una corrupción generalizada en ciertos sectores, pero que resaltaba y se hacía más notable y dolorosa en los ámbitos de la administración pública, de los gobernantes y, peor aún, de la justicia. Quizás lo que hacía más más afligente era el estado de infección del cuerpo social, o sea la actitud complaciente con que en algunos ambientes se la consideraba. Se dice que corrupciones hubo siempre como si eso fuera suficiente justificativo y motivo convincente para que nos allanemos a tolerarlas. Es claro que sí: desde que Adán comenzó a pecar los hombres le hemos heredado su naturaleza pecadora; pero que seamos proclives a cometer faltas no significa que debamos ser condescendientes con quienes dan o han dado el mal ejemplo, se roban los dineros que la comunidad necesita, se enriquecen administrando los favores que el Estado otorga indebidamente, niegan la justicia por favorecer a privilegiados. En una década a la que por las públicas inmoralidades se la ha calificado de infame, un legislador sorprendido en un cohecho, de vergüenza se suicidó. Había infamia, pero subsistía la vergüenza. Podría pensarse que ahora, para peor, la vergüenza ha desaparecido, y que por lo tanto parte de la sociedad – desvinculada de la moral, del bien, de la verdad – se desbarrancara hacia miasmas putrefactos. Tal vez sea una tendencia ligada a la modernidad, y que por lo tanto aparece como irresistible o inevitable. Pero no debemos desesperar existen en nuestro país muchos fiscales que cumplen acabadamente su función de representantes de la vindicta publica y han demostrado ser imparciales en su cargo dentro de un Poder judicial en el que deben actuar con autonomía funcional sin ninguna dependencia con los demás poderes del estado. Debemos de alguna manera desterrar la lentitud de la justicia y procurar que las investigaciones se eleven y lleguen a juicio oral. Es que ante tanta impunidad la sociedad argentina reacciona. La gente -inquieta- se agita, se mueve, clama por justicia, exige justicia, conmina a los poderes públicos reclamando justicia. Y, a pesar de todos los obstáculos, algo de luz se va haciendo. Una luz que muestra panoramas tenebrosos, pero que es imprescindible examinar para demandar sanciones a los culpables. Se van descubriendo aspectos de la delincuencia que hasta hace años atrás nos hubieran parecido inaccesibles, pues habríamos pensado que un enorme poder oculto conseguiría mantenerlos bajo su manto de oprobio. El pueblo indignado, con el apoyo de un lúcido periodismo – o el indignado periodismo, con el apoyo de un pueblo esclarecido, lo mismo da – va consiguiendo que las investigaciones avancen. En esto nos debe servir de ejemplo el el fiscal Deltan Dallagnol, coordinador de la “fuerza de tareas” de la operación Lava Jato en el Ministerio Público Federal en Curitiba Brasil. Dallagnol, encabeza el grupo de jóvenes fiscales, que reveló el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil. Este novel funcionario formado en la universidad del estado de Paraná que hizo una maestría en Harvard fue quien investigo la vasta red de corrupción descubierta enPetrobras, que involucra a poderosos empresarios y políticos y a desencadenado la posterior destitución de la presidenta Dilma Rousseff y el fin de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). Un caso que representa una victoria épica contra la enraizada cultura de impunidad. Lo que hay que buscar afirma el joven Fiscal es reformar los sistemas de justicia y de política que generan y permiten la corrupción. Una simple investigación sobre desvíos de dinero en una red de estaciones de servicio y lavaderos de auto (“lava jato” significa lavado a chorro) al toparse con un esquema de sobornos en Petrobras, reveló el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil y que también involucra a nuestro país con algunas de las constructoras involucradas en el esquema de ilícitos, como Odebrecht, que actúa en la Argentina. Es que combatir la corrupción, expone el Fiscal sea quien sea que la practique; es contribuir a la disminución de desvíos de dinero público que debería ser direccionado a educación, salud, saneamiento básico e inversiones productivas y de infraestructura. El objetivo es construir ciudadanía, sobre todo en las personas de baja renta para que entiendan que el dinero desviado por la corrupción afecta la atención que da el Estado a sus necesidades. No somos salvadores de la patria, revela el experto fiscal, pero tenemos muy en claro cuál puede ser la mejor contribución que le podemos dar al país”. Cada día que pasa, los enemigos aumentan, pero la sociedad es el escudo que nos protege de los ataques. La operación va a continuar igual o más que ahora gracias al respaldo también de políticos honestos, que no están corrompidos y son nuestros aliados. Por eso es importante que nos reafirmemos como una investigación imparcial que tiene como único enemigo la corrupción, sea quien sea quien esté en el poder.- Se propone intensificar la cooperación internacional, incluso con la Argentina y sus autoridades y avanzar en la reciprocidad. Cooperación en donde se encuentra involucrado desde hace décadas mi gran amigo Francisco Benard, abogado y periodista quien junto al que estima que con la ayuda de los mejores puede surgir un resultado beneficioso para la sociedad argentina. Nos está mostrando que a la corrupción hay que atacarla en sus madrigueras; que se puede reaccionar contra los males imperantes; que mientras queden magistrados probos no todo está perdido; que vale la pena golpear las puertas con vigor e insistencia; que hay que perseverar en la lucha por el bien, pues la maltrecha moral pública puede ser restaurada si la sociedad reacciona con la energía que las circunstancias reclaman. Es hora de los argentinos hagamos sentir la repulsión que en esta hora nos en contra de las inmunidades de los corruptos.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
San Miguel de Tucumán
República Argentina
Por Enrique Guillermo Avogadro.
“Durante toda su historia, América Latina ha sido
un auténtico laboratorio de ilusionismo político”.
Alain Rouquié
Más allá de la presencia de los violentos grupos anarquistas en cada ocasión en que se reúnen los líderes mundiales en algún lugar del planeta, nuestro subcontinente está asistiendo, y mirándolo por televisión, a la puesta en marcha de las políticas recomendadas por el Foro de San Pablo para subvertir todas las instituciones nacionales y llevar a nuestros países a transformarse en los paraísos imaginados por la izquierda universal.
En los 70’s, se intentó conquistar el poder a través de organizaciones terroristas que bañaron en sangre a Colombia, Perú, Brasil, Uruguay, Chile y, por supuesto, Argentina. Las sucesivas derrotas militares, que las sumieron en el asombro por la falta de acompañamiento social a sus mesiánicos proyectos, llevaron a sus ideólogos a recurrir a las enseñanzas de tipos tales como Antonio Gramsci y Ernesto Laclau, que tanto escribieron sobre métodos más intelectuales para alcanzar esos objetivos.
Hoy, con esos libros en la mano, y en la mochila la necesidad de salvar de la cárcel a varios de sus líderes nacionales, populistas y ladrones -léase Cristina Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva, etc.-, esas mismas izquierdas intentan acabar con todas aquellas instituciones que puedan poner en peligro el plan general de destrucción que llevan adelante.
Han tenido mucho éxito en Venezuela, ya una dictadura de partido único, un país riquísimo al cual han llevado a la inanición mediante la corrupción masiva y la asociación con el narcotráfico y el terrorismo de sus más altas esferas militares y políticas. Resulta allí explicable, toda vez que el petróleo que Nicolás Maduro regala todos los días -pese al hambre que azota a su población- a Cuba evita que la gerontocracia asesina de la isla se vea obligada a confesar el fracaso de su histórica política marxista.
En algunos de nuestros países, sin duda por obra y gracia de la cobardía de sus comandantes de entonces y la complicidad de sociedades anómicas e hipócritas, han logrado estigmatizar a las fuerzas armadas y de seguridad, poniendo en tela de juicio cada actuación, aún cuando ésta obedeciera a órdenes legales o judiciales. La estupidez generalizada de los políticos ha permitido, además, que los organismos de derechos humanos regionales fueran copados y cooptados por los miembros más conspicuos de ese proceso revulsivo, lo cual garantiza la inmediata condena a cualquier procedimiento penal que involucre a alguno de sus líderes, como Milagro Sala.
En la Argentina ese peligro se ha agudizado hasta el extremo, y Cristina Elisabet Fernández contempla aterrada no sólo la altísima probabilidad de perder las elecciones de octubre, sino el espejo latinoamericano, que le devuelve las imágenes de Ollanta Humala preso en Perú, de Lula y Dilma Rousseff en riesgo de cárcel en Brasil, de Jorge Glas Espinel suspendido como Vicepresidente de Ecuador, de Raúl Sendic investigado en Uruguay, lo mismo que Juan Manuel Santos en Colombia.
La manifiesta aceleración de las causas por corrupción y por encubrimiento del terrorismo (la denuncia del asesinado Alberto Nisman, impulsada por el Fiscal Gerardo Pollicita) que jaquean a la ex Presidente y a su entorno familiar y político, y el contundente éxito que ha tenido la lucha contra el narcotráfico -que tanto se expandiera por su criminal asociación con el régimen kirchnerista- de la actual administración, ha provocado una violenta reacción de las fuerzas que se oponen al cambio que pretende la sociedad, tal como lo expresara en las urnas. Para lograr sus objetivos de impunidad, les resulta necesario terminar con todas las instituciones.
Ahora, con el ariete de la desaparición de Santiago Maldonado, a quien los asesinos incendiarios de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) identifican como miembro de esa organización terrorista, embisten contra la Gendarmería Nacional y el resto de las fuerzas de seguridad federales, últimas defensas del Estado democrático contra quienes quieren destruirlo, como medio para ir luego por las cabezas de la Ministro de Seguridad y avanzar con el “club del helicóptero” en el que pretenden embarcar a Mauricio Macri, el ¿dictador? a quien sindican como causante de todos sus males.
Para lograrlo, suman sus esfuerzos la izquierda trotskista, el anarquismo trasnochado, la subversión de ese inventado pueblo originario, algunos capitostes sindicales envueltos en negocios turbios, Horacio Verbitsky y el CELS, Hebe Bonafini y las Madres, Estela Carlotto y las Abuelas, La Cámpora e H.I.J.O.S., Alejandra ¡Giles! Carbó y su escudo de fiscales militantes, los jueces de ¿Justicia Legítima?, los medios de prensa que aún pertenecen a enriquecidos compañeros de ruta (Página12, C5N, las radios Rebelde y 10), pseudo periodistas (Víctor Hugo Morales, Roberto Navarro, Gustavo Gato Silvestre), el Grupo de Curas de la Opción por los Pobres y tantos otros, amén de honestísimos gobernadores (como Gildo Insfrán) e intendentes del Conurbano, los policías provinciales desplazados por corrupción, funcionarios kirchneristas aún enquistados como quintacolumnistas en la administración y, por supuesto, los narcotraficantes que, además, contribuyen financieramente a las acciones callejeras.
Por supuesto, su cinismo hace que ninguno de ellos recuerde ni se haga cargo de las desapariciones (María Cash, Jorge Julio López, Fernando Lario, Luciano Arruga, y otras 74 personas) e innumerables muertes sospechosas (Juan Castro, Raúl Espinosa y Alberto Nisman son sólo ejemplos) o causadas por la desnutrición que la sociedad argentina ha debido soportar durante esa extendida década que defienden a ultranza, ni la violencia empleada por las autoridades contra etnias genuinas, como los Qom de Formosa y Chaco.
Nótese que no hubo condena verbal de alguna de las miserables y estúpidas agrupaciones políticas contra los vándalos que asolaron, una vez más, el centro porteño durante la protesta contra el Gobierno por el caso del tatuador cuyo destino aún se desconoce. Recuerdo que Raúl Sendic, fundador de Tupamaros y padre del actual Vicepresidente uruguayo, sostenía que había que golpear todos los días a la democracia burguesa, hasta que ésta se hartara y reprimiera, con lo cual dejaría ver al fascista que lleva adentro.
El Gobierno está resistiendo responsablemente el embate y, con toda lógica, respaldará a los efectivos de Gendarmería mientras no existan pruebas en su contra, pero es la sociedad entera la que debería reaccionar en igual sentido; a mi modo de ver, no bastará con la mera emisión del voto en octubre para defender la democracia, sino que cada uno de nosotros debería tomar el toro por las astas y denunciar criminalmente las acciones desestabilizadoras de las que tenga conocimiento, para evitar que, estos descastados nos vuelvan a sumir en la irracional violencia mesiánica (o rentada) que tanto nos ha costado como nación.
No podemos permitir que consigan romper lo poco que han dejado en pie de nuestras instituciones republicanas porque, claro, si lo lograran nos quedaríamos sin Estado, y el territorio nacional sería distribuido entre nuestros enemigos de siempre y nuestros vecinos.
Bs.As., 9 Sep 17
Enrique Guillermo Avogadro
PrisioneroEnArgentina.com
Septiembre 9, 2017
Durante los últimos treinta y seis meses, Brasil se ha visto atrapado por un escándalo que comenzó con una compañía petrolera estatal y creció envolviendo a empresarios, e incluso a presidentes.
La manera más simple de observar el problema es que se trata de un escándalo directo de corrupción, aunque implica millones de dólares en sobornos y más de 80 políticos y miembros de la élite empresarial.
Pero a medida que los brazos de la investigación apodada Operación Lavado de coches avanzaba, otros escándalos surgieron.
Esto ha llevado a algunos de los que se han encontrado acusados alegando que son las víctimas de movidas políticas, diseñadas para prohibir su cargo.
La Operación Lavado de Coche comenzó en marzo de 2014 como una investigación sobre las acusaciones de que las mayores constructoras de Brasil cobraban ciertos extras a la petrolera estatal Petrobras por sus contratos de construcción.
Los investigadores acusaron a los directores de la firma -el nombre de la compañía más ética del mundo de petróleo y gas en el 2008- de extraer el dinero extra como un soborno para la adjudicación del contrato.
De por si esto ya es bastante grave, pero luego el Partido de los Trabajadores se encontró arrastrado al escándalo de la corrupción en medio de acusaciones de haber canalizado algunos de estos fondos para pagar a políticos y comprar sus votos y ayudar con campañas políticas.
Entre los acusados en el escándalo se encontraban decenas de políticos, y Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente de la República, mais conhecido como “Lula”.
Tres años después de iniciada la investigación, Lula fue declarado culpable de la primera de las cinco acusaciones contra él: La aceptación de un departamento frente a la playa regalado por la firma de ingeniería OEA a cambio de su ayuda en la obtención de contratos con Petrobras.
Él ha sido condenado a nueve años y medio de prisión, aunque no será encarcelado hasta el resultado de una apelación.
Pero Lula, que niega todos los cargos, dice que la investigación y el juicio fueron motivados políticamente para impedir que se presentara a la presidencia nuevamente en las próximas elecciones.
Lula no es el único funcionario o ex funcionario que le está haciendo frente a la investigación en este momento: las dos personas que siguieron sus pasos en la casa de gobierno se enfrentan a acusaciones de corrupción por su cuenta.
El fiscal general ha acusado al actual presidente Michel Temer -el ex vicepresidente que asumió el cargo en agosto del año pasado- de recibir dinero del jefe de la gigantesca empresa de carnicería JBS, que ya está implicada en un escándalo de corrupción.
Los cargos han sido entregados a un juez del Tribunal Supremo que ahora debe decidir si el caso puede ser enviado a la cámara baja del parlamento, que decidirá si o no levantar su inmunidad presidencial.
Sr. Temer niega todos los cargos.
También están las acusaciones separadas que cayeron sobre su predecesora Dilma Rousseff -que siguió a Lula en el cargo después de haber cumplido dos mandatos- acusada en agosto de 2016.
Totalmente por separado de las acusaciones de la Operación Lavado de Coche, la Sra. Rousseff -una aliada cercana de Lula- se encontró en problemas por presuntamente transferir fondos entre los varios presupuestos del gobierno, lo cual es ilegal bajo la ley brasileña.
Ella argumentó que esto era una práctica común entre los presidentes, pero sus críticos dijeron que ella estaba tratando de tapar los déficits en los programas sociales populares para aumentar sus posibilidades de ser reelegida en 2014.
Rousseff luchó contra las acusaciones, argumentando que sus rivales de extracciones de derecha habían estado tratando de sacarla de su cargo desde su reelección.
Pero perdió -y su vicepresidente, Sr. Temer, del partido de centroderecha del PMDB, fue puesto a cargo hasta enero de 2019, cuando un nuevo presidente será elegido en una votación el próximo año asumirá el cargo.
Sin embargo, los partidarios de la Sra. Rousseff posponen otra teoría cuando se trata de su caída de la gracia: ellos alegan que los rivales políticos la querían ir porque ella no los protegería de la onda expansiva del caso lavado de autos.
Hay otro escándalo que involucra personalidades del más alto nivel: Odebrecht, que también ha sido descubierto en la Operación Lavado de Coche.
El gigante brasileño de la construcción, que es el conglomerado de construcción más grande de América Latina, ha admitido sobornar a funcionarios para asegurar contratos en Brasil y otros países sudamericanos.
¿Una de las empresas envueltas en soborno? Petrobras.
De hecho, su ex director general, Marcelo Odebrecht, quien cumple 19 años de prisión por corrupción, fue declarado culpable de pagar más de 30 millones de dólares en sobornos a funcionarios de Petrobras a cambio de conseguir y otorgar contratos e influencia política.
Él y otros 76 funcionarios de Odebrecht están colaborando al brindar información a los investigadores como parte de un acuerdo para rebajar penas.
El Sr. Odebrecht también puede derribar a otro presidente: dice que parte de los $ 48 millones que donó a las campañas de la Sra. Rousseff y del Sr. Temer en las elecciones presidenciales brasileñas de 2014 era ilegal.
Esto está siendo investigado por el tribunal electoral brasileño. Si se encuentra algún fraude, sus campañas podrían ser anuladas, lo que significa que el Sr. Temer sería destituido.
Tanto el Sr. Temer como la Sra. Rousseff niegan todas las acusaciones de fraude.
Martin DiGiorgi
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 13, 2017
Escribe Enrique Guillermo Avogadro.
“La discreción tiene una importancia crucial para proteger el principal
electorado de los gobiernos implicados: el sector empresarial”.
Noam Chomsky
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El lunes comenzará en la Argentina una nueva Semana de Mayo; la mitología atribuye a los pocos presentes en la Plaza homónima, mientras se reunía el Cabildo porteño, la autoría del grito “el pueblo quiere saber de qué se trata”. Más de dos siglos después, el reclamo recorre a toda América.
En los Estados Unidos, a cinco meses de la asunción de Donald Trump a la primera magistratura del país más poderoso del mundo, y después del intempestivo despido del Director del FBI, cabeza de una investigación sobre los contactos de miembros del círculo íntimo del Presidente con los jerarcas rusos, ya sospechados de interferir en la campaña demócrata, la tormenta estalló y el famoso grito se repite: existen serios indicios por eventuales divulgaciones de informaciones suministradas por los servicios secretos de Israel, su tradicional aliado en Medio Oriente, al Canciller y al Embajador de Rusia, un país que apoya al régimen sirio, y hasta socio de Irán.
Ayer mismo, Trump inició un prolongado viaje por varias naciones de Medio Oriente y Europa y, dadas las excéntricas maneras que gasta el Presidente, nadie sabe en qué redundará el periplo. Pero, en cambio, entre los propios legisladores republicanos han surgido divisiones que podrían poner en jaque la permanencia del magnate en la Casa Blanca. Recuerdo que el año pasado, un profesor -su nombre se me escapa- de una de las más prestigiosas universidades norteamericanas, se hizo famoso por haber predicho con exactitud el resultado de las elecciones presidenciales en su país durante los últimos treinta y dos años; ese mismo docente, cuyo método de predicción fue publicado en un exitoso libro, afirmó que Trump no terminaría su mandato, ya que sería expulsado mediante un impeachment.
Ese fue el camino que siguió el Congreso brasileño, con el respaldo del Supremo Tribunal Federal, para eyectar del Palácio do Planalto a Dilma Rousseff, acusada de “maquillar” las cuentas públicas, y entronizar en su lugar al Vicepresidente, Michel Temer. Éste aún cuenta con respaldo parlamentario debido al pánico de la clase política por el fuerte reclamo popular, pero parece estar a sólo semanas de verse obligado a dejar el cargo, y las consecuencias, como sucedería en los Estados Unidos, son imprevisibles. Mientras tanto, las sanas leyes económicas ya sancionadas y algunas otras en trámite, que habían permitido a Brasil comenzar a salir de la peor recesión de su historia, han entrado nuevamente en controversia y ello podría traer aparejada una nueva recaída.
Pero el grito de la calle, traducido en el reclamo de “¡que se vayan todos!” y expresado en manifestaciones callejeras en las grandes ciudades del país, ha tomado nuevamente impulso por obra y gracia de las revelaciones sobre la enorme corrupción que afecta a todo el espectro político y empresarial de la séptima potencia mundial. En la medida en que la Constitución otorga al Congreso la potestad de elegir a quien debería concluir el actual período, si Temer fuera expulsado, y el abanico de candidatos aceptables es muy reducido, el futuro inmediato de nuestro vecino y socio esencial resulta totalmente incierto.
No es menor el hecho de que el personaje público con mayor respaldo popular sea el Juez Sérgio Moro, un magistrado federal con sede en Curitiba, a cargo de los procesos conocidos como Lava-jato y Petrolão, que actúa, bajo supervisión del Supremo Tribunal, con un equipo de fiscales dispuestos a cargarse a quien sea. Y es que en Brasil también, el pueblo quiere saber de qué se trata en materia de corrupción y está dispuesto a pagar el elevado precio que significará terminar con ella de raíz.
Un solo apunte curioso: también allí el político más manchado por acusaciones de haberse quedado con dinero público -Luiz Inácio Lula da Silva- aún cuenta con un 30% de intención de voto. ¿Le suena conocido? Evidentemente, el populismo sabe hacer las cosas para mantener cautivo a su electorado.
En Chile, un país con elevados estándares de transparencia y ética pública, la Coalición gobernante ha implosionado por la defección de la Democracia Cristiana, tal vez debida al decaimiento de la economía y a los hechos de corrupción que afectan a la familia de la Presidente Michelle Bachelet. Esa división, que impedirá la presencia de un único candidato de centro izquierda en las próximas elecciones, convierte a Sebastián Piñera en el más probable próximo inquilino del Palacio de La Moneda.
En Venezuela, el pueblo sale a la calle todos los días a gritar y, con un asombroso coraje, enfrentar la durísima represión -que incluye ya más de cuarenta asesinatos a mansalva y miles de detenidos- de la tiranía de Nicolás Maduro, que ha convertido a un país enormemente rico en un caos de miseria y hambre, mientras saquea sin tasa ni piedad las arcas públicas y se enriquece con el narcotráfico. Cuba es la gran responsable -como lo fue en la Argentina de los 70’s- de lo que allí sucede, y no es para menos porque la supervivencia de la gerontocracia de Raúl Castro depende, exclusivamente, del cordón umbilical que la une al socialismo bolivariano, a través del cual llega a la isla el petróleo regalado, y por ello lo apoya con armas, soldados e inteligencia interna.
Y, en Argentina, me parece que es la sociedad entera quien grita, mirando a Comodoro Py, que quiere saber de qué se trata; aquí, la obvia comparación con lo que sucede en Brasil, resulta pasmosa y avergüenza. Que quienes se convirtieron en los máximos artífices del desastre en que vivimos por sólo afán de lucro personal sigan paseándose contentos y despreocupados entre nosotros nos produce desconcierto e indignación. Hay demasiados muertos en tragedias evitables -trenes y rutas inexistentes- y demasiada miseria como para que pueda resultar indiferente tamaña impunidad. Estoy comenzando a dudar de una antigua afirmación mía -“los jueces federales tienen mejor olfato que los más reputados perfumistas”- ya que, a esta altura, hubieran debido percibir que un regreso de Cristina Kirchner al poder resulta de todo punto de vista imposible.
Porque el peronismo todo grita que quiere saber de qué se trata. La permanencia de tanto tránsfuga en el escenario partidario, cambiando de sector y de fidelidad a cada rato, lo ha sumido en un profundo estupor, y los esfuerzos por una imposible unidad que realizan sus obsecuentes pequeños líderes se estrellan contra la presencia de permanente de los más repudiados, como Luis D’Elía, Gabriel Mariotto, Martín Sabbatella o Amado Boudou. Por lo demás, la indiscutida líder de ese “espacio”, que continúa siendo la dueña del látigo y de la lapicera, no hace más que contribuir a la dispersión, en una conocida película que ya hemos visto mil veces y lleva por título “sálvese quien pueda”, con los intendentes como actores principales.
El jueves próximo podremos celebrar que, después de doscientos siete años desde aquél 25 de mayo fundacional y pese a nuestros ingentes esfuerzos suicidas, aún la Argentina sobreviva. No es poco, pero tratemos de no terminar nuestra insana e inexplicable autodestrucción como país. Mientras tanto, también nosotros gritemos: ¡Viva la Patria!
Enrique Guillermo Avogadro
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PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 20, 2017