No fue gratuita mi advertencia acerca de la altísima probabilidad de que no sólo se repita, sino que se incremente la violencia en sucesivos miércoles, cuando los jubilados vuelvan a marchar en reclamo por sus más que magros haberes, puesto que la gimnasia de combate urbano irá perfeccionando – en el mal sentido – su accionar y servirá para dar argumentos, siempre falsos, a quienes buscan desde el principio el fracaso y la pronta destitución del Presidente.
Si ello ocurre, como es de prever, resultará necesario incrementar la defensa del orden constitucional, con el Estado reivindicando el monopolio del uso de la fuerza.
Por ello, vuelvo a insistir en la urgente necesidad de que Milei termine, haciendo justo uso de sus facultades presidenciales, con la persecución a los militares que el pero-kirchnerismo habilitó a la izquierda para recibir, en cambio, protección para su desmedido saqueo, puesto que el espectáculo que brinda aún hoy, cuando han transcurrido cinco décadas, de la persecución – y muerte en las mazmorras – a sus antiguos camaradas por haber cumplido a rajatabla las instrucciones que emanaban de un gobierno legítimo, seguramente no templará el ánimo de quienes hoy sean llamados a obedecer.
Cientos de miembros del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea, de la Policía Federal, de las policías provinciales, del Servicio Penitenciario, de la Gendarmería, de la Prefectura Naval, civiles y hasta sacerdotes, que cincuenta años atrás eran jóvenes y, como tales, incapaces funcionalmente de impartir órdenes, hoy – ya ancianos y enfermos – se pudren en las cárceles de todo el país, mientras fiscales y jueces militantes – verdaderos asesinos togados – continúan iniciando y substanciando procesos estalinistas, plagados de pruebas y testigos falsos, cuyas sentencias estaban (y están) escritas de antemano por los organismos de tuertos derechos humanos, que luego sirven para obtener enormes indemnizaciones – superan ya los US$ 3.500 millones – a los mismos terroristas de entonces.
En el orden internacional, Donald Trump sigue desconcertando a propios y ajenos. Los – por ahora infructuosos – coqueteos con Vladimir Putin para que firme la paz con una Ucrania que ya ha aceptado, sus constantes diatribas contra Canadá (a quien pretende anexar), a Dinamarca (para comprarle o amputarle Groenlandia), a México (por la inmigración y el fentanilo) y a Europa en general por la OTAN, no permiten una explicación racional acerca del rumbo que pretende imponer a la posición geopolítica de Washington ni a su propia economía, que seguramente sufrirá con sus aranceles a los productos importados.
Si le sumamos los aprietes financieros y policiales que ejerce sobre las universidades públicas y privadas más renombradas para condicionar la admisión de estudiantes y la libertad de cátedra, resulta evidente que ha llegado al poder con ánimo de socavar los cimientos más firmes de la que, hasta hace nada, fue la democracia más antigua del mundo.
Por su parte, el criminal autócrata del Kremlin insiste en su hipocresía al rechazar la propuesta de instalar fuerzas de paz internacionales en las fronteras que sean diseñadas después de la guerra, mientras utiliza soldados norcoreanos como carne de cañón en su ofensiva contra Ucrania.
Tampoco está clara qué actitud adoptará, en definitiva, Xi Jinping frente a los Estados Unidos, en especial después de haber dicho, en el reciente Congreso Anual del Partido Comunista Chino, que su país está listo para entrar en guerra, sea esta comercial o bélica.
Siria ha entrado nuevamente en ebullición, con miles de muertos, y el gobierno que surgió de las milicias que expulsaron a Bashad Al-Assar, y el peligro latente derivado del progreso del programa nuclear de Irán no permiten vislumbrar alguna posibilidad de paz en Medio Oriente, sobre todo porque Hamás, aunque muy golpeado, sigue desafiando al mundo con la bastarda manipulación de la reticente liberación de los rehenes israelíes que mantiene en su poder.
En resumen, aquí y en todo el planeta, seguimos viviendo en una época difusa, en la que resulta imposible imaginar el futuro inmediato, con toda la carga emocional que, a nivel individual, esa situación conlleva.
Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el dilema de la intervención humanitaria ha sido superado por otras preocupaciones, pero no se ha resuelto ni ha desaparecido.¿Cuándo, si es que alguna vez, es apropiado que los Estados, individual o colectivamente, adopten medidas coercitivas, y en particular acciones militares, contra otro Estado, no con fines de legítima defensa ni para hacer frente a una amenaza mayor a la paz y la seguridad internacionales, tal como se entiende tradicionalmente, sino con el fin de proteger a las personas que corren peligro dentro de ese Estado? Independientemente de lo que abarque, la responsabilidad de proteger implica sobre todo la responsabilidad de reaccionar ante situaciones de necesidad imperiosa de protección humana.Cuando las medidas preventivas no logran resolver o contener la situación, y cuando un Estado no puede o no quiere remediarla, puede ser necesario que otros miembros de la comunidad más amplia de Estados adopten medidas de intervención.Estas medidas coercitivas pueden incluir medidas políticas, económicas o judiciales y, en casos extremos -pero sólo casos extremos-, también pueden incluir acciones militares. Pero, ¿qué es un caso extremo?¿Dónde debemos trazar el límite para determinar cuándo es, prima facie, defendible una intervención militar?¿Qué otras condiciones o restricciones, si las hay, deben aplicarse para determinar si se debe llevar a cabo esa intervención y cómo?Y, lo más difícil de todo, ¿quién toma todas esas decisiones? ¿Quién debe tener la autoridad última para determinar si una intrusión en un Estado soberano, que implique el uso de fuerza letal en una escala potencialmente masiva, debe realmente llevarse a cabo?Estas preguntas han generado una enorme cantidad de literatura y mucha terminología en pugna, pero en las cuestiones fundamentales hay mucho terreno común.Todos los criterios pertinentes para la toma de decisiones parecían estar subsumidos en los seis epígrafes siguientes, que incluyen un criterio de umbral, cuatro criterios de precaución y un criterio de autoridad. Para que se justifique una intervención militar con fines de protección humana, debe producirse o existir una probabilidad inminente de que se produzcan daños graves e irreparables a seres humanos, de los siguientes tipos: pérdida de vidas en gran escala, real o presunta, con intención genocida o no, que sea producto de una acción deliberada del Estado, de su negligencia o incapacidad para actuar, o de una situación de Estado fallido;o limpieza étnica en gran escala, real o presunta, ya sea llevada a cabo mediante asesinatos, expulsiones forzadas, actos de terrorismo o violaciones. El umbral debe establecerse alto y estricto, tanto por razones conceptuales (la intervención militar debe ser muy excepcional) como por razones políticas prácticas (si la intervención ha de producirse cuando es más necesaria, no se puede recurrir a ella con demasiada frecuencia).Sólo se identifican dos situaciones como desencadenantes legítimos.No se intenta cuantificar lo que es “gran escala”, pero se deja claro que la acción militar puede ser legítima como medida anticipatoria en respuesta a pruebas claras de probables asesinatos en gran escala o limpieza étnica.Sin esta posibilidad de acción anticipada, la comunidad internacional se vería en la posición moralmente insostenible de tener que esperar hasta que comience el genocidio antes de poder tomar medidas para detenerlo. Los criterios de umbral articulados son lo suficientemente amplios como para abarcar no sólo la perpetración deliberada de horrores como los que ocurrieron, o se previeron, en Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Ruanda, sino también situaciones de colapso estatal y la consiguiente exposición de la población a una hambruna masiva y/o una guerra civil (como en Somalia).También podrían estar incluidas las catástrofes naturales o ambientales abrumadoras, que no son en sí mismas provocadas por el hombre, pero en las que el Estado en cuestión no está dispuesto o no puede hacer frente a ellas o pedir ayuda, y se está produciendo o amenaza con producirse una pérdida significativa de vidas. Lo que no está cubierto por los criterios de umbral de la “causa justa” establecidos aquí son las situaciones de violaciones de los derechos humanos que no llegan a ser asesinatos directos o limpieza étnica (como la discriminación racial sistemática o la opresión política), el derrocamiento de gobiernos elegidos democráticamente y el rescate por un Estado de sus propios nacionales en territorio extranjero.Aunque son eminentemente merecedores de acciones externas de diversos tipos -incluidas, en casos apropiados, sanciones políticas, económicas o militares-, no son casos que parezcan justificar una acción militar con fines de protección humana.
El objetivo primordial de la intervención, cualesquiera que sean los otros motivos que puedan tener los Estados que intervienen, debe ser detener o evitar el sufrimiento humano. Hay varias maneras de contribuir a garantizarlo.Una de ellas es que la intervención militar se lleve a cabo siempre sobre una base colectiva o multilateral, y no sobre una base de un solo país.Otra es comprobar si la intervención cuenta realmente con el apoyo de la población a cuyo beneficio se pretende intervenir, y en qué medida.Otra es comprobar si se ha tenido en cuenta la opinión de otros países de la región y en qué medida la apoya. La ausencia de cualquier interés personal mezquino puede ser un ideal, pero no es probable que siempre sea una realidad.Los motivos mixtos, en las relaciones internacionales como en todas partes, son un hecho de la vida.Además, el costo presupuestario y el riesgo para el personal involucrado en cualquier acción militar pueden, de hecho, hacer que sea políticamente imperativo que el Estado que interviene pueda reivindicar cierto grado de interés personal en la intervención, por altruista que sea su motivo principal. La intervención militar sólo puede justificarse cuando se han explorado todas las opciones no militares para la prevención o la solución pacífica de la crisis, y hay motivos razonables para creer que medidas menos severas no habrían tenido éxito. La responsabilidad de reaccionar -con coerción militar- sólo puede justificarse cuando se ha cumplido plenamente con la responsabilidad de prevenir.Esto no significa necesariamente que se hayan probado literalmente todas esas opciones y que hayan fracasado: a menudo simplemente no habrá tiempo para que ese proceso se resuelva por sí solo.Pero sí significa que deben existir motivos razonables para creer que, en todas las circunstancias, si se hubiera intentado la medida, no habría tenido éxito. La escala, duración e intensidad de la intervención militar planificada deben ser las mínimas necesarias para garantizar el objetivo definido de protección humana. La acción adoptada debe ser proporcional en escala a su propósito declarado y acorde con la magnitud de la provocación original.El efecto sobre el sistema político del país objeto de la intervención debe limitarse a lo estrictamente necesario para lograr el propósito de la intervención. Debe haber una posibilidad razonable de éxito para detener o evitar el sufrimiento que ha justificado la intervención, y las consecuencias de la acción no deben ser peores que las de la inacción. La acción militar sólo puede justificarse si tiene una posibilidad razonable de éxito y no corre el riesgo de desencadenar una conflagración mayor.La aplicación de este principio de precaución probablemente impediría, por razones puramente utilitarias, la acción militar contra cualquiera de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, incluso si se cumplieran todas las demás condiciones para la intervención: es difícil imaginar que se evite un conflicto importante o que se logre el objetivo original.Lo mismo ocurre con otras grandes potencias. Esto plantea la conocida cuestión de los dobles raseros.En este caso, la única respuesta es que el hecho de que tal vez no sea posible intervenir en todos los casos en que haya justificación para hacerlo no es razón para no intervenir nunca.
No hay órgano mejor ni más apropiado que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para autorizar una intervención militar con fines de protección humana.La tarea no consiste en encontrar alternativas al Consejo de Seguridad como fuente de autoridad, sino en hacer que éste funcione mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. Cuando se trata de autorizar una intervención militar con fines de protección humana, el argumento convincente es que las Naciones Unidas, y en particular el Consejo de Seguridad, deben ser el primer punto de contacto.La difícil cuestión -planteada con crudeza por Kosovo- es si debe ser el último. La cuestión de principio en este caso era, en opinión de la Comisión, indiscutible.Las Naciones Unidas son, sin lugar a dudas, la principal institución para construir, consolidar y utilizar la autoridad de la comunidad internacional.Quienes desafíen o evadan la autoridad de las Naciones Unidas como único guardián legítimo de la paz y la seguridad internacionales en casos específicos corren el riesgo de erosionar su autoridad en general y también de socavar el principio de un orden mundial basado en el derecho internacional y las normas universales. Si por alguna razón el Consejo de Seguridad no puede o no quiere actuar en un caso que clama por una intervención, desde este punto de vista sólo hay dos soluciones institucionales disponibles.Una es que la Asamblea General examine el asunto en un período extraordinario de sesiones de emergencia con arreglo al procedimiento de “Unión por la paz” (utilizado como base para las operaciones en Corea en 1950, Egipto en 1956 y el Congo en 1960), que bien puede haber emitido, de hecho, y rápidamente, una recomendación mayoritaria para la acción en los casos de Rwanda y, especialmente, de Kosovo.La otra es que las organizaciones regionales o subregionales actúen con arreglo al Capítulo VIII de la Carta dentro de su área de jurisdicción, sujetas a la posterior solicitud de autorización del Consejo de Seguridad (como ocurrió con las intervenciones en Liberia, en África occidental, a principios de los años 1990, y en Sierra Leona en 1997). Las intervenciones de coaliciones ad hoc (o, más aún, de Estados individuales) que actúan sin la aprobación del Consejo de Seguridad, de la Asamblea General o de una agrupación regional o subregional de la que sea miembro el Estado objeto de la intervención no gozan de un amplio apoyo internacional (sería un eufemismo decirlo).Hay muchas razones para estar insatisfecho con el papel que ha desempeñado hasta ahora el Consejo de Seguridad (su desempeño generalmente desigual, su composición no representativa y sus inherentes dobles raseros institucionales con el poder de veto de los Cinco Permanentes).Pero la realidad política es que, si alguna vez se llega a un consenso internacional sobre cuándo, dónde, cómo y a través de quién debe producirse una intervención militar, está muy claro que el papel central del Consejo de Seguridad tendrá que estar en el centro de ese consenso. Pero ¿qué sucede si el Consejo de Seguridad no cumple con su propia responsabilidad de proteger en una situación que sacude la conciencia y exige acción, como fue el caso de Kosovo?Se plantea la cuestión de cuál de los dos males es peor: el daño al orden internacional si se deja de lado al Consejo de Seguridad, o el daño a ese orden si se mata a seres humanos mientras el Consejo de Seguridad se mantiene al margen.La respuesta de la Comisión a este dilema fue articular dos mensajes importantes, esencialmente políticos.
El primer mensaje es que si el Consejo de Seguridad no actúa, otros Estados pueden actuar y hacerlo mal.Esas intervenciones, sin la disciplina y las limitaciones de la autorización de las Naciones Unidas, pueden no llevarse a cabo por las razones correctas o con el compromiso adecuado con los principios de precaución necesarios.El segundo mensaje es que si el Consejo de Seguridad no actúa, otros Estados pueden actuar y hacerlo bien.La coalición ad hoc o el Estado individual pueden observar y respetar plenamente todos los umbrales y criterios de precaución necesarios, intervenir con éxito y ser vistos por la opinión pública mundial, lo que probablemente tendrá consecuencias graves y duraderas para la estatura y la credibilidad de las propias Naciones Unidas.Eso es más o menos lo que ocurrió con la intervención de la OTAN en Kosovo, y las Naciones Unidas no pueden permitirse el lujo de cometer errores demasiadas veces a esa escala. La conclusión del informe de la Comisión es que cuando se presente el próximo caso de amenaza de asesinato en masa o limpieza étnica, como seguramente ocurrirá, debe abordarse con rapidez y de manera sistemática, reflexiva y, sobre todo, basada en principios.No se debe repetir la indiferencia errática de los años noventa.Un buen punto de partida para lograrlo sería que el Consejo de Seguridad aceptara, al menos informalmente, aplicar sistemáticamente los principios aquí enunciados en cualquier caso de ese tipo.También sería conveniente una resolución declaratoria de la Asamblea General de las Naciones Unidas que diera importancia a esos principios y a la idea de la “responsabilidad de proteger” como norma internacional emergente. No podemos conformarnos con informes y declaraciones.Si creemos que todos los seres humanos tienen el mismo derecho a ser protegidos de actos que sacuden la conciencia de todos, entonces debemos hacer coincidir la retórica con la realidad y los principios con la práctica.Como comunidad internacional, debemos estar preparados para actuar.No debe haber más casos como el de Ruanda ni más casos como el de Srebrenica.
La idea de que el presidente Zelensky llegara a un acuerdo con el presidente Putin para compartir los derechos mineros y las ganancias de los valiosos minerales de tierras raras de Ucrania es muy poco probable dada la situación geopolítica actual. El conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, que comenzó con la invasión rusa de Ucrania en 2022, ha creado una tensión y desconfianza significativas entre los dos países.
ZelenskyTrumpPutin
Informes recientes indican que el presidente Trump ha estado negociando con el presidente Zelensky para llegar a un acuerdo que involucre los minerales de tierras raras de Ucrania. Sin embargo, estas negociaciones han enfrentado desafíos y también ha habido discusiones sobre posibles acuerdos con Rusia. A pesar de estas discusiones, la probabilidad de un acuerdo directo entre Zelensky y Putin sigue siendo baja debido al conflicto en curso y la compleja dinámica política involucrada.
El presidente Zelenskyy podría llegar a un acuerdo con Putin, en lugar de Trump, para compartir los derechos mineros y las ganancias de los valiosos minerales de tierras raras de Ucrania a cambio de aceptar retirarse por completo de toda Ucrania y ayudar en su reconstrucción. Además, Ucrania aceptaría no buscar la membresía en la OTAN.
Este parece ser el mejor acuerdo para poner fin al conflicto entre las dos naciones en guerra y mantener la paz si la verdadera razón de Putin para invadir Ucrania es obtener el control de sus enormes cantidades de minerales de tierras raras.
Tal vez Zelenskyy sorprenda al presidente Trump con este acuerdo pronto.
En medio de sus reclamaciones por el control de Groenlandia, hoy en manos de Dinamarca, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, no descartó el uso de la fuerza militar con el fin de hacerse con la isla. Las declaraciones del republicano han sido criticadas en la Unión Europea. Además, pueden generar una situación complicada, dado el hecho de que tanto Dinamarca como EE.UU. son miembros de la OTAN. Al principio, Trump habló sobre su intención de comprar Groenlandia. Al ser preguntado este martes sobre si puede comprometerse con no usar la fuerza militar para obtener control de la isla o del canal de Panamá, el presidente electo de EE.UU. dijo que no va a prometerlo. “Tal vez tenga que hacer algo”, sostuvo
El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, aseveró que la isla no está “a la venta”, mientras que expresó su deseo de independizarse de Dinamarca. Además, afirmó este viernes que está listo para hablar con el ya inminente presidente de Estados Unidos. Groenlandia pertenece a Dinamarca, pero disfruta de una amplia autonomía. La membresía de Dinamarca en la OTAN convierte también a la isla en un miembro que incluso recibió a su primer enviado en la OTAN en 2023 EE.UU., por su parte, dispone de “mayor ejército, más armas nucleares y gasta más en defensa que cualquier otro miembro de la OTAN”.
El artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte reza que un ataque contra un aliado de la Alianza se considera un ataque contra todos. Se trata de uno de los principios clave del bloque militar
Francia y Alemania ya han rechazado las declaraciones de Trump.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, dijo que “está fuera de lugar que la Unión Europea permita que otros países ataquen sus fronteras soberanas, sean quienes sean”
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, señaló “cierta falta de comprensión” respecto a las palabras del futuro inquilino de la Casa Blanca y destacó que “las fronteras no deben ser movidas por la fuerza”
El secretario general de la OTAN todavía no ha comentado la situación
No hay un mecanismo claro que señale cómo se desarrollaría el hipotético conflicto armado entre los dos aliados de la OTAN
Victoria Herrmann, investigadora senior en el ‘think tank’ Instituto Ártico, afirmó a The Washington Post que el uso de la fuerza por parte de EE.UU. “sería un ataque contra un miembro de la OTAN”
“Trump está dejando abierta, al menos retóricamente, la posibilidad de una situación que podría desembocar en que la OTAN entrara en guerra consigo misma”, reza el artículo
Itay Lotem, experto político de la Universidad de Westminster, en Londres, declaró que una invasión estadounidense en Groenlandia “implicaría una guerra entre miembros de la OTAN” y “obviamente socavaría cualquier frente unido de apoyo a Ucrania”
Varios analistas consultados consideraron poco posible la intervención de EE.UU. en Groenlandia. “Me consuela un poco el hecho de que ahora insista en que Canadá debe incluirse en EE.UU., lo que sugiere que se trata solo de una especie de bravuconería política”, dijo Flemming Splidsboel Hansen, especializado en política exterior, Rusia y Groenlandia en el Instituto Danés de Estudios Internacionales, agregando que no puede “recordar un incidente anterior como este en el que un aliado importante —en este caso el aliado más importante— amenazara a Dinamarca o a otro Estado miembro de la OTAN”
Dinamarca puede invocar el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, de acuerdo con el cual se realizan consultas conjuntas si en opinión de cualquiera de los aliados, “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes se vean amenazadas”
El Gobierno afgano de los talibanes* reafirmó su prohibición de que las mujeres trabajen en organizaciones no gubernamentales en una carta fechada el 26 de diciembre y citada esta semana por medios locales.
El documento emitido por el Ministerio de Economía recalca que todas las ONG locales y extranjeras deben dejar de emplear a mujeres y tomar medidas inmediatas para aplicar la plena prohibición.
“El ministerio sigue siendo la única autoridad responsable de registrar, dirigir y supervisar las actividades de las ONG que operan en Afganistán”, reza la misiva, en la que también se advierte que “en los casos en que las ONG no cumplan con esta directiva, se suspenderán sus operaciones y se revocarán sus licencias de registro”.
“Se trata de un asunto grave y se espera que todas las organizaciones cumplan con la directiva”, precisaron desde el organismo.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021. Después de una rápida ofensiva militar, lograron capturar Kabul, la capital, el 15 de agosto de 2021. Esto ocurrió tras la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, que habían estado presentes en el país durante casi dos décadas
Rusia ha invertido más de mil millones de dólares en “iniciativas electorales” en Europa con la intención y el objetivo de destruir la OTAN desde dentro. Hasta ahora ha logrado subvertir a Hungría, Eslovaquia y Turquía como aliados funcionales de la OTAN. Y ha puesto en juego a su aliado Israel como una fuerza destructiva a pesar de que no es miembro de la OTAN. Hasta ahora ha logrado evitar con éxito que Moldavia y Georgia busquen su membresía en la OTAN. Parte de este dinero se ha destinado a apoyar a candidatos políticos de extrema derecha en los EE. UU., Francia, Alemania, España y otros lugares que son aliados cercanos de Putin y Rusia.
Los únicos fracasos significativos hasta ahora han sido que las mismas iniciativas literalmente obligaron a Suecia y Finlandia a abandonar la neutralidad nominal y unirse a la OTAN. Incluso Suiza está reconsiderando su neutralidad.
En estos días, partes de la OTAN están al borde del colapso, principalmente debido a los esfuerzos de Trump y Putin.
Pero desde las infames amenazas de Trump en 2015 y 2016, la UE ha estado planeando un Ejército Europeo Permanente que reflejaría a la OTAN, con la excepción de que Estados Unidos, Canadá y Turquía no serían invitados. El Reino Unido probablemente sí sería invitado, pero lo más probable es que se negara. Otros miembros, como Eslovaquia y Hungría, estarían muy “condicionados” y no se requeriría un consenso absoluto para las acciones de la EUA.
Estados Unidos perdería entonces todos los derechos de bases y despliegue avanzado en Europa. Esto es fundamental para la planificación de la guerra de Estados Unidos y compensar la pérdida probablemente requeriría un aumento de alrededor del 20% en el gasto de defensa de Estados Unidos.
Ya no hay dudas de que el mundo se ha desquiciado como nunca antes desde la II Guerra Mundial, y pruebas sobran.
En un breve inventario, debemos pensar en los cada vez más calientes conflictos en el Mar de la China por la pretensión de Beijing de incorporar Taiwan a la soberanía territorial y el acoso permanente de las fuerzas armadas chinas a Filipinas; en el acceso desde el Océano Indico al Mar Rojo por los ataques permanentes de las milicias hutíes fieles a Irán y basadas en Yemen al comercio marítimo internacional; en la guerra desatada por el ataque terrorista de Hamás a Israel que derivó en la represión sobre la Franja de Gaza y su probable extensión al Líbano y a Irán; en la prolongada guerra producida por la cruel invasión de Rusia a Ucrania; en la antigua e invisibilizada guerra civil de Sudán; en los incendiarios incidentes que se están generando entre los inmigrantes musulmanes y los ultranacionalistas británicos; en los permanentes episodios de tiroteos y asesinatos de los enloquecidos militantes del Ejército Islámico en todo el mundo; y en la feroz represión de los regímenes tiránicos en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En ese peligroso escenario global, tiene muchísima importancia la campaña electoral en los Estados Unidos, donde una creciente Kamala Harris parece estar superando a Donald Trump en las encuestas, cuando este último ha avisado que, de no triunfar, podría producirse un baño de sangre en la primera potencia del mundo.
Porque de esa definición, en noviembre, dependerá el rol que asumirá el nuevo Presidente ante la OTAN y con relación a la (ex) guerra fría que nuevamente amenaza la paz mundial.
Pero, volviendo a nuestra tan triste realidad local, me sigue haciendo mucho ruido la insistencia en intentar incorporar a Lijo a la Corte, básicamente porque no le encuentro otra explicación que no sea la existencia de un espurio pacto de impunidad, sobre el cual pone aún más sospechosas sombras la clara morosidad del Ejecutivo y sus organismos competentes en denunciar ante la Justicia los mismos escándalos de corrupción que, hasta ahora, se limita a llevar a los medios de comunicación.
En materia económica, sigo compartiendo el optimismo que exhiben algunos de los más prestigiosos académicos y analistas, pero me preocupa la lentitud y lo desparejo de la recuperación.
Es innegable que – la soja siempre confirma que es peronista – los precios de nuestras commodities agropecuarias se han derrumbado, y también que los inquietos mercados financieros internacionales no permiten – el lunes pasado, desde Tokio, llegó un fuerte viento que, a Dios gracias, se calmó al día siguiente – hacerse demasiadas ilusiones a corto plazo, pero el Gobierno debiera dar más claros indicios acerca de su plan económico para tranquilizar a los potenciales inversores que, hasta ahora, se limitan a hacer grandes anuncios.
Por ahora, Milei sigue arropado por una aprobación mayoritaria, mientras que la oposición – sea ésta política o sindical – no consigue hacer pie ni, mucho menos, recuperar la capacidad para organizar una protesta social masiva.
Un querido amigo, el mayor “conurbanólogo” que conozco, me cuenta que la insólita paz que reina, más allá de la inseguridad derivada del narcotráfico que todo lo penetra, se debe a que la informalidad y quienes en ella trabajan y viven permite que las penurias económicas se sientan allí demasiado.
Me he extendido demasiado en esta respuesta, y pido disculpas por ello.
Hasta el sábado, si logramos sobrevivir hasta entonces.
En la cumbre de la OTAN de julio de 2018, durante una sesión de urgencia por las exigencias de Donald Trump de aumentar el gasto militar, el entonces presidente de EE.UU. amenazó con abandonar el bloque si los aliados europeos no cumplían con sus compromisos de inversión en defensa.
“Fue un momento de meteorito. A los líderes se les estaba explicando claramente: gasten más o se quedarán solos”, cita uno de los funcionarios que asistieron a la reunión. Mientras, otra fuente calificó las amenazas de Trump de abandonar la Alianza Atlántica como “una emboscada total”.
Antes de que empezara la reunión, la sala fue despejada y se quedaron solo los jefes de los Estados miembros con uno de sus asistentes, mientras que los representantes de Georgia y Ucrania, aspirantes a unirse a la OTAN, tuvieron que salir también. “Probablemente, esa fue la única ocasión en que esos dos países se alegraron de no estar presentes en una cumbre de la OTAN”, comentó al respecto un diplomático.
El entonces presidente estadounidense tenía los datos de qué porcentaje del PIB gastaba en defensa cada país miembro, relató otro funcionario presente, agregando que el mandatario “recorrió la sala regañando a todo el mundo”.
En particular, Trump mencionó el gasto militar de España, que en esa época era menos de la mitad del 2 % de su PIB. También criticó a la República Checa, sin dar importancia a los intentos del entonces presidente checo, Milos Zeman, de explicar que el PIB de su país estaba aumentando demasiado rápido.
Luego fue el turno de Alemania, contra la que ya había arremetido el día anterior de la cumbre por gastar menos del 2 % de su PIB en defensa y por “enriquecer a Rusia”, pagándole “miles de millones de dólares” por su gas. Esta vez, Trump hizo un comentario sarcástico sobre el hecho de que el país germano acogía a demasiados inmigrantes y que algún día estos podrían convertirse en una amenaza a su seguridad, una amenaza de la que EE.UU. tendría que ayudarlo a defenderse.
“Todos sabemos ahora que Trump utiliza estos eventos como una herramienta de negociación. Pero en ese momento fue bastante sorprendente cuando recorrió la sala diciendo a la gente que pagara”, recordó otro funcionario presente en la reunión.
Para resolver la situación, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la entonces canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro neerlandés Mark Rutte decidieron darle crédito a Trump por llamar la atención hacia el problema y por lograr que más naciones pagaran, así como le prometieron hacer más al respecto. Rutte se acercó a Trump para comunicárselo y, de acuerdo con el medio, logró que este saliera de la conversación “radiante”.
“De todos los líderes europeos en general, [Rutte] es probablemente uno de los únicos que podrá manejar a Trump en los próximos años si Trump vuelve a la Casa Blanca”, opinó una de las fuentes, en referencia de que el mandatario neerlandés fue recientemente elegido como próximo secretario general de la OTAN.
El Gobierno alemán ha revelado un nuevo plan militar para armar y preparar al país para un conflicto de gran envergadura, en medio de informes de la presunta “amenaza rusa”.
Según el plan, las tropas de la OTAN se desplazarían por todo el país hacia el flanco oriental, donde se estacionarían las fuerzas alemanas. En caso de conflicto grave, el servicio militar obligatorio volvería al país: los ciudadanos podrían alistarse en el Ejército en cualquier momento. El servicio de empleo podría obligar a los ciudadanos mayores de 18 años a trabajar en determinados sectores, como oficinas de correos y panaderías.
Entre otras cosas, médicos, psicólogos, enfermeros y veterinarios deberían ser compartidos entre las Bundeswehr (Fuerzas Armadas) y la sociedad civil en caso de guerra. Las líneas telefónicas podrían restringirse si las autoridades las necesitan.
Además, según el documento, el Bundestag (Parlamento Federal) no debe disolverse mientras dure el conflicto armado. Los sótanos de “construcción masiva”, los aparcamientos subterráneos o las estaciones de metro deberían estar disponibles para su uso como búnkeres temporales, en caso de ataque sorpresa. Los medios de comunicación estarían obligados a enviar notificaciones importantes “inmediatamente”.
Las autoridades también podrán ordenar evacuaciones en las zonas de riesgo sin separar a las familias. Los hospitales, por su parte, deben estar preparados para “la aparición repentina de un gran número de pacientes durante un largo periodo de tiempo”, mientras los servicios veterinarios deben elaborar planes para prevenir brotes de enfermedades animales.
Debido a que en caso de guerra Alemania podría enfrentar una crisis de abastecimiento, por ejemplo de frutas y verduras, el Ministerio de Alimentación deberá racionar insumos. En este contexto, el Gobierno tendrá que almacenar trigo, centeno y avena en depósitos secretos. Según el documento, el país contará con una reserva de emergencia (arroz, legumbres) para proporcionar a la población, principalmente en los centros urbanos, una comida caliente al día.
Las autoridades también podrían obligar a las empresas a producir bienes solo para fines de defensa. Las empresas privadas deberán poner sus camiones y su infraestructura informática a disposición de los militares si es necesario. Los tanques y vehículos blindados tendrán prioridad en las carreteras y vías férreas. Por lo tanto, el flujo normal de tráfico podría verse restringido.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó que el país debe estar preparado para la guerra para 2029. Sin embargo, las Fuerzas Armadas de Alemania carecen no solo de tanques, aviones y barcos, sino también de ropa de combate.
Este hombre ni siquiera intentaba ser gracioso la mayor parte del tiempo, pero era divertidísimo.
Me refiero, por supuesto, al vicepresidente número 44 de los Estados Unidos, un hombre que tropezaba incluso con las frases más simples, Dan Quayle.
Como vicepresidente de George H.W. Bush, dijo muchas cosas extrañas y memorables. Aquí están algunos de mis favoritos.
“Vamos a tener el pueblo estadounidense mejor educado del mundo”
Sí Dan, así es como funciona.
“Para la NASA, el espacio sigue siendo una alta prioridad”.
No se equivocó.
“Es hora de que la raza humana entre en el sistema solar”.
“Creo que estamos en una tendencia irreversible hacia una mayor libertad y democracia, pero eso podría cambiar”
Hizo que el público se ría nerviosamente.
“Es maravilloso estar aquí en el gran estado de Chicago”.
Seamos realistas, Chicago tiene más gente que Wyoming, tal vez deberían ser un estado.
“Tenemos un firme compromiso con la OTAN. Somos parte de la OTAN. Tenemos un firme compromiso con Europa. Somos parte de Europa”.
Estoy bastante segura de que peleamos una guerra o dos por eso.
“Los republicanos comprenden la importancia de la esclavitud entre una madre y su hijo”.
FBI, teléfono.
Sin embargo, vale la pena señalar que es posible que Dan Quayle haya tenido problemas para adaptarse a su entorno; después de todo, era un viajero en el tiempo.
“El Holocausto fue un período obsceno en la historia de nuestra nación. Me refiero a la historia de este siglo. Pero todos vivimos en este siglo. Yo no viví en este siglo.”
“El futuro será mejor mañana”
“He tomado buenos decisiones en el pasado. He tomado buenas decisiones en el futuro”.
El retiro de Nathan Reiber de una carrera de derecho canadiense duró aproximadamente una semana mientras paseaba por West Avenue en Miami Beach a fines de la década de 1970. Espió un lote baldío cerca de Lincoln Road, vio su potencial años antes del resurgimiento de la región, lo compró y construyó el primero de muchos edificios de apartamentos en Florida.
Reiber, quien murió el 1 de julio de 2014 en Aventura a los 86 años, pasaría los siguientes 35 años como desarrollador. Construyó y administró propiedades inmobiliarias en los estados y en Canadá. Entre ellos: las múltiples Champlain Towers en Surfside, que completó en 1986.
Reiber
“Siempre fue un hombre de negocios inteligente”, dijo su hija Jill Meland. “Disfrutaba del juego de los negocios y era bueno en eso”.
Cuando vio ese lote baldío en Miami Beach, “eso lo sacó de la jubilación rápido”, dijo Meland. “Siempre le fascinó hacer negocios”.
El sentido comercial de Reiber, que también incluyó el desarrollo del proyecto Centennial Towers de 99 unidades en Collins en Surfside en la década de 1980, lo ayudó a aterrizar como colaborador en Mt. Sinai Hospital-Toronto y Temple Emanuel de Miami Beach. También apoyó a la Universidad de Miami, al Centro Médico Mount Sinai en Miami Beach y al Sistema de Salud Judío de Miami. Fue vicepresidente ejecutivo nacional del Instituto Judío de Asuntos de Seguridad Nacional, donde se dirigió a la OTAN y se reunió con líderes mundiales de España, Hungría, Alemania, Etiopía y Uzbekistán.
Su pasión por las artes lo llevó a convertirse en benefactor del Tanglewood Music Festival, la casa de verano de la Boston Symphony Orchestra y del Berkshire Theatre Festival.
En 1988, The Community Alliance Against AIDS (SIDA) organizó una recaudación de fondos de U$ 2,500 por persona para la lucha contra el SIDA con celebridades como Elizabeth Taylor, Ed Asner, Roddy McDowall y Jerry Herman como coanfitriones. Los lugareños prominentes como Reiber, Julio Iglesias, Abel Holtz, Joaquin Blaya y Mitchell Wolfson Jr. abrieron sus casas para las fiestas.
Nacido en Czestochowa, Polonia, Reiber emigró a Montreal, Canadá con sus padres y hermanos en 1929 cuando tenía dos años. Más tarde se graduó con un título en derecho de la Universidad de Alberta y ejerció la abogacía en Toronto antes de retirarse a Miami Beach y comenzar su nueva carrera como desarrollador.
La República Argentina ejerce por este año 2019 la presidencia del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la OEA http://www.oas.org/es/sms/cicte/default.asp , y en ese contexto organiza en julio próximo a Buenos Aires una reunión regional de lucha contra el terrorismo “que ratifica el empeño de nuestro país por un futuro libre del flagelo del terrorismo, sino que además será un recordatorio del 25 aniversario del trágico atentado contra la sede de la AMIA, mostrando la voluntad activa del gobierno y la sociedad argentina para visualizarlo internacionalmente como tema esencial de la política exterior nacional”, según el comunicado n° 492/18 de la cancillería argentina https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/conferencia-ministerial-hemisferica-de-lucha-contra-el-terrorismo. A ese evento participan los países miembros de la OEA, los países observadores, organizaciones regionales e internacionales, académicos, expertos e invitados especiales[2].
La actitud de las autoridades argentinas no solamente es inmoral, oportunista e irresponsable, sino que demuestra una incapacidad o complicidad política-jurídica de investigar el atentado, identificar los responsables, llevarlos a juicio y condenarlos. ¿Qué quiere transmitir el gobierno a las víctimas del atentado de la AMIA, al elegir una fecha dolorosa para organizar un evento sobre terrorismo luego de 25 años de injusticia y mentiras?
Observando que, a la política “de estado” exterior de los derechos (subjetivos) humanos, la Argentina agrega como tema esencial la política exterior (selectiva) de lucha contra el terrorismo, es decir mostrar con una realidad ficticia como contribuir a garantizar las inversiones extranjeras, desarrollar el turismo internacional, afianzar la cooperación multilateral y recibir asistencia internacional, aprovechando un indicador o componente de la seguridad multidimensional que sirva para identificarlo como un actor privilegiado. Pero lógicamente, el gobierno argentino nuevamente mentirá a la comunidad internacional (como hace con los ilegales juicios de lesa humanidad por hechos de los 70) porque significaría considerar a muchos aliados politicos de hoy, como enemigos de la sociedad y de la seguridad internacional.
Como legitimar ese tema esencial de la política exterior con la responsabilidad de Estado cuando numerosas víctimas de los grupos terroristas de los 70, no fueron reconocidas a la fecha ni por la justicia ni por el gobierno argentino. ¿Para el Estado argentino, hay terrorismo bueno, y terrorismo malo, victimas reconocidas y victimas que no merecen serlo?
Reconociendo que la lucha contra el terrorismo, aparte de las tipificaciones jurídicas propias, la misma tiene relaciones directas e indirectas con numeroso delitos como: la corrupción, el lavado de activos, el tráfico de personas, la circulación y tráfico de armas, el narcotráfico, la criminalidad organizado, la falsificación de documentos públicos y de viajes, la prostitución, el ciberterrorismo, el financiamiento del terrorismo, el terrorismo nuclear, la consultación de sitios internet a carácter terrorista, el eco-terrorismo, el terrorismo económico, industrial, científico, tecnológico, el financiamiento de campañas electorales…, cuando en realidad la Argentina no controla ni la corrupción, la seguridad ciudadana, el narcotráfico, la criminalidad organizada, la apología del terrorismo, el trafico de armas de guerra, las letras de canciones, la disimulación de inversiones en obras de artes o empresas de dudosa rentabilidad, la circulación excesiva de dinero en efectivo, numerosas personas muestran un tren de vida cuyo patrimonio deben justificar,…..La cartografía criminal en Argentina es a la hora actual preocupante, reina la inseguridad y la impunidad bajo la pasividad de los jueces, las autoridades nacionales, los parlamentarios, los medios de comunicación, el mundo académico y parte de la sociedad.
Visualizar internacionalmente la política de lucha contra el terrorismo, significa que Argentina por ejemplo, debe:
Formar jueces y crear tribunales federales especializados en la lucha contra el terrorismo: Los magistrados actuales no están formados ni especializados en ese sector ni disponen de expertos asignados, no existe un tribunal reservado a ese dominio. En 1971 fue creado la Cámara Federal en lo Penal de la Nacion, con competencia nacional.
Determinar objetivos y funciones específicas en cada organismo e institución del Estado, garantizando las libertades individuales y los derechos fundamentes de los ciudadanos. Teniendo presente que en numerosos países europeos y de la OTAN las FFAA participan en las operaciones anti terroristas en el territorio nacional o al extranjero: Las leyes de inteligencia nacional, de seguridad interior, de defensa nacional, deben ser modificadas y adaptadas al continuum seguridad-defensa.
El servicio de inteligencia del Estado no debe tener acción operacional de policía en el territorio nacional propio de las fuerzas policiales, aduanas, gendarmería, prefectura marítima, policía de seguridad aeroportuaria. Reorganizar y resocializar sus misiones.
Los organismos de inteligencia deben pasar de la lógica de un servicio (distribución) de información a la producción de inteligencia propia. Con analistas de alto nivel y medios tecnológicos adecuados.
Crear un organismo Inter fuerzas de inteligencia especializado en la lucha contra el terrorismo con capacidad operacional y de policía judicial.
Crear un coordinador de inteligencia nacional bajo la órbita de la presidencia de la nación, a cargo de un alto funcionario civil con especializada reconocida.
Crear pabellones especiales de máxima seguridad en las cárceles nacionales con sistemas de seguridad adecuado y la protección de los derechos humanos: debiendo resolverse el problema de sobrepoblación carcelaria.
Crear centros de desradicalización terrorista con intervención multidisciplinaria: como complemento de la sanción penal.
Destinar recursos humanos, logísticos y financieros para la creación de estructuras ad-hoc: observando la situación catastrófica de la economía del Estado.
Formar personal operacional y analistas especializados con diferentes doctrinas de los países mas experimentados en la lucha contra el terrorismo. Programas de formación al extranjero y en el país.
Crear un cuadro legislativo, jurídico, apropiado a la amenaza terrorista y sus delitos conexos. Sabiendo que numerosos ex terroristas son actuales parlamentarios, hombres politicos, ministros.
Actualizar las características del delito de terrorismo en el código penal, no reconocerlo en la realidad como delito político, luchar contra la apología, el adiestramiento a terroristas, las reivindicaciones de los terroristas de los 70, el enaltecimiento o justificación pública del terrorismo, no protegiéndose detrás de la libertad de opinión. Considerar penalmente reprensible la utilización del termino terrorismo de Estado…
Garantizar y proteger jurídicamente las acciones de los agentes del Estado en la lucha contra el terrorismo, para no repetir las consecuencias de las políticas públicas de los 70 en donde el Estado posteriormente se transformó en acusador de sus ex agentes.
Recordando que:
El Estado argentino no solamente abandonó sus agentes quienes en los años 70 recibieron de su parte el mandato legal en la lucha contra el terrorismo, sino que años más tarde el mismo Estado con el poder judicial y en alianza con los ex terroristas, establecieron una política de venganza, disfrazada de ilegal justicia contra los ex agentes del Estado y otros representantes de la sociedad de ese periodo.
La “nueva política” de la Argentina no lo es como tal, porque ya en los años 70 debió también luchar contra el terrorismo. ¿Cuál será la diferencia de enfrentar el fenómeno del terrorismo de esos años con el actual?
Con la nueva política exterior de lucha contra el terrorismo el gobierno argentino busca una rentabilidad política más que aplicar las obligaciones positivas de seguridad y justicia con sus ciudadanos porque “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (art. 3 Declaración Universal de los Derechos Humanos). A las autoridades políticas, legislativas y jurídicas, no les interesan ni los autores ni las consecuencias de esos atentados, como lo han demostrado con las víctimas de los atentados terroristas de los 60-70, impunes a la fecha y la victimas ignoradas.
¿Qué puede demostrar u ocultar el gobierno argentino en la conferencia internacional sobre la lucha contra el terrorismo en julio 2019 ?, por ejemplo:
El poder de injerencia de la política sobre la justicia: transcurrieron 25 años del atentado a la AMIA, con una instrucción judicial dudosa, con jueces al servicio del gobierno, acusando inocentes, vehiculando desinformación, manipulando la sociedad, ocultando intereses politicos internacionales, en ese contexto ese crimen se transformó en un “affaire de Estado”, y a la fecha carece de visibilidad cierta de un proceso judicial. Al contrario, en los ilegales juicios contra los ex agentes del Estado por supuestos delitos de lesa humanidad la justicia es de excepción, acelerada, con jueces impregnados de valores humanistas que no se privan de violar derechos fundamentales para llegar a una verdad política, y esos mismos magistrados federales ideológicamente rechazan los derechos humanos a las víctimas que dejaron las organizaciones terroristas que hace más de 40 años esperan justicia y reconocimiento.
La experiencia de la justicia federal como política de Estado en la lucha contra el ilegal principio de Terrorismo de Estado de los 70 y sus terroristas ex agentes del Estado o representantes de la sociedad que no integraron los grupos terroristas. Algunos de los jueces federales que llevan las causas de lesa humanidad podrán tener el honor de explicar sus métodos jurídicos aplicado a esos terroristas de Estado.
El reconocimiento del Estado a las víctimas nacionales y extranjeras asesinadas, secuestradas, heridas, que dejaron los grupos terroristas en los años 70. ¿Para el gobierno actual antes del atentado a la AMIA no hubo terrorismo ni victimas del mismo?
Explicar quien asesinó al ex fiscal federal Alberto Nisman, cuya instrucción judicial e influencia política se va construyendo bajo el mismo modelo del atentado a la AMIA.
El modelo argentino de lucha contra el terrorismo de los 70, donde más de 3000 ex agentes del Estado y representantes de la sociedad de ese periodo, son ilegalmente procesados por delitos de lesa humanidad, injuriados, calumniados, perseguidos, por haber protegido y defendido las instituciones del Estado y la sociedad contra los ataques terroristas de organizaciones armadas.
Argumentar, porque es de interés político no llevar a juicios a los ex terroristas de los 70 y otorgarles poder, ayudas financieras, apoyo del gobierno, de la justicia, sin interesarle la situación de las victimas que dejaron los grupos terroristas ni los derechos humanos de los ex agentes del Estado. ¿Esos terroristas son terroristas buenos, y no los actuales que son terroristas malos?
Finalmente,
El gobierno argentino debe comprender que las víctimas del atentado terrorista a la AMIA (como las otras ignoradas) necesitan justicia y verdad, no discursos politicos ni reuniones de expertos para analizar situaciones teóricas, hipotéticas o solidaridad superficial.
El Estado argentino debe asumir y reconocer su responsabilidad penal nacional e internacional en la lucha contra el terrorismo en los años 70 como otros países la asumieron en casos similares y no desligarse de esa autoridad y transferir el peso decisional sobre los agentes del Estado ejecutores de su política con consecuencias negativas para la sociedad.
¿El presidente Macri y sus ministros tendrán previsto llevar a los miembros del CICTE y los participantes a la conferencia sobre la lucha contra el terrorismo, al Museo de la Memoria, al Parque de la Memoria, a tirar flores al Rio de la Plata en homenaje a los terroristas que intentaron tomar el poder por las armas, que asesinaron numerosas personas nacionales y extranjeras, que sus autores recitan impunemente sus actos y que las víctimas de los grupos terroristas no son reconocidas ni por la justicia ni por el Estado? Yo elegí defender y proteger los derechos humanos de todas las personas por igual, como también la libertad, la igualdad y la democracia, el gobierno argentino y el poder judicial, no. Paris, Prof. Mario Sandoval, presidente del CASPPA, marios46@hotmail.com, 06 febrero 2019.
[1] Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y actividades en ciencias políticas y filosofía, habiendo ocupado funciones en la docencia superior y consultorías, a nivel nacional e internacional en los campos de las relaciones internacionales, la geopolítica y una trayectoria publica conocida. Regularmente realiza à nivel internacional conferencias, asesorías y publicaciones. Miembro de centros de investigaciones, asociaciones multidisciplinarias. Presidente del Comité de Ayuda y Solidaridad de los Presos Políticos en Argentina (CASPPA).
[2] Habiendo participado durante numerosos años a las reuniones del CICTE, la Comisión de Seguridad de la OEA, Medidas de Confianza, la JID/CID, en calidad de experto universitario y organizado eventos en Francia con las autoridades del CICTE, CICAD, JID/CID respectivas.
La OTAN ha enviado cuatro grupos de batalla situando uno en Polonia y uno en cada una de las tres repúblicas bálticas. Estados Unidos también ha comenzado a traer unidades blindadas pesadas a Europa occidental. Todo el esfuerzo está motivado por el choque que emana de la incautación y posterior anexión de Crimea por parte de Rusia y su apoyo continuo a los grupos rebeldes en el este de Ucrania.
Moscú rompió el libro de reglas de seguridad en la Europa de la Postguerra Fría al seccionar un trozo de Ucrania (como lo hizo anteriormente en Georgia). Muchos temen que las repúblicas bálticas – también territorio de la ex Unión Soviética – puedan ser el siguiente botín.
Rusia dice que en respuesta a estos movimientos de la OTAN está haciendo nuevos despliegues propios. Pero la realidad es bastante más compleja. “Rusia quiere que pensemos que su actual militarización y los preparativos para el conflicto son una respuesta a que la OTAN haga lo mismo, pero simplemente no es cierto”, señala Keir Giles, director del Centro de Investigación de Estudios de Conflictos, y probablemente el principal observador británico de asuntos militares rusos.
“El programa de reorganización y rearmamento de Rusia, enormemente costoso, ya estaba en pleno apogeo mucho antes de la crisis sobre Ucrania, mientras las naciones de la OTAN todavía estaban liquidando a sus ejércitos”.
“Ya en 2013, Estados Unidos retiró todo su poderío de Europa, mientras que Rusia ya estaba ocupada invirtiendo miles de millones en la mejora de sus fuerzas”.
El analista Dmitry Gorenburg, de la Universidad de Harvard, anuncia el inicio del programa de modernización ruso en 2009. Una respuesta, dice, a las evidentes deficiencias de la campaña militar rusa contra Georgia.
“La mejora de la velocidad de la toma de decisiones y la comunicación de las decisiones a las tropas y la interoperabilidad entre las ramas militares, seguida de la sustitución de los equipos de la era soviética que estaban llegando rápidamente al final de su vida útil”, destaca Gorenburg.
Los resultados han sido significativos. Según Michael Kofman, del Kennan Institute del Wilson Center, “para 2012, Rusia había reorganizado sus fuerzas armadas desde un ejército soviético de movilización de masas hasta convertirse en una fuerza permanente y comenzó a mejorar la calidad en todos los ámbitos”.
Esto se combinó con un intenso régimen de controles de preparación y numerosos ejercicios, hasta el punto de que “para el año 2014 el ejército ruso mejoró notablemente en comparación con su desempeño mediocre en la guerra con Georgia en 2008”, explica pacientemente Kofman.
Todos los expertos insisten en que el foco inicial del esfuerzo ruso ha sido en Ucrania, no en los países bálticos. De hecho, Michael Kofman argumenta que la guerra en Ucrania impuso requisitos inesperados a los militares rusos, que se encontraron carentes de fuerzas permanentemente estacionadas en las fronteras del país, y mal posicionados para el conflicto. “Las fuerzas armadas rusas estaban, y todavía están, en transición”.
Para afrontar la perspectiva de la guerra con Ucrania a medio y largo plazo, Rusia ha pasado gran parte de los últimos tres años reposicionando unidades alrededor de Ucrania, construyendo tres nuevas divisiones, rebautizando varias brigadas y creando un nuevo combinado. El objetivo es que las fuerzas terrestres rusas estén en su lugar justo al otro lado de la frontera, si necesitan reforzar los poderes en los Donbas (o Cuenca de Donets, o Donbass, Región en el este de Ucrania), invadir de varios vectores o simplemente impedir que Kiev considere que podría recuperar rápidamente las regiones separatistas por la fuerza.
Ucrania puede ser la preocupación estratégica inmediata del personal general ruso. Pero Rusia está desarrollando su infraestructura militar a lo largo de toda su periferia occidental, no sólo enfrente de Ucrania, sino también de Bielorrusia, los países bálticos e incluso Finlandia. Se han reorganizado para poder ofrecer combate agrupando tropas en la frontera occidental lo más rápidamente posible.
Esto incluye la creación de nuevas unidades de transporte por carretera pesada con el fin de reducir su tradicional dependencia de los ferrocarriles para entregar equipos de combate y armamentos a la zona de operaciones. Eso les da una mayor flexibilidad para moverse en las zonas donde las redes están mejor desarrolladas, incluso a través de la frontera en los vecinos occidentales de Rusia.
Dado el enfoque de Moscú en Ucrania, ¿algunos países de la OTAN han reaccionado exageradamente ante la percepción de la amenaza rusa? En absoluto. Por el contrario, la preocupación es que la OTAN haya reaccionado de manera insuficiente. El desafío militar directo de Rusia de usar la fuerza militar contra sus vecinos, con pocas excepciones, no se ha traducido en que países europeos muestren un interés serio en defenderse.
El fracaso de muchos aliados de la OTAN para cumplir con convenios simbólicos como el compromiso de gastar el 2% del Producto Bruto Interno en defensa, y mucho menos medidas urgentes como la regeneración de la capacidad de guerra de alta intensidad para igualar las capacidades de desarrollo de Rusia, dejan en claro la falta de voluntad para reconocer la realidad políticamente latente.
Esa realidad, se trata de una transformación del ejército ruso. La reforma, la modernización y la experiencia de combate obtenida de Ucrania y Siria tendrán efectos duraderos en las Fuerzas Armadas rusas.
Rusia conserva la capacidad de desplegar fuerza decisiva en cualquier lugar de sus fronteras, dominando a cualquier antigua república soviética. En términos de su arsenal nuclear estratégico, Rusia no es sólo un par de los Estados Unidos, sino que está por delante en la modernización Y la inversión en armas nucleares no estratégicas. Esta es una versión desprendida de varios analistas políticos europeos. Mientras tanto, las fuerzas convencionales de Rusia son ahora capaces de imponer altos costos incluso a un adversario tecnológicamente superior como la OTAN en un conflicto de alto nivel, es decir, una pelea sería bastante sangrienta para ambas partes.
Nadie quiere siquiera sospechar en una situación tal. Sin embargo, en la raíz, Dmitry Gorenburg cree que “las capacidades convencionales de Rusia no son tan fuertes como las del ejército estadounidense o las fuerzas de la OTAN en su conjunto”.
Como señala Michael Kofman, “Rusia es una potencia terrestre eurasiática, que aporta mucho poder de fuego a la lucha, pero su fuerza brilla al luchar cerca de casa”.
El presupuesto de la OTAN en materia de defensa e investigación es inferior al de Rusia, al igual que la capacidad básica de la Alianza para generar fuerzas y equiparlas en un prolongado conflicto.
La conclusión es que, si bien la OTAN tiene genuinas preocupaciones sobre lo que podría ser un conflicto de corto plazo con Rusia, la realidad es que esta es la alianza militar preeminente del mundo, en el centro de la cual está todavía un poder militar increíblemente hercúleo, y una lucha sostenida probablemente terminaría desastrosamente para Moscú.
El ejército ruso simplemente no está estructurado para mantener un territorio sustancial, ni para generar las fuerzas necesarias para un conflicto prolongado. La OTAN necesita estar lista, según los expertos. Si la disuasión va a ser creíble, debe restablecer su capacidad para luchar contra el combate de alta intensidad, una capacidad que se ha atrofiado durante las campañas de contrainsurgencia en Irak y Afganistán.
El consenso entre los expertos parece ser que Ucrania fue una campana de advertencia. La nueva asertividad de Rusia no debe confundirse con el deseo de lanzar un ataque militar hacia el oeste.
De hecho, la amenaza inmediata rusa puede provenir de su guerra de información y campañas cibernéticas dirigidas contra Occidente. Esa es una batalla que ya se ha librado. Y Occidente no está preparado.
POST DATA DE…SUERTE LOCA
♣
No fue gratuita mi advertencia acerca de la altísima probabilidad de que no sólo se repita, sino que se incremente la violencia en sucesivos miércoles, cuando los jubilados vuelvan a marchar en reclamo por sus más que magros haberes, puesto que la gimnasia de combate urbano irá perfeccionando – en el mal sentido – su accionar y servirá para dar argumentos, siempre falsos, a quienes buscan desde el principio el fracaso y la pronta destitución del Presidente.
Si ello ocurre, como es de prever, resultará necesario incrementar la defensa del orden constitucional, con el Estado reivindicando el monopolio del uso de la fuerza.
Por ello, vuelvo a insistir en la urgente necesidad de que Milei termine, haciendo justo uso de sus facultades presidenciales, con la persecución a los militares que el pero-kirchnerismo habilitó a la izquierda para recibir, en cambio, protección para su desmedido saqueo, puesto que el espectáculo que brinda aún hoy, cuando han transcurrido cinco décadas, de la persecución – y muerte en las mazmorras – a sus antiguos camaradas por haber cumplido a rajatabla las instrucciones que emanaban de un gobierno legítimo, seguramente no templará el ánimo de quienes hoy sean llamados a obedecer.
Cientos de miembros del Ejército, de la Armada, de la Fuerza Aérea, de la Policía Federal, de las policías provinciales, del Servicio Penitenciario, de la Gendarmería, de la Prefectura Naval, civiles y hasta sacerdotes, que cincuenta años atrás eran jóvenes y, como tales, incapaces funcionalmente de impartir órdenes, hoy – ya ancianos y enfermos – se pudren en las cárceles
de todo el país, mientras fiscales y jueces militantes – verdaderos asesinos togados – continúan iniciando y substanciando procesos estalinistas, plagados de pruebas y testigos falsos, cuyas sentencias estaban (y están) escritas de antemano por los organismos de tuertos derechos humanos, que luego sirven para obtener enormes indemnizaciones – superan ya los US$ 3.500 millones – a los mismos terroristas de entonces.
En el orden internacional, Donald Trump sigue desconcertando a propios y ajenos. Los – por ahora infructuosos – coqueteos con Vladimir Putin para que firme la paz con una Ucrania que ya ha aceptado, sus constantes diatribas contra Canadá (a quien pretende anexar), a Dinamarca (para comprarle o amputarle Groenlandia), a México (por la inmigración y el fentanilo) y a Europa en general por la OTAN, no permiten una explicación racional acerca del rumbo que pretende imponer a la posición geopolítica de Washington ni a su propia economía, que seguramente sufrirá con sus aranceles a los productos importados.
Si le sumamos los aprietes financieros y policiales que ejerce sobre las universidades públicas y privadas más renombradas para condicionar la admisión de estudiantes y la libertad de cátedra, resulta evidente que ha llegado al poder con ánimo de socavar los cimientos más firmes de la que, hasta hace nada, fue la democracia más antigua del mundo.
Por su parte, el criminal autócrata del Kremlin insiste en su hipocresía al rechazar la propuesta de instalar fuerzas de paz internacionales en las fronteras que sean diseñadas después de la guerra, mientras utiliza soldados norcoreanos como carne de cañón en su ofensiva contra Ucrania.
Tampoco está clara qué actitud adoptará, en definitiva, Xi Jinping frente a los Estados Unidos, en especial después de haber dicho, en el reciente Congreso Anual del Partido Comunista Chino, que su país está listo para entrar en guerra, sea esta comercial o bélica.
Siria ha entrado nuevamente en ebullición, con miles de muertos, y el gobierno que surgió de las milicias que expulsaron a Bashad Al-Assar, y el peligro latente derivado del progreso del programa nuclear de Irán no permiten vislumbrar alguna posibilidad de paz en Medio Oriente, sobre todo porque Hamás, aunque muy golpeado, sigue desafiando al mundo con la bastarda manipulación de la reticente liberación de los rehenes israelíes que mantiene en su poder.
En resumen, aquí y en todo el planeta, seguimos viviendo en una época difusa, en la que resulta imposible imaginar el futuro inmediato, con toda la carga emocional que, a nivel individual, esa situación conlleva.
Hasta el sábado, si nos dejan.
Un abrazo grande.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Marzo 17, 2025
Intervención
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Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el dilema de la intervención humanitaria ha sido superado por otras preocupaciones, pero no se ha resuelto ni ha desaparecido. ¿Cuándo, si es que alguna vez, es apropiado que los Estados, individual o colectivamente, adopten medidas coercitivas, y en particular acciones militares, contra otro Estado, no con fines de legítima defensa ni para hacer frente a una amenaza mayor a la paz y la seguridad internacionales, tal como se entiende tradicionalmente, sino con el fin de proteger a las personas que corren peligro dentro de ese Estado? Independientemente de lo que abarque, la responsabilidad de proteger implica sobre todo la responsabilidad de reaccionar ante situaciones de necesidad imperiosa de protección humana. Cuando las medidas preventivas no logran resolver o contener la situación, y cuando un Estado no puede o no quiere remediarla, puede ser necesario que otros miembros de la comunidad más amplia de Estados adopten medidas de intervención. Estas medidas coercitivas pueden incluir medidas políticas, económicas o judiciales y, en casos extremos -pero sólo casos extremos-, también pueden incluir acciones militares. Pero, ¿qué es un caso extremo? ¿Dónde debemos trazar el límite para determinar cuándo es, prima facie, defendible una intervención militar? ¿Qué otras condiciones o restricciones, si las hay, deben aplicarse para determinar si se debe llevar a cabo esa intervención y cómo? Y, lo más difícil de todo, ¿quién toma todas esas decisiones? ¿Quién debe tener la autoridad última para determinar si una intrusión en un Estado
soberano, que implique el uso de fuerza letal en una escala potencialmente masiva, debe realmente llevarse a cabo? Estas preguntas han generado una enorme cantidad de literatura y mucha terminología en pugna, pero en las cuestiones fundamentales hay mucho terreno común. Todos los criterios pertinentes para la toma de decisiones parecían estar subsumidos en los seis epígrafes siguientes, que incluyen un criterio de umbral, cuatro criterios de precaución y un criterio de autoridad. Para que se justifique una intervención militar con fines de protección humana, debe producirse o existir una probabilidad inminente de que se produzcan daños graves e irreparables a seres humanos, de los siguientes tipos: pérdida de vidas en gran escala, real o presunta, con intención genocida o no, que sea producto de una acción deliberada del Estado, de su negligencia o incapacidad para actuar, o de una situación de Estado fallido; o limpieza étnica en gran escala, real o presunta, ya sea llevada a cabo mediante asesinatos, expulsiones forzadas, actos de terrorismo o violaciones. El umbral debe establecerse alto y estricto, tanto por razones conceptuales (la intervención militar debe ser muy excepcional) como por razones políticas prácticas (si la intervención ha de producirse cuando es más necesaria, no se puede recurrir a ella con demasiada frecuencia). Sólo se identifican dos situaciones como desencadenantes legítimos. No se intenta cuantificar lo que es “gran escala”, pero se deja claro que la acción militar puede ser legítima como medida anticipatoria en respuesta a pruebas claras de probables asesinatos en gran escala o limpieza étnica. Sin esta posibilidad de acción anticipada, la comunidad internacional se vería en la posición moralmente insostenible de tener que esperar hasta que comience el genocidio antes de poder tomar medidas para detenerlo. Los criterios de umbral articulados son lo suficientemente amplios como para abarcar no sólo la perpetración deliberada de horrores como los que ocurrieron, o se previeron, en Bosnia y Herzegovina, Kosovo y Ruanda, sino también situaciones de colapso estatal y la consiguiente exposición de la población a una hambruna masiva y/o una guerra civil (como en Somalia). También podrían estar incluidas las catástrofes naturales o ambientales abrumadoras, que no son en sí mismas provocadas por el hombre, pero en las que el Estado en cuestión no está dispuesto o no puede hacer frente a ellas o pedir ayuda, y se está produciendo o amenaza con producirse una pérdida significativa de vidas. Lo que no está cubierto por los criterios de umbral de la “causa justa” establecidos aquí son las situaciones de violaciones de los derechos humanos que no llegan a ser asesinatos directos o limpieza étnica (como la discriminación racial sistemática o la opresión política), el derrocamiento de gobiernos elegidos democráticamente y el rescate por un Estado de sus propios nacionales en territorio extranjero. Aunque son eminentemente merecedores de acciones externas de diversos tipos -incluidas, en casos apropiados, sanciones políticas, económicas o militares-, no son casos que parezcan justificar una acción militar con fines de protección humana.
El objetivo primordial de la intervención, cualesquiera que sean los otros motivos que puedan tener los Estados que intervienen, debe ser detener o evitar el sufrimiento humano. Hay varias maneras de contribuir a garantizarlo. Una de ellas es que la intervención militar se lleve a cabo siempre sobre una base colectiva o multilateral, y no sobre una base de un solo país. Otra es comprobar si la intervención cuenta realmente con el apoyo de la población a cuyo beneficio se pretende intervenir, y en qué medida. Otra es comprobar si se ha tenido en cuenta la opinión de otros países de la región y en qué medida la apoya. La ausencia de cualquier interés personal mezquino puede ser un ideal, pero no es probable que siempre sea una realidad. Los motivos mixtos, en las relaciones internacionales como en todas partes, son un hecho de la vida. Además, el costo presupuestario y el riesgo para el personal involucrado en cualquier acción militar pueden, de hecho, hacer que sea políticamente imperativo que el Estado que interviene pueda reivindicar cierto grado de interés personal en la intervención, por
altruista que sea su motivo principal. La intervención militar sólo puede justificarse cuando se han explorado todas las opciones no militares para la prevención o la solución pacífica de la crisis, y hay motivos razonables para creer que medidas menos severas no habrían tenido éxito. La responsabilidad de reaccionar -con coerción militar- sólo puede justificarse cuando se ha cumplido plenamente con la responsabilidad de prevenir. Esto no significa necesariamente que se hayan probado literalmente todas esas opciones y que hayan fracasado: a menudo simplemente no habrá tiempo para que ese proceso se resuelva por sí solo. Pero sí significa que deben existir motivos razonables para creer que, en todas las circunstancias, si se hubiera intentado la medida, no habría tenido éxito. La escala, duración e intensidad de la intervención militar planificada deben ser las mínimas necesarias para garantizar el objetivo definido de protección humana. La acción adoptada debe ser proporcional en escala a su propósito declarado y acorde con la magnitud de la provocación original. El efecto sobre el sistema político del país objeto de la intervención debe limitarse a lo estrictamente necesario para lograr el propósito de la intervención. Debe haber una posibilidad razonable de éxito para detener o evitar el sufrimiento que ha justificado la intervención, y las consecuencias de la acción no deben ser peores que las de la inacción. La acción militar sólo puede justificarse si tiene una posibilidad razonable de éxito y no corre el riesgo de desencadenar una conflagración mayor. La aplicación de este principio de precaución probablemente impediría, por razones puramente utilitarias, la acción militar contra cualquiera de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, incluso si se cumplieran todas las demás condiciones para la intervención: es difícil imaginar que se evite un conflicto importante o que se logre el objetivo original. Lo mismo ocurre con otras grandes potencias. Esto plantea la conocida cuestión de los dobles raseros. En este caso, la única respuesta es que el hecho de que tal vez no sea posible intervenir en todos los casos en que haya justificación para hacerlo no es razón para no intervenir nunca.
No hay órgano mejor ni más apropiado que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para autorizar una intervención militar con fines de protección humana. La tarea no consiste en encontrar alternativas al Consejo de Seguridad como fuente de autoridad, sino en hacer que éste funcione mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora. Cuando se trata de autorizar una intervención militar con fines de protección humana, el argumento convincente es que las Naciones Unidas, y en particular el Consejo de Seguridad, deben ser el primer punto de contacto. La difícil cuestión -planteada con crudeza por Kosovo- es si debe ser el último. La cuestión de principio en este caso era, en opinión de la Comisión, indiscutible. Las Naciones Unidas son, sin lugar a dudas, la principal institución para construir, consolidar y utilizar la autoridad de la comunidad internacional. Quienes desafíen o evadan la autoridad de las Naciones Unidas como único guardián legítimo de la paz y la seguridad internacionales en casos específicos corren el riesgo de erosionar su autoridad en general y también de socavar el principio de un orden mundial basado en el derecho internacional y las normas universales. Si por alguna razón el Consejo de Seguridad no puede o no quiere actuar en un caso que clama por una intervención, desde este punto de vista sólo hay dos soluciones institucionales disponibles. Una es que la Asamblea General examine el asunto en un período extraordinario de sesiones de emergencia con arreglo al
procedimiento de “Unión por la paz” (utilizado como base para las operaciones en Corea en 1950, Egipto en 1956 y el Congo en 1960), que bien puede haber emitido, de hecho, y rápidamente, una recomendación mayoritaria para la acción en los casos de Rwanda y, especialmente, de Kosovo. La otra es que las organizaciones regionales o subregionales actúen con arreglo al Capítulo VIII de la Carta dentro de su área de jurisdicción, sujetas a la posterior solicitud de autorización del Consejo de Seguridad (como ocurrió con las intervenciones en Liberia, en África occidental, a principios de los años 1990, y en Sierra Leona en 1997). Las intervenciones de coaliciones ad hoc (o, más aún, de Estados individuales) que actúan sin la aprobación del Consejo de Seguridad, de la Asamblea General o de una agrupación regional o subregional de la que sea miembro el Estado objeto de la intervención no gozan de un amplio apoyo internacional (sería un eufemismo decirlo). Hay muchas razones para estar insatisfecho con el papel que ha desempeñado hasta ahora el Consejo de Seguridad (su desempeño generalmente desigual, su composición no representativa y sus inherentes dobles raseros institucionales con el poder de veto de los Cinco Permanentes). Pero la realidad política es que, si alguna vez se llega a un consenso internacional sobre cuándo, dónde, cómo y a través de quién debe producirse una intervención militar, está muy claro que el papel central del Consejo de Seguridad tendrá que estar en el centro de ese consenso. Pero ¿qué sucede si el Consejo de Seguridad no cumple con su propia responsabilidad de proteger en una situación que sacude la conciencia y exige acción, como fue el caso de Kosovo? Se plantea la cuestión de cuál de los dos males es peor: el daño al orden internacional si se deja de lado al Consejo de Seguridad, o el daño a ese orden si se mata a seres humanos mientras el Consejo de Seguridad se mantiene al margen. La respuesta de la Comisión a este dilema fue articular dos mensajes importantes, esencialmente políticos.
El primer mensaje es que si el Consejo de Seguridad no actúa, otros Estados pueden actuar y hacerlo mal. Esas intervenciones, sin la disciplina y las limitaciones de la autorización de las Naciones Unidas, pueden no llevarse a cabo por las razones correctas o con el compromiso adecuado con los principios de precaución necesarios. El segundo mensaje es que si el Consejo de
Seguridad no actúa, otros Estados pueden actuar y hacerlo bien. La coalición ad hoc o el Estado individual pueden observar y respetar plenamente todos los umbrales y criterios de precaución necesarios, intervenir con éxito y ser vistos por la opinión pública mundial, lo que probablemente tendrá consecuencias graves y duraderas para la estatura y la credibilidad de las propias Naciones Unidas. Eso es más o menos lo que ocurrió con la intervención de la OTAN en Kosovo, y las Naciones Unidas no pueden permitirse el lujo de cometer errores demasiadas veces a esa escala. La conclusión del informe de la Comisión es que cuando se presente el próximo caso de amenaza de asesinato en masa o limpieza étnica, como seguramente ocurrirá, debe abordarse con rapidez y de manera sistemática, reflexiva y, sobre todo, basada en principios. No se debe repetir la indiferencia errática de los años noventa. Un buen punto de partida para lograrlo sería que el Consejo de Seguridad aceptara, al menos informalmente, aplicar sistemáticamente los principios aquí enunciados en cualquier caso de ese tipo. También sería conveniente una resolución declaratoria de la Asamblea General de las Naciones Unidas que diera importancia a esos principios y a la idea de la “responsabilidad de proteger” como norma internacional emergente. No podemos conformarnos con informes y declaraciones. Si creemos que todos los seres humanos tienen el mismo derecho a ser protegidos de actos que sacuden la conciencia de todos, entonces debemos hacer coincidir la retórica con la realidad y los principios con la práctica. Como comunidad internacional, debemos estar preparados para actuar. No debe haber más casos como el de Ruanda ni más casos como el de Srebrenica.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 5, 2025
¿Qué pasaría si Zelensky llegara a un acuerdo con Putin en lugar de Trump?
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La idea de que el presidente Zelensky llegara a un acuerdo con el presidente Putin para compartir los derechos mineros y las ganancias de los valiosos minerales de tierras raras de Ucrania es muy poco probable dada la situación geopolítica actual. El conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, que comenzó con la invasión rusa de Ucrania en 2022, ha creado una tensión y desconfianza significativas entre los dos países.
Informes recientes indican que el presidente Trump ha estado negociando con el presidente Zelensky para llegar a un acuerdo que involucre los minerales de tierras raras de Ucrania. Sin embargo, estas negociaciones han enfrentado desafíos y también ha habido discusiones sobre posibles acuerdos con Rusia. A pesar de estas discusiones, la probabilidad de un acuerdo directo entre Zelensky y Putin sigue siendo baja debido al conflicto en curso y la compleja dinámica política involucrada.
El presidente Zelenskyy podría llegar a un acuerdo con Putin, en lugar de Trump, para compartir los derechos mineros y las ganancias de los valiosos minerales de tierras raras de Ucrania a cambio de aceptar retirarse por completo de toda Ucrania y ayudar en su reconstrucción. Además, Ucrania aceptaría no buscar la membresía en la OTAN.
Este parece ser el mejor acuerdo para poner fin al conflicto entre las dos naciones en guerra y mantener la paz si la verdadera razón de Putin para invadir Ucrania es obtener el control de sus enormes cantidades de minerales de tierras raras.
Tal vez Zelenskyy sorprenda al presidente Trump con este acuerdo pronto.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 1, 2025
OTAN vs. OTAN
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El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, aseveró que la isla no está “a la venta”, mientras que expresó su deseo de independizarse de Dinamarca. Además, afirmó este viernes que está listo para hablar con el ya inminente presidente de Estados Unidos. Groenlandia pertenece a Dinamarca, pero disfruta de una amplia autonomía. La membresía de Dinamarca en la OTAN convierte también a la isla en un miembro que incluso recibió a su primer enviado en la OTAN en 2023 EE.UU., por su parte, dispone de “mayor ejército, más armas nucleares y gasta más en defensa que cualquier otro miembro de la OTAN”.
El artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte reza que un ataque contra un aliado de la Alianza se considera un ataque contra todos. Se trata de uno de los principios clave del bloque militar
Francia y Alemania ya han rechazado las declaraciones de Trump.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, señaló “cierta falta de comprensión” respecto a las palabras del futuro inquilino de la Casa Blanca y destacó que “las fronteras no deben ser movidas por la fuerza”
El secretario general de la OTAN todavía no ha comentado la situación
No hay un mecanismo claro que señale cómo se desarrollaría el hipotético conflicto armado entre los dos aliados de la OTAN
Victoria Herrmann, investigadora senior en el ‘think tank’ Instituto Ártico, afirmó a The Washington Post que el uso de la fuerza por parte de EE.UU. “sería un ataque contra un miembro de la OTAN”
“Trump está dejando abierta, al menos retóricamente, la posibilidad de una situación que podría desembocar en que la OTAN entrara en guerra consigo misma”, reza el artículo
Itay Lotem, experto político de la Universidad de Westminster, en Londres, declaró que una invasión estadounidense en Groenlandia “implicaría una guerra entre miembros de la OTAN” y “obviamente socavaría cualquier frente unido de apoyo a Ucrania”
Varios analistas consultados consideraron poco posible la intervención de EE.UU. en Groenlandia. “Me consuela un poco el hecho de que ahora insista en que Canadá debe incluirse en EE.UU., lo que sugiere que se trata solo de una especie de bravuconería política”, dijo Flemming Splidsboel Hansen, especializado en política exterior, Rusia y Groenlandia en el Instituto Danés de Estudios Internacionales, agregando que no puede “recordar un incidente anterior como este en el que un aliado importante —en este caso el aliado más importante— amenazara a Dinamarca o a otro Estado miembro de la OTAN”
Dinamarca puede invocar el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, de acuerdo con el cual se realizan consultas conjuntas si en opinión de cualquiera de los aliados, “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes se vean amenazadas”
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 14, 2024
Talibanes ordenan a las ONG que dejen de emplear a mujeres
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El documento emitido por el Ministerio de Economía recalca que todas las ONG locales y extranjeras deben dejar de emplear a mujeres y tomar medidas inmediatas para aplicar la plena prohibición.
“El ministerio sigue siendo la única autoridad responsable de registrar, dirigir y supervisar las actividades de las ONG que operan en Afganistán”, reza la misiva, en la que también se advierte que “en los casos en que las ONG no cumplan con esta directiva, se suspenderán sus operaciones y se revocarán sus licencias de registro”.
“Se trata de un asunto grave y se espera que todas las organizaciones cumplan con la directiva”, precisaron desde el organismo.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021. Después de una rápida ofensiva militar, lograron capturar Kabul, la capital, el 15 de agosto de 2021. Esto ocurrió tras la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, que habían estado presentes en el país durante casi dos décadas
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Diciembre 31, 2024
¿Qué podría llevar al colapso de la OTAN?
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Rusia ha invertido más de mil millones de dólares en “iniciativas electorales” en Europa con la intención y el objetivo de destruir la OTAN desde dentro. Hasta ahora ha logrado subvertir a Hungría, Eslovaquia y Turquía como aliados funcionales de la OTAN. Y ha puesto en juego a su aliado Israel como una fuerza destructiva a pesar de que no es miembro de la OTAN. Hasta ahora ha logrado evitar con éxito que Moldavia y Georgia busquen su membresía en la OTAN. Parte de este dinero se ha destinado a apoyar a candidatos políticos de extrema derecha en los EE. UU., Francia, Alemania, España y otros lugares que son aliados cercanos de Putin y Rusia.
Los únicos fracasos significativos hasta ahora han sido que las mismas iniciativas literalmente obligaron a Suecia y Finlandia a abandonar la neutralidad nominal y unirse a la OTAN. Incluso Suiza está reconsiderando su neutralidad.
En estos días, partes de la OTAN están al borde del colapso, principalmente debido a los esfuerzos de Trump y Putin.
Pero desde las infames amenazas de Trump en 2015 y 2016, la UE ha estado planeando un Ejército Europeo Permanente que reflejaría a la OTAN, con la excepción de que Estados Unidos, Canadá y Turquía no serían invitados. El Reino Unido probablemente sí sería invitado, pero lo más probable es que se negara. Otros miembros, como Eslovaquia y Hungría, estarían muy “condicionados” y no se requeriría un consenso absoluto para las acciones de la EUA.
Estados Unidos perdería entonces todos los derechos de bases y despliegue avanzado en Europa. Esto es fundamental para la planificación de la guerra de Estados Unidos y compensar la pérdida probablemente requeriría un aumento de alrededor del 20% en el gasto de defensa de Estados Unidos.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 23, 2024
POST DATA DE… ¡GRACIAS, ALBERTITO!
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Ya no hay dudas de que el mundo se ha desquiciado como nunca antes desde la II Guerra Mundial, y pruebas sobran.
En un breve inventario, debemos pensar en los cada vez más calientes conflictos en el Mar de la China por la pretensión de Beijing de incorporar Taiwan a la soberanía territorial y el acoso permanente de las fuerzas armadas chinas a Filipinas; en el acceso desde el Océano Indico al Mar Rojo por los ataques permanentes de las milicias hutíes fieles a Irán y basadas en Yemen
al comercio marítimo internacional; en la guerra desatada por el ataque terrorista de Hamás a Israel que derivó en la represión sobre la Franja de Gaza y su probable extensión al Líbano y a Irán; en la prolongada guerra producida por la cruel invasión de Rusia a Ucrania; en la antigua e invisibilizada guerra civil de Sudán; en los incendiarios incidentes que se están generando entre los inmigrantes musulmanes y los ultranacionalistas británicos; en los permanentes episodios de tiroteos y asesinatos de los enloquecidos militantes del Ejército Islámico en todo el mundo; y en la feroz represión de los regímenes tiránicos en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En ese peligroso escenario global, tiene muchísima importancia la campaña electoral en los Estados Unidos, donde una creciente Kamala Harris parece estar superando a Donald Trump en las encuestas, cuando este último ha avisado que, de no triunfar, podría producirse un baño de sangre en la primera potencia del mundo.
Porque de esa definición, en noviembre, dependerá el rol que asumirá el nuevo Presidente ante la OTAN y con relación a la (ex) guerra fría que nuevamente amenaza la paz mundial.
Pero, volviendo a nuestra tan triste realidad local, me sigue haciendo mucho ruido la insistencia en intentar incorporar a Lijo a la Corte, básicamente porque no le encuentro otra explicación que no sea la existencia de un espurio pacto de impunidad, sobre el cual pone aún más sospechosas sombras la clara morosidad del Ejecutivo y sus organismos competentes en denunciar ante la Justicia los mismos escándalos de corrupción que, hasta ahora, se limita a llevar a los medios de comunicación.
En materia económica, sigo compartiendo el optimismo que exhiben algunos de los más prestigiosos académicos y analistas, pero me preocupa la lentitud y lo desparejo de la recuperación.
Por ahora, Milei sigue arropado por una aprobación mayoritaria, mientras que la oposición – sea ésta política o sindical – no consigue hacer pie ni, mucho menos, recuperar la capacidad para organizar una protesta social masiva.
Un querido amigo, el mayor “conurbanólogo” que conozco, me cuenta que la insólita paz que reina, más allá de la inseguridad derivada del narcotráfico que todo lo penetra, se debe a que la informalidad y quienes en ella trabajan y viven permite que las penurias económicas se sientan allí demasiado.
Me he extendido demasiado en esta respuesta, y pido disculpas por ello.
Hasta el sábado, si logramos sobrevivir hasta entonces.
Un abrazo grande.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Agosto 12, 2024
Trump Vs. OTAN
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“Fue un momento de meteorito. A los líderes se les estaba explicando claramente: gasten más o se quedarán solos”, cita uno de los funcionarios que asistieron a la reunión. Mientras, otra fuente calificó las amenazas de Trump de abandonar la Alianza Atlántica como “una emboscada total”.
Antes de que empezara la reunión, la sala fue despejada y se quedaron solo los jefes de los Estados miembros con uno de sus asistentes, mientras que los representantes de Georgia y Ucrania, aspirantes a unirse a la OTAN, tuvieron que salir también. “Probablemente, esa fue la única ocasión en que esos dos países se alegraron de no estar presentes en una cumbre de la OTAN”, comentó al respecto un diplomático.
El entonces presidente estadounidense tenía los datos de qué porcentaje del PIB gastaba en defensa cada país miembro, relató otro funcionario presente, agregando que el mandatario “recorrió la sala regañando a todo el mundo”.
En particular, Trump mencionó el gasto militar de España, que en esa época era menos de la mitad del 2 % de su PIB. También criticó a la República Checa, sin dar importancia a los intentos del entonces presidente checo, Milos Zeman, de explicar que el PIB de su país estaba aumentando demasiado rápido.
Luego fue el turno de Alemania, contra la que ya había arremetido el día anterior de la cumbre por gastar menos del 2 % de su PIB en defensa y por “enriquecer a Rusia”, pagándole “miles de millones de dólares” por su gas. Esta vez, Trump hizo un comentario sarcástico sobre el hecho de que el país germano acogía a demasiados inmigrantes y que algún día estos podrían convertirse en una amenaza a su seguridad, una amenaza de la que EE.UU. tendría que ayudarlo a defenderse.
“Todos sabemos ahora que Trump utiliza estos eventos como una herramienta de negociación. Pero en ese momento fue bastante sorprendente cuando recorrió la sala diciendo a la gente que pagara”, recordó otro funcionario presente en la reunión.
Para resolver la situación, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la entonces canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro neerlandés Mark Rutte decidieron darle crédito a Trump por llamar la atención hacia el problema y por lograr que más naciones pagaran, así como le prometieron hacer más al respecto. Rutte se acercó a Trump para comunicárselo y, de acuerdo con el medio, logró que este saliera de la conversación “radiante”.
“De todos los líderes europeos en general, [Rutte] es probablemente uno de los únicos que podrá manejar a Trump en los próximos años si Trump vuelve a la Casa Blanca”, opinó una de las fuentes, en referencia de que el mandatario neerlandés fue recientemente elegido como próximo secretario general de la OTAN.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 7, 2024
El plan alemán en caso de guerra
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Según el plan, las tropas de la OTAN se desplazarían por todo el país hacia el flanco oriental, donde se estacionarían las fuerzas alemanas. En caso de conflicto grave, el servicio militar obligatorio volvería al país: los ciudadanos podrían alistarse en el Ejército en cualquier momento. El servicio de empleo podría obligar a los ciudadanos mayores de 18 años a trabajar en determinados sectores, como oficinas de correos y panaderías.
Entre otras cosas, médicos, psicólogos, enfermeros y veterinarios deberían ser compartidos entre las Bundeswehr (Fuerzas Armadas) y la sociedad civil en caso de guerra. Las líneas telefónicas podrían restringirse si las autoridades las necesitan.
Además, según el documento, el Bundestag (Parlamento Federal) no debe disolverse mientras dure el conflicto armado. Los sótanos de “construcción masiva”, los aparcamientos subterráneos o las estaciones de metro deberían estar disponibles para su uso como búnkeres temporales, en caso de ataque sorpresa. Los medios de comunicación estarían obligados a enviar notificaciones importantes “inmediatamente”.
Las autoridades también podrán ordenar evacuaciones en las zonas de riesgo sin separar a las familias. Los hospitales, por su parte, deben estar preparados para “la aparición repentina de un gran número de pacientes durante un largo periodo de tiempo”, mientras los servicios veterinarios deben elaborar planes para prevenir brotes de enfermedades animales.
Debido a que en caso de guerra Alemania podría enfrentar una crisis de abastecimiento, por ejemplo de frutas y verduras, el Ministerio de Alimentación deberá racionar insumos. En este contexto, el Gobierno tendrá que almacenar trigo, centeno y avena en depósitos secretos. Según el documento, el país contará con una reserva de emergencia (arroz, legumbres) para proporcionar a la población, principalmente en los centros urbanos, una comida caliente al día.
Las autoridades también podrían obligar a las empresas a producir bienes solo para fines de defensa. Las empresas privadas deberán poner sus camiones y su infraestructura informática a disposición de los militares si es necesario. Los tanques y vehículos blindados tendrán prioridad en las carreteras y vías férreas. Por lo tanto, el flujo normal de tráfico podría verse restringido.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó que el país debe estar preparado para la guerra para 2029. Sin embargo, las Fuerzas Armadas de Alemania carecen no solo de tanques, aviones y barcos, sino también de ropa de combate.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 10, 2024
Un hombre divertido
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Este hombre ni siquiera intentaba ser gracioso la mayor parte del tiempo, pero era divertidísimo.
Me refiero, por supuesto, al vicepresidente número 44 de los Estados Unidos, un hombre que tropezaba incluso con las frases más simples, Dan Quayle.
Como vicepresidente de George H.W. Bush, dijo muchas cosas extrañas y memorables. Aquí están algunos de mis favoritos.
“Vamos a tener el pueblo estadounidense mejor educado del mundo”
“Para la NASA, el espacio sigue siendo una alta prioridad”.
No se equivocó.
“Es hora de que la raza humana entre en el sistema solar”.
“Creo que estamos en una tendencia irreversible hacia una mayor libertad y democracia, pero eso podría cambiar”
Hizo que el público se ría nerviosamente.
“Es maravilloso estar aquí en el gran estado de Chicago”.
Seamos realistas, Chicago tiene más gente que Wyoming, tal vez deberían ser un estado.
“Tenemos un firme compromiso con la OTAN. Somos parte de la OTAN. Tenemos un firme compromiso con Europa. Somos parte de Europa”.
Estoy bastante segura de que peleamos una guerra o dos por eso.
“Los republicanos comprenden la importancia de la esclavitud entre una madre y su hijo”.
FBI, teléfono.
Sin embargo, vale la pena señalar que es posible que Dan Quayle haya tenido problemas para adaptarse a su entorno; después de todo, era un viajero en el tiempo.
“El Holocausto fue un período obsceno en la historia de nuestra nación. Me refiero a la historia de este siglo. Pero todos vivimos en este siglo. Yo no viví en este siglo.”
“El futuro será mejor mañana”
“He tomado buenos decisiones en el pasado. He tomado buenas decisiones en el futuro”.
Y una última cita:
“Respaldo todos mis errores.”
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Marzo 21, 2024
Nathan Reiber, el desarrollador inmobiliario que construyó las Torres Champlain
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El retiro de Nathan Reiber de una carrera de derecho canadiense duró aproximadamente una semana mientras paseaba por West Avenue en Miami Beach a fines de la década de 1970. Espió un lote baldío cerca de Lincoln Road, vio su potencial años antes del resurgimiento de la región, lo compró y construyó el primero de muchos edificios de apartamentos en Florida.
Reiber, quien murió el 1 de julio de 2014 en Aventura a los 86 años, pasaría los siguientes 35 años como desarrollador. Construyó y administró propiedades inmobiliarias en los estados y en Canadá. Entre ellos: las múltiples Champlain Towers en Surfside, que completó en 1986.
“Siempre fue un hombre de negocios inteligente”, dijo su hija Jill Meland. “Disfrutaba del juego de los negocios y era bueno en eso”.
Cuando vio ese lote baldío en Miami Beach, “eso lo sacó de la jubilación rápido”, dijo Meland. “Siempre le fascinó hacer negocios”.
El sentido comercial de Reiber, que también incluyó el desarrollo del proyecto Centennial Towers de 99 unidades en Collins en Surfside en la década de 1980, lo ayudó a aterrizar como colaborador en Mt. Sinai Hospital-Toronto y Temple Emanuel de Miami Beach. También apoyó a la Universidad de Miami, al Centro Médico Mount Sinai en Miami Beach y al Sistema de Salud Judío de Miami. Fue vicepresidente ejecutivo nacional del Instituto Judío de Asuntos de Seguridad Nacional, donde se dirigió a la OTAN y se reunió con líderes mundiales de España, Hungría, Alemania, Etiopía y Uzbekistán.
Su pasión por las artes lo llevó a convertirse en benefactor del Tanglewood Music Festival, la casa de verano de la Boston Symphony Orchestra y del Berkshire Theatre Festival.
En 1988, The Community Alliance Against AIDS (SIDA) organizó una recaudación de fondos de U$ 2,500 por persona para la lucha contra el SIDA con celebridades como Elizabeth Taylor, Ed Asner, Roddy McDowall y Jerry Herman como coanfitriones. Los lugareños prominentes como Reiber, Julio Iglesias, Abel Holtz, Joaquin Blaya y Mitchell Wolfson Jr. abrieron sus casas para las fiestas.
Nacido en Czestochowa, Polonia, Reiber emigró a Montreal, Canadá con sus padres y hermanos en 1929 cuando tenía dos años. Más tarde se graduó con un título en derecho de la Universidad de Alberta y ejerció la abogacía en Toronto antes de retirarse a Miami Beach y comenzar su nueva carrera como desarrollador.
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Junio 25, 2021
Argentina organiza una conferencia internacional sobre la lucha contra el terrorismo en conmemoración del atentado a la AMIA. ¿Cinismo o provocación?
La República Argentina ejerce por este año 2019 la presidencia del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la OEA http://www.oas.org/es/sms/cicte/default.asp , y en ese contexto organiza en julio próximo a Buenos Aires una reunión regional de lucha contra el terrorismo “que ratifica el empeño de nuestro país por un futuro libre del flagelo del terrorismo, sino que además será un recordatorio del 25 aniversario del trágico atentado contra la sede de la AMIA, mostrando la voluntad activa del gobierno y la sociedad argentina para visualizarlo internacionalmente como tema esencial de la política exterior nacional”, según el comunicado n° 492/18 de la cancillería argentina https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/conferencia-ministerial-hemisferica-de-lucha-contra-el-terrorismo. A ese evento participan los países miembros de la OEA, los países observadores, organizaciones regionales e internacionales, académicos, expertos e invitados especiales[2].
La actitud de las autoridades argentinas no solamente es inmoral, oportunista e irresponsable, sino que demuestra una incapacidad o complicidad política-jurídica de investigar el atentado, identificar los responsables, llevarlos a juicio y condenarlos. ¿Qué quiere transmitir el gobierno a las víctimas del atentado de la AMIA, al elegir una fecha dolorosa para organizar un evento sobre terrorismo luego de 25 años de injusticia y mentiras?
Observando que, a la política “de estado” exterior de los derechos (subjetivos) humanos, la Argentina agrega como tema esencial la política exterior (selectiva) de lucha contra el terrorismo, es decir mostrar con una realidad ficticia como contribuir a garantizar las inversiones extranjeras, desarrollar el turismo internacional, afianzar la cooperación multilateral y recibir asistencia internacional, aprovechando un indicador o componente de la seguridad multidimensional que sirva para identificarlo como un actor privilegiado. Pero lógicamente, el gobierno argentino nuevamente mentirá a la comunidad internacional (como hace con los ilegales juicios de lesa humanidad por hechos de los 70) porque significaría considerar a muchos aliados politicos de hoy, como enemigos de la sociedad y de la seguridad internacional.
Como legitimar ese tema esencial de la política exterior con la responsabilidad de Estado cuando numerosas víctimas de los grupos terroristas de los 70, no fueron reconocidas a la fecha ni por la justicia ni por el gobierno argentino. ¿Para el Estado argentino, hay terrorismo bueno, y terrorismo malo, victimas reconocidas y victimas que no merecen serlo?
Reconociendo que la lucha contra el terrorismo, aparte de las tipificaciones jurídicas propias, la misma tiene relaciones directas e indirectas con numeroso delitos como: la corrupción, el lavado de activos, el tráfico de personas, la circulación y tráfico de armas, el narcotráfico, la criminalidad organizado, la falsificación de documentos públicos y de viajes, la prostitución, el ciberterrorismo, el financiamiento del terrorismo, el terrorismo nuclear, la consultación de sitios internet a carácter terrorista, el eco-terrorismo, el terrorismo económico, industrial, científico, tecnológico, el financiamiento de campañas electorales…, cuando en realidad la Argentina no controla ni la corrupción, la seguridad ciudadana, el narcotráfico, la criminalidad organizada, la apología del terrorismo, el trafico de armas de guerra, las letras de canciones, la disimulación de inversiones en obras de artes o empresas de dudosa rentabilidad, la circulación excesiva de dinero en efectivo, numerosas personas muestran un tren de vida cuyo patrimonio deben justificar,…..La cartografía criminal en Argentina es a la hora actual preocupante, reina la inseguridad y la impunidad bajo la pasividad de los jueces, las autoridades nacionales, los parlamentarios, los medios de comunicación, el mundo académico y parte de la sociedad.
Visualizar internacionalmente la política de lucha contra el terrorismo, significa que Argentina por ejemplo, debe:
Formar jueces y crear tribunales federales especializados en la lucha contra el terrorismo: Los magistrados actuales no están formados ni especializados en ese sector ni disponen de expertos asignados, no existe un tribunal reservado a ese dominio. En 1971 fue creado la Cámara Federal en lo Penal de la Nacion, con competencia nacional.
Determinar objetivos y funciones específicas en cada organismo e institución del Estado, garantizando las libertades individuales y los derechos fundamentes de los ciudadanos. Teniendo presente que en numerosos países europeos y de la OTAN las FFAA participan en las operaciones anti terroristas en el territorio nacional o al extranjero: Las leyes de inteligencia nacional, de seguridad interior, de defensa nacional, deben ser modificadas y adaptadas al continuum seguridad-defensa.
El servicio de inteligencia del Estado no debe tener acción operacional de policía en el territorio nacional propio de las fuerzas policiales, aduanas, gendarmería, prefectura marítima, policía de seguridad aeroportuaria. Reorganizar y resocializar sus misiones.
Los organismos de inteligencia deben pasar de la lógica de un servicio (distribución) de información a la producción de inteligencia propia. Con analistas de alto nivel y medios tecnológicos adecuados.
Crear un organismo Inter fuerzas de inteligencia especializado en la lucha contra el terrorismo con capacidad operacional y de policía judicial.
Crear un coordinador de inteligencia nacional bajo la órbita de la presidencia de la nación, a cargo de un alto funcionario civil con especializada reconocida.
Crear pabellones especiales de máxima seguridad en las cárceles nacionales con sistemas de seguridad adecuado y la protección de los derechos humanos: debiendo resolverse el problema de sobrepoblación carcelaria.
Crear centros de desradicalización terrorista con intervención multidisciplinaria: como complemento de la sanción penal.
Destinar recursos humanos, logísticos y financieros para la creación de estructuras ad-hoc: observando la situación catastrófica de la economía del Estado.
Crear un cuadro legislativo, jurídico, apropiado a la amenaza terrorista y sus delitos conexos. Sabiendo que numerosos ex terroristas son actuales parlamentarios, hombres politicos, ministros.
Actualizar las características del delito de terrorismo en el código penal, no reconocerlo en la realidad como delito político, luchar contra la apología, el adiestramiento a terroristas, las reivindicaciones de los terroristas de los 70, el enaltecimiento o justificación pública del terrorismo, no protegiéndose detrás de la libertad de opinión. Considerar penalmente reprensible la utilización del termino terrorismo de Estado…
Garantizar y proteger jurídicamente las acciones de los agentes del Estado en la lucha contra el terrorismo, para no repetir las consecuencias de las políticas públicas de los 70 en donde el Estado posteriormente se transformó en acusador de sus ex agentes.
Recordando que:
El Estado argentino no solamente abandonó sus agentes quienes en los años 70 recibieron de su parte el mandato legal en la lucha contra el terrorismo, sino que años más tarde el mismo Estado con el poder judicial y en alianza con los ex terroristas, establecieron una política de venganza, disfrazada de ilegal justicia contra los ex agentes del Estado y otros representantes de la sociedad de ese periodo.
La “nueva política” de la Argentina no lo es como tal, porque ya en los años 70 debió también luchar contra el terrorismo. ¿Cuál será la diferencia de enfrentar el fenómeno del terrorismo de esos años con el actual?
Con la nueva política exterior de lucha contra el terrorismo el gobierno argentino busca una rentabilidad política más que aplicar las obligaciones positivas de seguridad y justicia con sus ciudadanos porque “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” (art. 3 Declaración Universal de los Derechos Humanos). A las autoridades políticas, legislativas y jurídicas, no les interesan ni los autores ni las consecuencias de esos atentados, como lo han demostrado con las víctimas de los atentados terroristas de los 60-70, impunes a la fecha y la victimas ignoradas.
¿Qué puede demostrar u ocultar el gobierno argentino en la conferencia internacional sobre la lucha contra el terrorismo en julio 2019 ?, por ejemplo:
El poder de injerencia de la política sobre la justicia: transcurrieron 25 años del atentado a la AMIA, con una instrucción judicial dudosa, con jueces al servicio del gobierno, acusando inocentes, vehiculando desinformación, manipulando la sociedad, ocultando intereses politicos internacionales, en ese contexto ese crimen se transformó en un “affaire de Estado”, y a la fecha carece de visibilidad cierta de un proceso judicial. Al contrario, en los ilegales juicios contra los ex agentes del Estado por supuestos delitos de lesa humanidad la justicia es de excepción, acelerada, con jueces impregnados de valores humanistas que no se privan de violar derechos fundamentales para llegar a una verdad política, y esos mismos magistrados federales ideológicamente rechazan los derechos humanos a las víctimas que dejaron las organizaciones terroristas que hace más de 40 años esperan justicia y reconocimiento.
La experiencia de la justicia federal como política de Estado en la lucha contra el ilegal principio de Terrorismo de Estado de los 70 y sus terroristas ex agentes del Estado o representantes de la sociedad que no integraron los grupos terroristas. Algunos de los jueces federales que llevan las causas de lesa humanidad podrán tener el honor de explicar sus métodos jurídicos aplicado a esos terroristas de Estado.
El reconocimiento del Estado a las víctimas nacionales y extranjeras asesinadas, secuestradas, heridas, que dejaron los grupos terroristas en los años 70. ¿Para el gobierno actual antes del atentado a la AMIA no hubo terrorismo ni victimas del mismo?
Explicar quien asesinó al ex fiscal federal Alberto Nisman, cuya instrucción judicial e influencia política se va construyendo bajo el mismo modelo del atentado a la AMIA.
El modelo argentino de lucha contra el terrorismo de los 70, donde más de 3000 ex agentes del Estado y representantes de la sociedad de ese periodo, son ilegalmente procesados por delitos de lesa humanidad, injuriados, calumniados, perseguidos, por haber protegido y defendido las instituciones del Estado y la sociedad contra los ataques terroristas de organizaciones armadas.
Argumentar, porque es de interés político no llevar a juicios a los ex terroristas de los 70 y otorgarles poder, ayudas financieras, apoyo del gobierno, de la justicia, sin interesarle la situación de las victimas que dejaron los grupos terroristas ni los derechos humanos de los ex agentes del Estado. ¿Esos terroristas son terroristas buenos, y no los actuales que son terroristas malos?
Finalmente,
El gobierno argentino debe comprender que las víctimas del atentado terrorista a la AMIA (como las otras ignoradas) necesitan justicia y verdad, no discursos politicos ni reuniones de expertos para analizar situaciones teóricas, hipotéticas o solidaridad superficial.
El Estado argentino debe asumir y reconocer su responsabilidad penal nacional e internacional en la lucha contra el terrorismo en los años 70 como otros países la asumieron en casos similares y no desligarse de esa autoridad y transferir el peso decisional sobre los agentes del Estado ejecutores de su política con consecuencias negativas para la sociedad.
¿El presidente Macri y sus ministros tendrán previsto llevar a los miembros del CICTE y los participantes a la conferencia sobre la lucha contra el terrorismo, al Museo de la Memoria, al Parque de la Memoria, a tirar flores al Rio de la Plata en homenaje a los terroristas que intentaron tomar el poder por las armas, que asesinaron numerosas personas nacionales y extranjeras, que sus autores recitan impunemente sus actos y que las víctimas de los grupos terroristas no son reconocidas ni por la justicia ni por el Estado? Yo elegí defender y proteger los derechos humanos de todas las personas por igual, como también la libertad, la igualdad y la democracia, el gobierno argentino y el poder judicial, no. Paris, Prof. Mario Sandoval, presidente del CASPPA, marios46@hotmail.com, 06 febrero 2019.
[1] Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y actividades en ciencias políticas y filosofía, habiendo ocupado funciones en la docencia superior y consultorías, a nivel nacional e internacional en los campos de las relaciones internacionales, la geopolítica y una trayectoria publica conocida. Regularmente realiza à nivel internacional conferencias, asesorías y publicaciones. Miembro de centros de investigaciones, asociaciones multidisciplinarias. Presidente del Comité de Ayuda y Solidaridad de los Presos Políticos en Argentina (CASPPA).
[2] Habiendo participado durante numerosos años a las reuniones del CICTE, la Comisión de Seguridad de la OEA, Medidas de Confianza, la JID/CID, en calidad de experto universitario y organizado eventos en Francia con las autoridades del CICTE, CICAD, JID/CID respectivas.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 6, 2019
La Amenaza Rusa. ¿Hacia Quién?
La OTAN ha enviado cuatro grupos de batalla situando uno en Polonia y uno en cada una de las tres repúblicas bálticas. Estados Unidos también ha comenzado a traer unidades blindadas pesadas a Europa occidental. Todo el esfuerzo está motivado por el choque que emana de la incautación y posterior anexión de Crimea por parte de Rusia y su apoyo continuo a los grupos rebeldes en el este de Ucrania.
Moscú rompió el libro de reglas de seguridad en la Europa de la Postguerra Fría al seccionar un trozo de Ucrania (como lo hizo anteriormente en Georgia). Muchos temen que las repúblicas bálticas – también territorio de la ex Unión Soviética – puedan ser el siguiente botín.
Rusia dice que en respuesta a estos movimientos de la OTAN está haciendo nuevos despliegues propios. Pero la realidad es bastante más compleja. “Rusia quiere que pensemos que su actual militarización y los preparativos para el conflicto son una respuesta a que la OTAN haga lo mismo, pero simplemente no es cierto”, señala Keir Giles, director del Centro de Investigación de Estudios de Conflictos, y probablemente el principal observador británico de asuntos militares rusos.
“El programa de reorganización y rearmamento de Rusia, enormemente costoso, ya estaba en pleno apogeo mucho antes de la crisis sobre Ucrania, mientras las naciones de la OTAN todavía estaban liquidando a sus ejércitos”.
“Ya en 2013, Estados Unidos retiró todo su poderío de Europa, mientras que Rusia ya estaba ocupada invirtiendo miles de millones en la mejora de sus fuerzas”.
El analista Dmitry Gorenburg, de la Universidad de Harvard, anuncia el inicio del programa de modernización ruso en 2009. Una respuesta, dice, a las evidentes deficiencias de la campaña militar rusa contra Georgia.
“La mejora de la velocidad de la toma de decisiones y la comunicación de las decisiones a las tropas y la interoperabilidad entre las ramas militares, seguida de la sustitución de los equipos de la era soviética que estaban llegando rápidamente al final de su vida útil”, destaca Gorenburg.
Los resultados han sido significativos. Según Michael Kofman, del Kennan Institute del Wilson Center, “para 2012, Rusia había reorganizado sus fuerzas armadas desde un ejército soviético de movilización de masas hasta convertirse en una fuerza permanente y comenzó a mejorar la calidad en todos los ámbitos”.
Esto se combinó con un intenso régimen de controles de preparación y numerosos ejercicios, hasta el punto de que “para el año 2014 el ejército ruso mejoró notablemente en comparación con su desempeño mediocre en la guerra con Georgia en 2008”, explica pacientemente Kofman.
Todos los expertos insisten en que el foco inicial del esfuerzo ruso ha sido en Ucrania, no en los países bálticos. De hecho, Michael Kofman argumenta que la guerra en Ucrania impuso requisitos inesperados a los militares rusos, que se encontraron carentes de fuerzas permanentemente estacionadas en las fronteras del país, y mal posicionados para el conflicto. “Las fuerzas armadas rusas estaban, y todavía están, en transición”.
Para afrontar la perspectiva de la guerra con Ucrania a medio y largo plazo, Rusia ha pasado gran parte de los últimos tres años reposicionando unidades alrededor de Ucrania, construyendo tres nuevas divisiones, rebautizando varias brigadas y creando un nuevo combinado. El objetivo es que las fuerzas terrestres rusas estén en su lugar justo al otro lado de la frontera, si necesitan reforzar los poderes en los Donbas (o Cuenca de Donets, o Donbass, Región en el este de Ucrania), invadir de varios vectores o simplemente impedir que Kiev considere que podría recuperar rápidamente las regiones separatistas por la fuerza.
Ucrania puede ser la preocupación estratégica inmediata del personal general ruso. Pero Rusia está desarrollando su infraestructura militar a lo largo de toda su periferia occidental, no sólo enfrente de Ucrania, sino también de Bielorrusia, los países bálticos e incluso Finlandia. Se han reorganizado para poder ofrecer combate agrupando tropas en la frontera occidental lo más rápidamente posible.
Esto incluye la creación de nuevas unidades de transporte por carretera pesada con el fin de reducir su tradicional dependencia de los ferrocarriles para entregar equipos de combate y armamentos a la zona de operaciones. Eso les da una mayor flexibilidad para moverse en las zonas donde las redes están mejor desarrolladas, incluso a través de la frontera en los vecinos occidentales de Rusia.
Dado el enfoque de Moscú en Ucrania, ¿algunos países de la OTAN han reaccionado exageradamente ante la percepción de la amenaza rusa? En absoluto. Por el contrario, la preocupación es que la OTAN haya reaccionado de manera insuficiente. El desafío militar directo de Rusia de usar la fuerza militar contra sus vecinos, con pocas excepciones, no se ha traducido en que países europeos muestren un interés serio en defenderse.
El fracaso de muchos aliados de la OTAN para cumplir con convenios simbólicos como el compromiso de gastar el 2% del Producto Bruto Interno en defensa, y mucho menos medidas urgentes como la regeneración de la capacidad de guerra de alta intensidad para igualar las capacidades de desarrollo de Rusia, dejan en claro la falta de voluntad para reconocer la realidad políticamente latente.
Esa realidad, se trata de una transformación del ejército ruso. La reforma, la modernización y la experiencia de combate obtenida de Ucrania y Siria tendrán efectos duraderos en las Fuerzas Armadas rusas.
Rusia conserva la capacidad de desplegar fuerza decisiva en cualquier lugar de sus fronteras, dominando a cualquier antigua república soviética. En términos de su arsenal nuclear estratégico, Rusia no es sólo un par de los Estados Unidos, sino que está por delante en la modernización Y la inversión en armas nucleares no estratégicas. Esta es una versión desprendida de varios analistas políticos europeos. Mientras tanto, las fuerzas convencionales de Rusia son ahora capaces de imponer altos costos incluso a un adversario tecnológicamente superior como la OTAN en un conflicto de alto nivel, es decir, una pelea sería bastante sangrienta para ambas partes.
Nadie quiere siquiera sospechar en una situación tal. Sin embargo, en la raíz, Dmitry Gorenburg cree que “las capacidades convencionales de Rusia no son tan fuertes como las del ejército estadounidense o las fuerzas de la OTAN en su conjunto”.
Como señala Michael Kofman, “Rusia es una potencia terrestre eurasiática, que aporta mucho poder de fuego a la lucha, pero su fuerza brilla al luchar cerca de casa”.
El presupuesto de la OTAN en materia de defensa e investigación es inferior al de Rusia, al igual que la capacidad básica de la Alianza para generar fuerzas y equiparlas en un prolongado conflicto.
La conclusión es que, si bien la OTAN tiene genuinas preocupaciones sobre lo que podría ser un conflicto de corto plazo con Rusia, la realidad es que esta es la alianza militar preeminente del mundo, en el centro de la cual está todavía un poder militar increíblemente hercúleo, y una lucha sostenida probablemente terminaría desastrosamente para Moscú.
El ejército ruso simplemente no está estructurado para mantener un territorio sustancial, ni para generar las fuerzas necesarias para un conflicto prolongado. La OTAN necesita estar lista, según los expertos. Si la disuasión va a ser creíble, debe restablecer su capacidad para luchar contra el combate de alta intensidad, una capacidad que se ha atrofiado durante las campañas de contrainsurgencia en Irak y Afganistán.
El consenso entre los expertos parece ser que Ucrania fue una campana de advertencia. La nueva asertividad de Rusia no debe confundirse con el deseo de lanzar un ataque militar hacia el oeste.
De hecho, la amenaza inmediata rusa puede provenir de su guerra de información y campañas cibernéticas dirigidas contra Occidente. Esa es una batalla que ya se ha librado. Y Occidente no está preparado.
Fuentes:
Universidad de Harvard
Kennan Institute del Wilson Center
Martin DiGiorgi
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 29, 2017