El pirata Capitán Morgan era, por supuesto, un hombre brutal y malvado. En realidad era mucho peor. Sir Henry Morgan. El nombre dice mucho, ¿no? Dice claramente que era un rebelde, un pirata. La historia del Capitán Morgan es bien conocida, no es necesario explicar cómo logró saquear la ciudad de Panamá y muchas otras.
Lo que la mayoría de la gente no sabe es que no era un rebelde. Inglaterra no tenía una verdadera armada y necesitaba gente para hacer sus negocios sucios, como mantener a raya a los españoles en el nuevo mundo. Así que Inglaterra contrató piratas para que cumplieran sus órdenes, asesinaran a todos en un pueblo español, asesinaran, violaran y saquearan. Quédate con tus ganancias, pero asegúrate de obtener siempre una licencia primero. Sí. Los piratas tenían autoridad para saquear ciudades y barcos de un gobernador que trabajaba para la Reina de Inglaterra. Lo mismo hicieron los franceses bajo el gobierno de Luis XIV, que debería ser conocido como el rey pirata y no como el rey sol. Los españoles tenían algunos piratas, pero sobre todo tenían una Armada que era tan brutal como los piratas, incluso más.
No hay necesidad de entrar en técnicas que Morgan usaba para encontrar tesoros, tenía métodos para apretarte el cráneo tan fuerte que te salían los ojos, cortarte la piel mientras estabas vivo, asarte a la parrilla en una llama abierta. Eso es justo lo que esperamos de los piratas después de todo. Quiero decir, ¿qué esperabas de un pirata? Bueno… No sé si la mayoría de la gente sabe que Sir Henry Morgan, sí, era un Sir, no se obtiene un título tan prestigioso por ser un criminal. Básicamente era un oficial de la marina de la corte inglesa, pero no oficialmente. Fue capitán pirata durante unos pocos años. En realidad era un fabricante de roms, dueño de una plantación de azúcar y tenía muchos esclavos. Era súper rico, no solo por la piratería.
Fue gobernador de la corte inglesa durante mucho más tiempo. ¿Sabes qué hizo mucho mientras fue gobernante?
Ahorcó y mató piratas. Incluso invitaba a los piratas a su mansión y les ofrecía vino y cena como si no hubiera un mañana, porque no había un mañana para esos lamentables piratas.
Se convirtió en un hombre muy malo. Asesinó a piratas. Engañó a personas que se convirtieron en piratas después de escuchar sus historias de saqueos y las ahorcó. Les robó sus barcos.
“Aún subsiste una suerte de prestigio político que puede ser llevado con patética dignidad”.
Eric Ambler
Cerré mi nota anterior con esta frase: “ruego para que Milei deje de cometer errores no forzados ya que, aunque no lo queramos ver, seguimos al borde del abismo y ésta es la última vez en que podremos evitar caer por él”; minutos después, el Presidente tropezó con una piedra aún más grande. Fue malo, en especial, porque se dio en un momento ideal para la gestión libertaria. No tengo duda que no ha cometido delito y, tampoco, acerca de su honestidad personal, algo que no me atrevo a afirmar respecto de su entorno más cercano porque recuerdo el “swift-gate”, que costó el cargo a Emir Yoma, cuñado de Carlos Menem, cuando la Embajada de Estados Unidos denunció pedidos de coimas; tal vez sea hora de soltar lastre.
Atribuyo el sonado episodio a su imprudencia y, sobre todo, a su fatales arrogancia y soberbia; hubiera debido pedir públicas disculpas por lo sucedido, pues el daño ocasionado, aquí y afuera, ha sido grande en la medida en que devaluó (¡qué palabra peligrosa!) la palabra presidencial. Pero no debemos olvidar que quienes fracasaron en activar un juicio político para eventualmente destituirlo, son los mismos ladrones que saquearon sin tasa al país, comandados por Cristina Fernández, condenada ya en dos instancias por corrupción y con varias causas penales en trámite, entre otras por la firma del pacto con Irán, que ahora se acelerará con la nueva ley de juicio en ausencia. Como dijo Fernando Iglesias: “Medimos con la vara de Suiza a los gobiernos no peronistas y con la vara de Uganda al peronismo”. Pero tengo la seguridad de que el episodio no incidirá en modo alguno en las elecciones de octubre, si la economía se percibe mejor para entonces.
Javier Milei y Jonatan Viale
El escándalo tuvo un efecto positivo: los oscuros acuerdos en el H° Aguantadero saltaron por el aire y el oficialismo tuvo que desistir de su intento de aprobar el pliego del tan impresentable Ariel Lijo para la Corte. Ahora y hasta el 28, se abrió una ventana que permitiría a Milei cubrir, por decreto, las vacantes producidas en el alto Tribunal; veremos qué decide hacer el Ejecutivo, es decir, si nombrará por decreto a Manuel García-Mansilla o a otro u otra, si es que alguno de los candidatos en danza acepta ocupar el cargo sólo hasta el 30 de noviembre, antes de verse obligado a recorrer el camino previsto en la Constitución.
Bajo el radar de las mayorías, estamos atravesando un inédito y fortísimo temporal, de una enorme gravedad institucional, ya que las cámaras de apelación nacionales (ordinarias, no federales, con asiento en Buenos Aires) insólitamente han rechazado un fallo de la Corte que, de acuerdo con la reforma constitucional de 1994, dispuso que las sentencias que aquéllas dictaran debían ser revisadas por el Superior Tribunal de la Ciudad Autónoma. Aunque resulte un tema ajeno al ciudadano común, una vez más el Poder Judicial profundiza la destrucción de la seguridad jurídica, tan exigida por cualquier inversor para jugar sus fichas en el paño argentino.
Peor, por supuesto, es lo que estamos viendo en el campo geopolítico. En sólo un mes, Donald Trump dinamitó el mundo tal como lo conocíamos. Actúa como un elefante en un bazar, y no solamente con su batalla tarifaria; Panamá (por el uso del canal), Canadá y México (por servir como invisible puente para el ingreso de fentanilo y productos chinos), y Dinamarca (por Groenlandia, para instalar allí bases militares de EEUU), pueden dar cuenta de ello. Amén de la guerra comercial, con la que pretende “proteger” la economía de Estados Unidos y, a la vez, perjudicar a China, ha roto las relaciones con Europa, a la que falsamente acusa de no invertir lo suficiente en la defensa y responsabiliza por la salvaje invasión de Rusia a Ucrania.
Elon Musk y Javier Milei
En Arabia Saudita, parece haberse puesto de acuerdo con Vladimir Putin para intentar convertir a la víctima en un país derrotado que, después de soportar una invasión criminal y devastadora en términos materiales y humanos, será obligado a resignar una gran porción de su territorio para satisfacer las ansias de “seguridad” del tirano. Así, Europa ha quedado sola, y reaccionado en consecuencia, ante la ambición imperial de Rusia, que tanto remite a las permanentes pretensiones expansionistas de Adolf Hitler; Estonia, Letonia y Lituania están en la mira de Putin, que además influye con sus trolls en las elecciones de todos los países para favorecer a candidatos pro-rusos. O sea, Trump consagra la ley del más fuerte y la muerte del derecho internacional que mantuvo la paz en Europa por 80 años.
China nunca tuvo buena relación con Rusia, y seguramente no verá con buenos ojos su eventual alianza con los Estados Unidos, por lo cual es probable que intensifique sus actividades bélicas en el Pacífico sur y el Indico, amenazando a Taiwan y Filipinas, amén de desfinanciar a Putin dificultándole exportar su gas y petróleo a través de sus ductos y puertos.
Trump mantiene grandes deudas con América Latina, incrementadas por los aumentos de las tarifas de importación de sus productos a Estados Unidos. La mayor de ellas es que no se ve aún una fuerte condena al régimen narco-terrorista y usurpador de Nicolás Maduro, que fraguará nuevamente los resultados en las elecciones municipales de abril, ya denunciadas por la oposición, ni le ha prohibido a Chevron continuar extrayendo y exportando el petróleo venezolano. Con los dólares que ese negocio le provee y que maneja con total oscuridad – como sucede con tantos otros tráficos ilegales, como drogas, oro, personas, etc. – el tirano chavista seguirá financiando su alianza con Cuba, a quien ha entregado la conducción del sistema represivo para controlar a la población civil.
El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, no descarta el uso de la fuerza militar para apoderarse de Groenlandia o el canal de Panamá, afirmó este martes durante una rueda de prensa.
La respuesta del mandatario se produjo luego de la pregunta de un periodista sobre si “podía asegurar” que, en su propósito de tomar control de la vía interoceánica o la isla, no consideraría una acción militar.
“No te lo puedo asegurar, estás hablando de Panamá y Groenlandia. No, no puedo asegurarte nada de ninguno de esos dos, pero puedo decir esto: los necesitamos para la seguridad económica”, expresó Trump.
Si bien el presidente no proporcionó detalles sobre sus planes, dejó en claro su imposibilidad de comprometerse con no recurrir a la coerción económica o militar para lograr sus objetivos. “No voy a comprometerme con eso”, recalcó.
En repetidas ocasiones, Trump ha dejado en claro sus ambiciones de apropiarse de la isla más grande del mundo, nación constituyente de Dinamarca, a la que considera una “absoluta necesidad” para la seguridad estadounidense. “La gente ni siquiera sabe si Dinamarca tiene derecho legal, pero, si lo sabe, debería renunciar a ella, porque la necesitamos para la seguridad nacional”, comentó al respecto este martes.
Entretanto, en lo que se refiere al canal de Panamá, que estuvo bajo control de Washington entre 1914 y 1999, Trump considera que puede ser recuperado, subrayando que fue construido para las Fuerzas Armadas estadounidense. “Es vital para nuestro país. Lo opera China. ¡China! Y le dimos el canal de Panamá a Panamá, no se lo dimos a China; y ellos han abusado de él, han abusado de ese regalo”, aseveró en su discurso de hoy.
“Por cierto, nunca debió hacerse [la entrega del canal]. En mi opinión, la donación del canal de Panamá fue la razón por la que Jimmy Carter perdió las elecciones […]. Fue un gran error. Darle el canal de Panamá a Panamá fue un gran error. Perdimos 38.000 personas, nos costó el equivalente a un billón de dólares, tal vez más que eso […]. Entregarlo fue algo horrible”, concluyó al respecto.
Primero fue Canadá, luego el Canal de Panamá. Ahora, Donald Trump vuelve a querer Groenlandia.
El presidente electo está renovando los infructuosos llamados que hizo durante su primer mandato para que Estados Unidos compre Groenlandia a Dinamarca, sumándose a la lista de países aliados con los que está buscando peleas incluso antes de asumir el cargo el 20 de enero.
Groenlandia
En un anuncio del domingo en el que nombró a su embajador en Dinamarca, Trump escribió que, “Para propósitos de Seguridad Nacional y Libertad en todo el Mundo, Estados Unidos de América siente que la propiedad y control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.
El hecho de que Trump tenga planes nuevamente para Groenlandia se produce después de que el presidente electo sugiriera durante el fin de semana que Estados Unidos podría retomar el control del Canal de Panamá si no se hace algo para aliviar los crecientes costos de envío necesarios para usar la vía acuática que une los océanos Atlántico y Pacífico.
También ha estado sugiriendo que Canadá se convierta en el 51.º estado de Estados Unidos y se refirió al primer ministro canadiense Justin Trudeau como “gobernador” del “Gran Estado de Canadá”.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, se encuentra entre los océanos Atlántico y Ártico. Está cubierta en un 80% por una capa de hielo y alberga una gran base militar estadounidense. Obtuvo el autogobierno de Dinamarca en 1979 y su jefe de gobierno, Múte Bourup Egede, sugirió que los últimos llamados de Trump a un control estadounidense serían tan insignificantes como los que hizo en su primer mandato.
“Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos”, dijo en un comunicado. “No debemos perder nuestra lucha de años por la libertad”.
Trump canceló una visita a Dinamarca en 2019 después de que su oferta de comprar Groenlandia fuera rechazada por Copenhague, y finalmente no se materializó.
También sugirió el domingo que Estados Unidos está siendo “timado” en el Canal de Panamá.
“Si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de generosidad, entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin cuestionamientos”, dijo.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió en un video que “cada metro cuadrado del canal pertenece a Panamá y seguirá siendo así”, pero Trump respondió en su sitio de redes sociales: “¡Ya veremos!”.
El presidente electo también publicó una foto de una bandera estadounidense plantada en la zona del canal bajo la frase “¡Bienvenidos al Canal de los Estados Unidos!”.
Canal de Panamá
Estados Unidos construyó el canal a principios del siglo XX, pero cedió el control a Panamá el 31 de diciembre de 1999, en virtud de un tratado firmado en 1977 por el presidente Jimmy Carter.
El canal depende de embalses que se vieron afectados por las sequías de 2023 que obligaron al país a reducir sustancialmente el número de franjas horarias diarias para los barcos que cruzan el canal. Con menos barcos, los administradores también aumentaron las tarifas que se cobran a los transportistas para reservar franjas horarias para utilizar el canal.
Los enfrentamientos en Groenlandia y Panamá siguieron a la reciente publicación de Trump de que “los canadienses quieren que Canadá se convierta en el Estado número 51” y ofreció una imagen de sí mismo superpuesta en la cima de una montaña inspeccionando el territorio circundante junto a una bandera canadiense.
Trudeau sugirió que Trump estaba bromeando sobre la anexión de su país, pero ambos se reunieron recientemente en el club Mar-a-Lago de Trump en Florida para hablar de las amenazas de Trump de imponer un arancel del 25% a todos los productos canadienses.
Los países no pueden comprar legalmente a otros países. Cada país es una entidad soberana con su propio gobierno, leyes y ciudadanos. El concepto de comprar un país, como comprar un inmueble o una empresa, no se aplica. La soberanía y la integridad territorial están protegidas por el derecho internacional, lo que hace que la adquisición de un país por otro mediante una compra sea legalmente imposible.
Los cambios históricos en el territorio se han producido a través de tratados, guerras, colonizaciones o anexiones, pero estos procesos son muy diferentes de una transacción comercial y están regidos por complejas leyes internacionales y relaciones diplomáticas.
En este 2024 se llevaran a cabo seis eventos presidenciales en el continente americano. La primera cita ocurrirá en El Salvador, el próximo 6 de febrero. El proceso salvadoreño que se avecina en pocas semanas tendrá especial connotación debido a la probable reelección del actual presidente, Nayib Bukele, quien se ha convertido en un personaje político para toda la región por los cambios que ha representado en su país. Su intento de reelección y la forma atribulada en cómo se ha forjado, traen la idea que lo que se juega en El Salvador no es solamente un comicios más, sino la proyección de Bukele como un modelo a seguir a lo largo del continente.
Luego, el 5 de mayo, se celebrarán las elecciones en Panamá. Dicho evento será importante para el subcontinente centroamericano, que ha sufrido fuertes dosis de conflicto político los últimos años. Un hipotético giro de Panamá hacia la izquierda consolidaría la tendencia en la subregión centroamericana de gobiernos que se salen de la órbita de Washington o que, al menos, toman distancia de su discurso proimperial. Las presidenciales en Panamá se llevarán a cabo después de la asunción del mandatario guatemalteco, Bernardo Arévalo, lo que supone una victoria del movimiento popular de ese país.
El caso panameño tiene sus singularidades, pero al igual que el de Guatemala, el evento presidencial viene precedido de unas enormes protestas sociales que han sido exitosas y han logrado penetrar la agenda pública. Por ese motivo, es probable que ese auge de masas tenga algún impacto en el evento electoral por venir.
AMLO
El 19 de mayo es el turno de República Dominicana, un país en el que la pugnacidad política ha venido en ascenso. El régimen de partidos ha vivido un grado de mayor disputa interna los últimos años. No se augura necesariamente un cambio ideológico de magnitud, pero sí es bastante factible que presenciamos un escenario atribulado.
El 2 de junio es el turno de las presidenciales en México. El presidente Andrés Manuel López Obrador se despide. No buscó una reelección, a pesar de su liderazgo prominente, sino que se acogió al sistema vigente y va a dar el testigo a un sucesor. Las elecciones en México son determinantes para América Latina, ya que no solo es un país con una de las economías más grandes de la región, sino que su cercanía con EE.UU. le da cierto privilegio a la hora de las negociaciones y esto le otorga un relieve geopolítico.
Por supuesto que esas elecciones son determinantes para América Latina. México es una de las principales economías de la región, pero además su cercanía con EE.UU. le da cierto privilegio a la hora de las negociaciones y esto le otorga un relieve geopolítico. México va a presenciar este año una campaña de marcada disputa ideológica y es bastante probable que haya tensiones en torno a la misma, en un país ya de por sí conflictivo.
Durante el segundo semestre del año veremos elecciones en EE.UU., en Venezuela y en Uruguay. En las elecciones de Uruguay, pautadas para el 27 de octubre (primera vuelta), el izquierdista Frente Amplio se viene perfilando en las encuestas como favorito para vencer a la gobernante Coalición Multicolor. En esa línea, es probable que veamos un recambio de signo ideológico en el gobierno.
Trump
Una hipotética vuelta a la “era Trump” implicaría una agitación discursiva que va a generar mayor expectativa en relación tanto a los conflictos que están abiertos, como los que están latentes, especialmente con Venezuela. El 5 de noviembre serán las elecciones presidenciales en EE.UU., que estarán marcadas por el conocido performance del exmandatario Donald Trump. Este evento se convertirá en el centro de las miradas del mundo, sobre todo por los debates durante la campaña en torno al campo geopolítico. Así las cosas, una hipotética vuelta a la “era Trump” implicaría una agitación discursiva que va a generar diatriba y mayor expectativa en relación tanto a los conflictos que están abiertos, como los que están latentes, especialmente con Venezuela, país que estará llevando en paralelo sus propias presidenciales.
Aunque todavía no se tiene la fecha certera del evento electoral en Venezuela, sí cabe esperar que las campañas presidenciales de EE.UU. se crucen con las del país suramericano en el segundo semestre del año. Este cortocircuito podría impactar el ambiente electoral venezolano, afectado por la política de sanciones de Washington. Ya Trump, durante su primera gestión, consideró públicamente la opción de invadir Venezuela y es posible que lance dardos contra el presidente Joe Biden, en vista de que el mandatario demócrata ha optado por una política de flexibilización de medidas coercitivas sobre el país caribeño. El objetivo del político republicano será asegurar el voto del importante estado de Florida. También es probable que este tema entre en agenda y produzca una “promesa jugosa” de mayor intervención por parte de la Casa Blanca en la región, que entusiasmará a las derechas, no solo de Venezuela, sino aquellas que están en el gobierno, como la de Argentina, y las que desean volver, como la brasileña.
Al finales de 2024 se conocerá el nuevo mapa ideo-político del continente americano y, a partir de allí, podrán proyectarse nuevos escenarios en el resto de los países. Por lo pronto, cabe observar la disputa que ocurrirá a lo largo de todo el año en los seis países donde se escogerán presidentes para nuevos períodos constitucionales.
Argentina, Brasil, Chile, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Paraguay suscribieron este viernes una declaración conjunta sobre cooperación vinculada al Corredor Bioceánico, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28).
“El proyecto de integración fortalecerá al comercio y el desarrollo económico de la región, donde Paraguay será un gran protagonista”, afirmó el presidente de ese país, Santiago Peña ,en X, donde adjuntó una fotografía en el que aparece con sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de EAU, Mohamed bin Zayed Al Nahayan, mientras presenciaban la firma.
Funcionarios de los cinco países se sumaron al debate de la COP 28 en Dubái, donde dieron este paso para la consolidación del Corredor Bioceánico.
El “pequeño canal de Panamá”, es el Corredor Bioceánico, como lo catalogó el antecesor de Peña, el colorado Mario Abdo Benítez, es un enorme proyecto de infraestructura que buscará unir la costa del océano Pacífico en Chile con la costa del océano Atlántico en Brasil.
El proyecto está impulsado por Argentina, Brasil, Chile y Paraguay desde 2015 con el objetivo de conectar con una autopista hasta cuatro puertos para propulsar el desarrollo en esta zona de la región.
Las estimaciones apuntan a 2.200 kilómetros de extensión de carretera, que abarcará las provincias de Salta y Jujuy en Argentina, las regiones de Mato Grosso do Sul en Brasil y de Antofagasta y Tarapacá en Chile, así como el Gran Chaco en Paraguay.
“Constituye un proyecto de integración que une por la vía terrestre el sur de Brasil con los puertos del norte de Chile, pasando por Paraguay y Argentina”, puntualizó el mandatario chileno Gabriel Boric el mes pasado.
En compañía de Peña en un acto, en el cual firmaron un memorando de entendimiento, resaltó la importancia de “tener una voz común” por encima de las ideologías.
La declaración conjunta en Dubái establece que “las partes han resuelto trabajar en conjunto en la cooperación con los sectores privados, para acelerar la actividad económica en interés de las partes, y buscar oportunidades en el Corredor Bioceánico”.
El documento fue rubricado por los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira; de Chile, Alberto van Klaveren; y de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano; así como por el ministro de Inversión de EAU, Mohamed Hassan Al Suwaidi; y el embajador de Argentina ante EAU, Agustín Molina Arambarri. Con esta acción las naciones suramericanas, ahora con el auspicio de Emiratos Árabes Unidos, aspira reforzar los trabajos del Corredor Bioceánico, que podría estar concluido en 2025.
“Es una iniciativa de integración regional concreta que se estima que podría estar concluido parte importante de esto el 2025”, expresó Boric.
El Pirata Morgan
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El pirata Capitán Morgan era, por supuesto, un hombre brutal y malvado. En realidad era mucho peor. Sir Henry Morgan. El nombre dice mucho, ¿no? Dice claramente que era un rebelde, un pirata. La historia del Capitán Morgan es bien conocida, no es necesario explicar cómo logró saquear la ciudad de Panamá y muchas otras.
Lo que la mayoría de la gente no sabe es que no era un rebelde. Inglaterra no tenía una verdadera armada y necesitaba gente para hacer sus negocios sucios, como mantener a raya a los españoles en el nuevo mundo. Así que Inglaterra contrató piratas para que cumplieran sus órdenes, asesinaran a todos en un pueblo español, asesinaran, violaran y saquearan. Quédate con tus
ganancias, pero asegúrate de obtener siempre una licencia primero. Sí. Los piratas tenían autoridad para saquear ciudades y barcos de un gobernador que trabajaba para la Reina de Inglaterra. Lo mismo hicieron los franceses bajo el gobierno de Luis XIV, que debería ser conocido como el rey pirata y no como el rey sol. Los españoles tenían algunos piratas, pero sobre todo tenían una Armada que era tan brutal como los piratas, incluso más.
No hay necesidad de entrar en técnicas que Morgan usaba para encontrar tesoros, tenía métodos para apretarte el cráneo tan fuerte que te salían los ojos, cortarte la piel mientras estabas vivo, asarte a la parrilla en una llama abierta. Eso es justo lo que esperamos de los piratas después de todo. Quiero decir, ¿qué esperabas de un pirata? Bueno… No sé si la mayoría de la gente sabe que Sir Henry Morgan, sí, era un Sir, no se obtiene un título tan prestigioso por ser un criminal. Básicamente era un oficial de la marina de la corte inglesa, pero no oficialmente. Fue capitán pirata durante unos pocos años. En realidad era un fabricante de roms, dueño de una plantación de azúcar y tenía muchos esclavos. Era súper rico, no solo por la piratería.
Fue gobernador de la corte inglesa durante mucho más tiempo. ¿Sabes qué hizo mucho mientras fue gobernante?
Ahorcó y mató piratas. Incluso invitaba a los piratas a su mansión y les ofrecía vino y cena como si no hubiera un mañana, porque no había un mañana para esos lamentables piratas.
Se convirtió en un hombre muy malo. Asesinó a piratas. Engañó a personas que se convirtieron en piratas después de escuchar sus historias de saqueos y las ahorcó. Les robó sus barcos.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 3, 2025
UN RUEGO DESOÍDO
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“Aún subsiste una suerte de prestigio político que puede ser llevado con patética dignidad”.
Eric Ambler
Cerré mi nota anterior con esta frase: “ruego para que Milei deje de cometer errores no forzados ya que, aunque no lo queramos ver, seguimos al borde del abismo y ésta es la última vez en que podremos evitar caer por él”; minutos después, el Presidente tropezó con una piedra aún más grande. Fue malo, en especial, porque se dio en un momento ideal para la gestión libertaria. No tengo duda que no ha cometido delito y, tampoco, acerca de su honestidad personal, algo que no me atrevo a afirmar respecto de su entorno más cercano porque recuerdo el “swift-gate”, que costó el cargo a Emir Yoma, cuñado de Carlos Menem, cuando la Embajada de Estados Unidos denunció pedidos de coimas; tal vez sea hora de soltar lastre.
Atribuyo el sonado episodio a su imprudencia y, sobre todo, a su fatales arrogancia y soberbia; hubiera debido pedir públicas disculpas por lo sucedido, pues el daño ocasionado, aquí y afuera, ha sido grande en la medida en que devaluó (¡qué palabra peligrosa!) la palabra presidencial. Pero no debemos olvidar que quienes fracasaron en activar un juicio político para eventualmente destituirlo, son los mismos ladrones que saquearon sin tasa al país, comandados por Cristina Fernández, condenada ya en dos instancias por corrupción y con varias causas penales en trámite, entre otras por la firma del pacto con Irán, que ahora se acelerará con la nueva ley de juicio en ausencia. Como dijo Fernando Iglesias: “Medimos con la vara de Suiza a los gobiernos no peronistas y con la vara de Uganda al peronismo”. Pero tengo la seguridad de que el episodio no incidirá en modo alguno en las elecciones de octubre, si la economía se percibe mejor para entonces.
El escándalo tuvo un efecto positivo: los oscuros acuerdos en el H° Aguantadero saltaron por el aire y el oficialismo tuvo que desistir de su intento de aprobar el pliego del tan impresentable Ariel Lijo para la Corte. Ahora y hasta el 28, se abrió una ventana que permitiría a Milei cubrir, por decreto, las vacantes producidas en el alto Tribunal; veremos qué decide hacer el Ejecutivo, es decir, si nombrará por decreto a Manuel García-Mansilla o a otro u otra, si es que alguno de los candidatos en danza acepta ocupar el cargo sólo hasta el 30 de noviembre, antes de verse obligado a recorrer el camino previsto en la Constitución.
Bajo el radar de las mayorías, estamos atravesando un inédito y fortísimo temporal, de una enorme gravedad institucional, ya que las cámaras de apelación nacionales (ordinarias, no federales, con asiento en Buenos Aires) insólitamente han rechazado un fallo de la Corte que, de acuerdo con la reforma constitucional de 1994, dispuso que las sentencias que aquéllas dictaran debían ser revisadas por el Superior Tribunal de la Ciudad Autónoma. Aunque resulte un tema ajeno al ciudadano común, una vez más el Poder Judicial profundiza la destrucción de la seguridad jurídica, tan exigida por cualquier inversor para jugar sus fichas en el paño argentino.
Peor, por supuesto, es lo que estamos viendo en el campo geopolítico. En sólo un mes, Donald Trump dinamitó el mundo tal como lo conocíamos. Actúa como un elefante en un bazar, y no solamente con su batalla tarifaria; Panamá (por el uso del canal), Canadá y México (por servir como invisible puente para el ingreso de fentanilo y productos chinos), y Dinamarca (por Groenlandia, para instalar allí bases militares de EEUU), pueden dar cuenta de ello. Amén de la guerra comercial, con la que pretende “proteger” la economía de Estados Unidos y, a la vez, perjudicar a China, ha roto las relaciones con Europa, a la que falsamente acusa de no invertir lo suficiente en la defensa y responsabiliza por la salvaje invasión de Rusia a Ucrania.
En Arabia Saudita, parece haberse puesto de acuerdo con Vladimir Putin para intentar convertir a la víctima en un país derrotado que, después de soportar una invasión criminal y devastadora en términos materiales y humanos, será obligado a resignar una gran porción de su territorio para satisfacer las ansias de “seguridad” del tirano. Así, Europa ha quedado sola, y reaccionado en consecuencia, ante la ambición imperial de Rusia, que tanto remite a las permanentes pretensiones expansionistas de Adolf Hitler; Estonia, Letonia y Lituania están en la mira de Putin, que además influye con sus trolls en las elecciones de todos los países para favorecer a candidatos pro-rusos. O sea, Trump consagra la ley del más fuerte y la muerte del derecho internacional que mantuvo la paz en Europa por 80 años.
China nunca tuvo buena relación con Rusia, y seguramente no verá con buenos ojos su eventual alianza con los Estados Unidos, por lo cual es probable que intensifique sus actividades bélicas en el Pacífico sur y el Indico, amenazando a Taiwan y Filipinas, amén de desfinanciar a Putin dificultándole exportar su gas y petróleo a través de sus ductos y puertos.
Trump mantiene grandes deudas con América Latina, incrementadas por los aumentos de las tarifas de importación de sus productos a Estados Unidos. La mayor de ellas es que no se ve aún una fuerte condena al régimen narco-terrorista y usurpador de Nicolás Maduro, que fraguará nuevamente los resultados en las elecciones municipales de abril, ya denunciadas por la oposición, ni le ha prohibido a Chevron continuar extrayendo y exportando el petróleo venezolano. Con los dólares que ese negocio le provee y que maneja con total oscuridad – como sucede con tantos otros tráficos ilegales, como drogas, oro, personas, etc. – el tirano chavista seguirá financiando su alianza con Cuba, a quien ha entregado la conducción del sistema represivo para controlar a la población civil.
—
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 21, 2025
¿Trump usará la fuerza militar para hacerse con Groenlandia o el canal de Panamá?
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La respuesta del mandatario se produjo luego de la pregunta de un periodista sobre si “podía asegurar” que, en su propósito de tomar control de la vía interoceánica o la isla, no consideraría una acción militar.
“No te lo puedo asegurar, estás hablando de Panamá y Groenlandia. No, no puedo asegurarte nada de ninguno de esos dos, pero puedo decir esto: los necesitamos para la seguridad económica”, expresó Trump.
En repetidas ocasiones, Trump ha dejado en claro sus ambiciones de apropiarse de la isla más grande del mundo, nación constituyente de Dinamarca, a la que considera una “absoluta necesidad” para la seguridad estadounidense. “La gente ni siquiera sabe si Dinamarca tiene derecho legal, pero, si lo sabe, debería renunciar a ella, porque la necesitamos para la seguridad nacional”, comentó al respecto este martes.
Entretanto, en lo que se refiere al canal de Panamá, que estuvo bajo control de Washington entre 1914 y 1999, Trump considera que puede ser recuperado, subrayando que fue construido para las Fuerzas Armadas estadounidense. “Es vital para nuestro país. Lo opera China. ¡China! Y le dimos el canal de Panamá a Panamá, no se lo dimos a China; y ellos han abusado de él, han abusado de ese regalo”, aseveró en su discurso de hoy.
“Por cierto, nunca debió hacerse [la entrega del canal]. En mi opinión, la donación del canal de Panamá fue la razón por la que Jimmy Carter perdió las elecciones […]. Fue un gran error. Darle el canal de Panamá a Panamá fue un gran error. Perdimos 38.000 personas, nos costó el equivalente a un billón de dólares, tal vez más que eso […]. Entregarlo fue algo horrible”, concluyó al respecto.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 9, 2024
Trump vuelve a pedir que se compre Groenlandia
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El presidente electo está renovando los infructuosos llamados que hizo durante su primer mandato para que Estados Unidos compre Groenlandia a Dinamarca, sumándose a la lista de países aliados con los que está buscando peleas incluso antes de asumir el cargo el 20 de enero.
En un anuncio del domingo en el que nombró a su embajador en Dinamarca, Trump escribió que, “Para propósitos de Seguridad Nacional y Libertad en todo el Mundo, Estados Unidos de América siente que la propiedad y control de Groenlandia es una necesidad absoluta”.
El hecho de que Trump tenga planes nuevamente para Groenlandia se produce después de que el presidente electo sugiriera durante el fin de semana que Estados Unidos podría retomar el control del Canal de Panamá si no se hace algo para aliviar los crecientes costos de envío necesarios para usar la vía acuática que une los océanos Atlántico y Pacífico.
También ha estado sugiriendo que Canadá se convierta en el 51.º estado de Estados Unidos y se refirió al primer ministro canadiense Justin Trudeau como “gobernador” del “Gran Estado de Canadá”.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, se encuentra entre los océanos Atlántico y Ártico. Está cubierta en un 80% por una capa de hielo y alberga una gran base militar estadounidense. Obtuvo el autogobierno de Dinamarca en 1979 y su jefe de gobierno, Múte Bourup Egede, sugirió que los últimos llamados de Trump a un control estadounidense serían tan insignificantes como los que hizo en su primer mandato.
“Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos”, dijo en un comunicado. “No debemos perder nuestra lucha de años por la libertad”.
Trump canceló una visita a Dinamarca en 2019 después de que su oferta de comprar Groenlandia fuera rechazada por Copenhague, y finalmente no se materializó.
También sugirió el domingo que Estados Unidos está siendo “timado” en el Canal de Panamá.
“Si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de generosidad, entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin cuestionamientos”, dijo.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió en un video que “cada metro cuadrado del canal pertenece a Panamá y seguirá siendo así”, pero Trump respondió en su sitio de redes sociales: “¡Ya veremos!”.
El presidente electo también publicó una foto de una bandera estadounidense plantada en la zona del canal bajo la frase “¡Bienvenidos al Canal de los Estados Unidos!”.
Estados Unidos construyó el canal a principios del siglo XX, pero cedió el control a Panamá el 31 de diciembre de 1999, en virtud de un tratado firmado en 1977 por el presidente Jimmy Carter.
El canal depende de embalses que se vieron afectados por las sequías de 2023 que obligaron al país a reducir sustancialmente el número de franjas horarias diarias para los barcos que cruzan el canal. Con menos barcos, los administradores también aumentaron las tarifas que se cobran a los transportistas para reservar franjas horarias para utilizar el canal.
Los enfrentamientos en Groenlandia y Panamá siguieron a la reciente publicación de Trump de que “los canadienses quieren que Canadá se convierta en el Estado número 51” y ofreció una imagen de sí mismo superpuesta en la cima de una montaña inspeccionando el territorio circundante junto a una bandera canadiense.
Trudeau sugirió que Trump estaba bromeando sobre la anexión de su país, pero ambos se reunieron recientemente en el club Mar-a-Lago de Trump en Florida para hablar de las amenazas de Trump de imponer un arancel del 25% a todos los productos canadienses.
Los países no pueden comprar legalmente a otros países. Cada país es una entidad soberana con su propio gobierno, leyes y ciudadanos. El concepto de comprar un país, como comprar un inmueble o una empresa, no se aplica. La soberanía y la integridad territorial están protegidas por el derecho internacional, lo que hace que la adquisición de un país por otro mediante una compra sea legalmente imposible.
Los cambios históricos en el territorio se han producido a través de tratados, guerras, colonizaciones o anexiones, pero estos procesos son muy diferentes de una transacción comercial y están regidos por complejas leyes internacionales y relaciones diplomáticas.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 26, 2024
Seis elecciones presidenciales de 2024 que decidiran el panorama en América Latina
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El caso panameño tiene sus singularidades, pero al igual que el de Guatemala, el evento presidencial viene precedido de unas enormes protestas sociales que han sido exitosas y han logrado penetrar la agenda pública. Por ese motivo, es probable que ese auge de masas tenga algún impacto en el evento electoral por venir.
El 19 de mayo es el turno de República Dominicana, un país en el que la pugnacidad política ha venido en ascenso. El régimen de partidos ha vivido un grado de mayor disputa interna los últimos años. No se augura necesariamente un cambio ideológico de magnitud, pero sí es bastante factible que presenciamos un escenario atribulado.
El 2 de junio es el turno de las presidenciales en México. El presidente Andrés Manuel López Obrador se despide. No buscó una reelección, a pesar de su liderazgo prominente, sino que se acogió al sistema vigente y va a dar el testigo a un sucesor. Las elecciones en México son determinantes para América Latina, ya que no solo es un país con una de las economías más grandes de la región, sino que su cercanía con EE.UU. le da cierto privilegio a la hora de las negociaciones y esto le otorga un relieve geopolítico.
Por supuesto que esas elecciones son determinantes para América Latina. México es una de las principales economías de la región, pero además su cercanía con EE.UU. le da cierto privilegio a la hora de las negociaciones y esto le otorga un relieve geopolítico. México va a presenciar este año una campaña de marcada disputa ideológica y es bastante probable que haya tensiones en torno a la misma, en un país ya de por sí conflictivo.
Durante el segundo semestre del año veremos elecciones en EE.UU., en Venezuela y en Uruguay. En las elecciones de Uruguay, pautadas para el 27 de octubre (primera vuelta), el izquierdista Frente Amplio se viene perfilando en las encuestas como favorito para vencer a la gobernante Coalición Multicolor. En esa línea, es probable que veamos un recambio de signo ideológico en el gobierno.
Una hipotética vuelta a la “era Trump” implicaría una agitación discursiva que va a generar mayor expectativa en relación tanto a los conflictos que están abiertos, como los que están latentes, especialmente con Venezuela. El 5 de noviembre serán las elecciones presidenciales en EE.UU., que estarán marcadas por el conocido performance del exmandatario Donald Trump. Este evento se convertirá en el centro de las miradas del mundo, sobre todo por los debates durante la campaña en torno al campo geopolítico. Así las cosas, una hipotética vuelta a la “era Trump” implicaría una agitación discursiva que va a generar diatriba y mayor expectativa en relación tanto a los conflictos que están abiertos, como los que están latentes, especialmente con Venezuela, país que estará llevando en paralelo sus propias presidenciales.
Aunque todavía no se tiene la fecha certera del evento electoral en Venezuela, sí cabe esperar que las campañas presidenciales de EE.UU. se crucen con las del país suramericano en el segundo semestre del año. Este cortocircuito podría impactar el ambiente electoral venezolano, afectado por la política de sanciones de Washington. Ya Trump, durante su primera gestión, consideró públicamente la opción de invadir Venezuela y es posible que lance dardos contra el presidente Joe Biden, en vista de que el mandatario demócrata ha optado por una política de flexibilización de medidas coercitivas sobre el país caribeño. El objetivo del político republicano será asegurar el voto del importante estado de Florida. También es probable que este tema entre en agenda y produzca una “promesa jugosa” de mayor intervención por parte de la Casa Blanca en la región, que entusiasmará a las derechas, no solo de Venezuela, sino aquellas que están en el gobierno, como la de Argentina, y las que desean volver, como la brasileña.
Al finales de 2024 se conocerá el nuevo mapa ideo-político del continente americano y, a partir de allí, podrán proyectarse nuevos escenarios en el resto de los países. Por lo pronto, cabe observar la disputa que ocurrirá a lo largo de todo el año en los seis países donde se escogerán presidentes para nuevos períodos constitucionales.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 7, 2024
Argentina y el Corredor Bioceánico
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“El proyecto de integración fortalecerá al comercio y el desarrollo económico de la región, donde Paraguay será un gran protagonista”, afirmó el presidente de ese país, Santiago Peña ,en X, donde adjuntó una fotografía en el que aparece con sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de EAU, Mohamed bin Zayed Al Nahayan, mientras presenciaban la firma.
Funcionarios de los cinco países se sumaron al debate de la COP 28 en Dubái, donde dieron este paso para la consolidación del Corredor Bioceánico.
El proyecto está impulsado por Argentina, Brasil, Chile y Paraguay desde 2015 con el objetivo de conectar con una autopista hasta cuatro puertos para propulsar el desarrollo en esta zona de la región.
Las estimaciones apuntan a 2.200 kilómetros de extensión de carretera, que abarcará las provincias de Salta y Jujuy en Argentina, las regiones de Mato Grosso do Sul en Brasil y de Antofagasta y Tarapacá en Chile, así como el Gran Chaco en Paraguay.
“Constituye un proyecto de integración que une por la vía terrestre el sur de Brasil con los puertos del norte de Chile, pasando por Paraguay y Argentina”, puntualizó el mandatario chileno Gabriel Boric el mes pasado.
En compañía de Peña en un acto, en el cual firmaron un memorando de entendimiento, resaltó la importancia de “tener una voz común” por encima de las ideologías.
La declaración conjunta en Dubái establece que “las partes han resuelto trabajar en conjunto en la cooperación con los sectores privados, para acelerar la actividad económica en interés de las partes, y buscar oportunidades en el Corredor Bioceánico”.
El documento fue rubricado por los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira; de Chile, Alberto van Klaveren; y de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano; así como por el ministro de Inversión de EAU, Mohamed Hassan Al Suwaidi; y el embajador de Argentina ante EAU, Agustín Molina Arambarri. Con esta acción las naciones suramericanas, ahora con el auspicio de Emiratos Árabes Unidos, aspira reforzar los trabajos del Corredor Bioceánico, que podría estar concluido en 2025.
“Es una iniciativa de integración regional concreta que se estima que podría estar concluido parte importante de esto el 2025”, expresó Boric.
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Diciembre 2, 2023