Se desarrolla en la sociedad una fuerte y creciente corriente republicana. La alarma acerca de nuestro futuro republicano se extiende correlativamente al peligro de ser atrapados por una autocracia. Creo que deberíamos reparar en que además de la acechanza sobre la república como modelo institucional existen amenazas sobre la propia democracia. En rigor, el riesgo abarca a las dos. Si cae una se desploma la otra. Son inescindibles.
Como bien escribe Pablo Mendelevich en La Nación del pasado 12 de junio, son inocultables los planes de perpetuación en el poder. Un proyecto de capturar al Estado, de tales características, es letal para el sistema representativo republicano que establece el artículo primero de la Constitución.
Las democracias también mueren sobre todo si la reacción para defenderla no es suficientemente robusta, resuelta. O es tardía. Si, por caso, se juguetea en exceso con candidaturas y egomanías, en absurda disociación con la taciturna realidad argentina y sus elementales exigencias de deponer personalismos, priorizando la unión de los democrático-republicanos.
Las democracias tambalean asimismo cuando la alternativa a la tendencia totalitaria no termina de esbozar siete grandes ideas-fuerza que instalen confianza en la ciudadanía. La gente está literalmente embargada por crudos interrogantes: si ahora en el llano no son capaces de unirse, ¿cómo afrontarán desde el gobierno los inéditos desafíos que presenta la Argentina decadente, plagada de complejísimos problemas y de fortísimas mafias e intereses creados viciosos? ¿Quiénes invertirán en un país cuyas máximas autoridades menosprecian el derecho de propiedad y prácticamente alientan las usurpaciones? ¿Pueden tener estímulos la legión de emprendedores actuales y potenciales si las señales que vienen desde las cumbres del poder son que la Argentina privada es una rémora que hay que cercenar paulatinamente hasta extinguirla? En suma, está en la picota nada menos que la libertad. Ya no caben dudas ni vacilaciones: para los adeptos a la autocracia el gran enemigo es el argentino libre. Es tan aguda la cuestión que hasta puede afirmarse sin incurrir en exageraciones que los argentinos trabajadores, desde el operario al ejecutivo, son enemigos a derrotar. Un trabajador es, por naturaleza, digno y libre y eso les resulta intolerable a los autócratas.
Es tan manifiesta y descarada la vocación de erigir un modelo hegemónico, incompatible con el formato republicano y democrático, que se niegan, con empecinamiento y sin siquiera esgrimir razones, a la boleta única que podría transparentar, facilitar y sanear el sufragio. Y evitar ese 5% de fraudes que existen en todos los comicios. Han llegado tan lejos como derogar la habilitación del voto por correo para los ciudadanos residentes en el exterior. No hesitan en mostrar su atraso si se trata de impedir un puñado de votos mayoritariamente adversos para los hegemonistas. Pensar que en noviembre pasado, en los EEUU sufragaron por correo 100 millones de ciudadanos. Ni la pandemia los conmovió: ¿quiérese un voto sanitariamente más impecable que el postal?
La Argentina tiene oportunidades espectaculares si eleva su mirada y favorece al mérito y a la cultura del trabajo. Sin recaer en mentar al litio o a la riqueza ictícola que nos roban en nuestras narices sin que hagamos nada serio para impedirlo, detengámonos en las legumbres o en las algas. Podríamos impactar en el mercado mundial con mayor fuerza que con la soja, sobre todo si certificamos el producto orgánico. Además de la economía del conocimiento – en la que ya probamos nuestra inmensa capacidad -, nos aguarda la bioeconomía, esa que le dará aún más valor añadido a la fortaleza de la actividad rural tecnologizada.
Para recuperar la democracia, los demócratas y republicanos debemos proponer un gran plan de desarrollo para el mediano y largo plazo, para una generación.
Al Estado hay que funcionalizarlo en vez de colonizarlo. Reordenar su organigrama, en lugar de alambicarlo. Requiere un meticuloso trabajo ortopédico. Así como lo padecemos hoy, nos estamos transformando en sus desplumados siervos cuando lo creamos para que nos sirva y organice como hombres libres. Actualmente es el agente del atraso, violando el mandato constitucional de que nos constituimos para “promover el bienestar general”.
Es muy complejo el cuadro de situación, tanto como para interpelarnos a actos y gestos generosos, grandes. La confianza mayoritaria se depositará en la alternativa si exhibe esas actitudes, si brinda signos claros de que será capaz de darle gobernabilidad a las reformas ineludibles que el país necesita.
*Diputado nacional por Juntos por el Cambio (partido UNIR).
Estamos en cuarentena y no obstante el pueblo que está comenzando a cambiar su “conciencia cívica” sale a las calles a enfrentar “el coronavirus” es decir una posible muerte, para algunos. Esto parece ser una cosa “alocada” y sin sentido según la opinión del presidente y de sus portavoces. Nada que ver, esta decisión está muy pensada. La vida no tiene sentido sin libertad y el 17 de agosto recordamos los 270 años del fallecimiento del Libertador General San Martin. Lo recordamos al Padre de la Patria y a todos sus legados de hombre grande. Es lo que quiere hoy por hoy el pueblo argentino que no se siente representado por quienes quieren eludir el peso de la ley. Cristina Fernández de Kirchner y su familia despiertan en gran parte de la población un gran rechazo, todos sabemos que intenta eludir la Justicia y que para eso quiere una reforma judicial que la libere de toda culpabilidad en los distintos juicios que se le siguen. En lo personal no creo que sea culpable de todos los que se le endilgan, pero sí de muchos que no le hacen honor al cargo de vicepresidente. Mientras Alberto y su sequito festejaran alejados del pueblo, con todos los resguardos para no infectarse del virus, un pueblo con una naciente “conciencia cívica” lo desafía para recordarle que tienen muchos motivos para estar en las calles y es el profundo desagrado y rechazo a la reforma judicial hecha a la medida de la “liberación definitiva” de Cristina y de sus hijos y de los muchos que cometieron delitos económicos durante su gobierno. Alberto cada vez más lejos del pueblo, cada vez las encuestas le son menos favorables. Pareciera que el pueblo argentino está recuperando el honor perdido y se está dando cuenta de que es hora de terminar con la “bruja” de la política argentina. ¿Alberto deberá definirse si gobierna el o gobierna Cristina?
Con motivo de haber propuesto el distinguido abogado y escritor el Dr. Enrique Avogadro la Convocatoria al Pueblo Argentino por Más Justicia y Más República para el día 3 de agosto de este año frente a los Tribunales de la calle Talcahuano 550 de CABA a las 18.00 hs., he iniciado una gran campaña en más de cien diarios del país y en las principales agencias informativas.
La convocatoria de mi distinguido colega ha sido difundida en casi todas las Provincias en muchas de ellas con gobernantes que hace años son los “verdaderos dueños del Poder Político” por la fuerte dependencia laboral ya que la mayoría de sus ciudadanos dependen del trabajo en el Estado y eso genera un gran compromiso con quienes vienen gobernando hace muchos años.
La tarea no es sencilla pero entiendo que es necesario que lo que haremos el 3 de agosto próximo sea conocido en todo el país. Hasta ahora creo que tendremos buenas chances de apoyo en los principales medios de comunicación del país. He informado de esta convocatoria a periodistas muy conocidos y que tienen sus propios programas en distintos canales de televisión.
Hay un dicho en el que creo mucho “La peor gestión es la que no se hace”.
Hay otro dicho en el que también creo mucho “Cuando una persona emprende una tarea y se fija un objetivo debe extremar todos sus esfuerzos para el éxito total de la tarea”.
Le pido a todos los que reciban este mensaje que utilicen todos sus recursos informáticos y todos sus contactos en los medios para que algún día no muy lejano todos los argentinos dejen de ser “indiferentes” “vagos” y asuman definitivamente su rol de ciudadanos. Hay que tenerle más miedo que a los corruptos a los honestos que se quedan en silencio.
Sigamos todos acompañando la iniciativa del Dr. Enrique Avogadro y desde Buenos Aires hagámosle llegar los mensajes a todos los medios de prensa posibles en la Argentina. Hasta ahora he llegado a conectarme con más de cien medios del interior del país, desde Río Gallegos,la Agencia OPI, la Agencia DyN y los más importantes medios de prensa provinciales. Continuaré hasta agotar el último contacto posible.
Por Más Justicia, Por Más República, Por Más Políticos y Empresarios Chorros en cárceles comunes. Repudiemos a los Jueces Federales que protegen a los corruptos. Por un De Vido expulsado del Congreso. Para que el Congreso no sea un refugio de procesados y condenados. Es muy grave lo que está ocurriendo en la Argentina.
Vivimos en democracia hace más de 30 años, con un intervalo en el año 2001 en que se produjo un golpe de estado “político” de parte de los justicialistas que desplazaron del poder al elegido en elecciones democraticas, el Dr. Fernando de la Rúa. No fueron los militares, fueron los políticos que siempre criticaron a los militares, aunque los políticos nunca fueron ajenos a los golpes de Estado, “golpeaban las puertas de los cuarteles”. Recién ahora con “Cambiemos” hay visibles signos de que la democracia quiere crecer, en la que impera el dialago de todas las fuerzas políticas y se busca consenso entre todos los partidos políticos.
Durante los 12 años que goberno el “kirchnerismo” el Parlamento fue un apendice del Poder Ejecutivo, una “verdadera escribanía”. El Poder Judicial no está a la altura de lo que se necesita en una democracia seria y madura, es responsable en gran parte del drama argentino ya que la corrupción que destruye nuestra economía y fabrica pobres no ha merecido condenas importantes. Los políticos “corruptos” son votados por un pueblo ignorante y se escudan en los “fueros parlamentarios” para no ir a la carcel. El pueblo no condena a los corruptos, los sigue votando. De todo esto nada tienen que ver los militares,ya no se les puede acusar de nada, las Fuerzas Armadas casi no tienen ninguna función que cumplir en el Estado.
En la decada de los setenta el Justicialismo (Menem) privatizó las empresas públicas con el supuesto fin de mejorar los recursos para la educación, la salud, la seguridad, la vivienda, etc. Han transcurrido muchos años y seguimos padeciendo problemas en todas esas areas tan vitales en nuestra y en todas las sociedades del mundo. La corrupción crece y crece, se roban la plata destinada a mejorar las escuelas y los salarios de los maestros, se roba la plata destinada a la construcción de hospitales, los salarios de los médicos y personas de la salud son pauperrimos, la inseguridad es creciente, aumenta la pobreza a causa de una creciente inflación y un deficit fiscal cada día mayor, no se genera trabajo genuino. Hay provincias en las que la mayor parte de la población depende del sector público. Los argentinos desconfiados aun mas después de la crisis del año 2001 esconden su dinero en los colchones o lo envian al exterior. Nada de esto es responsabilidad de las “denostadas” Fuerzas Armadas, es responsabilidad absoluta de los políticos “egoístas” argentinos y de un pueblo “ignorante” que sigue votando a los corruptos. Hasta ahora a ningún político ni el Parlamento ha decidido votar una ley que termine con los “fueros parlamentarios” para los casos de corrupción. Políticos ricos,pueblo pobre.
Cabe esperar que la sociedad tome conciencia que si queremos hacer crecer la democracia debemos terminar con estos “males hábitos”, así lo espero yo por el bienestar de nuestros hijos y nietos.
A veces me pongo a pensar qué heredé de mi padre y que heredé de mi madre. La realidad es que después de casi 58 años de casados como estuvieron papá y mamá resulta muy difícil ya que uno se parece al otro de manera muy significativa. Demasiado unidos por cosas en común hacen que la cosa sea así.
Mi padre era un hombre sensible y creo que heredé su sensibilidad “social” por el deseo de hacer obras en la sociedad. De la sensibilidad de mi madre si heredé sin duda alguna su sentir por la pluma, por el deseo de escribir y por su espíritu investigativo. Cuando me cuenta cosas, me río hacia mis adentros. Siento que pienso lo mismo. Nos gustan a ambos los pequeños recuerdos del pasado. Ambos nos aferramos a esos objetos ya que a veces hablamos del “alma de las cosas”. Las cosas tienen un espíritu y es el espíritu del creador.
De mi padre heredé el amor que siento por mi Patria, a los valores sanmartinianos y belgranianos. Cuando era joven pensaba que papá exageraba pero no es así. Creo que hacía lo justo. Heredé el sentido de la amistad. Me encanta tener amigos y mantengo estos amigos desde hace muchísimos años. Sus amigos me tratan de una manera muy especial ya que me consideran de manera muy especial por el parecido, no tanto físico, sino por el parecido espiritual. A los dos nos llaman “Panchito”. Uno parece la continuación perfecta del otro. Es realmente así. Al menos así lo veo yo.
En definitiva como decía ambos después de tantos años se parecían finalmente el uno al otro y de allí nací yo que soy una perfecta mezcla donde solo puedo destacar algunos aspectos que considero salientes de la personalidad de uno o del otro. En común tengo con ambos el mismo amor por mis semejantes, por mi familia e hijos que ellos supieron inculcarme de pequeño.
Sólo tenía catorce años, apenas un jovencito que poco sabía de la vida. Fueron años plenos de felicidad, viviendo en Tucumán, lleno de amigos, muchos hijos de amigos de mi padre.
Tengo muchos recuerdos lindos, pero hay uno que fué y será inolvidable. Eramos diez jinetes y dos caballos por cada uno. Descansábamos de a dos en la montaña, al aire libre y cubriéndonos con escasas mantas que teníamos. De día cabalgábamos y de noche dormíamos muy temprano, ya que al amanecer debíamos recomenzar el largo camino a recorrer. El viaje nos llevó varios días. No encontrábamos mucha gente en el camino, salvo algunos ranchitos de vez en cuando.
Recuerdo cuando ingresábamos a los pueblos. Allí estaban las chicas del lugar. Allí nosotros con nuestros caballos.
Lo primero que hacíamos era ir al río. Nos tomábamos un baño con agua fría, por supuesto y después una gran botella de agua de colonia para todos. Entrábamos así al pueblo, perfumados y a todo galope, tratando de llamar la atención de las jovencitas del lugar.
Pasaron asi varios días hasta que llegamos al campo del “Amigo Paz”, un gran amigo de mi padre, quien al reconocernos en el grupo de amigos que llegaba a su establecimiento para almorzar, me dijo y de manera muy cariñosa, como si fuera un hijo mas:
-Allí esta la manada. Mira bien ¿Cual es el caballo que te gusta?
“Había un tobiano”, un maravilloso caballo que nunca en mi vida pude olvidar.
Días dias después llegaba a nuestra casa en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, el tobiano marrón y blanco, más blanco que marrón.
Volví a Tucumán después de muchos años y ese recuerdo imborrable seguía en mi mente. Lo ubiqué al “Amigo Paz” y una noche nos juntamos y celebramos con una botella de “champagne”. Nos reímos y prometimos volver a encontrarnos. El destino no lo quiso, ya que el lamentablemente “El Amigo Paz”se fue con Dios. Ese caballo tobiano del “Amigo Paz” quedará en mi memoria por la eternidad.
Francisco “Pancho” Bénard es abogado, escritor y poeta.
RECUPERAR LA DEMOCRACIA
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Por Alberto Asseff*
Se desarrolla en la sociedad una fuerte y creciente corriente republicana. La alarma acerca de nuestro futuro republicano se extiende correlativamente al peligro de ser atrapados por una autocracia. Creo que deberíamos reparar en que además de la acechanza sobre la república como modelo institucional existen amenazas sobre la propia democracia. En rigor, el riesgo abarca a las dos. Si cae una se desploma la otra. Son inescindibles.
Como bien escribe Pablo Mendelevich en La Nación del pasado 12 de junio, son inocultables los planes de perpetuación en el poder. Un proyecto de capturar al Estado, de tales características, es letal para el sistema representativo republicano que establece el artículo primero de la Constitución.
Las democracias también mueren sobre todo si la reacción para defenderla no es suficientemente robusta, resuelta. O es tardía. Si, por caso, se juguetea en exceso con candidaturas y egomanías, en absurda disociación con la taciturna realidad argentina y sus elementales exigencias de deponer personalismos, priorizando la unión de los democrático-republicanos.
Las democracias tambalean asimismo cuando la alternativa a la tendencia totalitaria no termina de esbozar siete grandes ideas-fuerza que instalen confianza en la ciudadanía. La gente está literalmente embargada por crudos interrogantes: si ahora en el llano no son capaces de unirse, ¿cómo afrontarán desde el gobierno los inéditos desafíos que presenta la Argentina decadente, plagada de complejísimos problemas y de fortísimas mafias e intereses creados viciosos? ¿Quiénes invertirán en un país cuyas máximas autoridades menosprecian el derecho de propiedad y prácticamente alientan las usurpaciones? ¿Pueden tener estímulos la legión de emprendedores actuales y potenciales si las señales que vienen desde las cumbres del poder son que la Argentina privada es una rémora que hay que cercenar paulatinamente hasta extinguirla? En suma, está en la picota nada menos que la libertad. Ya no caben dudas ni vacilaciones: para los adeptos a la autocracia el gran enemigo es el argentino libre. Es tan aguda la cuestión que hasta puede afirmarse sin incurrir en exageraciones que los argentinos trabajadores, desde el operario al ejecutivo, son enemigos a derrotar. Un trabajador es, por naturaleza, digno y libre y eso les resulta intolerable a los autócratas.
Es tan manifiesta y descarada la vocación de erigir un modelo hegemónico, incompatible con el formato republicano y democrático, que se niegan, con empecinamiento y sin siquiera esgrimir razones, a la boleta única que podría transparentar, facilitar y sanear el sufragio. Y evitar ese 5% de fraudes que existen en todos los comicios. Han llegado tan lejos como derogar la habilitación del voto por correo para los ciudadanos residentes en el exterior. No hesitan en mostrar su atraso si se trata de impedir un puñado de votos mayoritariamente adversos para los hegemonistas. Pensar que en noviembre pasado, en los EEUU sufragaron por correo 100 millones de ciudadanos. Ni la pandemia los conmovió: ¿quiérese un voto sanitariamente más impecable que el postal?
La Argentina tiene oportunidades espectaculares si eleva su mirada y favorece al mérito y a la cultura del trabajo. Sin recaer en mentar al litio o a la riqueza ictícola que nos roban en nuestras narices sin que hagamos nada serio para impedirlo, detengámonos en las legumbres o en las algas. Podríamos impactar en el mercado mundial con mayor fuerza que con la soja, sobre todo si certificamos el producto orgánico. Además de la economía del conocimiento – en la que ya probamos nuestra inmensa capacidad -, nos aguarda la bioeconomía, esa que le dará aún más valor añadido a la fortaleza de la actividad rural tecnologizada.
Para recuperar la democracia, los demócratas y republicanos debemos proponer un gran plan de desarrollo para el mediano y largo plazo, para una generación.
Al Estado hay que funcionalizarlo en vez de colonizarlo. Reordenar su organigrama, en lugar de alambicarlo. Requiere un meticuloso trabajo ortopédico. Así como lo padecemos hoy, nos estamos transformando en sus desplumados siervos cuando lo creamos para que nos sirva y organice como hombres libres. Actualmente es el agente del atraso, violando el mandato constitucional de que nos constituimos para “promover el bienestar general”.
Es muy complejo el cuadro de situación, tanto como para interpelarnos a actos y gestos generosos, grandes. La confianza mayoritaria se depositará en la alternativa si exhibe esas actitudes, si brinda signos claros de que será capaz de darle gobernabilidad a las reformas ineludibles que el país necesita.
*Diputado nacional por Juntos por el Cambio (partido UNIR).
COLABORACIÓN: Dr. Francisco Benard
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 21, 2021
AGOSTO 17, 2020 – CUANDO UN PUEBLO DE PIE RECLAMA
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Por FRANCISCO BÉNARD
ARGENTINA, RECUPEREMOS LA CONCIENCIA CÍVICA
Estamos en cuarentena y no obstante el pueblo que está comenzando a cambiar su “conciencia cívica” sale a las calles a enfrentar “el coronavirus” es decir una posible muerte, para algunos. Esto parece ser una cosa “alocada” y sin sentido según la opinión del presidente y de sus portavoces. Nada que ver, esta decisión está muy pensada. La vida no tiene sentido sin libertad y el 17 de agosto recordamos los 270 años del fallecimiento del Libertador General San Martin. Lo recordamos al Padre de la Patria y a todos sus legados de hombre grande. Es lo que quiere hoy por hoy el pueblo argentino que no se siente representado por quienes quieren eludir el peso de la ley. Cristina Fernández de Kirchner y su familia despiertan en gran parte de la población un gran rechazo, todos sabemos que intenta eludir la Justicia y que para eso quiere una reforma judicial que la libere de toda culpabilidad en los distintos juicios que se le siguen. En lo personal no creo que sea culpable de todos los que se le endilgan, pero sí de muchos que no le hacen honor al cargo de vicepresidente. Mientras Alberto y su sequito festejaran alejados del pueblo, con todos los resguardos para no infectarse del virus, un pueblo con una naciente “conciencia cívica” lo desafía para recordarle que tienen muchos motivos para estar en las calles y es el profundo desagrado y rechazo a la reforma judicial hecha a la medida de la “liberación definitiva” de Cristina y de sus hijos y de los muchos que cometieron delitos económicos durante su gobierno. Alberto cada vez más lejos del pueblo, cada vez las encuestas le son menos favorables. Pareciera que el pueblo argentino está recuperando el honor perdido y se está dando cuenta de que es hora de terminar con la “bruja” de la política argentina. ¿Alberto deberá definirse si gobierna el o gobierna Cristina?
Francisco Benard
Abogado
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 16, 2020
Campaña Nacional contra la corrupcion e impunidad judicial
Con motivo de haber propuesto el distinguido abogado y escritor el Dr. Enrique Avogadro la Convocatoria al Pueblo Argentino por Más Justicia y Más República para el día 3 de agosto de este año frente a los Tribunales de la calle Talcahuano 550 de CABA a las 18.00 hs., he iniciado una gran campaña en más de cien diarios del país y en las principales agencias informativas.
La convocatoria de mi distinguido colega ha sido difundida en casi todas las Provincias en muchas de ellas con gobernantes que hace años son los “verdaderos dueños del Poder Político” por la fuerte dependencia laboral ya que la mayoría de sus ciudadanos dependen del trabajo en el Estado y eso genera un gran compromiso con quienes vienen gobernando hace muchos años.
La tarea no es sencilla pero entiendo que es necesario que lo que haremos el 3 de agosto próximo sea conocido en todo el país. Hasta ahora creo que tendremos buenas chances de apoyo en los principales medios de comunicación del país. He informado de esta convocatoria a periodistas muy conocidos y que tienen sus propios programas en distintos canales de televisión.
Hay un dicho en el que creo mucho “La peor gestión es la que no se hace”.
Hay otro dicho en el que también creo mucho “Cuando una persona emprende una tarea y se fija un objetivo debe extremar todos sus esfuerzos para el éxito total de la tarea”.
Le pido a todos los que reciban este mensaje que utilicen todos sus recursos informáticos y todos sus contactos en los medios para que algún día no muy lejano todos los argentinos dejen de ser “indiferentes” “vagos” y asuman definitivamente su rol de ciudadanos. Hay que tenerle más miedo que a los corruptos a los honestos que se quedan en silencio.
Sigamos todos acompañando la iniciativa del Dr. Enrique Avogadro y desde Buenos Aires hagámosle llegar los mensajes a todos los medios de prensa posibles en la Argentina. Hasta ahora he llegado a conectarme con más de cien medios del interior del país, desde Río Gallegos,la Agencia OPI, la Agencia DyN y los más importantes medios de prensa provinciales. Continuaré hasta agotar el último contacto posible.
Por Más Justicia, Por Más República, Por Más Políticos y Empresarios Chorros en cárceles comunes. Repudiemos a los Jueces Federales que protegen a los corruptos. Por un De Vido expulsado del Congreso. Para que el Congreso no sea un refugio de procesados y condenados. Es muy grave lo que está ocurriendo en la Argentina.
Dr. Francisco Bénard
Abogado y Periodista
La democracia que no crece
Escribe Francisco Bénard.
Vivimos en democracia hace más de 30 años, con un intervalo en el año 2001 en que se produjo un golpe de estado “político” de parte de los justicialistas que desplazaron del poder al elegido en elecciones democraticas, el Dr. Fernando de la Rúa. No fueron los militares, fueron los políticos que siempre criticaron a los militares, aunque los políticos nunca fueron ajenos a los golpes de Estado, “golpeaban las puertas de los cuarteles”. Recién ahora con “Cambiemos” hay visibles signos de que la democracia quiere crecer, en la que impera el dialago de todas las fuerzas políticas y se busca consenso entre todos los partidos políticos.
Durante los 12 años que goberno el “kirchnerismo” el Parlamento fue un apendice del Poder Ejecutivo, una “verdadera escribanía”. El Poder Judicial no está a la altura de lo que se necesita en una democracia seria y madura, es responsable en gran parte del drama argentino ya que la corrupción que destruye nuestra economía y fabrica pobres no ha merecido condenas importantes. Los políticos “corruptos” son votados por un pueblo ignorante y se escudan en los “fueros parlamentarios” para no ir a la carcel. El pueblo no condena a los corruptos, los sigue votando. De todo esto nada tienen que ver los militares,ya no se les puede acusar de nada, las Fuerzas Armadas casi no tienen ninguna función que cumplir en el Estado.
En la decada de los setenta el Justicialismo (Menem) privatizó las empresas públicas con el supuesto fin de mejorar los recursos para la educación, la salud, la seguridad, la vivienda, etc. Han transcurrido muchos años y seguimos padeciendo problemas en todas esas areas tan vitales en nuestra y en todas las sociedades del mundo. La corrupción crece y crece, se roban la plata destinada a mejorar las escuelas y los salarios de los maestros, se roba la plata destinada a la construcción de hospitales, los salarios de los médicos y personas de la salud son pauperrimos, la inseguridad es creciente, aumenta la pobreza a causa de una creciente inflación y un deficit fiscal cada día mayor, no se genera trabajo genuino. Hay provincias en las que la mayor parte de la población depende del sector público. Los argentinos desconfiados aun mas después de la crisis del año 2001 esconden su dinero en los colchones o lo envian al exterior. Nada de esto es responsabilidad de las “denostadas” Fuerzas Armadas, es responsabilidad absoluta de los políticos “egoístas” argentinos y de un pueblo “ignorante” que sigue votando a los corruptos. Hasta ahora a ningún político ni el Parlamento ha decidido votar una ley que termine con los “fueros parlamentarios” para los casos de corrupción. Políticos ricos,pueblo pobre.
Cabe esperar que la sociedad tome conciencia que si queremos hacer crecer la democracia debemos terminar con estos “males hábitos”, así lo espero yo por el bienestar de nuestros hijos y nietos.
Francisco Bénard
Abogado y Periodista
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 19, 2017
Herencia de dos padres
Por el dr. Francisco Bénard.
A veces me pongo a pensar qué heredé de mi padre y que heredé de mi madre. La realidad es que después de casi 58 años de casados como estuvieron papá y mamá resulta muy difícil ya que uno se parece al otro de manera muy significativa. Demasiado unidos por cosas en común hacen que la cosa sea así.
Mi padre era un hombre sensible y creo que heredé su sensibilidad “social” por el deseo de hacer obras en la sociedad. De la sensibilidad de mi madre si heredé sin duda alguna su sentir por la pluma, por el deseo de escribir y por su espíritu investigativo. Cuando me cuenta cosas, me río hacia mis adentros. Siento que pienso lo mismo. Nos gustan a ambos los pequeños recuerdos del pasado. Ambos nos aferramos a esos objetos ya que a veces hablamos del “alma de las cosas”. Las cosas tienen un espíritu y es el espíritu del creador.
De mi padre heredé el amor que siento por mi Patria, a los valores sanmartinianos y belgranianos. Cuando era joven pensaba que papá exageraba pero no es así. Creo que hacía lo justo. Heredé el sentido de la amistad. Me encanta tener amigos y mantengo estos amigos desde hace muchísimos años. Sus amigos me tratan de una manera muy especial ya que me consideran de manera muy especial por el parecido, no tanto físico, sino por el parecido espiritual. A los dos nos llaman “Panchito”. Uno parece la continuación perfecta del otro. Es realmente así. Al menos así lo veo yo.
En definitiva como decía ambos después de tantos años se parecían finalmente el uno al otro y de allí nací yo que soy una perfecta mezcla donde solo puedo destacar algunos aspectos que considero salientes de la personalidad de uno o del otro. En común tengo con ambos el mismo amor por mis semejantes, por mi familia e hijos que ellos supieron inculcarme de pequeño.
El Caballo del “Amigo” Paz
Por el Dr. Francisco Bénard.
Sólo tenía catorce años, apenas un jovencito que poco sabía de la vida. Fueron años plenos de felicidad, viviendo en Tucumán, lleno de amigos, muchos hijos de amigos de mi padre.
Tengo muchos recuerdos lindos, pero hay uno que fué y será inolvidable. Eramos diez jinetes y dos caballos por cada uno. Descansábamos de a dos en la montaña, al aire libre y cubriéndonos con escasas mantas que teníamos. De día cabalgábamos y de noche dormíamos muy temprano, ya que al amanecer debíamos recomenzar el largo camino a recorrer. El viaje nos llevó varios días. No encontrábamos mucha gente en el camino, salvo algunos ranchitos de vez en cuando.
Recuerdo cuando ingresábamos a los pueblos. Allí estaban las chicas del lugar. Allí nosotros con nuestros caballos.
Lo primero que hacíamos era ir al río. Nos tomábamos un baño con agua fría, por supuesto y después una gran botella de agua de colonia para todos. Entrábamos así al pueblo, perfumados y a todo galope, tratando de llamar la atención de las jovencitas del lugar.
Pasaron asi varios días hasta que llegamos al campo del “Amigo Paz”, un gran amigo de mi padre, quien al reconocernos en el grupo de amigos que llegaba a su establecimiento para almorzar, me dijo y de manera muy cariñosa, como si fuera un hijo mas:
-Allí esta la manada. Mira bien ¿Cual es el caballo que te gusta?
“Había un tobiano”, un maravilloso caballo que nunca en mi vida pude olvidar.
Días dias después llegaba a nuestra casa en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, el tobiano marrón y blanco, más blanco que marrón.
Volví a Tucumán después de muchos años y ese recuerdo imborrable seguía en mi mente. Lo ubiqué al “Amigo Paz” y una noche nos juntamos y celebramos con una botella de “champagne”. Nos reímos y prometimos volver a encontrarnos. El destino no lo quiso, ya que el lamentablemente “El Amigo Paz”se fue con Dios. Ese caballo tobiano del “Amigo Paz” quedará en mi memoria por la eternidad.
Francisco “Pancho” Bénard es abogado, escritor y poeta.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 15, 2016