“La universidad gratuita es la universidad del privilegio”.
Andrés Cisneros
El verano, y la posibilidad de ignorar por un rato la complicada realidad, me permiten dedicar mi nota semanal, una vez más, a formular propuestas concretas para modificar antiguas taras que la sociedad argentina ha conseguido acumular sobre sí misma, a costa de sacrificar su futuro y pagar -los registrados- una de las tasas impositivas más altas del mundo.
Precisamente ahora se cumplen cien años de la Reforma Universitaria que, quizás justificada en su origen, sigue afectando negativamente a la educación superior pública nacional, a un costo sideral y sin servir al país, como debiera. En pleno siglo XXI, inmersos en un mundo cada vez más competitivo y tecnificado, los resultados que ofrece la perpetuación de ideas obsoletas no pueden ser más explícitos.
Según una nota que publicó Infobae, sobre datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, en 2016 se graduaron en carreras sociales 34.000 alumnos, mientras que recibieron su título de ingenieros, en todas las especialidades, 8303. Las cifras correspondientes a algunas de las carreras obviamente claves para el desarrollo nacional ilustran más aún acerca de ese gravoso problema: se recibieron sólo 13 ingenieros metalúrgicos, 44 petroleros, 23 hidráulicos, 23 mineros, 7 nucleares y 58 aeronáuticos.
La fotografía actual de la universidad pública nos permite avanzar sobre esa realidad desde varios ángulos totalmente disímiles: la farsa que implica sostener que la gratuidad equivale a igualdad, el disparate del ingreso irrestricto, la falta de políticas de Estado en materia de indispensable planificación en función de las prioridades nacionales.
Un simple razonamiento basta para confirmar el primer aserto. ¿Significa el mismo esfuerzo estudiar para un hijo de la clase media, cuyos padres pueden mantenerlo, que para quien proviene de una familia obrera, que necesita del propio trabajo del universitario para subsistir?, ¿lo es para quien llega a la facultad en su automóvil o vive muy cerca de ella que quien debe viajar en medios públicos durante horas para llegar a clase?
Desde otro ángulo, todos sabemos que la universidad pública se sostiene con el aporte del Tesoro cuyas arcas, a su vez, provienen de los impuestos que pagamos todos. ¿Es justo que los más pobres soporten con su diario esfuerzo su costo cuando no tiene exigencias de ningún tipo y a la cual sus hijos no podrán asistir?
La vigente Ley Federal de Educación, al prohibir la difusión pública de las evaluaciones de establecimientos educativos de niveles secundario y universitario, iguala hacia abajo, porque impide la sana competencia basada en la calidad y en la calificación de los títulos que otorga cada uno.
En la Argentina, como bien dice Alieto Guadagni, el promedio de permanencia en los claustros de estudiantes de carreras con curricula de cinco años, es siete y, a diferencia de todos nuestros vecinos, la universidad pública sólo gradúa veintidós de cada cien ingresantes. Ese estiramiento artificial de la vida universitaria genera, naturalmente, mayores gastos en salarios docentes y no docentes, en infraestructura, en medios para la investigación, etc., todo lo cual recae sobre las espaldas de la población en general, inclusive de aquellos sectores cuyo único consumo son los alimentos de primera necesidad, gravados con el IVA.
Mi propuesta, reiterada en notas y publicaciones antiguas, es muy simple. Se trata de establecer -se dispone de los medios informáticos para hacerlo- cuántos nuevos graduados de cada una de las disciplinas necesitará el país a cinco años vista. Basta, para hacerlo, con introducir en una computadora la información que suministren las empresas y el sector público, incluyendo a los potenciales inversores que se acerquen.
Con el resultado de esa investigación, se constituiría un primer cupo de ingresantes a la universidad pública. Para formar parte de él, los estudiantes deberían rendir un examen de ingreso muy exigente -en matemáticas, lengua, ciencias y ciencias sociales- y mantener el nivel de excelencia durante toda la carrera, comprobado mediante pruebas semestrales. A los miembros de ese primer cupo, obviamente, no sólo no se les cobraría matrícula alguna sino que, por el contrario, se les prestaría el equivalente a un sueldo razonable, que les permitiera inclusive mantener a su familia durante todos sus estudios. Como es obvio, quienes lograran graduarse integrando ese primer cupo encontrarían una clara salida laboral, ya que tanto el Estado cuanto las empresas los buscarían afanosamente.
Luego, crear un segundo cupo que tuviera en cuenta la capacidad física de cada una de las facultades. Ese segundo cupo, es decir aquellos que sean extranjeros no residentes u opten por carreras que el país no necesitará -y, por ende, es injusto que deba soportar- y por quienes no hubieran logrado el nivel de excelencia requerido para el primero, debería pagar para estudiar. Así de simple: si quieres hacerlo, báncalo tú. Las facultades más afectadas serían, claro, las de Derecho y Psicología, ya que es absolutamente excesivo el número de profesionales que surgen hoy de las mismas y, por ello, no encuentran en el mercado de trabajo una fácil inserción.
Incorporaría, además, a esas normas una ley que impusiera a la administración estatal la obligación de contratar, como consultora externa, a la universidad pública, y pagar los honorarios correspondientes. Veamos qué efectos produciría la solución propuesta: en primer término, egresarían mejores graduados, y el país dispondría de profesionales excelentes en las disciplinas más indispensables; además, impediría la permanencia del “estudiante crónico”, ese al cual el bajo nivel de exigencia en materia de materias aprobadas por año le permite permanecer en los claustros por muchos años, incordiando a los alumnos más esforzados.
Con el producido de las matrículas pagadas por los integrantes del segundo cupo, más los honorarios que la universidad generaría por sus servicios de consultoría externa, se formaría un interesante presupuesto propio, que permitiría otorgar los préstamos a los del primero, mejorar sensiblemente los salarios docentes e invertir en infraestructura y en medios de investigación. Al pagar mejores salarios, se incrementaría la vocación por la enseñanza y, así, el círculo virtuoso se cerraría con el nivel de excelencia en los claustros docentes.
Por supuesto, se debería actuar simultáneamente sobre la educación secundaria, ya que gran parte de los problemas que aparecen allí: las pruebas Aprender 2016 mostraron que el 80% de los que egresan de las escuelas públicas tienen enormes dificultades para resolver problemas matemáticos y escasa comprensión de textos.
Si hiciéramos esto, la educación recuperará su condición de verdadero faro capaz de iluminar el futuro del país, dejando de ser el miserable fanal que sólo permite ver la escalera descendente en la que estamos embretados.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 E.mail: ega1@avogadro.com.ar
Entiendo que Edu es un joven valiente que ha comenzado a cabalgar las olas de internet con interesantes videos donde expresa su opinión. Hasta ahora, debo admitirlo, he visto uno, por lo cual desconozco su ideología o propósito final. Sí llama la atención que en su proptesta no ha modificado datos, fechas o nombres. No ha necesitado agregar una coma para destrozar -al menos en este tópico- al famoso relato Kirchnerista. Edu se cansó de la manipulación de los maestros mostrandonos a aquellos docentes-patriotas de frontera o de las junglas, que como la mayoría de los que trabajan, deben costear hasta útiles para sus alumnos, por una remuneración con la cual no llegarán a fin de mes, y también dijo Basta!. (Fabian Kussman. Marzo 1, 2017)
Los primeros cien días de Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca despertarán un halo de confianza o una sombra de dudas en la población americana. Son sus diez puntos primordiales, pero hay otros que tan importantes y de los que mucho no se conoce.
A partir de enero de 2017, los republicanos tomarán las riendas del 66% de las Cámaras Legislativas estatales, un récord histórico. El Partido Republicano controlará ambas cámaras legislativas en 32 estados, otro hito máximo de todos los tiempos; Lo mismo es cierto (Suceso fidedigno) para los demócratas que reinaran en sólo 13 estados. Los republicanos tendrán 33 gobernaciones por primera vez desde 1923 y en 25 de estos estados tienen una trifecta con el dominio del poder ejecutivo y de ambas cámaras legislativas.
Estos nuevos líderes republicanos a nivel estatal ciertamente tomarán decisiones importantes sobre las escuelas de los Estados Unidos en los próximos años.
Mientras que los Estados examinarán, escribirán, promocionarán y aprobarán las leyes que afectan directamente la financiación y organización de las escuelas de Estados Unidos, Trump y sus asesores configurarán su agenda en el panorama nacional para abogar por esos programas a nivel estatal. El vicepresidente electo Mike Pence, por ejemplo, podría alentar a los estados a expandirse en las iniciativas que encabezó como gobernador de Indiana. Estos incluyen nuevos procedimientos para medir el crecimiento de los estudiantes -a través de eventos como exámenes y pruebas- y para hacer que los maestros rindan cuentas y deban redacten informes reales por el rendimiento de los estudiantes.
Con los recortes de impuestos, una gran promesa de campaña a nivel nacional y estatal, se cree que los estados tendrán menos dinero para gastar en las escuelas. La idea del presidente electo es que los Estados tendrán que encontrar maneras creativas de financiar sus prioridades de educación.
Y menos dinero para la educación es probable que signifique aún más conflicto sobre la asignación de recursos. Muchas personas del área educativa predicen que las ciudades y los centros urbanos, en particular, sufrirán. En el pasado, el gobierno federal presionó a los estados para asegurarse de que los fondos se distribuyeran de manera justa. Sin esa presión, los nuevos líderes republicanos que ayudarán a escribir las fórmulas de financiamiento para sus estados podrían dar menos a las ciudades y más a las áreas con mayor número de votantes republicanos. Esta última es una “premonición” que viene desde el ala demócrata, una segunda visión habla de escuelas que tengan mayor evolución, podrían ser premiadas con más financiamiento. Sueno cruel, pero para arrojar un ejemplo futbolero, el equipo que más diferencia de puntos tenga entre el pasado y el presente torneo, será el más premiado.
Hasta ahora, en el país del norte, se ven reflejados los resultados de lo que en el pasado se llamó “No kid left behind”, que pugnaba por no dejar atrasado (En grados escolares) a niños que no alcanzaban buenas notas. En frío, un niño con mala conducta o pobres notas, “pasaba” de grado como lo hacía el alumno o la alumna con “Straight A’s” (todas “A” o todo 10) en su boletín. El mismo premio. Parece duro. Lo es. Pero ese niño sale al mundo real y su rostro rebotará contra las manos de los entrevistadores de Recursos Humanos de muchas empresas. Muchos expertos indican que premiar a un mal alumno con el mismo trofeo que a un buen alumno es un inconveniente para el primero al encontrar la vida adulta. La idea es que Maestros, Padres y Alumnos tomen realmente la responsabilidad de preparar a los niños y evitar el lamento posterior.
Cuando éramos chicos y corríamos carreras. Al más chico lo poníamos varios pasos adelante. Le dábamos cancha. Tantos más pasos cuando más chico era el corredor.Así es la vida del minusválido, necesita, tienen derecho a varios o muchos pasos adelante de los otros para correr en igualdad de condiciones.No le concedemos nada, reconocemos en ellos un derecho elemental de los más elementales de los derechos humanos.Para poder ganarse la vida, el ciego, el amputado, el débil mental por cualquier causa, el sordo, el mudo, requieren muchos pasos de ventaja.Puede un sordo, un mudo, un ciego manejar una computadora? Pues enseñémosle y que lo hagan como el mejor, con orgullo, pero enseñémosle.No quieren limosna, no quieren favores, quieren ejercer el derecho elemental a trabajar. Quieren ser capaces de sostenerse a si mismos y sostener una familia.Digo computadora como podría decir mil cosas distintas. Desde traducir Braile a estudiar una carrera independiente.Desde música a artesanías pasando por distintos profesorados. Cuando tenemos el problema en casa recién reaccionamos. Cuánto cuesta una operación de ojos o de oído o de cerebro, cuanto cuesta una pierna ortopédica o una silla de rueda especial?Conocemos a genios que se levantaron sobre sus disminuciones físicas o mentales por que tuvieron los medios para hacerlo.A cuanto de ellos perdemos, desperdiciamos?De cuantos cerebros nos privamos?Nos es caridad, es obligación la de velar por ellos, como por los niños y las madres necesitadas y los ancianos. No creo que Dios justifique a un pueblo que olvida a los débiles.
Excelentísimo Señor Presidente de la Nación Argentina Ingeniero Mauricio Macri
La Pobreza cero es posible y si la coordinamos con la Doble Escolaridad obligatoria es garantía de tener una sociedad más segura y Justa.
Soy educadora; operé como Productora de televisión en el país y el extranjero y a los 65 años solo ambiciono como usted ver esta República en el podio de las grandes naciones.
Sabemos que quien delinque por hambre carece de sus necesidades mínimas satisfechas: la comida es la principal. Pensemos en re-direccionar la inversión social.
Cada ciudadano argentino mayor de 18 años y hasta su edad jubilatoria, podría recibir un fondo económico fijo. Mientras produzca formará parte de su salario y lo financiará el empleador, pero cuando por algún motivo deje de hacerlo, el mismo podría ser aportado por el Estado. Hablamos de un ingreso fijo al que denominaremos “Cuota alimentaria”. Los demás bienes que se requiera para vivir siempre deberán ser fruto de un trabajo.
Aquella persona que decidiese transgredir el sistema, sabrá que al ser detenida y juzgada perderá ese derecho a la alimentación básica, y deberá trabajar gratis para retribuir al Estado “las molestias ocasionadas”. Cuando hayan cumplido su pena, retornarán a la sociedad capacitados con un oficio y podrían volverá a cobrar su “cuota alimentaria“ si su conducta así lo demostrase.
Con un Sistema Educativo en el que se cumpla la doble jornada que incluya los días sábados con otras actividades, se garantizarían 313 días hábiles de actividades cognitivas, culturales y deportivas. Niños y adolecentes entre los cuatro y 17 años, no solo se capacitarán para el futuro, si no que tendrán cubierta y supervisada, su salud y alimentación. Al igual que en Estados Unidos, la presencia de alguno de ellos en la calle será motivo de la intervención del Estado a través de los órganos que se determine para ello. Se le sacaría al Narcotráfico los niños y adolescentes.
¿No hay tiempo, ni recursos para hacer rápidamente edificios? Al igual que en Japón, los niños pueden tomar su desayuno, almuerzo y merienda en sus propios escritorios escolares (en forma de viandas) Solo necesitamos la creación de campos deportivos, ya que en verano la Escuela se convierte en Colonia de vacaciones obligatoria.
Las inversiones, sin Justicia van a tardar en llegar. Espero que no le incomode mi franqueza.
Agradezco la lectura de esta inquietud . Solo deseo para usted y nuestra Patria, lo mejor.
Fiel y Estúpida
“La universidad gratuita es la universidad del privilegio”.
Andrés Cisneros
El verano, y la posibilidad de ignorar por un rato la complicada realidad, me permiten dedicar mi nota semanal, una vez más, a formular propuestas concretas para modificar antiguas taras que la sociedad argentina ha conseguido acumular sobre sí misma, a costa de sacrificar su futuro y pagar -los registrados- una de las tasas impositivas más altas del mundo.
Precisamente ahora se cumplen cien años de la Reforma Universitaria que, quizás justificada en su origen, sigue afectando negativamente a la educación superior pública nacional, a un costo sideral y sin servir al país, como debiera. En pleno siglo XXI, inmersos en un mundo cada vez más competitivo y tecnificado, los resultados que ofrece la perpetuación de ideas obsoletas no pueden ser más explícitos.
Según una nota que publicó Infobae, sobre datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, en 2016 se graduaron en carreras sociales 34.000 alumnos, mientras que recibieron su título de ingenieros, en todas las especialidades, 8303. Las cifras correspondientes a algunas de las carreras obviamente claves para el desarrollo nacional ilustran más aún acerca de ese gravoso problema: se recibieron sólo 13 ingenieros metalúrgicos, 44 petroleros, 23 hidráulicos, 23 mineros, 7 nucleares y 58 aeronáuticos.
La fotografía actual de la universidad pública nos permite avanzar sobre esa realidad desde varios ángulos totalmente disímiles: la farsa que implica sostener que la gratuidad equivale a igualdad, el disparate del ingreso irrestricto, la falta de políticas de Estado en materia de indispensable planificación en función de las prioridades nacionales.
Un simple razonamiento basta para confirmar el primer aserto. ¿Significa el mismo esfuerzo estudiar para un hijo de la clase media, cuyos padres pueden mantenerlo, que para quien proviene de una familia obrera, que necesita del propio trabajo del universitario para subsistir?, ¿lo es para quien llega a la facultad en su automóvil o vive muy cerca de ella que quien debe viajar en medios públicos durante horas para llegar a clase?
Desde otro ángulo, todos sabemos que la universidad pública se sostiene con el aporte del Tesoro cuyas arcas, a su vez, provienen de los impuestos que pagamos todos. ¿Es justo que los más pobres soporten con su diario esfuerzo su costo cuando no tiene exigencias de ningún tipo y a la cual sus hijos no podrán asistir?
La vigente Ley Federal de Educación, al prohibir la difusión pública de las evaluaciones de establecimientos educativos de niveles secundario y universitario, iguala hacia abajo, porque impide la sana competencia basada en la calidad y en la calificación de los títulos que otorga cada uno.
En la Argentina, como bien dice Alieto Guadagni, el promedio de permanencia en los claustros de estudiantes de carreras con curricula de cinco años, es siete y, a diferencia de todos nuestros vecinos, la universidad pública sólo gradúa veintidós de cada cien ingresantes. Ese estiramiento artificial de la vida universitaria genera, naturalmente, mayores gastos en salarios docentes y no docentes, en infraestructura, en medios para la investigación, etc., todo lo cual recae sobre las espaldas de la población en general, inclusive de aquellos sectores cuyo único consumo son los alimentos de primera necesidad, gravados con el IVA.
Mi propuesta, reiterada en notas y publicaciones antiguas, es muy simple. Se trata de establecer -se dispone de los medios informáticos para hacerlo- cuántos nuevos graduados de cada una de las disciplinas necesitará el país a cinco años vista. Basta, para hacerlo, con introducir en una computadora la información que suministren las empresas y el sector público, incluyendo a los potenciales inversores que se acerquen.
Con el resultado de esa investigación, se constituiría un primer cupo de ingresantes a la universidad pública. Para formar parte de él, los estudiantes deberían rendir un examen de ingreso muy exigente -en matemáticas, lengua, ciencias y ciencias sociales- y mantener el nivel de excelencia durante toda la carrera, comprobado mediante pruebas semestrales. A los miembros de ese primer cupo, obviamente, no sólo no se les cobraría matrícula alguna sino que, por el contrario, se les prestaría el equivalente a un sueldo razonable, que les permitiera inclusive mantener a su familia durante todos sus estudios. Como es obvio, quienes lograran graduarse integrando ese primer cupo encontrarían una clara salida laboral, ya que tanto el Estado cuanto las empresas los buscarían afanosamente.
Luego, crear un segundo cupo que tuviera en cuenta la capacidad física de cada una de las facultades. Ese segundo cupo, es decir aquellos que sean extranjeros no residentes u opten por carreras que el país no necesitará -y, por ende, es injusto que deba soportar- y por quienes no hubieran logrado el nivel de excelencia requerido para el primero, debería pagar para estudiar. Así de simple: si quieres hacerlo, báncalo tú. Las facultades más afectadas serían, claro, las de Derecho y Psicología, ya que es absolutamente excesivo el número de profesionales que surgen hoy de las mismas y, por ello, no encuentran en el mercado de trabajo una fácil inserción.
Incorporaría, además, a esas normas una ley que impusiera a la administración estatal la obligación de contratar, como consultora externa, a la universidad pública, y pagar los honorarios correspondientes. Veamos qué efectos produciría la solución propuesta: en primer término, egresarían mejores graduados, y el país dispondría de profesionales excelentes en las disciplinas más indispensables; además, impediría la permanencia del “estudiante crónico”, ese al cual el bajo nivel de exigencia en materia de materias aprobadas por año le permite permanecer en los claustros por muchos años, incordiando a los alumnos más esforzados.
Con el producido de las matrículas pagadas por los integrantes del segundo cupo, más los honorarios que la universidad generaría por sus servicios de consultoría externa, se formaría un interesante presupuesto propio, que permitiría otorgar los préstamos a los del primero, mejorar sensiblemente los salarios docentes e invertir en infraestructura y en medios de investigación. Al pagar mejores salarios, se incrementaría la vocación por la enseñanza y, así, el círculo virtuoso se cerraría con el nivel de excelencia en los claustros docentes.
Por supuesto, se debería actuar simultáneamente sobre la educación secundaria, ya que gran parte de los problemas que aparecen allí: las pruebas Aprender 2016 mostraron que el 80% de los que egresan de las escuelas públicas tienen enormes dificultades para resolver problemas matemáticos y escasa comprensión de textos.
Si hiciéramos esto, la educación recuperará su condición de verdadero faro capaz de iluminar el futuro del país, dejando de ser el miserable fanal que sólo permite ver la escalera descendente en la que estamos embretados.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02
Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 27, 2018
Edu y la educación: Basta!
Entiendo que Edu es un joven valiente que ha comenzado a cabalgar las olas de internet con interesantes videos donde expresa su opinión. Hasta ahora, debo admitirlo, he visto uno, por lo cual desconozco su ideología o propósito final. Sí llama la atención que en su proptesta no ha modificado datos, fechas o nombres. No ha necesitado agregar una coma para destrozar -al menos en este tópico- al famoso relato Kirchnerista. Edu se cansó de la manipulación de los maestros mostrandonos a aquellos docentes-patriotas de frontera o de las junglas, que como la mayoría de los que trabajan, deben costear hasta útiles para sus alumnos, por una remuneración con la cual no llegarán a fin de mes, y también dijo Basta!. (Fabian Kussman. Marzo 1, 2017)
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 1, 2017
La Política Educativa en USA bajo el Mundo Trump
Los primeros cien días de Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca despertarán un halo de confianza o una sombra de dudas en la población americana. Son sus diez puntos primordiales, pero hay otros que tan importantes y de los que mucho no se conoce.
A partir de enero de 2017, los republicanos tomarán las riendas del 66% de las Cámaras Legislativas estatales, un récord histórico. El Partido Republicano controlará ambas cámaras legislativas en 32 estados, otro hito máximo de todos los tiempos; Lo mismo es cierto (Suceso fidedigno) para los demócratas que reinaran en sólo 13 estados. Los republicanos tendrán 33 gobernaciones por primera vez desde 1923 y en 25 de estos estados tienen una trifecta con el dominio del poder ejecutivo y de ambas cámaras legislativas.
Estos nuevos líderes republicanos a nivel estatal ciertamente tomarán decisiones importantes sobre las escuelas de los Estados Unidos en los próximos años.
Mientras que los Estados examinarán, escribirán, promocionarán y aprobarán las leyes que afectan directamente la financiación y organización de las escuelas de Estados Unidos, Trump y sus asesores configurarán su agenda en el panorama nacional para abogar por esos programas a nivel estatal. El vicepresidente electo Mike Pence, por ejemplo, podría alentar a los estados a expandirse en las iniciativas que encabezó como gobernador de Indiana. Estos incluyen nuevos procedimientos para medir el crecimiento de los estudiantes -a través de eventos como exámenes y pruebas- y para hacer que los maestros rindan cuentas y deban redacten informes reales por el rendimiento de los estudiantes.
Con los recortes de impuestos, una gran promesa de campaña a nivel nacional y estatal, se cree que los estados tendrán menos dinero para gastar en las escuelas. La idea del presidente electo es que los Estados tendrán que encontrar maneras creativas de financiar sus prioridades de educación.
Y menos dinero para la educación es probable que signifique aún más conflicto sobre la asignación de recursos. Muchas personas del área educativa predicen que las ciudades y los centros urbanos, en particular, sufrirán. En el pasado, el gobierno federal presionó a los estados para asegurarse de que los fondos se distribuyeran de manera justa. Sin esa presión, los nuevos líderes republicanos que ayudarán a escribir las fórmulas de financiamiento para sus estados podrían dar menos a las ciudades y más a las áreas con mayor número de votantes republicanos. Esta última es una “premonición” que viene desde el ala demócrata, una segunda visión habla de escuelas que tengan mayor evolución, podrían ser premiadas con más financiamiento. Sueno cruel, pero para arrojar un ejemplo futbolero, el equipo que más diferencia de puntos tenga entre el pasado y el presente torneo, será el más premiado.
Hasta ahora, en el país del norte, se ven reflejados los resultados de lo que en el pasado se llamó “No kid left behind”, que pugnaba por no dejar atrasado (En grados escolares) a niños que no alcanzaban buenas notas. En frío, un niño con mala conducta o pobres notas, “pasaba” de grado como lo hacía el alumno o la alumna con “Straight A’s” (todas “A” o todo 10) en su boletín. El mismo premio. Parece duro. Lo es. Pero ese niño sale al mundo real y su rostro rebotará contra las manos de los entrevistadores de Recursos Humanos de muchas empresas. Muchos expertos indican que premiar a un mal alumno con el mismo trofeo que a un buen alumno es un inconveniente para el primero al encontrar la vida adulta. La idea es que Maestros, Padres y Alumnos tomen realmente la responsabilidad de preparar a los niños y evitar el lamento posterior.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 22, 2016
UNOS PASOS ADELANTE…
REFLEXIÓN
Cuando éramos chicos y corríamos carreras. Al más chico lo poníamos varios pasos adelante. Le dábamos cancha. Tantos más pasos cuando más chico era el corredor. Así es la vida del minusválido, necesita, tienen derecho a varios o muchos pasos adelante de los otros para correr en igualdad de condiciones. No le concedemos nada, reconocemos en ellos un derecho elemental de los más
elementales de los derechos humanos. Para poder ganarse la vida, el ciego, el amputado, el débil mental por cualquier causa, el sordo, el mudo, requieren muchos pasos de ventaja. Puede un sordo, un mudo, un ciego manejar una computadora? Pues enseñémosle y que lo hagan como el mejor, con orgullo, pero enseñémosle. No quieren limosna, no quieren favores, quieren ejercer el derecho elemental a trabajar. Quieren ser capaces de sostenerse a si mismos y sostener una familia. Digo computadora como podría decir mil cosas distintas. Desde traducir Braile a estudiar una carrera independiente. Desde música a artesanías pasando por distintos profesorados. Cuando tenemos el problema en casa recién reaccionamos. Cuánto cuesta una operación de ojos o de oído o de cerebro, cuanto cuesta una pierna ortopédica o una silla de rueda especial? Conocemos a genios que se levantaron sobre sus disminuciones físicas o mentales por que tuvieron los medios para hacerlo. A cuanto de ellos perdemos, desperdiciamos? De cuantos cerebros nos privamos? Nos es caridad, es obligación la de velar por ellos, como por los niños y las madres necesitadas y los ancianos. No creo que Dios justifique a un pueblo que olvida a los débiles.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón.
PROPUESTA DE UNA CIUDADANA POR UN MAÑANA MEJOR
Por Teresa Figari
Excelentísimo Señor Presidente de la Nación Argentina Ingeniero Mauricio Macri
La Pobreza cero es posible y si la coordinamos con la Doble Escolaridad obligatoria es garantía de tener una sociedad más segura y Justa.
Soy educadora; operé como Productora de televisión en el país y el extranjero y a los 65 años solo ambiciono como usted ver esta República en el podio de las grandes naciones.
Sabemos que quien delinque por hambre carece de sus necesidades mínimas satisfechas: la comida es la principal. Pensemos en re-direccionar la inversión social.
Cada ciudadano argentino mayor de 18 años y hasta su edad jubilatoria, podría recibir un fondo económico fijo. Mientras produzca formará parte de su salario y lo financiará el empleador, pero cuando por algún motivo deje de hacerlo, el mismo podría ser aportado por el Estado. Hablamos de un ingreso fijo al que denominaremos “Cuota alimentaria”. Los demás bienes que se requiera para vivir siempre deberán ser fruto de un trabajo.
Aquella persona que decidiese transgredir el sistema, sabrá que al ser detenida y juzgada perderá ese derecho a la alimentación básica, y deberá trabajar gratis para retribuir al Estado “las molestias ocasionadas”. Cuando hayan cumplido su pena, retornarán a la sociedad capacitados con un oficio y podrían volverá a cobrar su “cuota alimentaria“ si su conducta así lo demostrase.
Con un Sistema Educativo en el que se cumpla la doble jornada que incluya los días sábados con otras actividades, se garantizarían 313 días hábiles de actividades cognitivas, culturales y deportivas. Niños y adolecentes entre los cuatro y 17 años, no solo se capacitarán para el futuro, si no que tendrán cubierta y supervisada, su salud y alimentación. Al igual que en Estados Unidos, la presencia de alguno de ellos en la calle será motivo de la intervención del Estado a través de los órganos que se determine para ello. Se le sacaría al Narcotráfico los niños y adolescentes.
¿No hay tiempo, ni recursos para hacer rápidamente edificios? Al igual que en Japón, los niños pueden tomar su desayuno, almuerzo y merienda en sus propios escritorios escolares (en forma de viandas) Solo necesitamos la creación de campos deportivos, ya que en verano la Escuela se convierte en Colonia de vacaciones obligatoria.
Las inversiones, sin Justicia van a tardar en llegar. Espero que no le incomode mi franqueza.
Agradezco la lectura de esta inquietud . Solo deseo para usted y nuestra Patria, lo mejor.
Teresa Figari