La Familia Milani sale a morder a enemigos y a ex amigos en las redes sociales, casi descubriendo una saga de traiciones cruzadas que aún no quieren ampliar en su totalidad.
[two_third padding=”0 30px 0 0″]
El arresto del ex jefe del Ejército, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, por una causa por torturas y secuestros durante el último gobierno de facto, es un golpe duro para su familia, quienes son los que siempre sufren más. Esta se encontró muy participativa en las redes sociales, rugiendo y mordiendo a quienes consideran sus enemigos y ex amigos. Ana María Waite, al leer las declaraciones de Elisa Carrió en los medios (“Se demuestra que Cristina Kirchner tuvo como jefe del Ejército a un genocida”), tiró el primer tarascón:
“Gorda mentirosa, psicópata e HDP. Ya quisieras tener la nobleza y la inocencia del Gral Milani !!!” escribió en una de sus cuentas de redes sociales. Intentamos encontrar a otro General Milani en las filas de las Fuerzas Armadas pero, hasta donde alcanzamos, no logramos detectarle. Lejos quedaron los tiempos en donde el General caído en desgracia intentaba aliarse a Carrió y a Macri.
También María Julieta, hija del matrimonio Milani-Waite, salió a masticar ex amigos de la vida. Juan Cabandié -un ejemplo de ciudadanía kirchnerista- había señalado que: “Milani está detenido gracias a la política de derechos humanos de Cristina y de Néstor Kirchner” y lo dijo sin reirse, hasta lo que alcanzamos a investigar.
“Es deplorable que ciertas personas del anterior gobierno, como Juan Cabandié, salgan diciendo que apoyan el circo montado (Héctor) Magnetto y el actual gobierno corrupto respecto de la detención de mi papá, y se adjudiquen tal circo como una victoria ganada en materia de derechos humanos. ¿Triste no? Deplorable que, como dije antes, ensucien la verdadera lucha con mentiras e injusticias”, afirmó María Julieta Milani. Por anterior gobierno, se refería al de Vamos por Todo, tan Nac & Pop.
La morada de Milani en sus épocas de exitoso militar/político
La morada de Milani hoy, como militar/político retirado
Al enemigo caído no se le pega. Creo que se le asestó muy tibiamente algunas bofetadas mientras Cesar Santos Gerardo del Corazón de Jesús era el enemigo, estaba erguido y era miembro del movimiento Nacional y Popular. Ahora bien, ¿de qué se le acusa a Milani? ¿Es ya uno más de los tantos oprimidos por una justicia militante, que supiera cubrirlo y ya lo traicionó? La acusación máxima es el honor. Este hombre, quien solo dignificaba el uniforme cuando se lo sacaba, se plegó a una agrupación criminal que -por unos centavos… trillones de centavos- apoderándose de las libertades civiles de ex uniformados, les arrojó a cárceles con pruebas inexistentes. Es allí, ahora en desgracia, donde Milani debe fijar su atención y demostrar su carácter, ya que es en las situaciones difíciles donde aflora. Después de venderse a la delincuencia, no creo que pueda volver a ser un camarada militar, aunque por su propio beneficio, tampoco volverá a ser un compañero kirchnerista.
Hace muchos años supe y conocí a un gordito, comedor de asado regado con buen vino, simpatiquísimo, siempre sonriente y de muy buen carácter. Sabía numerosísimos chistes, imitaciones y salidas picarescas que intercalaba sabiamente en cualquier conversación, para deleite de todos aquellos que lo conocían. Todos lo amaban, frecuentaban, invitaban y por sobre todo manifestaban lo buena persona que era. Como comúnmente se dice, era el “más popular del barrio”. Cuando murió su sepelio fue un éxito por la gran cantidad de personas que concurrieron al mismo, condoliéndose hasta las lágrimas. ¡Ah! falta un detalle este “gordito” era un terrible, peligrosísimo y sanguinario asesino, que por su habilidad e inteligencia nunca pagó por sus acciones.
HASTA EL FÍN DE SUS DÍAS
Su persona y personalidad me sirvieron para llegar a la conclusión que como humanos vemos solo superficialmente al resto, somos fáciles de engañar y nos falla la forma de avaluar a quienes nos rodean o conocemos. La necesidad muchas veces nos hace creer en quien no es creíble, viendo atributos que no existen. Esto es muy bien aprovechado por los políticos que dependen del voto popular ya que saben que si logran “enamorar” a un votante esté lo seguirá hasta las proximidades del fin del mundo, a pesar de que con el tiempo se le noten sus “mentirillas y defectillos”. En el peor de los casos si se llegara a desencantar en forma total, ya será demasiado tarde y solo podrá decir como es costumbre “yo no lo voté”. Igual volverá a cometer el mismo error en las próximas elecciones. Así hasta el fin de sus días.
EL SILENCIO SIEMPRE EL SILENCIO
Esto ocurre una vez más con MAURICIO MACRI, y su equipo de colaboradores del CAMBIEMOS. En su caso las “mentirillas y defectillos” estaban casi a la vista. Con mi familia el 12 marzo del 2015, meses antes de ser electo presidente ya le habíamos escrito y como la gente “del vamos por todo”, su respuesta también fue el silencio. Luego a fines de mayo de ese mismo año, la Doctora ELISA CARRIO cuando mi esposa la entrevistó en Santa Teresita le expresó que MACRI sabiendo de los abusos en las causas de lesa humanidad tenía los equipos de gente para realizar una revisión de las mismas. A pesar de sonar la alarma de la incredulidad, promocionamos “al candidato”, mi familia en la calle y yo en la prisión. Así lastimosamente siguió pasando el bien más preciado que en menor cuantía nos va quedando, que es el tiempo. A la fecha le llevamos enviadas al presidente de no todos los argentinos, once cartas http://www.ar.dev3.greymatter.one/carta-abierta-al-presidente-macri y una importante y desesperada solicitada de mi cónyuge en Diario La Nación el 31 de marzo de 2016, http://www.ar.dev3.greymatter.one/la-nacion-solicitada-marzo-2016, cuando yo llevaba adelante una huelga de hambre.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Nunca hubo respuesta. Durante este gobierno ya murieron 50 prisioneros en cautiverio. La gente para la revisión de las causas no apareció. En diciembre, mi hijo entrevistó a la Doctora CARRIÓ en Miami, pero es otra historia, que dejaremos para más adelante. Muchos prisioneros y sus familiares siguen bajo el “enamoramiento” de este candidato. Otros están entre la espada y la pared y seguramente lo seguirán votando ya que de lo contrario vuelven los que se fueron. Con mi esposa ya no más, porque mintió, nos traicionó y consideramos que ya estamos muertos. Si bien como en el caso del peligroso asesino del pasado yo lo sabía, la necesidad de creer lo no creíble se impuso por sobre la verdad.
“En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote”.
La diputada nacional Elisa Carrió (CC-ARI) amplió ayer miércoles 28 de diciembre su denuncia penal en los Tribunales Federales de Comodoro Py contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Luis Lorenzetti, y solicitó que se investigue a la mutual “Pyme Rural”, que integrarían el juez, familiares y socios suyos. La legisladora sostuvo en la presentación que la mutual presuntamente habría llevado adelante operaciones de cambio de cheques entre la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) y los clubes Sportivo Ben Hur, Atlético 9 de Julio, Sportivo Belgrano y la mutual Club SP Ben Hur. Elisa Carrió sostuvo que “Según he podido saber, el 54 por ciento del padrón de asociados de la mutual Pyme Rural se asociaron el mismo día: 15 de mayo del 2015″, y enumeró que entre los socios figuran el titular de la Corte y su hermana Susana Graciela Lorenzetti ; su hija Lucia Lorenzetti ; su hijo Franco Miguel Lorenzetti; y su ex esposa Analía Cortassa.
La diputada le pidió a la juez Servini que se solicite al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social todos los expedientes que versen en dicha institución respecto de las actividades de la mutual y a la Unidad de Información Financiera (UIF), los Reportes de Operaciones Sospechosas que haya recibido respecto de las actividades de la cooperativa”.
Personalmente no tengo una buena impresión sobre Carrió. Creo que es una persona inestable emocionalmente, oportunista y ególatra. Tampoco creo su “numerito” de fiscal de la República ni su tan cacareada honestidad.
Es difícil transmitir a quien no es abogado la obscenidad que constituyó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Su nulidad significó el puntapié inicial para el festival de juicios mal llamados de “lesa humanidad”. Las leyes de OD y PF habían sido aprobadas por ambas cámaras del Congreso Nacional, promulgadas por el Ejecutivo y declaradas constitucionales por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en doce oportunidades (dieciséis sumando por separado cada una) y no podían ser anuladas. Podrían, tal vez, derogarse pero nunca anular sus efectos en forma retroactiva. Se anula un acto jurídico que no se realizó en la debida forma, con los mínimos elementos constitutivos del acto. Por ejemplo, una sentencia que no es firmada por el juez es nula. Carece del elemento mínimo que es la convalidación del juez natural.
No pasó esto con las leyes que no sólo existieron sino que se aplicaron reiteradas veces. La Corte Suprema de Justicia que es la encargada del control de legalidad nunca detectó ningún defecto ni nadie lo denunció. Simplemente, hubo “voluntad política” de condenar y para ello se realizó el primer gran zaffarrancho legal que fue la anulación de leyes.
Carrió, que es abogada, fue una de las espadas que llevó adelante este mamarracho. Sinceramente dudo que lo haya hecho por convicción política puesto que fue funcionaria del Proceso, fiscal en el Chaco. Durante su desempeño ocurrió lo que se denominó la “masacre de Margarita Belén” por la que está presa injustamente mucha gente. Carrió pudo investigar la supuesta “masacre” y no lo hizo. Por situaciones similares a la suya hay fiscales y jueces presos. Cuando se la interpeló por este asunto afirmó que en realidad no era fiscal, que era empleada de la fiscalía y que el motivo por el que trabajó para el Proceso fue “que necesitaba una obra social porque estaba enferma, porque sino ME-MO-RÍA”, remarcando cada sílaba. No “memoria”, “me moría”. Misteriosamente el decreto de su nombramiento desapareció.
La he conocido personalmente en un coloquio que organizó en su fundación Hannah Arendt, donde reunió para dialogar sobre la problemática de los 70 a Graciela Fernández Meijide, Victoria Villarruel, Arturo Larrabure. Puede verse el video Carrió en esta página :
Allí hizo un largo y encendido discurso en favor de la legalidad y que ella se iba a encargar de revisar los procesos que estuvieran viciados. Esto fue en abril de 2015 y todavía no ha hecho nada. Viene diciendo lo mismo, con la misma oratoria convincente que caracteriza a los radicales históricos, desde el mismo momento en que comenzaron los circos judiciales.
Tengo una anécdota que no protagonicé yo sino una abogada de mi mayor confianza, miembro de Justicia y Concordia, la Dra. María Monguillot.
Carrió vivía en un departamento en Santa Fe y Paraná. Un departamento supuestamente cedido por “el partido”. Misteriosamente todas sus viviendas son prestadas o alquiladas pero esa es otra historia.
La Dra. Monguillot me comentó que siempre veía a Carrió en un café cercano a esa zona tomando el desayuno. Estábamos próximos a las PASO de 2013. María se le sentó de prepo en la mesa y comenzó a hablarle de los presos políticos que ella visitaba, de cómo sus vidas corrían riesgo por las condiciones extremas de detención en Marcos Paz, de la ilegalidad de los juicios, de la injusticia para los familiares. Carrió asentía con gesto de comprensión, afirmó que todo eso lo conocía muy bien y que estaba trabajando para revertir la situación, que se quedara tranquila, todo con la misma oratoria justiciera que la caracteriza.
María se despidió y Carrió le dejó un mensaje “mándeles, por favor, un besito a los detenidos en Marcos Paz”.
Estábamos próximos a las PASO, (lo dije?) y la “familia militar” engloba a dos millones de personas.
Era el año que Uruguay saludaba a José Mujica como su nuevo presidente. En Chile, Sebastián Peñeira sucedía a Michelle Bachelet. David Cameron era elegido Primer Ministro británico. La crisis griega amenazaba con ganar el resto de Europa. Santos ganaba de manera aplastante las elecciones en Colombia. grupo terrorista Tehrik e Talibán Pakistán comete el atentado más sangriento en el país con 103 muertos. En Brasil, Lula Da Silva se despedía de su sillón presidencial, mientras que en Argentina fallecía el autócrata Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández de Kirchner, mandataria del país en ese momento. Corría el año 2010 y fuera de ese entorno, un grupo de esposas de presos políticos mantenía una reunión con la doctora Elisa Carrió, más conocida como “Lilita”.
Entre estas mujeres, Ana Barreiro -una de las conductoras del programa radial “De Eso No Se Habla”-. Primero se consiguió una reunión con Conte Grand, con quien tuvieron lo que la señora Barreiro describe como una dura charla. El paso siguiente era encontrarse con Elisa Carrió. La fundadora de ARI las recibió en su sencillo departamento de la calle Santa Fe. “El lugar estaba muy bien decorado”, recuerda Barreiro “Había una imagen blanca, grande de la Virgen, que se destacaba en una biblioteca del fondo”. A las cuatro mujeres, se les sumó el doctor Alberto Solanet, miembro de Justicia y Concordia. Una secretaria les ofreció tomar asiento donde quisieran, excepto en un sofá cheslón que la dirigente luego ocuparía. Y ocuparía -rememora Ana Barreiro- luego de hacerse esperar.
“Ustedes saben quién soy yo?”, preguntó Elisa Carrió encendiendo un cigarrillo.
“Debido a que sabemos es que estamos acá”, fue la respuesta de la esposa del preso político Ernesto Barreiro.
“Yo trabajé y me encargué de que se anularan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. También lo redacté y publicité hasta que lo logramos…”
La señora de Barreiro la miró a los ojos y cuando encontró la mirada de la funcionaria, indagó sin indirectas:
“¿Qué pretendían con esto? Si ya los argentinos vivíamos en paz…
“Que paguen”
“¿Qué paguen? ¿Quienes? ¿Qué?”, arremetió Ana Barreiro.
“Los militares”, contestó Carrió. Luego de una pausa, comenzó a elaborar su explicación “Pero después se nos desmadró… Kirchner nos traicionó”.
“Ustedes, los políticos que consensuaron, apoyaron y financiaron la guerra antiterrorista… ¿Cómo van a solucionar esto?”, volvió a la carga Ana. En ese momento, los presos políticos en cautiverio eran 125 (Seis años más tarde han llegado a 387).
La señora de Barreiro evoca la batería de argumentos que estas damas esgrimieron hacia la diputada. Retiene en su memoria que la señora Carrió no supo devolver las estocadas. Permaneció muy callada.
Cuando el doctor Solanet arribó tuvo un fuerte intercambio de palabras con la dueña de casa acerca de la ilegalidad de los juicios a los cuales ex uniformados estaban siendo sometidos, finalizando con un debate sobre Santo Tomás -de quien al parecer el doctor Solanet es un experto y en el mirar a atrás de Ana, Carrió no lo sería tanto.
No fue buena la impresión que de Carrió han guardado estas mujeres en el álbum de las resonancias. Es pésima, para ser perfectamente honestos. A la hora de las despedidas, las cuatro damas le hicieron entrega de material informativo acerca de los prisioneros políticos con la idea de quedar en contacto. En su percepción (A falta de una mejor palabra), Ana cree que la doctora Carrió tiene un gran cargo de conciencia. Pese a que la reunión se tornó muy tensa, “quedaron en contacto con la chaqueña”.
En otra oportunidad, las esposas de los presos políticos fueron a verla a la fundación Hanna Arendt, en donde se llevó a cabo un debate entre la doctora Carrió, la señora Graciela Fernández Meijide, la doctora Victoria Villarruel y el señor Arturo C. Larrabure. En esa oportunidad, Ana Barreiro se dirigió al secretario de la diputada (Juan) para pedirle una reunión a concertar con abogados que están trabajando en favor de imputados y condenados por casos de mal llamados Lesa Humanidad, pero no obtuvo resultado alguno -pese a haber compartido charlas correctas cada vez que se encontraban en el barrio en el cual conviven-.
Ana comenta que “Nunca más las quiso recibir…”
Graciela Beatriz Macedra es hermana del preso político Carlos Macedra, un coronel retirado que hoy habita en las cárceles argentinas y también tuvo una experiencia con Elisa María Avelina Carrió y también ocurrió en una de las pausas del debate en el instituto Hanna Arendt cuyos disertantes eran la presidente del CELTYV, la doctora Villarruel, la señora Fernández Meijide, el señor Larrabure (Hijo del asesinado Argentino Del Valle Larrabure) y precisamente, la diputada argentina.
En ese entonces, la doctora Carrió manifestó que, entre otras consideraciones, la intención de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final era quitarles un peso a los militares. Graciela recuerda un largo silencio que ella misma quebró:
“…Y se los tiraste a los Lobos”
La doctora Carrió recogió el guante y solo esbozó una corta respuesta.
“No creo…”
Graciela, además de entender que su hermano es víctima de la “justicia” argentina, sabe que sus tiempos biológicos no son los mismos de quien está en libertad. En su concepto, Carrió los tiró a los Lobos y encontrará su redención al contribuir a la solución definitiva por la vía legal. Tristemente, Graciela vive en el mundo real y distingue que a su hermano y tantos como el, ya no les queda tiempo. “Nuestros presos políticos se nos están muriendo”, sentencia, tratando de captar la sensibilidad de una sociedad que aún no ha despertado.
Armada de documentación y cansancio, María Ferreyra partió al encuentro de Carrió una noche en la que esta última presentaba su libro Humanismo y Libertad (Tomo II) en una localidad de la costa de la provincia de Buenos Aires. Su intención era informar a su interlocutora sobre la situación que vivía (O padecía) su marido, Claudio Kussman, arrestado por el solo hecho de haber sido un joven oficial de la policía en los años setentas.
La presentación fue en Santa Teresita, a unos setenta y tres kilómetros de la residencia de María, en una fría noche de mayo del año 2015.
“Viajé mal predispuesta”. Reconoce María “La sabía impulsora de la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida y esa acción -que terminó con gente joven de aquel entonces en prisión- nunca podía ser simpática”
Desorden y ruidos producto de mucha gente circulando por el salón de la presentación consiguió que María terminara en los últimos lugares, pero casualmente cerca de la mesa donde los libros de la doctora Carrió descansaban. Allí accedió a un breve diálogo con colaboradores del evento a quienes les explicó el motivo de su visita. La diputada comenzó la ceremonia de autografiar libros y fue cuando María por primera vez en la noche (Y en su vida) pudo estar cara a cara con la fundadora de la Coalición Cívica ARI.
“La realidad es que viajé para contarle las falsas y obscenas imputaciones que retenían a mi esposo en prisión. Mi sensación es que pude transmitir el problema en cinco minutos, durante los cuales la doctora Carrió asintió tomándome de las manos”
Luego de dedicar y estampar su firma para mi esposo en el libro, volvió a tomar mis manos y me reveló que se iban a ocupar.
“Retorné a casa manejando lentamente entre la niebla y un fino rocío que bañaba mis sensaciones encontradas. Por momentos sentía que mi ser se había inundado de toda la esperanza. En otros momentos, la cruda realidad me abofeteaba indicando que simplemente había intercambiado palabras con un político”.
No debe ser sencillo ser Carrió. A más de siete mil kilómetros de distancia de su lugar de trabajo, en un hotel a pasos de las playas de South Florida, la doctora Elisa Carrió paseó su figura entre centenas de admiradores que morían por una foto. Esta imagen accesible y pausada de la diputada argentina -para aquellos que no la conocemos- contrasta con la energética política que denuncia los males argentinos con vehemencia y determinación.
Sin dudas, la mujer de la Coalición Cívica es una estrella de rock -sin la cuota de divismo-.
Uno de los motivos de su vista a Miami fue una conferencia localizada en el hotel JW Marriot, en el centro de Miami, brindada ante inversores americanos con la leyenda de El Progreso de la Argentina.
La doctora Carrió comenzó temprano se tarea y se la pudo ver sentada en un sillón en una amplia oficina cercana al salón donde más tarde disertaría, complaciendo con paciencia a todos los que se acomodaban junto a ella y lograron una foto gracias al único fotógrafo acreditado por los organizadores. La paciencia se debió a que la fila de seguidores parecía no terminar y ante cada uno de ellos, ante cada foto, un beso, una sonrisa, un comentario… no debe ser fácil ser Carrió.
Los periodistas no tuvieron privilegios, todos armados de una libreta y una lapicera -a la vieja usanza- esperaban su turno en los amplios pasillos del quinto piso del hospedaje. Por lapsos, la nacida en Resistencia salía a oxigenar su cerebro, tomar una taza de café o refrescarse en el lavabo y debía enfrentar nuevamente a sus adeptos en Miami (O que estaban en Miami en ese momento). Todos necesitaban un abrazo, unas manos, un roce de mejillas. Estas muestras de afecto -no me culpe, no me tome por un gruñón- son hermosas, pero retrasaban las entrevistas. Pero aquí en América no hay privilegios y en el ámbito Carrió pareciera no haberlos tampoco.
Agustín Rangugni es un renombrado periodista en Miami y haría las veces de interlocutor en la charla central, intentaba romper el protocolo e insertarme entre los pocos minutos que los reporteros tenían concedidos. El tiempo pasaba y la hora de la conferencia se acercaba. La mujer fuerte de la política argentina se tomó una pausa y prometiendo retornar en diez minutos, descendió del piso donde estaba. Dejándole ganar unos metros, fui tras ella preparando cámara y grabador en la persecución. Este era el instante de quebrar las reglas y conseguir su palabra interrumpiendo, tal vez, unos segundos de esparcimiento. Pero, no todo es como en Hollywood, yo terminé en el lobby y la doctora Carrió seguramente en una de las tantas terrazas del lugar.
Cuando retorné al quinto piso, la diputada ya estaba nuevamente tras las puertas dobles de la oficina. Decenas de periodistas abarrotados y centenas de incondicionales volvían a formar una cerca humana. Rangugni -joven zorro- abrió las puertas, agitó su mano. La mesa estaba servida. Para mí.
La mesa estaba servida, pero sin algunos condimentos. No se podía usar cámaras o grabadores (Ahora comprenderán lo de periodistas a la vieja usanza) de modo que los pocos minutos que tenía los utilicé rompiendo el hielo:
“Doctora Carrió: En Argentina hay una cantidad más que interesante de ex uniformados que combatieron, o no, contra el terrorismo en los años setentas, en prisión…”
“Conozco el tema”. Asintió Carrió “Cuando fuimos por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no fue para que se encarcele a jóvenes oficiales y sub oficiales de la época”, aseveró para deslizar: “Somos los únicos que tocamos tan sensible problemática. Los únicos que hablamos del tema. Es inadmisible que haya ancianos enfermos presos”
“Doctora…”, me permití decir “No solo se trata de la parte etaria o los problemas de salud. Es la manera que se desarrollan los juicios y la manera que se imputa a estas personas. Si no ha tenido oportunidad, aquí tengo material de situaciones donde los jueces cometen gruesos delitos”, comenté mientras un asistente tomaba los DVDs y la información de PrisioneroEnArgentina.com, intercambiándola por la tarjeta de la diputada. En esa permuta, alcancé a informar que se trataba de material que ya habitaba en nuestras páginas. Videos, artículos y expedientes de muchos prisioneros políticos con sus presentaciones ante la justicia, no contestadas.
“Estoy leyendo expedientes”, aseguró Carrió: “Es repudiable que se inventen juicios contra la gente. Es por ello que estamos estudiando de manera real este tema y nuestra propuesta de la revisión de casos”.
Elisa Carrió comentó que seguía recabando y acumulando información. Una vez más, la intervención de Agustín Rangugni, merecedor de algún trabajo de Lola Mora, fue decisiva.
“PrisioneroEnArgentina.com tiene millones de visitas. La información que está allí es completísima. Todo documentado”, dijo el experto periodista.
“Estoy mirando”, le reconoció Carrió al dueño de TV Radio Miami. “Conozco casos de soldados y agentes de policía presos. Yo quiero equidad, justicia para esos ancianos que están muriendo en las cárceles”, cerró entonces.
Mis minutos habían expirado. Sentí que había desperdiciado la única munición disponible. Solo atiné -como ese manotazo de un ahogado- a recordar su encuentro breve con mi madre hace casi dos años platicando sobre este gran problema de la injusticia argentina. Sus manos consoladoras, sus sonrisas de esperanza, y el obsequio de un libro con una dedicatoria enigmática para Claudio Kussman, en ese entonces, “huésped” de la Unidad Penal 31 de Ezeiza: “Abrazo grande para Claudio. Lleva con dignidad el peso de la cruz”.
“En la costa…”, puntualizó la diputada, exhibiendo una sorprendente memoria.
La conferencia estaba próxima y todos los invitados pasaron al elegante salón continúo con una velocidad inspirada por el hambre. Allí fui yo, uno más en la manada. Mi mesa era la mesa de los contadores. Un trio de argentinos, un cubano, una americana y las dos excepciones: El Jefe de Seguridad de Carrió y yo. (Había que portarse bien)
Charles Benson (Extraño nombre para un cubano) me comentaba que no veía cambios en la isla post Fidel. Al menos, dos generaciones deberían pasar y encontrar a un líder, que tal vez no estaba en territorio cubano. El Jefe de Seguridad de Carrió me confesaba que la diputada recorre los barrios argentinos sin problemas. La gente se le acerca, siempre son amables y la besan. El grave problema son los taxistas. Mi curiosidad se detuvo, no es necesario saber todo. Los argentinos con los que compartíamos la mesa, se encontraban muy entretenidos con su comida. El señor Benson me invitó a desplazarnos hacia la zona del buffet, en la que continuaba avizorándose la cadena humana de estómagos vacíos (Aunque para ese entonces, no tan vacíos)
Allí intercambié un chiste con Benson, susurrando que parecíamos cubanos buscando comida con tarjeta de racionamiento en mano. Mientras Benson sonreía, un caballero delante nuestro en la hilera de los famélicos se volvió hacia mí:
“No, aquí no hay que pagar…”
Benson le explicó que hablábamos de Cuba, de la escasez de alimentos y la forma de conseguirlos, tarjeta de racionamiento en mano.
“Tarjeta de alimentos”, corrigió el argentino, porque -usted sabe- los argentinos nos las sabemos todas.
Benson se hizo de hombros y yo palmeé imaginariamente a mi compatriota, mientras nos acercábamos a la mesa de ensaladas y otras entradas. Allí explotó el estadio. Nuestro compatriota favorito, a los gritos comenzó a llamar a una mujer:
“Vení! Vení! ¿No ves que te estoy cuidando el lugar?!”, aulló mientras la mujer ganaba espacios hasta llegar delante nuestro a servirse un plato de comida.
Sonreí, pero no pude evitar dejar escapar un pensamiento en voz alta: “Por un momento, me hicieron creer que estaba en Argentina…”
El compatriota arrasó con la fuente de ensaladas (No que hubiera herido mi sensibilidad con eso ya que toda comida sana me hace mal) y la mujer me devolvió la sonrisa con aires de no entender mi desubicado comentario.
No vi que la doctora Carrió almorzara una vez que se hubo sentado a la mesa. Tal vez por una decisión personal o quizás por la cantidad de personas que levitaban alrededor de sus hombros. Otra vez el escudo humano.
Mi argentino favorito seguía comentando que él se consideraba un hombre de mundo, con experiencia, con visión y se daba cuenta que esta mujer (Carrió) era el futuro. El frio recorrió esa porción de mi piel que une el cuello con la espalda. Parecía que estaba en Argentina.
Y finalmente Carrió habló encargándose de asentar que ella no vería su futuro deseado en la Argentina. Agustín Rangugni fue el eficiente presentador, periodista, interlocutor y showman que cargó con la disertación. La diputada fue directo al grano y sin fanatismo pintó un panorama justo de una Argentina que necesita muchos ajustes para salir al mundo y hablar de progreso. Mientras tanto, sus asistentes (Ella les llama asesores) estaban en todas y cada una de las necesidades de la chaqueña. Es por ello que me hice acreedor de un ejemplar de Humanismo y Libertad, de su autoría, que me llegó de las manos de uno de estos eficientes colaboradores, Juan.
Cuando bajó del escenario, y teniendo en cuenta que el hambre no menguaba -lo que despejó mi camino- volví a aproximarme a la diputada argentina.
“Doctora Carrió, mañana va a haber al menos dos mil familias que quisieran saber en dónde están parados y que piensa usted. Su mensaje”
“Si, querido. Por supuesto”, replicó la dirigente “Deciles que me estoy ocupando. Que ellos lo sepan…”
Entre los aplausos -no para mi persona, claro- dejé el salón de conferencias para perderme en el tráfico del downtown de Miami. Calles en construcción, bocinas, conductores que viven al borde de la infracción y una joven que salía de un bar con la camiseta de Messi resaltando su figura. Parecía que estaba en Argentina.
Debe ser difícil ser Carrió, esa interminable tanda de fotos, esos abrazos que jamás terminan, esos pedidos a los cuales tiene que escuchar. Hay más puertas por golpear, pero la de la chaqueña está entreabierta y seguiremos buscando su palabra. Debe ser difícil ser Carrió. Pero es difícil ser familiar de un preso político. De un Prisionero Ilegal. Es vivir 24 horas de angustia sin saber quién presiona el timbre de la casa, que será ese llamado telefónico a horas tan tempranas, a que rumor se le presta atención. Y es difícil ser un prisionero ilegal, un preso político. Un ente indefenso. Un pedazo de carne sin derechos. Una nueva especie que intenta sobrevivir en Argentina.
Familia Milani, a Rugir
La Familia Milani sale a morder a enemigos y a ex amigos en las redes sociales, casi descubriendo una saga de traiciones cruzadas que aún no quieren ampliar en su totalidad.
El arresto del ex jefe del Ejército, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, por una causa por torturas y secuestros durante el último gobierno de facto, es un golpe duro para su familia, quienes son los que siempre sufren más. Esta se encontró muy participativa en las redes sociales, rugiendo y mordiendo a quienes consideran sus enemigos y ex amigos. Ana María Waite, al leer las declaraciones de Elisa Carrió en los medios (“Se demuestra que Cristina Kirchner tuvo como jefe del Ejército a un genocida”), tiró el primer tarascón:
“Gorda mentirosa, psicópata e HDP. Ya quisieras tener la nobleza y la inocencia del Gral Milani !!!” escribió en una de sus cuentas de redes sociales. Intentamos encontrar a otro General Milani en las filas de las Fuerzas Armadas pero, hasta donde alcanzamos, no logramos detectarle. Lejos quedaron los tiempos en donde el General caído en desgracia intentaba aliarse a Carrió y a Macri.
También María Julieta, hija del matrimonio Milani-Waite, salió a masticar ex amigos de la vida. Juan Cabandié -un ejemplo de ciudadanía kirchnerista- había señalado que: “Milani está detenido gracias a la política de derechos humanos de Cristina y de Néstor Kirchner” y lo dijo sin reirse, hasta lo que alcanzamos a investigar.
“Es deplorable que ciertas personas del anterior gobierno, como Juan Cabandié, salgan diciendo que apoyan el circo montado (Héctor) Magnetto y el actual gobierno corrupto respecto de la detención de mi papá, y se adjudiquen tal circo como una victoria ganada en materia de derechos humanos. ¿Triste no? Deplorable que, como dije antes, ensucien la verdadera lucha con mentiras e injusticias”, afirmó María Julieta Milani. Por anterior gobierno, se refería al de Vamos por Todo, tan Nac & Pop.
[/two_third] [one_third_last padding=”0 0 0 30px”]MILANI, AYER Y HOY
La morada de Milani en sus épocas de exitoso militar/político
La morada de Milani hoy, como militar/político retirado
Al enemigo caído no se le pega. Creo que se le asestó muy tibiamente algunas bofetadas mientras Cesar Santos Gerardo del Corazón de Jesús era el enemigo, estaba erguido y era miembro del movimiento Nacional y Popular. Ahora bien, ¿de qué se le acusa a Milani? ¿Es ya uno más de los tantos oprimidos por una justicia militante, que supiera cubrirlo y ya lo traicionó? La acusación máxima es el honor. Este hombre, quien solo dignificaba el uniforme cuando se lo sacaba, se plegó a una agrupación criminal que -por unos centavos… trillones de centavos- apoderándose de las libertades civiles de ex uniformados, les arrojó a cárceles con pruebas inexistentes. Es allí, ahora en desgracia, donde Milani debe fijar su atención y demostrar su carácter, ya que es en las situaciones difíciles donde aflora. Después de venderse a la delincuencia, no creo que pueda volver a ser un camarada militar, aunque por su propio beneficio, tampoco volverá a ser un compañero kirchnerista.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 20, 2017
MAURICIO MACRI ME TRAICIONÓ
Escribe Claudio Kussman.
UN PELIGROSO ASESINO
Hace muchos años supe y conocí a un gordito, comedor de asado regado con buen vino, simpatiquísimo, siempre sonriente y de muy buen carácter. Sabía numerosísimos chistes, imitaciones y salidas picarescas que intercalaba sabiamente en cualquier conversación, para deleite de todos aquellos que lo conocían. Todos lo amaban, frecuentaban, invitaban y por sobre todo manifestaban lo buena persona que era. Como comúnmente se dice, era el “más popular del barrio”. Cuando murió su sepelio fue un éxito por la gran cantidad de personas que concurrieron al mismo, condoliéndose hasta las lágrimas. ¡Ah! falta un detalle este “gordito” era un terrible, peligrosísimo y sanguinario asesino, que por su habilidad e inteligencia nunca pagó por sus acciones.
HASTA EL FÍN DE SUS DÍAS
Su persona y personalidad me sirvieron para llegar a la conclusión que como humanos vemos solo superficialmente al resto, somos fáciles de engañar y nos falla la forma de avaluar a quienes nos rodean o conocemos. La necesidad muchas veces nos hace creer en quien no es creíble, viendo atributos que no existen. Esto es muy bien aprovechado por los políticos que dependen del voto popular ya que saben que si logran “enamorar” a un votante esté lo seguirá hasta las proximidades del fin del mundo, a pesar de que con el tiempo se le noten sus “mentirillas y defectillos”. En el peor de los casos si se llegara a desencantar en forma total, ya será demasiado tarde y solo podrá decir como es costumbre “yo no lo voté”. Igual volverá a cometer el mismo error en las próximas elecciones. Así hasta el fin de sus días.
EL SILENCIO SIEMPRE EL SILENCIO
Esto ocurre una vez más con MAURICIO MACRI, y su equipo de colaboradores del CAMBIEMOS. En su caso las “mentirillas y defectillos” estaban casi a la vista. Con mi familia el 12 marzo del 2015, meses antes de ser electo presidente ya le habíamos escrito y como la gente “del vamos por todo”, su respuesta también fue el silencio. Luego a fines de mayo de ese mismo año, la Doctora ELISA CARRIO cuando mi esposa la entrevistó en Santa Teresita le expresó que MACRI sabiendo de los abusos en las causas de lesa humanidad tenía los equipos de gente para realizar una revisión de las mismas. A pesar de sonar la alarma de la incredulidad, promocionamos “al candidato”, mi familia en la calle y yo en la prisión. Así lastimosamente siguió pasando el bien más preciado que en menor cuantía nos va quedando, que es el tiempo. A la fecha le llevamos enviadas al presidente de no todos los argentinos, once cartas http://www.ar.dev3.greymatter.one/carta-abierta-al-presidente-macri y una importante y desesperada solicitada de mi cónyuge en Diario La Nación el 31 de marzo de 2016, http://www.ar.dev3.greymatter.one/la-nacion-solicitada-marzo-2016, cuando yo llevaba adelante una huelga de hambre.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Nunca hubo respuesta. Durante este gobierno ya murieron 50 prisioneros en cautiverio. La gente para la revisión de las causas no apareció. En diciembre, mi hijo entrevistó a la Doctora CARRIÓ en Miami, pero es otra historia, que dejaremos para más adelante. Muchos prisioneros y sus familiares siguen bajo el “enamoramiento” de este candidato. Otros están entre la espada y la pared y seguramente lo seguirán votando ya que de lo contrario vuelven los que se fueron. Con mi esposa ya no más, porque mintió, nos traicionó y consideramos que ya estamos muertos. Si bien como en el caso del peligroso asesino del pasado yo lo sabía, la necesidad de creer lo no creíble se impuso por sobre la verdad.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 12, 2017
Carrió, Lorenzetti y la “PYME RURAL”
La diputada nacional Elisa Carrió (CC-ARI) amplió ayer miércoles 28 de diciembre su denuncia penal en los Tribunales Federales de Comodoro Py contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Luis Lorenzetti, y solicitó que se investigue a la mutual “Pyme Rural”, que integrarían el juez, familiares y socios suyos. La legisladora sostuvo en la presentación que la mutual presuntamente habría llevado adelante operaciones de cambio de cheques entre la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) y los clubes Sportivo Ben Hur, Atlético 9 de Julio, Sportivo Belgrano y la mutual Club SP Ben Hur. Elisa Carrió sostuvo que “Según he podido saber, el 54 por ciento del padrón de asociados de la mutual Pyme Rural se asociaron el mismo día: 15 de mayo del 2015″, y enumeró que entre los socios figuran el titular de la Corte y su hermana Susana Graciela Lorenzetti ; su hija Lucia Lorenzetti ; su hijo Franco Miguel Lorenzetti; y su ex esposa Analía Cortassa.
La diputada le pidió a la juez Servini que se solicite al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social todos los expedientes que versen en dicha institución respecto de las actividades de la mutual y a la Unidad de Información Financiera (UIF), los Reportes de Operaciones Sospechosas que haya recibido respecto de las actividades de la cooperativa”.
“Por sus frutos los conoceréis” Mateo 7:20
Por Andrea Palomas Alarcón
Personalmente no tengo una buena impresión sobre Carrió. Creo que es una persona inestable emocionalmente, oportunista y ególatra. Tampoco creo su “numerito” de fiscal de la República ni su tan cacareada honestidad.
Es difícil transmitir a quien no es abogado la obscenidad que constituyó la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Su nulidad significó el puntapié inicial para el festival de juicios mal llamados de “lesa humanidad”. Las leyes de OD y PF habían sido aprobadas por ambas cámaras del Congreso Nacional, promulgadas por el Ejecutivo y declaradas constitucionales por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en doce oportunidades (dieciséis sumando por separado cada una) y no podían ser anuladas. Podrían, tal vez, derogarse pero nunca anular sus efectos en forma retroactiva. Se anula un acto jurídico que no se realizó en la debida forma, con los mínimos elementos constitutivos del acto. Por ejemplo, una sentencia que no es firmada por el juez es nula. Carece del elemento mínimo que es la convalidación del juez natural.
No pasó esto con las leyes que no sólo existieron sino que se aplicaron reiteradas veces. La Corte Suprema de Justicia que es la encargada del control de legalidad nunca detectó ningún defecto ni nadie lo denunció. Simplemente, hubo “voluntad política” de condenar y para ello se realizó el primer gran zaffarrancho legal que fue la anulación de leyes.
Carrió, que es abogada, fue una de las espadas que llevó adelante este mamarracho. Sinceramente dudo que lo haya hecho por convicción política puesto que fue funcionaria del Proceso, fiscal en el Chaco. Durante su desempeño ocurrió lo que se denominó la “masacre de Margarita Belén” por la que está presa injustamente mucha gente. Carrió pudo investigar la supuesta “masacre” y no lo hizo. Por situaciones similares a la suya hay fiscales y jueces presos. Cuando se la interpeló por este asunto afirmó que en realidad no era fiscal, que era empleada de la fiscalía y que el motivo por el que trabajó para el Proceso fue “que necesitaba una obra social porque estaba enferma, porque sino ME-MO-RÍA”, remarcando cada sílaba. No “memoria”, “me moría”. Misteriosamente el decreto de su nombramiento desapareció.
La he conocido personalmente en un coloquio que organizó en su fundación Hannah Arendt, donde reunió para dialogar sobre la problemática de los 70 a Graciela Fernández Meijide, Victoria Villarruel, Arturo Larrabure. Puede verse el video Carrió en esta página :
Allí hizo un largo y encendido discurso en favor de la legalidad y que ella se iba a encargar de revisar los procesos que estuvieran viciados. Esto fue en abril de 2015 y todavía no ha hecho nada. Viene diciendo lo mismo, con la misma oratoria convincente que caracteriza a los radicales históricos, desde el mismo momento en que comenzaron los circos judiciales.
Tengo una anécdota que no protagonicé yo sino una abogada de mi mayor confianza, miembro de Justicia y Concordia, la Dra. María Monguillot.
Carrió vivía en un departamento en Santa Fe y Paraná. Un departamento supuestamente cedido por “el partido”. Misteriosamente todas sus viviendas son prestadas o alquiladas pero esa es otra historia.
La Dra. Monguillot me comentó que siempre veía a Carrió en un café cercano a esa zona tomando el desayuno. Estábamos próximos a las PASO de 2013. María se le sentó de prepo en la mesa y comenzó a hablarle de los presos políticos que ella visitaba, de cómo sus vidas corrían riesgo por las condiciones extremas de detención en Marcos Paz, de la ilegalidad de los juicios, de la injusticia para los familiares. Carrió asentía con gesto de comprensión, afirmó que todo eso lo conocía muy bien y que estaba trabajando para revertir la situación, que se quedara tranquila, todo con la misma oratoria justiciera que la caracteriza.
María se despidió y Carrió le dejó un mensaje “mándeles, por favor, un besito a los detenidos en Marcos Paz”.
Estábamos próximos a las PASO, (lo dije?) y la “familia militar” engloba a dos millones de personas.
Dra. Andrea Palomas Alarcón
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 7, 2016
Horas, minutos, segundos con Carrió: OTRAS VOCES, OTRAS EXPERIENCIAS
Era el año que Uruguay saludaba a José Mujica como su nuevo presidente. En Chile, Sebastián Peñeira sucedía a Michelle Bachelet. David Cameron era elegido Primer Ministro británico. La crisis griega amenazaba con ganar el resto de Europa. Santos ganaba de manera aplastante las elecciones en Colombia. grupo terrorista Tehrik e Talibán Pakistán comete el atentado más sangriento en el país con 103 muertos. En Brasil, Lula Da Silva se despedía de su sillón presidencial, mientras que en Argentina fallecía el autócrata Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández de Kirchner, mandataria del país en ese momento. Corría el año 2010 y fuera de ese entorno, un grupo de esposas de presos políticos mantenía una reunión con la doctora Elisa Carrió, más conocida como “Lilita”.
Entre estas mujeres, Ana Barreiro -una de las conductoras del programa radial “De Eso No Se Habla”-. Primero se consiguió una reunión con Conte Grand, con quien tuvieron lo que la señora Barreiro describe como una dura charla. El paso siguiente era encontrarse con Elisa Carrió. La fundadora de ARI las recibió en su sencillo departamento de la calle Santa Fe. “El lugar estaba muy bien decorado”, recuerda Barreiro “Había una imagen blanca, grande de la Virgen, que se destacaba en una biblioteca del fondo”. A las cuatro mujeres, se les sumó el doctor Alberto Solanet, miembro de Justicia y Concordia. Una secretaria les ofreció tomar asiento donde quisieran, excepto en un sofá cheslón que la dirigente luego ocuparía. Y ocuparía -rememora Ana Barreiro- luego de hacerse esperar.
“Ustedes saben quién soy yo?”, preguntó Elisa Carrió encendiendo un cigarrillo.
“Debido a que sabemos es que estamos acá”, fue la respuesta de la esposa del preso político Ernesto Barreiro.
“Yo trabajé y me encargué de que se anularan las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. También lo redacté y publicité hasta que lo logramos…”
La señora de Barreiro la miró a los ojos y cuando encontró la mirada de la funcionaria, indagó sin indirectas:
“¿Qué pretendían con esto? Si ya los argentinos vivíamos en paz…
“Que paguen”
“¿Qué paguen? ¿Quienes? ¿Qué?”, arremetió Ana Barreiro.
“Los militares”, contestó Carrió. Luego de una pausa, comenzó a elaborar su explicación “Pero después se nos desmadró… Kirchner nos traicionó”.
“Ustedes, los políticos que consensuaron, apoyaron y financiaron la guerra antiterrorista… ¿Cómo van a solucionar esto?”, volvió a la carga Ana. En ese momento, los presos políticos en cautiverio eran 125 (Seis años más tarde han llegado a 387).
La señora de Barreiro evoca la batería de argumentos que estas damas esgrimieron hacia la diputada. Retiene en su memoria que la señora Carrió no supo devolver las estocadas. Permaneció muy callada.
Cuando el doctor Solanet arribó tuvo un fuerte intercambio de palabras con la dueña de casa acerca de la ilegalidad de los juicios a los cuales ex uniformados estaban siendo sometidos, finalizando con un debate sobre Santo Tomás -de quien al parecer el doctor Solanet es un experto y en el mirar a atrás de Ana, Carrió no lo sería tanto.
No fue buena la impresión que de Carrió han guardado estas mujeres en el álbum de las resonancias. Es pésima, para ser perfectamente honestos. A la hora de las despedidas, las cuatro damas le hicieron entrega de material informativo acerca de los prisioneros políticos con la idea de quedar en contacto. En su percepción (A falta de una mejor palabra), Ana cree que la doctora Carrió tiene un gran cargo de conciencia. Pese a que la reunión se tornó muy tensa, “quedaron en contacto con la chaqueña”.
En otra oportunidad, las esposas de los presos políticos fueron a verla a la fundación Hanna Arendt, en donde se llevó a cabo un debate entre la doctora Carrió, la señora Graciela Fernández Meijide, la doctora Victoria Villarruel y el señor Arturo C. Larrabure. En esa oportunidad, Ana Barreiro se dirigió al secretario de la diputada (Juan) para pedirle una reunión a concertar con abogados que están trabajando en favor de imputados y condenados por casos de mal llamados Lesa Humanidad, pero no obtuvo resultado alguno -pese a haber compartido charlas correctas cada vez que se encontraban en el barrio en el cual conviven-.
Ana comenta que “Nunca más las quiso recibir…”
Graciela Beatriz Macedra es hermana del preso político Carlos Macedra, un coronel retirado que hoy habita en las cárceles argentinas y también tuvo una experiencia con Elisa María Avelina Carrió y también ocurrió en una de las pausas del debate en el instituto Hanna Arendt cuyos disertantes eran la presidente del CELTYV, la doctora Villarruel, la señora Fernández Meijide, el señor Larrabure (Hijo del asesinado Argentino Del Valle Larrabure) y precisamente, la diputada argentina.
En ese entonces, la doctora Carrió manifestó que, entre otras consideraciones, la intención de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final era quitarles un peso a los militares. Graciela recuerda un largo silencio que ella misma quebró:
“…Y se los tiraste a los Lobos”
La doctora Carrió recogió el guante y solo esbozó una corta respuesta.
“No creo…”
Graciela, además de entender que su hermano es víctima de la “justicia” argentina, sabe que sus tiempos biológicos no son los mismos de quien está en libertad. En su concepto, Carrió los tiró a los Lobos y encontrará su redención al contribuir a la solución definitiva por la vía legal. Tristemente, Graciela vive en el mundo real y distingue que a su hermano y tantos como el, ya no les queda tiempo. “Nuestros presos políticos se nos están muriendo”, sentencia, tratando de captar la sensibilidad de una sociedad que aún no ha despertado.
Armada de documentación y cansancio, María Ferreyra partió al encuentro de Carrió una noche en la que esta última presentaba su libro Humanismo y Libertad (Tomo II) en una localidad de la costa de la provincia de Buenos Aires. Su intención era informar a su interlocutora sobre la situación que vivía (O padecía) su marido, Claudio Kussman, arrestado por el solo hecho de haber sido un joven oficial de la policía en los años setentas.
La presentación fue en Santa Teresita, a unos setenta y tres kilómetros de la residencia de María, en una fría noche de mayo del año 2015.
“Viajé mal predispuesta”. Reconoce María “La sabía impulsora de la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida y esa acción -que terminó con gente joven de aquel entonces en prisión- nunca podía ser simpática”
Desorden y ruidos producto de mucha gente circulando por el salón de la presentación consiguió que María terminara en los últimos lugares, pero casualmente cerca de la mesa donde los libros de la doctora Carrió descansaban. Allí accedió a un breve diálogo con colaboradores del evento a quienes les explicó el motivo de su visita. La diputada comenzó la ceremonia de autografiar libros y fue cuando María por primera vez en la noche (Y en su vida) pudo estar cara a cara con la fundadora de la Coalición Cívica ARI.
“La realidad es que viajé para contarle las falsas y obscenas imputaciones que retenían a mi esposo en prisión. Mi sensación es que pude transmitir el problema en cinco minutos, durante los cuales la doctora Carrió asintió tomándome de las manos”
Luego de dedicar y estampar su firma para mi esposo en el libro, volvió a tomar mis manos y me reveló que se iban a ocupar.
“Retorné a casa manejando lentamente entre la niebla y un fino rocío que bañaba mis sensaciones encontradas. Por momentos sentía que mi ser se había inundado de toda la esperanza. En otros momentos, la cruda realidad me abofeteaba indicando que simplemente había intercambiado palabras con un político”.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 8, 2016
Cinco horas junto a Elisa Carrió
Por Fabian Kussman.
No debe ser sencillo ser Carrió. A más de siete mil kilómetros de distancia de su lugar de trabajo, en un hotel a pasos de las playas de South Florida, la doctora Elisa Carrió paseó su figura entre centenas de admiradores que morían por una foto. Esta imagen accesible y pausada de la diputada argentina -para aquellos que no la conocemos- contrasta con la energética política que denuncia los males argentinos con vehemencia y determinación.
Sin dudas, la mujer de la Coalición Cívica es una estrella de rock -sin la cuota de divismo-.
Uno de los motivos de su vista a Miami fue una conferencia localizada en el hotel JW Marriot, en el centro de Miami, brindada ante inversores americanos con la leyenda de El Progreso de la Argentina.
La doctora Carrió comenzó temprano se tarea y se la pudo ver sentada en un sillón en una amplia oficina cercana al salón donde más tarde disertaría, complaciendo con paciencia a todos los que se acomodaban junto a ella y lograron una foto gracias al único fotógrafo acreditado por los organizadores. La paciencia se debió a que la fila de seguidores parecía no terminar y ante cada uno de ellos, ante cada foto, un beso, una sonrisa, un comentario… no debe ser fácil ser Carrió.
Los periodistas no tuvieron privilegios, todos armados de una libreta y una lapicera -a la vieja usanza- esperaban su turno en los amplios pasillos del quinto piso del hospedaje. Por lapsos, la nacida en Resistencia salía a oxigenar su cerebro, tomar una taza de café o refrescarse en el lavabo y debía enfrentar nuevamente a sus adeptos en Miami (O que estaban en Miami en ese momento). Todos necesitaban un abrazo, unas manos, un roce de mejillas. Estas muestras de afecto -no me culpe, no me tome por un gruñón- son hermosas, pero retrasaban las entrevistas. Pero aquí en América no hay privilegios y en el ámbito Carrió pareciera no haberlos tampoco.
Agustín Rangugni es un renombrado periodista en Miami y haría las veces de interlocutor en la charla central, intentaba romper el protocolo e insertarme entre los pocos minutos que los reporteros tenían concedidos. El tiempo pasaba y la hora de la conferencia se acercaba. La mujer fuerte de la política argentina se tomó una pausa y prometiendo retornar en diez minutos, descendió del piso donde estaba. Dejándole ganar unos metros, fui tras ella preparando cámara y grabador en la persecución. Este era el instante de quebrar las reglas y conseguir su palabra interrumpiendo, tal vez, unos segundos de esparcimiento. Pero, no todo es como en Hollywood, yo terminé en el lobby y la doctora Carrió seguramente en una de las tantas terrazas del lugar.
Cuando retorné al quinto piso, la diputada ya estaba nuevamente tras las puertas dobles de la oficina. Decenas de periodistas abarrotados y centenas de incondicionales volvían a formar una cerca humana. Rangugni -joven zorro- abrió las puertas, agitó su mano. La mesa estaba servida. Para mí.
La mesa estaba servida, pero sin algunos condimentos. No se podía usar cámaras o grabadores (Ahora comprenderán lo de periodistas a la vieja usanza) de modo que los pocos minutos que tenía los utilicé rompiendo el hielo:
“Doctora Carrió: En Argentina hay una cantidad más que interesante de ex uniformados que combatieron, o no, contra el terrorismo en los años setentas, en prisión…”
“Conozco el tema”. Asintió Carrió “Cuando fuimos por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no fue para que se encarcele a jóvenes oficiales y sub oficiales de la época”, aseveró para deslizar: “Somos los únicos que tocamos tan sensible problemática. Los únicos que hablamos del tema. Es inadmisible que haya ancianos enfermos presos”
“Doctora…”, me permití decir “No solo se trata de la parte etaria o los problemas de salud. Es la manera que se desarrollan los juicios y la manera que se imputa a estas personas. Si no ha tenido oportunidad, aquí tengo material de situaciones donde los jueces cometen gruesos delitos”, comenté mientras un asistente tomaba los DVDs y la información de PrisioneroEnArgentina.com, intercambiándola por la tarjeta de la diputada. En esa permuta, alcancé a informar que se trataba de material que ya habitaba en nuestras páginas. Videos, artículos y expedientes de muchos prisioneros políticos con sus presentaciones ante la justicia, no contestadas.
“Estoy leyendo expedientes”, aseguró Carrió: “Es repudiable que se inventen juicios contra la gente. Es por ello que estamos estudiando de manera real este tema y nuestra propuesta de la revisión de casos”.
Elisa Carrió comentó que seguía recabando y acumulando información. Una vez más, la intervención de Agustín Rangugni, merecedor de algún trabajo de Lola Mora, fue decisiva.
“PrisioneroEnArgentina.com tiene millones de visitas. La información que está allí es completísima. Todo documentado”, dijo el experto periodista.
“Estoy mirando”, le reconoció Carrió al dueño de TV Radio Miami. “Conozco casos de soldados y agentes de policía presos. Yo quiero equidad, justicia para esos ancianos que están muriendo en las cárceles”, cerró entonces.
Mis minutos habían expirado. Sentí que había desperdiciado la única munición disponible. Solo atiné -como ese manotazo de un ahogado- a recordar su encuentro breve con mi madre hace casi dos años platicando sobre este gran problema de la injusticia argentina. Sus manos consoladoras, sus sonrisas de esperanza, y el obsequio de un libro con una dedicatoria enigmática para Claudio Kussman, en ese entonces, “huésped” de la Unidad Penal 31 de Ezeiza: “Abrazo grande para Claudio. Lleva con dignidad el peso de la cruz”.
“En la costa…”, puntualizó la diputada, exhibiendo una sorprendente memoria.
La conferencia estaba próxima y todos los invitados pasaron al elegante salón continúo con una velocidad inspirada por el hambre. Allí fui yo, uno más en la manada. Mi mesa era la mesa de los contadores. Un trio de argentinos, un cubano, una americana y las dos excepciones: El Jefe de Seguridad de Carrió y yo. (Había que portarse bien)
Charles Benson (Extraño nombre para un cubano) me comentaba que no veía cambios en la isla post Fidel. Al menos, dos generaciones deberían pasar y encontrar a un líder, que tal vez no estaba en territorio cubano. El Jefe de Seguridad de Carrió me confesaba que la diputada recorre los barrios argentinos sin problemas. La gente se le acerca, siempre son amables y la besan. El grave problema son los taxistas. Mi curiosidad se detuvo, no es necesario saber todo. Los argentinos con los que compartíamos la mesa, se encontraban muy entretenidos con su comida. El señor Benson me invitó a desplazarnos hacia la zona del buffet, en la que continuaba avizorándose la cadena humana de estómagos vacíos (Aunque para ese entonces, no tan vacíos)
Allí intercambié un chiste con Benson, susurrando que parecíamos cubanos buscando comida con tarjeta de racionamiento en mano. Mientras Benson sonreía, un caballero delante nuestro en la hilera de los famélicos se volvió hacia mí:
“No, aquí no hay que pagar…”
Benson le explicó que hablábamos de Cuba, de la escasez de alimentos y la forma de conseguirlos, tarjeta de racionamiento en mano.
“Tarjeta de alimentos”, corrigió el argentino, porque -usted sabe- los argentinos nos las sabemos todas.
Benson se hizo de hombros y yo palmeé imaginariamente a mi compatriota, mientras nos acercábamos a la mesa de ensaladas y otras entradas. Allí explotó el estadio. Nuestro compatriota favorito, a los gritos comenzó a llamar a una mujer:
“Vení! Vení! ¿No ves que te estoy cuidando el lugar?!”, aulló mientras la mujer ganaba espacios hasta llegar delante nuestro a servirse un plato de comida.
Sonreí, pero no pude evitar dejar escapar un pensamiento en voz alta: “Por un momento, me hicieron creer que estaba en Argentina…”
El compatriota arrasó con la fuente de ensaladas (No que hubiera herido mi sensibilidad con eso ya que toda comida sana me hace mal) y la mujer me devolvió la sonrisa con aires de no entender mi desubicado comentario.
No vi que la doctora Carrió almorzara una vez que se hubo sentado a la mesa. Tal vez por una decisión personal o quizás por la cantidad de personas que levitaban alrededor de sus hombros. Otra vez el escudo humano.
Mi argentino favorito seguía comentando que él se consideraba un hombre de mundo, con experiencia, con visión y se daba cuenta que esta mujer (Carrió) era el futuro. El frio recorrió esa porción de mi piel que une el cuello con la espalda. Parecía que estaba en Argentina.
Y finalmente Carrió habló encargándose de asentar que ella no vería su futuro deseado en la Argentina. Agustín Rangugni fue el eficiente presentador, periodista, interlocutor y showman que cargó con la disertación. La diputada fue directo al grano y sin fanatismo pintó un panorama justo de una Argentina que necesita muchos ajustes para salir al mundo y hablar de progreso. Mientras tanto, sus asistentes (Ella les llama asesores) estaban en todas y cada una de las necesidades de la chaqueña. Es por ello que me hice acreedor de un ejemplar de Humanismo y Libertad, de su autoría, que me llegó de las manos de uno de estos eficientes colaboradores, Juan.
Cuando bajó del escenario, y teniendo en cuenta que el hambre no menguaba -lo que despejó mi camino- volví a aproximarme a la diputada argentina.
“Doctora Carrió, mañana va a haber al menos dos mil familias que quisieran saber en dónde están parados y que piensa usted. Su mensaje”
“Si, querido. Por supuesto”, replicó la dirigente “Deciles que me estoy ocupando. Que ellos lo sepan…”
Entre los aplausos -no para mi persona, claro- dejé el salón de conferencias para perderme en el tráfico del downtown de Miami. Calles en construcción, bocinas, conductores que viven al borde de la infracción y una joven que salía de un bar con la camiseta de Messi resaltando su figura. Parecía que estaba en Argentina.
Debe ser difícil ser Carrió, esa interminable tanda de fotos, esos abrazos que jamás terminan, esos pedidos a los cuales tiene que escuchar. Hay más puertas por golpear, pero la de la chaqueña está entreabierta y seguiremos buscando su palabra. Debe ser difícil ser Carrió. Pero es difícil ser familiar de un preso político. De un Prisionero Ilegal. Es vivir 24 horas de angustia sin saber quién presiona el timbre de la casa, que será ese llamado telefónico a horas tan tempranas, a que rumor se le presta atención. Y es difícil ser un prisionero ilegal, un preso político. Un ente indefenso. Un pedazo de carne sin derechos. Una nueva especie que intenta sobrevivir en Argentina.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 7, 2016