Las recientes noticias sobre los desaciertos en la conducción del IOSFA por parte del actual presidente del directorio, Sr. Pedro Barrios, con amplia repercusión en los medios, y que han generado entre otras reacciones la muy apropiada y sentida carta pública del Cnl (R) VGM José Martiniano Duarte, no ha tenido su correlato en la adopción de medidas concretas por parte del Ministro de Defensa, quien a esta altura ya debió haber desplazado al funcionario, designando en su lugar a algún integrante de las FFAA.
Tal lo solicitado por nuestra Asociación en una nota al Sr. Ministro que difundimos con la Circular 98 y ahora reproducimos nuevamente debido a su importancia, esperando el apoyo explícito no solo de nuestros asociados, sino de todos los integrantes de la Familia Militar.
Por otra parte, también tomó estado público días pasados la ayuda económica que el nombrado administrador está concediendo graciosamente al personal civil de la entidad, hecho que consideramos a todas luces ilegal y que nos ha movido a realizar una Ampliación de Denuncia por Malversación de Fondos Públicos, ante el mismo Juzgado Federal que recibiera en el mes de noviembre pasado nuestra extensa denuncia por irregularidades y posible administración fraudulenta.
Reproducimos a continuación ambos documentos y recordamos a todos los afiliados la necesidad de hacernos llegar copia de sus Quejas y Reclamos al IOSFA, a través de la página web, como un modo de visualizar su verdadera magnitud (ver denuncias).
1. Nota al Ministro de Defensa
Buenos Aires, 14 de febrero de 2019.
Sr. Ministro de Defensa
Dr. Oscar Aguad
S / D
En mi carácter de Presidente de la Unión del Personal Militar Asociación Civil (UPMAC), personería jurídica IGJ Nro. 000017/03, me dirijo a Ud. a efectos de poner en su conocimiento la indignación que produjo entre nuestros asociados, afiliados en su totalidad al IOSFA, y en el universo militar en general (activos, retirados y pensionados), la nota Exp NO-2019-07418403-APN-D-IOSFA producida por el Presidente del Directorio de ese Instituto, en términos despreciativos y ofensivos hacia quienes nos sentimos honrados de vestir el uniforme.
Como es de su conocimiento por varias notas cursadas por UPMAC a ese Ministerio, el funcionario de referencia, Dr. Pedro Barrios, así como el gerente general Sr. Tomás Chavich y sus antecesores, no han dispuesto ni disponen de la idoneidad necesaria para administrar una Obra Social de tal magnitud. Así lo han demostrado. Sin duda, solo avalan sus designaciones criterios de pertenencia política u otros que desconocemos.
Históricamente las FFAA condujeron sus sistemas integrales de salud con solvencia y resultados siempre favorables, hasta que el poder político de turno las ahogó presupuestariamente llevando los sueldos de su personal a un punto tal que los aportes fueron tan exiguos que produjeron los déficit tan mentados y pregonados como la causal de la necesidad de la fundación del IOSFA, bajo la supuesta premisa de una administración más eficiente, hasta hoy no cumplida.
Sr. Ministro, no tenga dudas que esas fueron la CONSECUENCIAS. Las verdaderas CAUSAS deberían buscarse en el apetito político por gestionar una importante “caja”, devolver favores, y otras ajenas por completo a las necesidades de salud del personal militar.
Lo expuesto está avalado por una minuciosa investigación, parcialmente elevada a la Justicia, por lo cual consideramos que estamos en condiciones de solicitarle tenga a bien disponer el desplazamiento de los funcionarios mencionados precedentemente.
Las FFAA tienen capital humano idóneo con la capacidad y sentido de pertenencia necesarios para administrar eficientemente -sin cambiar el espíritu de unificación del sistema- de modo tal que ese Ministerio pueda exhibir resultados positivos en beneficio de todos los afiliados.
Sin otro particular, saludo a Ud. muy atte.
FRANCISCO RICARDO VERNA
Coronel (R)
Presidente
(*) Nota recibida en MEyS del Min Def el 15/02/2019
__________________________________ 2. Ampliación de Demanda
Señor Juez Federal:
FRANCISCO RICARDO VERNA, DNI 7.801.593, y MIGUEL ANGEL ARTUSO, DNI 7.619.633, en nuestro carácter de Presidente y Secretario de la “Unión del Personal Militar Asociación Civil” (UPMAC), respectivamente, con domicilio legal en Uruguay 654, 9no piso, Of. 907, CP 1015, CABA, Tel. 011-5330-5855, en el marco de la CAUSA Nº 18.826/2018 ante V.S. nos presentamos y respetuosamente decimos:
OBJETO
Como lo hicimos saber en la presentación inicial, luego ratificada, somos representantes de “Unión del Personal Militar Asociación Civil”, y como tales nos hemos visto en la obligación de efectuar la denuncia que diera inicio a la presente causa.
Desde entonces a esta parte, hemos detectado nuevos acontecimientos –que incluso han adquirido publicidad por una investigación periodística– que a nuestro juicio no ameritan la promoción de una nueva denuncia, pues conforman la maniobra defraudatoria o de malversación, en el ámbito del IOSFA (Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas), que ya está siendo investigada en autos.
En concreto, se trata de una conducta que asumió el Presidente del directorio del IOSFA, Sr. Pedro Barrios, consistente en ofrecer anticipo de haberes al personal civil de su dependencia, que los beneficiarios están autorizados a reintegrar hasta en 6 cuotas, sin interés.
Hasta allí podría considerarse un acto de pésima administración, pero sin embargo el dinero con el que se facilitan esos anticipos es dinero que el IOSFA percibe en concepto de aportes y contribuciones de los beneficiarios de la obra social para que eso vuelva en servicios sociales que el IOSFA está llamado a prestar a sus afiliados. Nunca puede destinarse ese dinero para beneficiar gratuitamente a los empleados civiles del organismo.
Y esto que decimos no está impuesto únicamente por las reglas de la lógica, sino por el hecho de que esta aplicación de fondos no está contemplada en el objeto social ni en el Presupuesto Anual para el año 2019, ni menos aún fue puesta a consideración del Directorio de la entidad.
Incumple, además, con lo estipulado en el título III, Art. 10 del Decreto 637/13, al superar holgadamente dicho Presupuesto el máximo de 8% de los ingresos brutos en gastos administrativos (solo en gastos en personal asigna $1.916 millones, que son el 9,5% de los $20.169 millones a ingresar), al tiempo que no asegura la estricta devolución de los préstamos, devaluación mediante y sin compensación de intereses. Todo ello en detrimento del cuidado de la salud de los afiliados.
La decisión por medio de la cual el Presidente del Directorio del IOSFA está desviando fondos de su fin específico, ni siquiera está avalada por la Ley de Contrato de Trabajo, que por su artículo 130 sólo autoriza un anticipo de salario de hasta un 50% a reintegrar en no más de un período de pago. La devolución en cuotas del dinero ofertado al personal civil administrativo, deja de ser adelanto de haberes para ser ayuda económica, función no prevista en la entidad, ni para los afiliados ni para los empleados, cuyo número aproximado es de 3.200.
Desde toda perspectiva, se trata de una maniobra en fraude a los intereses de los beneficiarios del servicio social de IOSFA, que se enmarca en la ya denunciada maniobra tendiente a beneficiar a un grupo limitado de personas, por parte de civiles que no debieran estar al mando de un organismo que fue creado para fines específicos y que hoy día parece estar consagrado a beneficiar a quienes por ley no están alcanzados por el objeto que persigue la Obra Social.
Se podrá aducir que se trata del uso de dinero ocioso (fondo de reserva); pero en tal caso ese dinero es y debe ser colocado a interés para el mantenimiento de su valor adquisitivo, siempre en miras del beneficio de los afiliados.
PETITORIO
Por todo lo expuesto, de V.S. solicitamos que tenga por formulada la ampliación de la denuncia, y que con intervención del Ministerio Público Fiscal se instruya el sumario, quedando a disposición para lo que pueda ser útil los suscriptos o los demás integrantes de la “Unión del Personal Militar Asociación Civil”.
Asimismo, teniendo en cuenta la manifiesta ilegalidad del hecho que se denuncia, pedimos que, en los términos del art. 23 del Código Penal, se disponga una medida judicial tendiente a evitar la consumación del delito, comunicando al Presidente del directorio de IOSFA que se abstenga de concretar nuevas entregas de dinero en las condiciones aquí denunciadas.
Proveer de conformidad, que SERA JUSTICIA.
Miguel Angel Artuso Francisco Ricardo Verna
Secretario Presidente
(*) Recibida en Juzgado Federal Nro 12 el 01/03/2019
El coronel (R) José Martiniano Duarte le envió una dura carta al ministro de Defensa Oscar Aguad ante la posibilidad de que los militares fueran apartados de la Obras Social del Personal de Las Fuerzas Armadas.
Segundo Round
Los rumores indicaban que el Ministerio daba marcha atras con ese plan (año electoral… mejor no invovar)
Tercer Round
Hoy miercoles, duarte -héroe de Malvinas- se enteró de que lo excluyeron del cuerpo de profesores del Colegio Militar.
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Duarte
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Aguad
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“Es cierta la versión que se está difundiendo, sobre quehe sido excluido del cuerpo de profesores del Colegio Militar. Como siempre, me hago responsable de mis actos y acepto sus consecuencias. Gracias a todos por los mensajes”, comentó el militar.
El lunes, había llevado personalmente la carta hasta la mesa de entradas del ministerio de Defensa. Allí se refería a la posibilidad de quelos militares sean apartados de la conducción del IOSFA, la obra social del personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas, que generó un gran malestar dentro de la estructura castrense.
“Me pregunto por qué la conducción del Ministerio de Defensa provoca esto en este momento. Las causas podrían ser de distinto tenor: ¿incompetencia, ignorancia, política? No encuentro una respuesta”, escribió el veterano de guerra, quien combatió en Puerto Howard.
La respuesta es clara: “Viva la democracia y la libertad de expresión, menos cuando no me guste lo que se dice”
El Coronel José Martiniano Duarte quién combatió en Malvinas descubrió con asombro la posibilidad de que los militares sean apartados de la conducción del IOSFA, la obra social del personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas. Esto ha creado una gran preocupación dentro de la estructura castrense.
Buenos Aires, 18 de febrero de 2019.
Señor Ministro de Defensa
Dr. Oscar Aguad
En relación a la ofensa que hiciera el presidente del directorio del IOSFA a todos los miembros de las instituciones armadas, en la persona del señor general José Luis Figueroa, tengo el agrado de intentar informarle por este medio, algunos conceptos que creo Usted desconoce.
Me pregunto por qué la conducción del Ministerio de Defensa provoca esto en este momento. Las causas podrían ser de distinto tenor: ¿incompetencia, ignorancia, política? No encuentro una respuesta. Hace décadas que el Ministerio de Defensa ha dejado de ser un área trascendente de las políticas públicas para los diferentes gobiernos. Y pareciera ser todo válido a la hora de humillar a las Fuerzas Armadas.
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Ahora, que prácticamente han sido borradas de toda consideración y, aparentemente, ya no tienen ningún otro tema para el escarnio, se la toman con nuestra Obra Social, que es lo mismo decir con nuestras familias. Es fácil, lo reconozco; los militares no tenemos sindicato, no hacemos paros ni movilizaciones y los políticos que deberían defendernos el salario y la salud, son simple aficionados que desconocen la particular problemática de la cuestión militar.
Tal vez Usted no lo sepa, pero la obra social de las fuerzas armadas posee particularidades que la hacen muy diferente a otras. Las enormes distancias y la dispersión territorial hacen que los costos de la atención sanitaria a sus afiliados sean altísimos ya que nuestro país posee unidades y destacamentos -que incluyen a Gendarmería Nacional- desde Tartagal, hasta Ushuaia, desde Puente del Inca, hasta Buenos Aires, incluso en lugares muy poco accesibles. Por eso existe dentro de la logística de personal de las Fuerzas, una Sanidad Militar que, de hecho y de práctica, no es de uso exclusivo de los militares en actividad, sino que se entrelaza y converge diariamente con la obra social. El médico militar que atiende a un suboficial en Río Mayo con el bonete de la Sanidad Militar, es el mismo que asiste a su esposa embarazada con el bonete de IOSFA.
Esta realidad -que los ministros de defensa de las últimas décadas y sus asesores que provienen en el mejor de los casos de la función pública, y nada saben de Defensa y, menos aún, de fuerzas armadas-, es la que hace que nuestra obra social se haya transformado en un instituto muy particular.
La primera en concurrir en auxilio de un familiar afectado (IOSFA) y ante una emergencia es la Sanidad Militar. Usted me dirá que la obra social hará el reintegro correspondiente, y yo le replicaré que no y que, lamentablemente, muchas veces no ocurre así. Por ejemplo, si se debe evacuar a un niño de la localidad de Río Mayo hasta el Hospital Militar de Comodoro Rivadavia por una urgencia -yo he vivido esa situación-, lo que ocurrirá es que el comandante de la Brigada Mecanizado IX ordenará a un helicóptero de su dependencia realizar el traslado (600 kilómetros, ida y vuelta), y lo hará sin consultar a la obra social ni esperar la autorización de la misma, porque hay una vida que salvar. Ese es el costo de tener Defensa en un País que es el octavo territorio del mundo. Esto ocurre, señor Ministro, porque el enorme despliegue y el aislamiento de muchas unidades de las Fuerzas, imponen que nuestra obra social y la Sanidad Militar vivan en emergencia permanente. Lo mismo se hace cuando acontece una catástrofe natural: primero concurren con los medios disponibles y, después, dan la novedad. Todo al propio costo y riesgo.
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Un pacto de soldados
Por José Martiniano Duarte
Esa mañana del 26 de mayo de 1982, el avión Hércules C-130 que llevaba a bordo a la Compañía de Comandos 602, había despegado de la base aérea de El Palomar a treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de Buenos Aires y estaba aterrizado para hacer combustible en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, el centro geográfico del golfo San Jorge, en la provincia del Chubut.
Dos horas después rodaba pesada y lentamente para alcanzar la cabecera de pista. Su destino era Puerto Argentino, la capital de las Islas Malvinas y el trámite, en principio, parecía que iba a ser rápido.
Había que llegar a como sea. ¿Acaso no era eso lo que querían y deseaban, no era eso para lo que se habían preparado desde muy jóvenes? Todo había ocurrido hasta aquí según lo conjeturado y planeado por su mentor. Mucho más rápido aún de lo que él mismo imaginaba hacía apenas unas semanas. Ahora la suerte estaba echada.
Para casi todos esos hombres, el despegue en esas condiciones, era una experiencia cotidiana; la visión caótica, aparentemente anárquica del fuselaje desnudo, las vibraciones que provoca el roncar furibundo de las turbinas, el tintineo metálico de una escalerilla floja, los arneses cuadriculados de los largos asientos de paracaidistas, el zumbido intermitente de los cables de mando al moverse, el bamboleo y traqueteo que produce el rodaje previo al despegue, el olor a JP-1 quemándose en los motores.
Para unos pocos en ese viaje, dos o tres suboficiales y tres soldados conscriptos, era una vivencia nueva que no habían conocido nunca y que no iban a olvidar jamás. La visión de un tripulante auxiliar enfundado de gris brillante con escudos en los hombros y en los brazos, grandes auriculares y micrófono, que pasó tomándose del cable estático y los parantes de aluminio, caminando sobre los asientos, enfrascado vaya a saber en qué tarea y hablando con palabras inentendibles quien sabe con quién, los llenó de asombro y los liberó por unos segundos de la aprensión, de la ansiedad y del miedo.
Porque ahora iban a enfrentar al océano en una travesía incierta. Y es que en estos casos de extremo peligro, donde se está entregado a las cosas que no dependen de uno, en realidad, siempre es mejor la inexperiencia y la ignorancia. Conocer, saber mucho, implica estar plenamente consciente de la realidad; y saber de tal manera, estimula la imaginación. Entender todo lo que podría pasar, todas las probabilidades, puede aterrorizar.
Casi todos eran paracaidistas y contabilizaban más decolajes que aterrizajes sobre una aeronave. Algunos rezaban en silencio, otros ponían la mente en blanco, algunos recordaban a sus familiares cercanos, esposa, hijos…; según era el método propio ensayado para superar la impaciencia del despegue y anular la imaginación, a la espera de que pase ese momento de angustia previo a la partida. Una situación que estaba más allá de su control…
Esta vez no era un lanzamiento en paracaídas o un desembarco de rutina, estaban partiendo para cumplir la que creían que era, con seguridad, la misión más importante de sus vidas. Para muchos, iba a ser la última misión de sus vidas. A algunos de ellos los separaban el mar y apenas 48 horas de su combate final. ¿Quién podía saberlo con certeza, pero quién podía descartarlo en aquel momento? Ninguno; muchos, seguramente lo presentían.
Iban sentados sobre los asientos de paracaidistas en cuatro hileras a lo largo del avión, dos y dos frente a frente y el equipo prolijamente aparcado con precisión aeronáutica sobre la gran rampa trasera. Al oír rugir los motores un acto reflejo aprendido y repetido cientos de veces les hizo entrecruzar los brazos unos con otros, aferrándose mutuamente.
La fuerza de los motores al ser liberada los empujó hacia el fondo de la aeronave obligándolos a resistir hombro con hombro, brazo con brazo. El avión se elevó rápidamente y sólo lo necesario. Lo suficiente para sortear los obstáculos que lo separaban del mar. Luego, poco a poco, fue acercando su panza gris al agua azul. Iba a hacer la travesía en vuelo táctico, casi rozando la superficie del agua, para intentar eludir los radares de vigilancia de la flota enemiga, que había establecido el cerco a las Islas y que era, o intentaba ser, inexpugnable. (Fuente: Zona-Militar)
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Pareciera que aquello que el doctor Pedro Barrios -del que desconozco su idoneidad en la materia- cree saber tan apropiadamente como para aplicar a los militares, lo ignora en el caso propio.
Pretender comparar al IOSFA y su funcionamiento con otras obras sociales, da cuenta del desconocimiento que se tiene sobre lo que son y necesitan las Fuerzas Armadas. Manifiesta una profunda ignorancia sobre la misión, la organización, el despliegue y las actividades de su conjunto, y de los elementos que la componen, así como las dificultades que permanentemente atraviesan.
Por lo anteriormente expuesto, es que enfatizo en la necesidad que quien ejerza las funciones de presidente del Directorio del IOSFA sea una persona formada no solo en el manejo de la salud o la administración de una obra social, sino que sea idónea en el conocimiento de la complejidad específica de las Fuerzas Armadas.
En caso que no sea posible encontrar a alguien que reúna esas condiciones, y Usted no quiera designar a un militar en ese puesto le solicito, por favor, que escoja a alguien que, por lo menos, quiera sus soldados.
Saludo a Usted con atenta consideración.
José Martiniano Duarte
Coronel VGM (R)
DNI: 8.604.927
IOSFA – Ampliación de Denuncia
Las recientes noticias sobre los desaciertos en la conducción del IOSFA por parte del actual presidente del directorio, Sr. Pedro Barrios, con amplia repercusión en los medios, y que han generado entre otras reacciones la muy apropiada y sentida carta pública del Cnl (R) VGM José Martiniano Duarte, no ha tenido su correlato en la adopción de medidas concretas por parte del Ministro de Defensa, quien a esta altura ya debió haber desplazado al funcionario, designando en su lugar a algún integrante de las FFAA.
Tal lo solicitado por nuestra Asociación en una nota al Sr. Ministro que difundimos con la Circular 98 y ahora reproducimos nuevamente debido a su importancia, esperando el apoyo explícito no solo de nuestros asociados, sino de todos los integrantes de la Familia Militar.
Por otra parte, también tomó estado público días pasados la ayuda económica que el nombrado administrador está concediendo graciosamente al personal civil de la entidad, hecho que consideramos a todas luces ilegal y que nos ha movido a realizar una Ampliación de Denuncia por Malversación de Fondos Públicos, ante el mismo Juzgado Federal que recibiera en el mes de noviembre pasado nuestra extensa denuncia por irregularidades y posible administración fraudulenta.
Reproducimos a continuación ambos documentos y recordamos a todos los afiliados la necesidad de hacernos llegar copia de sus Quejas y Reclamos al IOSFA, a través de la página web, como un modo de visualizar su verdadera magnitud (ver denuncias).
1. Nota al Ministro de Defensa
Buenos Aires, 14 de febrero de 2019.
Sr. Ministro de Defensa
Dr. Oscar Aguad
S / D
En mi carácter de Presidente de la Unión del Personal Militar Asociación Civil (UPMAC), personería jurídica IGJ Nro. 000017/03, me dirijo a Ud. a efectos de poner en su conocimiento la indignación que produjo entre nuestros asociados, afiliados en su totalidad al IOSFA, y en el universo militar en general (activos, retirados y pensionados), la nota Exp NO-2019-07418403-APN-D-IOSFA producida por el Presidente del Directorio de ese Instituto, en términos despreciativos y ofensivos hacia quienes nos sentimos honrados de vestir el uniforme.
Como es de su conocimiento por varias notas cursadas por UPMAC a ese Ministerio, el funcionario de referencia, Dr. Pedro Barrios, así como el gerente general Sr. Tomás Chavich y sus antecesores, no han dispuesto ni disponen de la idoneidad necesaria para administrar una Obra Social de tal magnitud. Así lo han demostrado. Sin duda, solo avalan sus designaciones criterios de pertenencia política u otros que desconocemos.
Históricamente las FFAA condujeron sus sistemas integrales de salud con solvencia y resultados siempre favorables, hasta que el poder político de turno las ahogó presupuestariamente llevando los sueldos de su personal a un punto tal que los aportes fueron tan exiguos que produjeron los déficit tan mentados y pregonados como la causal de la necesidad de la fundación del IOSFA, bajo la supuesta premisa de una administración más eficiente, hasta hoy no cumplida.
Sr. Ministro, no tenga dudas que esas fueron la CONSECUENCIAS. Las verdaderas CAUSAS deberían buscarse en el apetito político por gestionar una importante “caja”, devolver favores, y otras ajenas por completo a las necesidades de salud del personal militar.
Lo expuesto está avalado por una minuciosa investigación, parcialmente elevada a la Justicia, por lo cual consideramos que estamos en condiciones de solicitarle tenga a bien disponer el desplazamiento de los funcionarios mencionados precedentemente.
Las FFAA tienen capital humano idóneo con la capacidad y sentido de pertenencia necesarios para administrar eficientemente -sin cambiar el espíritu de unificación del sistema- de modo tal que ese Ministerio pueda exhibir resultados positivos en beneficio de todos los afiliados.
Sin otro particular, saludo a Ud. muy atte.
FRANCISCO RICARDO VERNA
Coronel (R)
Presidente
(*) Nota recibida en MEyS del Min Def el 15/02/2019
__________________________________
2. Ampliación de Demanda
Señor Juez Federal:
FRANCISCO RICARDO VERNA, DNI 7.801.593, y MIGUEL ANGEL ARTUSO, DNI 7.619.633, en nuestro carácter de Presidente y Secretario de la “Unión del Personal Militar Asociación Civil” (UPMAC), respectivamente, con domicilio legal en Uruguay 654, 9no piso, Of. 907, CP 1015, CABA, Tel. 011-5330-5855, en el marco de la CAUSA Nº 18.826/2018 ante V.S. nos presentamos y respetuosamente decimos:
OBJETO
Como lo hicimos saber en la presentación inicial, luego ratificada, somos representantes de “Unión del Personal Militar Asociación Civil”, y como tales nos hemos visto en la obligación de efectuar la denuncia que diera inicio a la presente causa.
Desde entonces a esta parte, hemos detectado nuevos acontecimientos –que incluso han adquirido publicidad por una investigación periodística– que a nuestro juicio no ameritan la promoción de una nueva denuncia, pues conforman la maniobra defraudatoria o de malversación, en el ámbito del IOSFA (Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas), que ya está siendo investigada en autos.
HECHOS NUEVOS
Como lo dejamos dicho en el apartado anterior, la noticia de este nuevo hecho delictivo ha cobrado alguna notoriedad porque se ha hecho pública por un artículo periodístico aparecido en el diario online “ámbito.com” (https://www.ambito.com/crisis-obra-social-las-ffaa-ayuda-financiera-respaldo-presupuesto-n5016964) y porque los propios involucrados en la malversación la promocionan en la página web del IOSFA (http://creditos.iosfa.gob.ar/Login/Login).
En concreto, se trata de una conducta que asumió el Presidente del directorio del IOSFA, Sr. Pedro Barrios, consistente en ofrecer anticipo de haberes al personal civil de su dependencia, que los beneficiarios están autorizados a reintegrar hasta en 6 cuotas, sin interés.
Hasta allí podría considerarse un acto de pésima administración, pero sin embargo el dinero con el que se facilitan esos anticipos es dinero que el IOSFA percibe en concepto de aportes y contribuciones de los beneficiarios de la obra social para que eso vuelva en servicios sociales que el IOSFA está llamado a prestar a sus afiliados. Nunca puede destinarse ese dinero para beneficiar gratuitamente a los empleados civiles del organismo.
Y esto que decimos no está impuesto únicamente por las reglas de la lógica, sino por el hecho de que esta aplicación de fondos no está contemplada en el objeto social ni en el Presupuesto Anual para el año 2019, ni menos aún fue puesta a consideración del Directorio de la entidad.
Incumple, además, con lo estipulado en el título III, Art. 10 del Decreto 637/13, al superar holgadamente dicho Presupuesto el máximo de 8% de los ingresos brutos en gastos administrativos (solo en gastos en personal asigna $1.916 millones, que son el 9,5% de los $20.169 millones a ingresar), al tiempo que no asegura la estricta devolución de los préstamos, devaluación mediante y sin compensación de intereses. Todo ello en detrimento del cuidado de la salud de los afiliados.
La decisión por medio de la cual el Presidente del Directorio del IOSFA está desviando fondos de su fin específico, ni siquiera está avalada por la Ley de Contrato de Trabajo, que por su artículo 130 sólo autoriza un anticipo de salario de hasta un 50% a reintegrar en no más de un período de pago. La devolución en cuotas del dinero ofertado al personal civil administrativo, deja de ser adelanto de haberes para ser ayuda económica, función no prevista en la entidad, ni para los afiliados ni para los empleados, cuyo número aproximado es de 3.200.
Desde toda perspectiva, se trata de una maniobra en fraude a los intereses de los beneficiarios del servicio social de IOSFA, que se enmarca en la ya denunciada maniobra tendiente a beneficiar a un grupo limitado de personas, por parte de civiles que no debieran estar al mando de un organismo que fue creado para fines específicos y que hoy día parece estar consagrado a beneficiar a quienes por ley no están alcanzados por el objeto que persigue la Obra Social.
Se podrá aducir que se trata del uso de dinero ocioso (fondo de reserva); pero en tal caso ese dinero es y debe ser colocado a interés para el mantenimiento de su valor adquisitivo, siempre en miras del beneficio de los afiliados.
PETITORIO
Por todo lo expuesto, de V.S. solicitamos que tenga por formulada la ampliación de la denuncia, y que con intervención del Ministerio Público Fiscal se instruya el sumario, quedando a disposición para lo que pueda ser útil los suscriptos o los demás integrantes de la “Unión del Personal Militar Asociación Civil”.
Asimismo, teniendo en cuenta la manifiesta ilegalidad del hecho que se denuncia, pedimos que, en los términos del art. 23 del Código Penal, se disponga una medida judicial tendiente a evitar la consumación del delito, comunicando al Presidente del directorio de IOSFA que se abstenga de concretar nuevas entregas de dinero en las condiciones aquí denunciadas.
Proveer de conformidad, que SERA JUSTICIA.
Miguel Angel Artuso Francisco Ricardo Verna
Secretario Presidente
(*) Recibida en Juzgado Federal Nro 12 el 01/03/2019
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 8, de 2019.-
Aguad vs. Duarte
Primer Round
El coronel (R) José Martiniano Duarte le envió una dura carta al ministro de Defensa Oscar Aguad ante la posibilidad de que los militares fueran apartados de la Obras Social del Personal de Las Fuerzas Armadas.
Segundo Round
Los rumores indicaban que el Ministerio daba marcha atras con ese plan (año electoral… mejor no invovar)
Tercer Round
Hoy miercoles, duarte -héroe de Malvinas- se enteró de que lo excluyeron del cuerpo de profesores del Colegio Militar.
[ezcol_1half]Duarte
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Aguad
[/ezcol_1half_end]“Es cierta la versión que se está difundiendo, sobre quehe sido excluido del cuerpo de profesores del Colegio Militar. Como siempre, me hago responsable de mis actos y acepto sus consecuencias. Gracias a todos por los mensajes”, comentó el militar.
El lunes, había llevado personalmente la carta hasta la mesa de entradas del ministerio de Defensa. Allí se refería a la posibilidad de quelos militares sean apartados de la conducción del IOSFA, la obra social del personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas, que generó un gran malestar dentro de la estructura castrense.
“Me pregunto por qué la conducción del Ministerio de Defensa provoca esto en este momento. Las causas podrían ser de distinto tenor: ¿incompetencia, ignorancia, política? No encuentro una respuesta”, escribió el veterano de guerra, quien combatió en Puerto Howard.
La respuesta es clara: “Viva la democracia y la libertad de expresión, menos cuando no me guste lo que se dice”
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 20, 2019
Todo parece ser válido a la hora de humillar a las Fuerzas Armadas
El Coronel José Martiniano Duarte quién combatió en Malvinas descubrió con asombro la posibilidad de que los militares sean apartados de la conducción del IOSFA, la obra social del personal en actividad y retirado de las Fuerzas Armadas. Esto ha creado una gran preocupación dentro de la estructura castrense.
Buenos Aires, 18 de febrero de 2019.
Señor Ministro de Defensa
Dr. Oscar Aguad
En relación a la ofensa que hiciera el presidente del directorio del IOSFA a todos los miembros de las instituciones armadas, en la persona del señor general José Luis Figueroa, tengo el agrado de intentar informarle por este medio, algunos conceptos que creo Usted desconoce.
Me pregunto por qué la conducción del Ministerio de Defensa provoca esto en este momento. Las causas podrían ser de distinto tenor: ¿incompetencia, ignorancia, política? No encuentro una respuesta. Hace décadas que el Ministerio de Defensa ha dejado de ser un área trascendente de las políticas públicas para los diferentes gobiernos. Y pareciera ser todo válido a la hora de humillar a las Fuerzas Armadas.
[ezcol_2fifth]Ahora, que prácticamente han sido borradas de toda consideración y, aparentemente, ya no tienen ningún otro tema para el escarnio, se la toman con nuestra Obra Social, que es lo mismo decir con nuestras familias. Es fácil, lo reconozco; los militares no tenemos sindicato, no hacemos paros ni movilizaciones y los políticos que deberían defendernos el salario y la salud, son simple aficionados que desconocen la particular problemática de la cuestión militar.
Tal vez Usted no lo sepa, pero la obra social de las fuerzas armadas posee particularidades que la hacen muy diferente a otras. Las enormes distancias y la dispersión territorial hacen que los costos de la atención sanitaria a sus afiliados sean altísimos ya que nuestro país posee unidades y destacamentos -que incluyen a Gendarmería Nacional- desde Tartagal, hasta Ushuaia, desde Puente del Inca, hasta Buenos Aires, incluso en lugares muy poco accesibles. Por eso existe dentro de la logística de personal de las Fuerzas, una Sanidad Militar que, de hecho y de práctica, no es de uso exclusivo de los militares en actividad, sino que se entrelaza y converge diariamente con la obra social. El médico militar que atiende a un suboficial en Río Mayo con el bonete de la Sanidad Militar, es el mismo que asiste a su esposa embarazada con el bonete de IOSFA.
Esta realidad -que los ministros de defensa de las últimas décadas y sus asesores que provienen en el mejor de los casos de la función pública, y nada saben de Defensa y, menos aún, de fuerzas armadas-, es la que hace que nuestra obra social se haya transformado en un instituto muy particular.
La primera en concurrir en auxilio de un familiar afectado (IOSFA) y ante una emergencia es la Sanidad Militar. Usted me dirá que la obra social hará el reintegro correspondiente, y yo le replicaré que no y que, lamentablemente, muchas veces no ocurre así. Por ejemplo, si se debe evacuar a un niño de la localidad de Río Mayo hasta el Hospital Militar de Comodoro Rivadavia por una urgencia -yo he vivido esa situación-, lo que ocurrirá es que el comandante de la Brigada Mecanizado IX ordenará a un helicóptero de su dependencia realizar el traslado (600 kilómetros, ida y vuelta), y lo hará sin consultar a la obra social ni esperar la autorización de la misma, porque hay una vida que salvar. Ese es el costo de tener Defensa en un País que es el octavo territorio del mundo. Esto ocurre, señor Ministro, porque el enorme despliegue y el aislamiento de muchas unidades de las Fuerzas, imponen que nuestra obra social y la Sanidad Militar vivan en emergencia permanente. Lo mismo se hace cuando acontece una catástrofe natural: primero concurren con los medios disponibles y, después, dan la novedad. Todo al propio costo y riesgo.
[/ezcol_2fifth] [ezcol_3fifth_end]Un pacto de soldados
Por José Martiniano Duarte
Esa mañana del 26 de mayo de 1982, el avión Hércules C-130 que llevaba a bordo a la Compañía de Comandos 602, había despegado de la base aérea de El Palomar a treinta kilómetros al noroeste de la ciudad de Buenos Aires y estaba aterrizado para hacer combustible en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, el centro geográfico del golfo San Jorge, en la provincia del Chubut.
Dos horas después rodaba pesada y lentamente para alcanzar la cabecera de pista. Su destino era Puerto Argentino, la capital de las Islas Malvinas y el trámite, en principio, parecía que iba a ser rápido.
Había que llegar a como sea. ¿Acaso no era eso lo que querían y deseaban, no era eso para lo que se habían preparado desde muy jóvenes? Todo había ocurrido hasta aquí según lo conjeturado y planeado por su mentor. Mucho más rápido aún de lo que él mismo imaginaba hacía apenas unas semanas. Ahora la suerte estaba echada.
Para casi todos esos hombres, el despegue en esas condiciones, era una experiencia cotidiana; la visión caótica, aparentemente anárquica del fuselaje desnudo, las vibraciones que provoca el roncar furibundo de las turbinas, el tintineo metálico de una escalerilla floja, los arneses cuadriculados de los largos asientos de paracaidistas, el zumbido intermitente de los cables de mando al moverse, el bamboleo y traqueteo que produce el rodaje previo al despegue, el olor a JP-1 quemándose en los motores.
Para unos pocos en ese viaje, dos o tres suboficiales y tres soldados conscriptos, era una vivencia nueva que no habían conocido nunca y que no iban a olvidar jamás. La visión de un tripulante auxiliar enfundado de gris brillante con escudos en los hombros y en los brazos, grandes auriculares y micrófono, que pasó tomándose del cable estático y los parantes de aluminio, caminando sobre los asientos, enfrascado vaya a saber en qué tarea y hablando con palabras inentendibles quien sabe con quién, los llenó de asombro y los liberó por unos segundos de la aprensión, de la ansiedad y del miedo.
Porque ahora iban a enfrentar al océano en una travesía incierta. Y es que en estos casos de extremo peligro, donde se está entregado a las cosas que no dependen de uno, en realidad, siempre es mejor la inexperiencia y la ignorancia. Conocer, saber mucho, implica estar plenamente consciente de la realidad; y saber de tal manera, estimula la imaginación. Entender todo lo que podría pasar, todas las probabilidades, puede aterrorizar.
Casi todos eran paracaidistas y contabilizaban más decolajes que aterrizajes sobre una aeronave. Algunos rezaban en silencio, otros ponían la mente en blanco, algunos recordaban a sus familiares cercanos, esposa, hijos…; según era el método propio ensayado para superar la impaciencia del despegue y anular la imaginación, a la espera de que pase ese momento de angustia previo a la partida. Una situación que estaba más allá de su control…
Esta vez no era un lanzamiento en paracaídas o un desembarco de rutina, estaban partiendo para cumplir la que creían que era, con seguridad, la misión más importante de sus vidas. Para muchos, iba a ser la última misión de sus vidas. A algunos de ellos los separaban el mar y apenas 48 horas de su combate final. ¿Quién podía saberlo con certeza, pero quién podía descartarlo en aquel momento? Ninguno; muchos, seguramente lo presentían.
Iban sentados sobre los asientos de paracaidistas en cuatro hileras a lo largo del avión, dos y dos frente a frente y el equipo prolijamente aparcado con precisión aeronáutica sobre la gran rampa trasera. Al oír rugir los motores un acto reflejo aprendido y repetido cientos de veces les hizo entrecruzar los brazos unos con otros, aferrándose mutuamente.
La fuerza de los motores al ser liberada los empujó hacia el fondo de la aeronave obligándolos a resistir hombro con hombro, brazo con brazo. El avión se elevó rápidamente y sólo lo necesario. Lo suficiente para sortear los obstáculos que lo separaban del mar. Luego, poco a poco, fue acercando su panza gris al agua azul. Iba a hacer la travesía en vuelo táctico, casi rozando la superficie del agua, para intentar eludir los radares de vigilancia de la flota enemiga, que había establecido el cerco a las Islas y que era, o intentaba ser, inexpugnable. (Fuente: Zona-Militar) [/ezcol_3fifth_end]
Pareciera que aquello que el doctor Pedro Barrios -del que desconozco su idoneidad en la materia- cree saber tan apropiadamente como para aplicar a los militares, lo ignora en el caso propio.
Pretender comparar al IOSFA y su funcionamiento con otras obras sociales, da cuenta del desconocimiento que se tiene sobre lo que son y necesitan las Fuerzas Armadas. Manifiesta una profunda ignorancia sobre la misión, la organización, el despliegue y las actividades de su conjunto, y de los elementos que la componen, así como las dificultades que permanentemente atraviesan.
Por lo anteriormente expuesto, es que enfatizo en la necesidad que quien ejerza las funciones de presidente del Directorio del IOSFA sea una persona formada no solo en el manejo de la salud o la administración de una obra social, sino que sea idónea en el conocimiento de la complejidad específica de las Fuerzas Armadas.
En caso que no sea posible encontrar a alguien que reúna esas condiciones, y Usted no quiera designar a un militar en ese puesto le solicito, por favor, que escoja a alguien que, por lo menos, quiera sus soldados.
Saludo a Usted con atenta consideración.
José Martiniano Duarte
Coronel VGM (R)
DNI: 8.604.927
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 18, 2019