Cuando se está perdiendo la vida prisionero en un paralelo mundo de sombras, sabiendo que ni uno ni la familia lo merece, solo hay dos salidas. Una, dejarse estar y adoptar una posición totalmente pasiva y mansa. La otra, de verdad difícil ya que la subsistencia se vuelve obsesivamente monotemática, es cada día, luchar, luchar y luchar, a pesar de saber que uno es el gran perdedor frente a un vil y gigantesco Goliat. Por eso, con profundos y dolorosos sentimientos encontrados que prefiero no definir, acordé con mi familia y a pesar de sus lágrimas le hice jurar a mi esposa, la mujer de mi vida, que al momento de mi muerte como prisionero ilegal, no deberá disponer la cremación de mi cuerpo. Esa es nuestra costumbre familiar. En su lugar, me tendrá que arrojar en un féretro abierto en la calzada, al ingreso de la Casa Rosada, si Mauricio Macri está en el cargo, o caso contrario a la puerta del domicilio de este. Sin detener su marcha y sin mirar atrás, también debe dejar caer gran cantidad de panfletos. Simultáneamente terceros documentaran en vídeo el acto, para ser subido a nuestra página y redes.
UN HOMBRE Y UNA MUJER
Esa, será la forma de hacerle saber al señor presidente, que yo, como muchos otros, dejamos de existir víctimas de la iniquidad y la hipocresía de su gobierno al no habernos escuchado. También que un hombre y una mujer, unidos por muy profundos sentimientos, pueden conformar un solo ser al que jamás se podrá doblegar, ni poner de rodillas, porque nunca estará vencido, ni aún vencido. No dudo que con los medios de hoy un acto de este tipo, trascenderá las fronteras del país, difundiendo los crímenes cometidos por el poder judicial apoyado por el silencio cómplice de los otros dos poderes. Sé que esta es una resolución macabra, pero nunca tanto como la vigente al día de hoy con quienes vestimos uniformes en los años 70, habiendo combatido o no el terrorismo que asolaba el país. Prisioneros adultos mayores, y sus familias, que hoy se preparan con optimismo y expectativa para votar a Cambiemos, se preguntarán ¿por qué Macri? Pues porque tras mentirnos, le fue más cómodo dejarnos a mi familia y a mí, en manos de delincuentes y asesinos del poder judicial. Él y su gente, en especial Elisa Carrió, nos engañaron e ignoraron teniendo la oportunidad y el poder para ser justos. Yo, al contrario, como simple policía me he cuidado y esforzado para ser integro toda la vida. De esta forma mis despojos no serán inútiles en un sepelio con honores, silencioso y anónimo. Cumplirán la misión que no pude alcanzar teniendo vida, sin voz, valdrán más que mil palabras. Una vez más pido perdón a mis seres queridos por el dolor y la tristeza que les traigo y multiplico con esta determinación y su juramento de cumplimiento. Espero fervientemente que llegado el momento, en el más allá, los pueda resarcir por este final poco feliz que no merecemos.
Claudio Kussman
www.PrisioneroEnArgentina.com
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
@PrisioneroA
Octubre 15, 2017
“¡Un juramento sólo son palabras! No es nada en comparación con esto.
”No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el
soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. La justicia,
la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da”
(Deuteronomio.16.19-20).
Como sociedad nos hemos hundido en una inmunda y maloliente ciénaga moral de la que todos, por acción u omisión, somos culpables, claro que en diferente grado. Resulta incomparable la responsabilidad que le cabe a quien entrega su documento de identidad -que permitirá el robo de su voto- a cambio de dádivas para poder simplemente alimentar a su familia, y la del empresario que paga una coima –que siempre cargará al precio del contrato- para obtener ventajas indebidas o la del funcionario que la recibe.
También somos culpables quienes aceptamos mansamente que todo esto continúe ocurriendo en nuestro país, mientras miramos indiferentes cómo continúan en libertad tantos personajes acusados de delitos no excarcelables, comprometidos por infinidad de pruebas que intentan adulterar, exhiben impúdicamente sus riquezas mal habidas y se ríen a carcajadas de sus conciudadanos, a muchos de los cuales han llevado a la pobreza más extrema con sus latrocinios.
La reciente muerte de Aldo Ducler ha hecho revivir la memoria de los monumentales desfalcos de los que hemos sido objeto: YPF, los fondos de Santa Cruz, IBM, Siemens, Skanska, Sueños Compartidos, trenes, aviones, gasoductos, centrales nucleares, represas, puentes, caminos, viviendas, escuelas, hospitales, hoteles, cloacas, agua potable, Ciccone, PAMI, IOMA, ANSES, AFJP’s, indemnizaciones a terroristas, remedios “truchos”, universidades, pesca, oro, el Instituto del Cine, contratos de dólar futuro, Odebrecht. British Petroleum y miles de etcéteras.
Sólo la decisión de Néstor Kirchner, explicada hace muchísimos años por tantos analistas (incluyendo a quien esto escribe) de robarse el 25% de la petrolera fue la causa mayor de nuestros males, comenzando por la inflación y el gigantesco déficit público. La caída en la producción y en la prospección de hidrocarburos obligó a la masiva importación de gas (otro brutal negociado) y se llevó las pocas reservas del Banco Central que se habían salvado de la depredación.
Los ciudadanos hemos permitido calladamente que, desde hace décadas, quienes deben administrar justicia en nuestro país sean elegidos por favores del poder de turno, y los jueces los devuelven con el permanente “cajoneo” de las causas que le resultan sensibles. Como verdaderas aves de presa, se han posado en el tejado de Comodoro Py y, desde allí, husmean el aire pútrido en busca de nuevas víctimas mientras protegen a los depredadores.
Pero no se trata sólo del fuero federal; los males afectan también a la Justicia ordinaria, como lo prueba el avance de la inseguridad cotidiana, sobre todo en los conurbanos de todo el país. Violadores, asesinos, narcotraficantes campean a sus anchas y se llevan la vida de hombres, mujeres y niños, en crímenes cada vez más violentos y salvajes.
Por delitos infinitamente menos graves que los comprobadamente cometidos por Cristina, Máximo y Florencia Kirchner, Lázaro Báez y sus hijos, Amado Boudou y sus testaferros, las hijas del “Bombón” Mercado, Julio de Vido, Cristóbal López y De Souza, Insfrán, Fellner, Alperovich, Capitanich, Aníbal Fernández, los Eskenazi, Ferreyra y Electroingeniería, y tantos otros, nuestras cárceles están repletas de presos; sin embargo, estos figurones, directamente responsables de la miseria que afecta a más del 30% de los argentinos y de la muerte por inanición de tantos chicos, disfrutan de una libertad que ya se ha transformado en un cachetazo en la cara de la sociedad entera.
Por eso –no por venganza sino por legítima defensa- debemos convertir el viento, que sin duda ha borneado, en un fuerte huracán que barra, de una buena vez, con tantos magistrados indignos de ocupar sus cargos y purifique el fétido olor que emana de nuestros tribunales. Cuando digo que debemos hacerlo en defensa propia, no me refiero sólo a impedir que estos malandras continúen decidiendo sobre nuestra libertad, nuestra honra y nuestro patrimonio, sino también a la necesidad que, como país, tenemos de contar con un Poder Judicial serio, preparado, independiente y rápido.
Porque está visto que, hasta que ese verdadero milagro se produzca, no podemos esperar que llegue a nuestras playas el aluvión de inversiones, siempre anunciado y nunca concretado. Sin él, no nos resultará posible convertirnos en un país desarrollado y próspero, condenándonos a subsistir en esta insignificancia que tantos esfuerzos nos costó conseguir.
Es cierto que, desde diciembre de 2015, el gobierno de Cambiemos nos ha reinsertado en la vidriera global, y hemos visto por aquí a los máximos líderes mundiales mientras, a la vez, Mauricio Macri ha visitado a las naciones más importantes; se han firmado centenares de acuerdos bilaterales, pero no se concretarán mientras los potenciales inversores, sean propios o extraños, no confíen en que, en caso de conflicto, nuestros jueces fallarán conforme a derecho y no, como sucede hoy, según sus propios intereses o los de sus mandantes políticos o empresariales. Usted mismo, querido lector, ¿pondría un dólar en un país cuyo Congreso dicta leyes, y el Poder Judicial las aplica, con efecto retroactivo?
Un pequeño paréntesis: no puedo imaginar a Mauricio Macri en actos de homenaje a los asesinos “malos” de Manchester, Londres, Paris, Niza, Nueva York, Orlando, Bogotá, San Sebastián o Madrid y, por eso, me parece insólito que el protocolo oficial argentino haya llevado a Angela Merkel, Barak Obama y François Hollande, entre otros, a visitar el “Parque de la Memoria-Tuerta” y llorar por los terroristas “buenos”, tan premiados ellos con cargos y dólares.
Porque no debemos olvidar, por ejemplo, que una bomba de Montoneros, en el comedor de una dependencia policial, mató a 23 personas e hirió a más de 60, o que otra, colocada en un avión por el ERP, asesinó a decenas de gendarmes. Y tampoco debemos hacerlo con las más de 17000 víctimas civiles de esos mismos “jóvenes idealistas”, que nunca fueron siquiera reconocidas por el Estado. ¿A qué extremos de hipocresía nos llevará el discurso “políticamente correcto”?
Para regresar a la necesidad de contar con un Poder Judicial como Dios manda, insisto en que la ciudadanía debe tomar el problema entre sus manos, como lo hace día a día en Venezuela y Brasil, pese a que esas verdaderas multitudes han obtenido tan disímiles respuestas. Basta recordar que un Juez federal con asiento en Curitiba, Estado de Paraná, se ha convertido en la figura pública más popular entre nuestros vecinos, que están dispuestos a blindarlo frente a los avances de los poderosos.
No esperemos que nuestros ¿honorables? legisladores asuman como propia esa tarea porque, si lo hicieran, muchos de ellos mismos terminarían presos, ya que han convertido al Congreso en un verdadero aguantadero, como lo demuestra la desesperada lucha por integrar las listas partidarias en pos de fueros, cuyo verdadero objetivo también hemos deformado.
La semana pasada propuse a mis colegas que asumieran la heroica actitud de denunciar a los jueces y fiscales que incurran en faltas graves en el ejercicio de sus magistraturas, aunque aclaré que no tenía demasiada confianza en la aceptación de esa sugerencia. También propuse, y hoy insisto, que todos los ciudadanos, en una concentración tan masiva como fue la del 1° de abril y replicada en todo el país, manifestáramos pacíficamente nuestro hartazgo.
No permitamos más que cuatro o cinco cretinos, hijos de mala madre, hipotequen nuestro futuro y el de nuestros descendientes. Salgamos a gritar, bien fuerte y remedando a Gabriel Celaya, “¡A la calle!, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo”.
La agente de Policía Carla Céspedes está detenida desde hace una semana, después de haber detenido un robo en un supermercado y arriesgado su vida en ese incidente.
Dos delincuentes habían entrado para robar en un supermercado chino del Parque Centenario, cuando se confrontaron con la agente de policía Carla Céspedes. En el enfrentamiento perdió la vida uno de los malhechores debido al accionar de esta miembro de seguridad.
Los hechos se dieron en la calle Ramos Mejía, en donde el establecimiento había sido asaltado. Más tarde la policía y los ladrones tendrían un enfrentamiento armado.
Desde el día del hecho, la mujer policía -que solo cumplía con su deber- se encuentra detenida.
El hecho se produjo el jueves pasado, ese día un proveedor de mercadería acababa de cobrar alrededor de 1500 pesos, cuando irrumpieron los dos asaltantes, uno de ellos portando un arma de fuego, y le robaron el dinero y su celular. Cuando los criminales quisieron huir del lugar, no se percataron que les esperaba la agente integrante del cuerpo de Policía Federal de la ciudad. Al querer evadir la detención policial, comenzó un intercambio de disparos en el cual, uno de los ladrones cayó sin vida, mientras que el otro asaltante se dio a la fuga. Momentos más tarde se decidió la injusta detención de la policía por haber cumplido correctamente sus funciones como servidora pública.
Los diversos y complejos problemas que acarrean el crimen y el criminal no respetan días ni horarios, ni domingos, ni feriados y tampoco fiestas de guardar. El delito no sabe de siestas ni de descanso nocturno. Los criminales no tienen en cuenta cumpleaños ni velorios. Simplemente están ahí, esperando sorprender. Aquellos que elegimos la especialidad penal dentro del gigantesco mundo del Derecho sabíamos de antemano nuestro destino insomne. Como el pediatra, que sabía desde sus épocas de residente que iba a recibir llamados telefónicos todos los días, todas las noches, toda su vida profesional. Jueces, defensores, fiscales, funcionarios y empleados judiciales del fuero penal estamos para eso. Para dar respuesta desde el Poder Judicial y desde el Ministerio Público a las demandas de la comunidad que nos sostiene frente a las tropelías del criminal. Del mismo modo cumplen funciones análogas policías y fuerzas de seguridad, como auxiliares de la Justicia. Recibir llamadas telefónicas del personal policial en servicio es parte de nuestra función. Cuando estamos de turno, dormimos con el celular en la almohada, contestando las mismas preguntas una y otra vez, evacuando las mismas dudas. Los agentes judiciales no tenemos títulos de nobleza, solo diplomas de abogados. No estamos por encima del resto de la comunidad, sino a su servicio. Si preferimos el descanso nocturno pleno y placentero, podemos elegir otro fuero, otra especialidad. Nadie nos llamará de madrugada por una hipoteca o por la donación de una propiedad con reserva de usufructo. La Policía espera nuestras directivas en medio de los procedimientos. Ellos están en la calle, poniendo en juego su integridad física. Nosotros estamos en el despacho judicial o en nuestra cama. Aún con sueño y con cansancio, les debemos respeto y consideración. Paciencia y actitud docente. Por otra parte, la buena educación, los buenos modales, la más absoluta colaboración con nuestros auxiliares y la tolerancia, no se enseñan en la Universidad.
El doctor Marcelo Carlos Romero es Fiscal de la Provincia de Buenos Aires (Departamento Judicial La Plata) y Miembro de Usina de Justicia.
Escribe el doctor Guillermo Jesús Fanego en Cartas de Lectores del diario La Nación.
La Justicia no cambia
¿Cambió algo en el Poder Judicial con el cambio de gobierno? Lamentablemente, nada. Todo sigue estando como durante los nefastos doce años de gestión kirchnerista y las actuales autoridades no atinan a cambiar absolutamente nada más que la persecución al juez Freiler, que parece motivada más por cuestiones personales del Presidente que en el cumplimiento de metas de gobierno. Con la llegada de la primavera de 2016 volvieron a florecer los mismos vicios que afectan a los tribunales del edificio de Comodoro Py, en el que todos vuelven a respirar tranquilos pues nada ha cambiado. Denuncias y sainetes de los propios integrantes de Cambiemos (que bien podría ser la continuación de Il Gatopardo si Tomasi di Lampedusa viviera) acusando a los operadores judiciales. Nada ha cambiado y menos aún para quienes injustamente se encuentra privados de libertad en las causas denominadas de lesa humanidad, que no esperan justicia, sino que el tiempo se encargue en sepultarlos. Todo sigue igual, las mismas organizaciones que se enriquecieron a costa de estos juicios continúan digitando las causas y los jueces, con la cabeza gacha, les rinden sumisión y, como si ello no fuera suficiente, diputadas de la Nación le envían directivas al Tribunal Oral Federal N° 5 respecto de cómo debe continuar la tramitación de la causa ESMA y a qué personal deben designar proponiendo que pidan a la CSJN la contratación de una abogada relacionada con una organización querellante para que ayude en la redacción de la sentencia. Es decir que los mismos querellantes serán los redactores de la sentencia que dicte este tribunal.
¿Hasta cuándo debemos soportar la intromisión de los poderes Ejecutivo y Legislativo en las causas judiciales? ¿Hasta cuándo tendremos jueces mendicantes y arrodillados ante los grupos de presión? ¿Con estos jueces podremos enfrentar el crimen organizado, la corrupción generalizada y las grandes causas de narcotráfico? Lamentablemente, el panorama que se vislumbra me lleva a la conclusión de que nada cambia, que todo es para peor y que nuestra querida patria es inviable.
Una carta de lectores en el diario Clarín y una respuesta…
Falta el gesto del Papa a los militares presos.
[one_half padding=”0 30px 0 0″]
Carta de lectores del diario Clarín.
Papa nos pide a todos “que nos pongamos la Patria al hombro”. Si tomamos en su integridad estas palabras e incluimos en ellas el concepto de unión, pacificación y perdón, no debe haber exclusiones de ningún tipo. Pero ello no será posible mientras haya en las cárceles argentinas presos políticos (así los considero), la mayoría ancianos con problemas de salud, para quienes Francisco nunca ha tenido una palabra de consuelo, menos una sonrisa. La parcialidad expuesto por los jueces que los juzgan se da de patadas con lo solicitado por el Papa. Mientras, el Gobierno mira hacia otro lado.
Luego de leer su carta publicada en el día de ayer en el diario CLARIN, juntamente con mi familia le hacemos llegar todo nuestro
agradecimiento por la valentía y veracidad de su contenido. En lo personal le diré que el próximo 28 cumpliré DOS LARGOS AÑOS, como prisionero de una ilegalidad que nunca creo que haya existido en un país que se dice vivir en democracia. Usted resalta muy acertadamente tres conceptos fundamentales para la vida de todo ser humano de bien, y reclama PALABRAS DE CONSUELO, a quien se dice Papa. Lamentablemente en lo personal, y reitero lo de personal, le diré que a esta altura con el tiempo que me robaron y ya con 71 años rechazo los mismos y con todo mi respeto le diré porque:
UNIÓN: Yo no he sido militar, si he sido funcionario policial durante 31 años y sé que me esforcé en mi misión de ayudar a terceros y ser parte de la línea azul que debe separar a la gente de bien de los depredadores. A pesar de ello cuando fui involucrado al “barrer, por inferencias” en una causa por los mal llamados delitos de lesa humanidad, la institución a la que pertenecí miró para otro lado. Si bien esto mismo hizo el resto de las fuerzas, la cobardía demostrada en mayoría tanto por los miembros activos como por los retirados, hace que no quiera tener ninguna relación con ellos, ya que salvo casos puntuales absolutamente nada me une a los que demostraron ser COBARDES.
PACIFICACIÓN: Imposible tener una relación que no sea de reproche y poco pacífica hacia los miembros de la IGLESIA y los TRES PODERES DEL ESTADO. Me refiero a los del “vamos por todo” y mucho más a los del “cambiemos. Con mi familia les escribimos un total de MIL DOSCIENTAS SETENTA CARTAS aparte de centenares de correos electrónicos y solicitadas en diarios de Argentina y del exterior. Hipócritamente respondieron con el silencio. Literalmente fue tirar tiempo y dinero A LA BASURA.
PERDÓN: Yo no requiero el mismo, por el contrario como me “ENGARRONARON” como a otros muchos que desde años permanecen en la cárcel o ya murieron en ilegales prisiones preventivas, soy yo el que debe PERDONAR. El ensañamiento que he visto en este tiempo, con “adultos mayores” enfermos en la prisión, y en algunos casos del que yo mismo he sido víctima, marca una bajeza y una cobardía de una magnitud sin precedentes, por miembros de un poder judicial que son verdaderos delincuentes y asesinos. He denunciado esto reiteradamente y el espíritu corporativo prevaleció por sobre la ley y la vida. IMPOSIBLE PERDONAR, cuando impotente veo a mi esposa enfermar por el accionar hipócrita de tantos, que teniendo que haber intervenido para detener el exterminio que se lleva a cabo, prefirieron mirar para otro lado diciendo “QUE LA JUSTICIA DEBE SER INDEPENDIENTE”. El único espacio que con mi
esposa nos queda es renegar de este territorio llamado Argentina, que solo es una ilegal prisión, de la que legalmente queremos alejarnos en forma definitiva para poder olvidar las dantescas y no merecidas circunstancias vividas en estos últimos tiempos.
PALABRAS DE CONSUELO: Realmente ya no me interesan si vinieran del señor Papa, luego de 2 años sin responderme a las 69 cartas que le enviáramos. Destaco que las palabras que en mayoría hemos recibido con nuestra familia, han sido de parte de diferentes personas, quienes nos aconsejaron desistir de nuestros fuertes reclamos a través de la Web, ya que los miembros de la justicia y otros que no nos escuchan, “SE PUEDEN OFENDER”. Realmente de no creer.
Pidiendo perdón por la rabia que tanta iniquidad implantó en mi persona, lo saludo cordialmente.
“El gran consuelo en la vida, es decir lo que uno piensa”.
Doctor Carlos Vera Barros, yo como lego, me pregunto, si usted se ha recibido de abogado cursando formalmente la carrera de abogacía o acaso su título es “trucho”?
Por favor, no se ofenda, pero al llegar a mis manos partes de un expediente, en una declaración recibida por usted, hasta me permite dudar si tiene título secundario.
¿Tiene conocimientos de la sintaxis en el idioma nacional? ¿Sabe que cuando un escrito se redacta en primera persona, debe continuar y concluir del mismo modo? Lo mismo ocurre cuando se redacta en tercera persona.
En el escrito que menciono, leo: “que su medio de vida es lo que percibe como pensionado y hago a veces algunas changas…”.
Esto es solo un ejemplo de su redacción que denota su falta de conocimientos para redactar un escrito. Mi abuela diría: ¡¡¡Que bruto!!! Pero mi abuela era muy exigente en el tema de redacción, y apenas tenía estudios primarios.
También debo decirle (aunque este escrito no pretende ser un curso acelerado de redacción), que cuando se hace una transcripción textual de otro escrito, la misma debe encerrarse entre comillas o paréntesis, para que se conozca el principio y fin de la transcripción. También se suele emplear el latinismo “sic” para dar a entender que la frase empleada es textual.
Vale decir que en Idioma Nacional, Castellano o como se denomine hoy en día la materia, usted está REPROBADO.
Pero usted se desempeña como Juez Federal de la Nación y se supone que tiene que tener un amplio conocimiento de la Constitución Nacional y de las leyes en materia penal (que son de su competencia).
Entonces advierto que tendría una ignorancia supina en lo que respecta al Código Procesal Penal que en su Artículo 242 (se lo transcribo para que lo conozca) establece la prohibición de declarar y expresamente dice: “No podrán testificar en contra del imputado, bajo pena de nulidad, su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos, a menos que el delito aparezca ejecutado en perjuicio del testigo o de un pariente suyo de grado igual o más próximo que el que lo liga con el imputado.
Pero Ud., creo que por ignorancia, o acaso con la deliberada intención de cometer el delito de prevaricato, en el expediente donde comete tan garrafales errores de redacción, Nº 54000011/2010, sostiene como válidas las declaraciones testimoniales contra del imputado, de dos hijas del mismo (fs.1456/1458 y 1459/1460).
En el mismo expediente, (fs. 155/163) consta que el imputado se encontraba de licencia desde el 10 de octubre hasta el 15 de noviembre de 1976, y que conforme a la normativa vigente en aquella fecha, la misma debía solicitarse con 30 días de anticipación.
De ello se desprende que quien lo imputare de haber participado de un procedimiento policial y actividades inherentes a esas funciones el día 11 de octubre y subsiguientes, está incurriendo en falso testimonio o falsa denuncia.
Y usted, parece que no se encuentra ubicado ni en tiempo ni en espacio.
Ud. tiene en sus manos, en el expediente de marras (supongo que conoce el significado de este término), copia del legajo policial del imputado, donde consta que el mismo se encontraba de licencia (NO TRABAJABA COMO POLICIA) entre los días 10 de octubre y 15 de noviembre de 1976, en consecuencia no pudo participar en el procedimiento realizado el 11 de octubre del mismo año y en los hechos inmediatos.
A lo mejor usted no lo ha leído, pero hay un fallo reciente de la Cámara de Casación Penal 3 que objeta cuando algunas pruebas son “olímpicamente omitidas”.
Sin embargo, pese a ese documento público que es el legajo policial del imputado, que, reitero, señala que el mismo estaba de licencia al momento del hecho que se le imputa; S.S. lo mantiene detenido.
A pesar de lo que consta en ese documento público, usted le dicta el auto de procesamiento, pese a que el Código Procesal Penal en su Artículo 306 dispone que el juez ordenará el procesamiento del imputado siempre que hubiere elementos de convicción suficientes para estimar que existe un hecho delictuoso y que aquél es culpable como partícipe de éste.
Y usted, Doctor Carlos Vera Barros, tiene un elemento de convicción suficiente para estimar que algunas personas han incurrido en falso testimonio en perjuicio del imputado, y ese elemento es el legajo del imputado.
Sospechoso su accionar.
Tengo entendido que en el único delito en que se invierte la carga de la prueba es en el ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO, donde el imputado, debe demostrar la lícita procedencia de sus bienes.
En el resto de los delitos, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y eso lo debe demostrar la Justicia apoyándose en elementos de convicción que permitan reconstruir los elementos de la imputación con certeza. Los delitos deben probarse sin caer en arbitrariedades.
En mi humilde opinión, y le aclaro que soy lego en la materia, me parece que estos hechos detallados, ameritan pedirle su remoción por mal desempeño en el cargo; porque creo que no es idóneo para el cargo.
Recuerdo que en una audiencia pública, por otra causa, el abogado Dr. José Luis Vázquez, refiriéndose a usted, expresó: “Estuvo sentado tres años sobre un expediente para facilitar el accionar de los narcos de la región” (sic)
Pero, volviendo al expediente motivo de este escrito, usted pretende tipificar como de lesa humanidad, los delitos investigados “…en los términos del art. 118 (ex 102) de la Constitución Nacional, en función de la referencia al derecho de gentes (ius cogens) que allí se establece.” (sic) Este párrafo me lleva a preguntarme si usted está cometiendo el delito de PREVARICATO o ni siquiera tiene conocimiento de interpretación de textos.
El Artículo 118 de la Constitución Nacional al que usted “usa” para tipificar los hechos como de lesa humanidad, reza “Todos los juicios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la República esta institución. La actuación de estos juicios se hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; PERO CUANDO ÉSTE SE COMETA FUERA DE LOS LÍMITES DE LA NACIÓN, CONTRA EL DERECHO DE GENTES, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio.”
Doctor Carlos Vera Barrios, lea bien, el artículo citado se refiere al delito cometido fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de gentes, y los presuntos delitos investigados se habrían cometido en la Provincia de Santa Fe, que todavía pertenece a la Nación Argentina.
Doctor Carlos Vera Barrios, lo invito a leer el Artículo 18 de la Carta Magna, que por si no lo sabe, es la Constitución Nacional que inicia estableciendo que: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso… “
Al dictar el procesamiento de los imputados de los presuntos delitos, se fundamenta en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
Pues entonces léalo.
El Artículo 11 del Estatuto de Roma, establece la competencia temporal: “…únicamente respecto de crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto.” (sic)
Y la Ley Nº 26.200 de Implementación del Estatuto de Roma, aprobado por la Ley Nº 25390 y ratificado el 16 de enero de 2001, en el primer párrafo de su Artículo 2º establece que “El sistema penal previsto en el Estatuto de Roma y la presente ley sólo son de aplicación para los crímenes y delitos respecto de los cuales la Corte Penal Internacional es competente.” (sic) y le recuerdo que la Corte no es competente en los crímenes cometidos antes de su entrada en vigor.
Además, para salvar cualquier duda de jueces incompetentes, el Artículo 13º de dicha ley impone que: “Ninguno de los delitos previstos en el Estatuto de Roma ni en la presente ley puede ser aplicado en violación al principio de legalidad consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional. En tal caso, el juzgamiento de esos hechos debe efectuarse de acuerdo con las normas previstas en nuestro derecho vigente.” (sic)
Ud. podrá aducir doctrina y jurisprudencia, pero no olvide que la interpretación de la ley es fundamentalmente una actividad cognoscitiva y no creadora de Derecho. Se dirige a reconocer aquello que fue establecido por la norma, y no a establecer lo que el intérprete estime conveniente.
La interpretación es un acto de conocimiento y no un acto de voluntad creadora de preceptos jurídicos.
También tenemos numerosos jueces sospechados de corruptos o serviles al poder político y algunos de sus fallos están sujetos a reconsiderarse por COSA JUZGADA ÍRRITA.
Doctor Carlos Vera Barrios, no se me ocurre otra alternativa, Ud. es demasiado bruto o está cometiendo el delito de prevaricato.
MENSAJE POST MORTEM PARA EL PRESIDENTE
Por Claudio Kussman.
EL JURAMENTO
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]El Presidente Macri y la Casa Rosada
[/ezcol_1half_end]Cuando se está perdiendo la vida prisionero en un paralelo mundo de sombras, sabiendo que ni uno ni la familia lo merece, solo hay dos salidas. Una, dejarse estar y adoptar una posición totalmente pasiva y mansa. La otra, de verdad difícil ya que la subsistencia se vuelve obsesivamente monotemática, es cada día, luchar, luchar y luchar, a pesar de saber que uno es el gran perdedor frente a un vil y gigantesco Goliat. Por eso, con profundos y dolorosos sentimientos encontrados que prefiero no definir, acordé con mi familia y a pesar de sus lágrimas le hice jurar a mi esposa, la mujer de mi vida, que al momento de mi muerte como prisionero ilegal, no deberá disponer la cremación de mi cuerpo. Esa es nuestra costumbre familiar. En su lugar, me tendrá que arrojar en un féretro abierto en la calzada, al ingreso de la Casa Rosada, si Mauricio Macri está en el cargo, o caso contrario a la puerta del domicilio de este. Sin detener su marcha y sin mirar atrás, también debe dejar caer gran cantidad de panfletos. Simultáneamente terceros documentaran en vídeo el acto, para ser subido a nuestra página y redes.
UN HOMBRE Y UNA MUJER
Esa, será la forma de hacerle saber al señor presidente, que yo, como muchos otros, dejamos de existir víctimas de la iniquidad y la hipocresía de su gobierno al no habernos escuchado. También que un hombre y una mujer, unidos por muy profundos sentimientos, pueden conformar un solo ser al que jamás se podrá doblegar, ni poner de rodillas, porque nunca estará vencido, ni aún vencido. No dudo que con los medios de hoy un acto de este tipo, trascenderá las fronteras del país, difundiendo los crímenes cometidos por el poder judicial apoyado por el silencio cómplice de los otros dos poderes. Sé que esta es una resolución macabra, pero nunca tanto como la vigente al día de hoy con quienes vestimos uniformes en los años 70, habiendo combatido o no el terrorismo que asolaba el país. Prisioneros adultos mayores, y sus familias, que hoy se preparan con optimismo y expectativa para votar a Cambiemos, se preguntarán ¿por qué Macri? Pues porque tras mentirnos, le fue más cómodo dejarnos a mi familia y a mí, en manos de delincuentes y asesinos del poder judicial. Él y su gente, en especial Elisa Carrió, nos engañaron e ignoraron teniendo la oportunidad y el poder para ser justos. Yo, al contrario, como simple policía me he cuidado y esforzado para ser integro toda la vida. De esta forma mis despojos no serán inútiles en un sepelio con honores, silencioso y anónimo. Cumplirán la misión que no pude alcanzar teniendo vida, sin voz, valdrán más que mil palabras. Una vez más pido perdón a mis seres queridos por el dolor y la tristeza que les traigo y multiplico con esta determinación y su juramento de cumplimiento. Espero fervientemente que llegado el momento, en el más allá, los pueda resarcir por este final poco feliz que no merecemos.
Claudio Kussman
www.PrisioneroEnArgentina.com
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
@PrisioneroA
Octubre 15, 2017
EN MANOS DEL PODER JUDICIAL FEDERAL BAHIA BLANCA
[ezcol_1fifth][/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth][/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth][/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth][/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth_end][/ezcol_1fifth_end]¡A la calle por Justicia!
Escribe Enrique Guillermo Avogadro.
Como sociedad nos hemos hundido en una inmunda y maloliente ciénaga moral de la que todos, por acción u omisión, somos culpables, claro que en diferente grado. Resulta incomparable la responsabilidad que le cabe a quien entrega su documento de identidad -que permitirá el robo de su voto- a cambio de dádivas para poder simplemente alimentar a su familia, y la del empresario que paga una coima –que siempre cargará al precio del contrato- para obtener ventajas indebidas o la del funcionario que la recibe.
También somos culpables quienes aceptamos mansamente que todo esto continúe ocurriendo en nuestro país, mientras miramos indiferentes cómo continúan en libertad tantos personajes acusados de delitos no excarcelables, comprometidos por infinidad de pruebas que intentan adulterar, exhiben impúdicamente sus riquezas mal habidas y se ríen a carcajadas de sus conciudadanos, a muchos de los cuales han llevado a la pobreza más extrema con sus latrocinios.
La reciente muerte de Aldo Ducler ha hecho revivir la memoria de los monumentales desfalcos de los que hemos sido objeto: YPF, los fondos de Santa Cruz, IBM, Siemens, Skanska, Sueños Compartidos, trenes, aviones, gasoductos, centrales nucleares, represas, puentes, caminos, viviendas, escuelas, hospitales, hoteles, cloacas, agua potable, Ciccone, PAMI, IOMA, ANSES, AFJP’s, indemnizaciones a terroristas, remedios “truchos”, universidades, pesca, oro, el Instituto del Cine, contratos de dólar futuro, Odebrecht. British Petroleum y miles de etcéteras.
Sólo la decisión de Néstor Kirchner, explicada hace muchísimos años por tantos analistas (incluyendo a quien esto escribe) de robarse el 25% de la petrolera fue la causa mayor de nuestros males, comenzando por la inflación y el gigantesco déficit público. La caída en la producción y en la prospección de hidrocarburos obligó a la masiva importación de gas (otro brutal negociado) y se llevó las pocas reservas del Banco Central que se habían salvado de la depredación.
Los ciudadanos hemos permitido calladamente que, desde hace décadas, quienes deben administrar justicia en nuestro país sean elegidos por favores del poder de turno, y los jueces los devuelven con el permanente “cajoneo” de las causas que le resultan sensibles. Como verdaderas aves de presa, se han posado en el tejado de Comodoro Py y, desde allí, husmean el aire pútrido en busca de nuevas víctimas mientras protegen a los depredadores.
Pero no se trata sólo del fuero federal; los males afectan también a la Justicia ordinaria, como lo prueba el avance de la inseguridad cotidiana, sobre todo en los conurbanos de todo el país. Violadores, asesinos, narcotraficantes campean a sus anchas y se llevan la vida de hombres, mujeres y niños, en crímenes cada vez más violentos y salvajes.
Por delitos infinitamente menos graves que los comprobadamente cometidos por Cristina, Máximo y Florencia Kirchner, Lázaro Báez y sus hijos, Amado Boudou y sus testaferros, las hijas del “Bombón” Mercado, Julio de Vido, Cristóbal López y De Souza, Insfrán, Fellner, Alperovich, Capitanich, Aníbal Fernández, los Eskenazi, Ferreyra y Electroingeniería, y tantos otros, nuestras cárceles están repletas de presos; sin embargo, estos figurones, directamente responsables de la miseria que afecta a más del 30% de los argentinos y de la muerte por inanición de tantos chicos, disfrutan de una libertad que ya se ha transformado en un cachetazo en la cara de la sociedad entera.
Por eso –no por venganza sino por legítima defensa- debemos convertir el viento, que sin duda ha borneado, en un fuerte huracán que barra, de una buena vez, con tantos magistrados indignos de ocupar sus cargos y purifique el fétido olor que emana de nuestros tribunales. Cuando digo que debemos hacerlo en defensa propia, no me refiero sólo a impedir que estos malandras continúen decidiendo sobre nuestra libertad, nuestra honra y nuestro patrimonio, sino también a la necesidad que, como país, tenemos de contar con un Poder Judicial serio, preparado, independiente y rápido.
Porque está visto que, hasta que ese verdadero milagro se produzca, no podemos esperar que llegue a nuestras playas el aluvión de inversiones, siempre anunciado y nunca concretado. Sin él, no nos resultará posible convertirnos en un país desarrollado y próspero, condenándonos a subsistir en esta insignificancia que tantos esfuerzos nos costó conseguir.
Es cierto que, desde diciembre de 2015, el gobierno de Cambiemos nos ha reinsertado en la vidriera global, y hemos visto por aquí a los máximos líderes mundiales mientras, a la vez, Mauricio Macri ha visitado a las naciones más importantes; se han firmado centenares de acuerdos bilaterales, pero no se concretarán mientras los potenciales inversores, sean propios o extraños, no confíen en que, en caso de conflicto, nuestros jueces fallarán conforme a derecho y no, como sucede hoy, según sus propios intereses o los de sus mandantes políticos o empresariales. Usted mismo, querido lector, ¿pondría un dólar en un país cuyo Congreso dicta leyes, y el Poder Judicial las aplica, con efecto retroactivo?
Un pequeño paréntesis: no puedo imaginar a Mauricio Macri en actos de homenaje a los asesinos “malos” de Manchester, Londres, Paris, Niza, Nueva York, Orlando, Bogotá, San Sebastián o Madrid y, por eso, me parece insólito que el protocolo oficial argentino haya llevado a Angela Merkel, Barak Obama y François Hollande, entre otros, a visitar el “Parque de la Memoria-Tuerta” y llorar por los terroristas “buenos”, tan premiados ellos con cargos y dólares.
Porque no debemos olvidar, por ejemplo, que una bomba de Montoneros, en el comedor de una dependencia policial, mató a 23 personas e hirió a más de 60, o que otra, colocada en un avión por el ERP, asesinó a decenas de gendarmes. Y tampoco debemos hacerlo con las más de 17000 víctimas civiles de esos mismos “jóvenes idealistas”, que nunca fueron siquiera reconocidas por el Estado. ¿A qué extremos de hipocresía nos llevará el discurso “políticamente correcto”?
Para regresar a la necesidad de contar con un Poder Judicial como Dios manda, insisto en que la ciudadanía debe tomar el problema entre sus manos, como lo hace día a día en Venezuela y Brasil, pese a que esas verdaderas multitudes han obtenido tan disímiles respuestas. Basta recordar que un Juez federal con asiento en Curitiba, Estado de Paraná, se ha convertido en la figura pública más popular entre nuestros vecinos, que están dispuestos a blindarlo frente a los avances de los poderosos.
No esperemos que nuestros ¿honorables? legisladores asuman como propia esa tarea porque, si lo hicieran, muchos de ellos mismos terminarían presos, ya que han convertido al Congreso en un verdadero aguantadero, como lo demuestra la desesperada lucha por integrar las listas partidarias en pos de fueros, cuyo verdadero objetivo también hemos deformado.
La semana pasada propuse a mis colegas que asumieran la heroica actitud de denunciar a los jueces y fiscales que incurran en faltas graves en el ejercicio de sus magistraturas, aunque aclaré que no tenía demasiada confianza en la aceptación de esa sugerencia. También propuse, y hoy insisto, que todos los ciudadanos, en una concentración tan masiva como fue la del 1° de abril y replicada en todo el país, manifestáramos pacíficamente nuestro hartazgo.
No permitamos más que cuatro o cinco cretinos, hijos de mala madre, hipotequen nuestro futuro y el de nuestros descendientes. Salgamos a gritar, bien fuerte y remedando a Gabriel Celaya, “¡A la calle!, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo”.
Bs.As., 10 Jun 17
Enrique Guillermo Avogadro
Carla en el país de las pesadillas
La agente de Policía Carla Céspedes está detenida desde hace una semana, después de haber detenido un robo en un supermercado y arriesgado su vida en ese incidente.
Dos delincuentes habían entrado para robar en un supermercado chino del Parque Centenario, cuando se confrontaron con la agente de policía Carla Céspedes. En el enfrentamiento perdió la vida uno de los malhechores debido al accionar de esta miembro de seguridad.
Los hechos se dieron en la calle Ramos Mejía, en donde el establecimiento había sido asaltado. Más tarde la policía y los ladrones tendrían un enfrentamiento armado.
Desde el día del hecho, la mujer policía -que solo cumplía con su deber- se encuentra detenida.
El hecho se produjo el jueves pasado, ese día un proveedor de mercadería acababa de cobrar alrededor de 1500 pesos, cuando irrumpieron los dos asaltantes, uno de ellos portando un arma de fuego, y le robaron el dinero y su celular. Cuando los criminales quisieron huir del lugar, no se percataron que les esperaba la agente integrante del cuerpo de Policía Federal de la ciudad. Al querer evadir la detención policial, comenzó un intercambio de disparos en el cual, uno de los ladrones cayó sin vida, mientras que el otro asaltante se dio a la fuga. Momentos más tarde se decidió la injusta detención de la policía por haber cumplido correctamente sus funciones como servidora pública.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 27, 2016
Una justicia insomne contra el delito
Escribe: Marcelo Carlos Romero.
Los diversos y complejos problemas que acarrean el crimen y el criminal no respetan días ni horarios, ni domingos, ni feriados y tampoco fiestas de guardar. El delito no sabe de siestas ni de descanso nocturno. Los criminales no tienen en cuenta cumpleaños ni velorios. Simplemente están ahí, esperando sorprender. Aquellos que elegimos la especialidad penal dentro del gigantesco mundo del Derecho sabíamos de antemano nuestro destino insomne. Como el pediatra, que sabía desde sus épocas de residente que iba a recibir llamados telefónicos todos los días, todas las noches, toda su vida profesional. Jueces, defensores, fiscales, funcionarios y empleados judiciales del fuero penal estamos para eso. Para dar respuesta desde el Poder Judicial y desde el Ministerio Público a las demandas de la comunidad que nos sostiene frente a las tropelías del criminal. Del mismo modo cumplen funciones análogas policías y fuerzas de seguridad, como auxiliares de la Justicia. Recibir llamadas telefónicas del personal policial en servicio es parte de nuestra función. Cuando estamos de turno, dormimos con el celular en la almohada, contestando las mismas preguntas una y otra vez, evacuando las mismas dudas. Los agentes judiciales no tenemos títulos de nobleza, solo diplomas de abogados. No estamos por encima del resto de la comunidad, sino a su servicio. Si preferimos el descanso nocturno pleno y placentero, podemos elegir otro fuero, otra especialidad. Nadie nos llamará de madrugada por una hipoteca o por la donación de una propiedad con reserva de usufructo. La Policía espera nuestras directivas en medio de los procedimientos. Ellos están en la calle, poniendo en juego su integridad física. Nosotros estamos en el despacho judicial o en nuestra cama. Aún con sueño y con cansancio, les debemos respeto y consideración. Paciencia y actitud docente. Por otra parte, la buena educación, los buenos modales, la más absoluta colaboración con nuestros auxiliares y la tolerancia, no se enseñan en la Universidad.
El doctor Marcelo Carlos Romero es Fiscal de la Provincia de Buenos Aires (Departamento Judicial La Plata) y Miembro de Usina de Justicia.
Visite el blog del
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 11, 2016
La justicia no cambia
Escribe el doctor Guillermo Jesús Fanego en Cartas de Lectores del diario La Nación.
La Justicia no cambia
¿Cambió algo en el Poder Judicial con el cambio de gobierno? Lamentablemente, nada. Todo sigue estando como durante los nefastos doce años de gestión kirchnerista y las actuales autoridades no atinan a cambiar absolutamente nada más que la persecución al juez Freiler, que parece motivada más por cuestiones personales del Presidente que en el cumplimiento de metas de gobierno. Con la llegada de la primavera de 2016 volvieron a florecer los mismos vicios que afectan a los tribunales del edificio de Comodoro Py, en el que todos vuelven a respirar tranquilos pues nada ha cambiado. Denuncias y sainetes de los propios integrantes de Cambiemos (que bien podría ser la continuación de Il Gatopardo si Tomasi di Lampedusa viviera) acusando a los operadores judiciales. Nada ha cambiado y menos aún para quienes injustamente se encuentra privados de libertad en las causas denominadas de lesa humanidad, que no esperan justicia, sino que el tiempo se encargue en sepultarlos. Todo sigue igual, las mismas organizaciones que se enriquecieron a costa de estos juicios continúan digitando las causas y los jueces, con la cabeza gacha, les rinden sumisión y, como si ello no fuera suficiente, diputadas de la Nación le envían directivas al Tribunal Oral Federal N° 5 respecto de cómo debe continuar la tramitación de la causa ESMA y a qué personal deben designar proponiendo que pidan a la CSJN la contratación de una abogada relacionada con una organización querellante para que ayude en la redacción de la sentencia. Es decir que los mismos querellantes serán los redactores de la sentencia que dicte este tribunal.
¿Hasta cuándo debemos soportar la intromisión de los poderes Ejecutivo y Legislativo en las causas judiciales? ¿Hasta cuándo tendremos jueces mendicantes y arrodillados ante los grupos de presión? ¿Con estos jueces podremos enfrentar el crimen organizado, la corrupción generalizada y las grandes causas de narcotráfico? Lamentablemente, el panorama que se vislumbra me lleva a la conclusión de que nada cambia, que todo es para peor y que nuestra querida patria es inviable.
Guillermo Jesús Fanego
Falta el gesto del Papa a los militares presos
Una carta de lectores en el diario Clarín y una respuesta…
Falta el gesto del Papa a los militares presos.
Carta de lectores del diario Clarín.
Papa nos pide a todos “que nos pongamos la Patria al hombro”. Si tomamos en su integridad estas palabras e incluimos en ellas el concepto de unión, pacificación y perdón, no debe haber exclusiones de ningún tipo. Pero ello no será posible mientras haya en las cárceles argentinas presos políticos (así los considero), la mayoría ancianos con problemas de salud, para quienes Francisco nunca ha tenido una palabra de consuelo, menos una sonrisa. La parcialidad expuesto por los jueces que los juzgan se da de patadas con lo solicitado por el Papa. Mientras, el Gobierno mira hacia otro lado.
Carlos Bonorino
carlosbonorino@gmail.com
Estimado Señor CARLOS BONORINO.
Luego de leer su carta publicada en el día de ayer en el diario CLARIN, juntamente con mi familia le hacemos llegar todo nuestro
agradecimiento por la valentía y veracidad de su contenido. En lo personal le diré que el próximo 28 cumpliré DOS LARGOS AÑOS, como prisionero de una ilegalidad que nunca creo que haya existido en un país que se dice vivir en democracia. Usted resalta muy acertadamente tres conceptos fundamentales para la vida de todo ser humano de bien, y reclama PALABRAS DE CONSUELO, a quien se dice Papa. Lamentablemente en lo personal, y reitero lo de personal, le diré que a esta altura con el tiempo que me robaron y ya con 71 años rechazo los mismos y con todo mi respeto le diré porque:
UNIÓN: Yo no he sido militar, si he sido funcionario policial durante 31 años y sé que me esforcé en mi misión de ayudar a terceros y ser parte de la línea azul que debe separar a la gente de bien de los depredadores. A pesar de ello cuando fui involucrado al “barrer, por inferencias” en una causa por los mal llamados delitos de lesa humanidad, la institución a la que pertenecí miró para otro lado. Si bien esto mismo hizo el resto de las fuerzas, la cobardía demostrada en mayoría tanto por los miembros activos como por los retirados, hace que no quiera tener ninguna relación con ellos, ya que salvo casos puntuales absolutamente nada me une a los que demostraron ser COBARDES.
PACIFICACIÓN: Imposible tener una relación que no sea de reproche y poco pacífica hacia los miembros de la IGLESIA y los TRES PODERES DEL ESTADO. Me refiero a los del “vamos por todo” y mucho más a los del “cambiemos. Con mi familia les escribimos un total de MIL DOSCIENTAS SETENTA CARTAS aparte de centenares de correos electrónicos y solicitadas en diarios de Argentina y del exterior. Hipócritamente respondieron con el silencio. Literalmente fue tirar tiempo y dinero A LA BASURA.
PERDÓN: Yo no requiero el mismo, por el contrario como me “ENGARRONARON” como a otros muchos que desde años permanecen en la cárcel o ya murieron en ilegales prisiones preventivas, soy yo el que debe PERDONAR. El ensañamiento que he visto en este tiempo, con “adultos mayores” enfermos en la prisión, y en algunos casos del que yo mismo he sido víctima, marca una bajeza y una cobardía de una magnitud sin precedentes, por miembros de un poder judicial que son verdaderos delincuentes y asesinos. He denunciado esto reiteradamente y el espíritu corporativo prevaleció por sobre la ley y la vida. IMPOSIBLE PERDONAR, cuando impotente veo a mi esposa enfermar por el accionar hipócrita de tantos, que teniendo que haber intervenido para detener el exterminio que se lleva a cabo, prefirieron mirar para otro lado diciendo “QUE LA JUSTICIA DEBE SER INDEPENDIENTE”. El único espacio que con mi
esposa nos queda es renegar de este territorio llamado Argentina, que solo es una ilegal prisión, de la que legalmente queremos alejarnos en forma definitiva para poder olvidar las dantescas y no merecidas circunstancias vividas en estos últimos tiempos.
PALABRAS DE CONSUELO: Realmente ya no me interesan si vinieran del señor Papa, luego de 2 años sin responderme a las 69 cartas que le enviáramos. Destaco que las palabras que en mayoría hemos recibido con nuestra familia, han sido de parte de diferentes personas, quienes nos aconsejaron desistir de nuestros fuertes reclamos a través de la Web, ya que los miembros de la justicia y otros que no nos escuchan, “SE PUEDEN OFENDER”. Realmente de no creer.
Pidiendo perdón por la rabia que tanta iniquidad implantó en mi persona, lo saludo cordialmente.
Claudio Kussman
Noviembre 10, 2016
[/one_half_last]¿El Juez federal Carlos Vera Barros estudió leyes?
Por Orlando Agustín Gauna.
Doctor Carlos Vera Barros, yo como lego, me pregunto, si usted se ha recibido de abogado cursando formalmente la carrera de abogacía o acaso su título es “trucho”?
Por favor, no se ofenda, pero al llegar a mis manos partes de un expediente, en una declaración recibida por usted, hasta me permite dudar si tiene título secundario.
¿Tiene conocimientos de la sintaxis en el idioma nacional? ¿Sabe que cuando un escrito se redacta en primera persona, debe continuar y concluir del mismo modo? Lo mismo ocurre cuando se redacta en tercera persona.
En el escrito que menciono, leo: “que su medio de vida es lo que percibe como pensionado y hago a veces algunas changas…”.
Esto es solo un ejemplo de su redacción que denota su falta de conocimientos para redactar un escrito. Mi abuela diría: ¡¡¡Que bruto!!! Pero mi abuela era muy exigente en el tema de redacción, y apenas tenía estudios primarios.
También debo decirle (aunque este escrito no pretende ser un curso acelerado de redacción), que cuando se hace una transcripción textual de otro escrito, la misma debe encerrarse entre comillas o paréntesis, para que se conozca el principio y fin de la transcripción. También se suele emplear el latinismo “sic” para dar a entender que la frase empleada es textual.
Pero usted se desempeña como Juez Federal de la Nación y se supone que tiene que tener un amplio conocimiento de la Constitución Nacional y de las leyes en materia penal (que son de su competencia).
Entonces advierto que tendría una ignorancia supina en lo que respecta al Código Procesal Penal que en su Artículo 242 (se lo transcribo para que lo conozca) establece la prohibición de declarar y expresamente dice: “No podrán testificar en contra del imputado, bajo pena de nulidad, su cónyuge, ascendientes, descendientes o hermanos, a menos que el delito aparezca ejecutado en perjuicio del testigo o de un pariente suyo de grado igual o más próximo que el que lo liga con el imputado.
En el mismo expediente, (fs. 155/163) consta que el imputado se encontraba de licencia desde el 10 de octubre hasta el 15 de noviembre de 1976, y que conforme a la normativa vigente en aquella fecha, la misma debía solicitarse con 30 días de anticipación.
De ello se desprende que quien lo imputare de haber participado de un procedimiento policial y actividades inherentes a esas funciones el día 11 de octubre y subsiguientes, está incurriendo en falso testimonio o falsa denuncia.
Y usted, parece que no se encuentra ubicado ni en tiempo ni en espacio.
Ud. tiene en sus manos, en el expediente de marras (supongo que conoce el significado de este término), copia del legajo policial del imputado, donde consta que el mismo se encontraba de licencia (NO TRABAJABA COMO POLICIA) entre los días 10 de octubre y 15 de noviembre de 1976, en consecuencia no pudo participar en el procedimiento realizado el 11 de octubre del mismo año y en los hechos inmediatos.
Sin embargo, pese a ese documento público que es el legajo policial del imputado, que, reitero, señala que el mismo estaba de licencia al momento del hecho que se le imputa; S.S. lo mantiene detenido.
A pesar de lo que consta en ese documento público, usted le dicta el auto de procesamiento, pese a que el Código Procesal Penal en su Artículo 306 dispone que el juez ordenará el procesamiento del imputado siempre que hubiere elementos de convicción suficientes para estimar que existe un hecho delictuoso y que aquél es culpable como partícipe de éste.
Y usted, Doctor Carlos Vera Barros, tiene un elemento de convicción suficiente para estimar que algunas personas han incurrido en falso testimonio en perjuicio del imputado, y ese elemento es el legajo del imputado.
Sospechoso su accionar.
Tengo entendido que en el único delito en que se invierte la carga de la prueba es en el ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO, donde el imputado, debe demostrar la lícita procedencia de sus bienes.
En el resto de los delitos, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y eso lo debe demostrar la Justicia apoyándose en elementos de convicción que permitan reconstruir los elementos de la imputación con certeza. Los delitos deben probarse sin caer en arbitrariedades.
En mi humilde opinión, y le aclaro que soy lego en la materia, me parece que estos hechos detallados, ameritan pedirle su remoción por mal desempeño en el cargo; porque creo que no es idóneo para el cargo.
Recuerdo que en una audiencia pública, por otra causa, el abogado Dr. José Luis Vázquez, refiriéndose a usted, expresó: “Estuvo sentado tres años sobre un expediente para facilitar el accionar de los narcos de la región” (sic)
Pero, volviendo al expediente motivo de este escrito, usted pretende tipificar como de lesa humanidad, los delitos investigados “…en los términos del art. 118 (ex 102) de la Constitución Nacional, en función de la referencia al derecho de gentes (ius cogens) que allí se establece.” (sic) Este párrafo me lleva a preguntarme si usted está cometiendo el delito de PREVARICATO o ni siquiera tiene conocimiento de interpretación de textos.
El Artículo 118 de la Constitución Nacional al que usted “usa” para tipificar los hechos como de lesa humanidad, reza “Todos los juicios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la República esta institución. La actuación de estos juicios se hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; PERO CUANDO ÉSTE SE COMETA FUERA DE LOS LÍMITES DE LA NACIÓN, CONTRA EL DERECHO DE GENTES, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio.”
Doctor Carlos Vera Barrios, lea bien, el artículo citado se refiere al delito cometido fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de gentes, y los presuntos delitos investigados se habrían cometido en la Provincia de Santa Fe, que todavía pertenece a la Nación Argentina.
Doctor Carlos Vera Barrios, lo invito a leer el Artículo 18 de la Carta Magna, que por si no lo sabe, es la Constitución Nacional que inicia estableciendo que: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso… “
Al dictar el procesamiento de los imputados de los presuntos delitos, se fundamenta en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
Pues entonces léalo.
El Artículo 11 del Estatuto de Roma, establece la competencia temporal: “…únicamente respecto de crímenes cometidos después de la entrada en vigor del presente Estatuto.” (sic)
Y la Ley Nº 26.200 de Implementación del Estatuto de Roma, aprobado por la Ley Nº 25390 y ratificado el 16 de enero de 2001, en el primer párrafo de su Artículo 2º establece que “El sistema penal previsto en el Estatuto de Roma y la presente ley sólo son de aplicación para los crímenes y delitos respecto de los cuales la Corte Penal Internacional es competente.” (sic) y le recuerdo que la Corte no es competente en los crímenes cometidos antes de su entrada en vigor.
Además, para salvar cualquier duda de jueces incompetentes, el Artículo 13º de dicha ley impone que: “Ninguno de los delitos previstos en el Estatuto de Roma ni en la presente ley puede ser aplicado en violación al principio de legalidad consagrado en el artículo 18 de la Constitución Nacional. En tal caso, el juzgamiento de esos hechos debe efectuarse de acuerdo con las normas previstas en nuestro derecho vigente.” (sic)
Ud. podrá aducir doctrina y jurisprudencia, pero no olvide que la interpretación de la ley es fundamentalmente una actividad cognoscitiva y no creadora de Derecho. Se dirige a reconocer aquello que fue establecido por la norma, y no a establecer lo que el intérprete estime conveniente.
La interpretación es un acto de conocimiento y no un acto de voluntad creadora de preceptos jurídicos.
También tenemos numerosos jueces sospechados de corruptos o serviles al poder político y algunos de sus fallos están sujetos a reconsiderarse por COSA JUZGADA ÍRRITA.
Doctor Carlos Vera Barrios, no se me ocurre otra alternativa, Ud. es demasiado bruto o está cometiendo el delito de prevaricato.
¿Existe otra alternativa?