Me congratulo con sus empeños y esfuerzos, muchas veces heroicos en la noble tarea de velar por las personas que se encuentran prisioneros sin las garantías mínimas de un estado de derecho.
Reflexión:
Entiendo y lo sostengo que el Estado que descuida a los indefensos y desprotegidos comete un grave delito que clama al cielo. Es por eso esque admiro su labor y mecongratulo por su intermediocon todos los que empeñan sus esfuerzos, muchas veces heroicos en la noble tarea de velar por las personas que se encuentran prisioneros sin las garantías mínimas de un estado de derecho. El destino me ha concedido el privilegio de participar de dos categorías. La deuna persona con problema (Amputado de una pierna) que hace lo posible por igualarse a sus prójimos y así brindarse a los demás, y la de un hombre público al que le ha tocado el honor y la posibilidad de poder defender dentro de sus posibilidades a quienes me necesiten. Viene al caso recordar por su enorme dedicación al servicio del prójimo, una enseñanza de Platón, una de las lumbreras de nuestra civilización:“la buena educación da al cuerpo y al alma toda la belleza y la perfección de que son capaces”. Pues son ustedes, los Kussman y así debe ser reconocido, los que dedican su tiempo, sus esfuerzos y su saber a qué seres que son imagen y semejanza de Dios – hombres y mujeres –, sean plausibles de los derechos humanos. A que Sujetos y Personas en la mayoría de los casos sin prueba alguna y menos certeza puedan tener un juicio digno y no una ficción. Entonces Trabajemos junto a los hermanos y a quienes conforman “Prisioneros en Argentina”, para que no haya nadie en nuestro País que sea tratado sin las garantías del derecho de defensa, del debido procedimiento e igualdad de tratamiento. No es compasión sino justicia lo que necesitan los presos políticos. Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Reconozcamos en ellos un derecho elemental, de los más elementales de los derechos humanos. Reconozcamos en ellos el remedio del Indulto. Feliz Navidad mis queridos amigos. Muchas gracias por su loable labor.
Hoy con fecha 14/12/2016, a tres días del Juicio oral Federal a los integrantes del Clan.El Diario la Gaceta de mi provincia, bajo el título “Ordenan estar presente en el Juicio a Rubén La “Chancha” Ale”, da cuenta que el Tribunal Oral Federal de Tucumán, falló que, pese a los problemas de salud que padece,lo mismo deberá estar presente en la audiencia oral del viernes. En correspondencia a lo resuelto, el 24 de diciembre del año pasado en una de mis publicaciones sobre la “mafia reinante” manifesté que: “…En los principales matutinos y diarios del país, los tucumanos nos despertamos nuevamente con una noticia que nos alertó. “…La chancha” Rubén Ale manifiesta estar deprimido y enfermo en el penal de Ezeiza”. La cámara de Casación penal ordenó que se revise su actual situación de salud. La defensa de Ale alegaba que le era imposible seguir solventando el costo de internación en el sanatorio.A su vez el Juez Federal, Fernando Poviña – Aquo competente -, recibió la información de que Ale continuaba manejando sus empresas desde la habitación en la que estaba detenido. La Cámara de Apelaciones Federal resolvió conforme los informes médicos su prisión domiciliaria.Me preguntaba nuevamente. Siempre los mismos médicos e idéntico Sanatorio. Dichos problemas de salud debieron ser muy graves para resolver y modificar la cárcel a prisión domiciliaria.Es que jocosa y burlescamente, a los pocos días de conseguir la libertad condicional en una causa Jorrat y otros (Provincial), la chancha, con una fianza estimable,decide muy suelto de cuerpo postularse para ser presidente del club de futbol más importante de la provincia y con relevancia nacional (Club San Martín). ¿Me seguía preguntando?Cómo puede un hombre – salvo milagro –, recomponerse en días de una dolencia que supuestamente lo tenía postrado en su lecho y postularse para cumplir una de las misiones más difíciles para lo que entienden de futbol y su gerenciamiento?Llamó la atención la noticia. Pero la impunidad seguía. Era irrisorio y grotesco, después de una causa que se publicito y difundió en todo el país, el personaje se encontraba en un sanatorio céntrico manejando su Asociación como un titiritero y equilibrista. ¿Seguirá la impunidad para esta Mafia.Hace más de 20 años, en la causa del oficial de policía asesinado “Salinas”, en donde como Juez de instrucción en lo penal, le dicte a todos los integrantes del Clan la Prisión Preventiva de Oficio, por Asociación Ilícita y Tenencia de Armas de Guerras, la chancha se presentó con los similares artilugios o artificios procesales. Después de ordenar sucaptura, ya que se encontraba fugado, meses después se entregó con su abogado alegando los mismos síntomas de hoy y de siempre. Internándose de igual manera en un conocido sanatorio tucumano. Los médicos de cabecera – invariables – lo examinaron. Mucha coincidencia para ser verdad. Meses después, sacaron a relucir análogos problemas económicos pidiendo ser trasladadoa un hospital público. De igual manera con su hermano “El Mono” y Su Padre.Veinte años después, volvemos a revivir las mismas patrañas de una mafia enquistada. La situación de peligro procesal quedaba en saco roto. Lo mismo que sus antecedentes. En su momento rezongábamos… Y bueno que siga manejando su organización mafiosa desde su casa. Hoy con un excelente criterio el Tribunal Federal ordenó que el personaje debe afrontar personalmente, en la Sala Oral el Juicio en su contra.
Desde hace tiempo, después de un viaje a Europa y en especial a España – con mis muletas a cuestas-, las que me dan más libertad de movimiento que la pierna ortopédica, elegí íntimamente viajar a Santiago de Compostela. Durante el periplo al viejo continente me acompañaron mi mujer y mis amigos de aventuras. Tuvimos el privilegio y honor de conocer a Jesús Bujalance a través de las anécdotas de una íntima amiga sobre la vida de este gran ser humano. Este señor con mayúscula, enamorado de la vida y de Tata Dios nos concedió una hospitalidad inigualable. Una Acogida propia de un ser especial el que nos hizo conocer lugares insospechados por su belleza e inolvidables por su historia.Las tertulias con nuestro anfitrión siempre quedaran grabadas en nuestros corazones. Su afabilidad y cortesía tiene una relación intrínseca con su nombre y con el tema providencial que salió de manera impensada. El camino a Santiago de Compostela.Nos relataba nuestro afable y gallardo Jesús que realizó el peregrinaje desde su Andalucía hacia las tierras de Galicia en varias oportunidades. Sus sucesos y narraciones daban paso a que su ser se transformara en una algarabía de anécdotas sobre la solidaridad, la hospitalidad y el misterio del camino. Él contaba con especial sentimiento los recuerdos de su entonces compañero de travesía. Un muchachito hijo de familia tucumana, gran amigo nuestro y de mi hijo Sebastián. Nos relataba como el camino puede convertirse para el peregrino en un cambio con distintas facetas. Algunos pueden entregarse para conseguir metas insospechadas pero su secreto también podía alejarlo. Siempre esta Tata Dios con sus manos abiertas delineando nuestros destinos. Con el tiempo a Jesús lo co- adoptamos y su nombre no deja de tener la trascendencia de los elegidos. Nos visitó en varias oportunidades conociendo los rincones de nuestro Jardín de la República y la de provincias vecinas. Siempre encantador, con una sonrisa permanente y una simpatía que transporta.Tenía a su cargo el mandato de hacerse cargo de una iglesia milenaria en su pueblo y en cada ocasión que podía nos traía regalos y recuerdos que después en el anonimato repartía a los vecinos de una estancia de sus protectores y mejores amigos en Jujuy. En su último viaje en Semana Santa lo despedimos sabiendo que estaba destinado por la mano de Dios a guiar con su simpleza y sabiduría a quienes menos tienen.Como no quedar prisionero del destino.El camino con este hombre sabio era una realidad. Nos contaba que su primera caminata la practicó cuando tenía 60 años de edad y que sus vivencias con la naturaleza, el ambiente y los peregrinos lo acercaron definitivamente a Dios.La Fe, la voluntad y solidaridad nos enfatizabas se encuentra vivo en todo el camino, unido a la esperanza de alcanzar la meta. Me atrevo a publicar mis primeras líneas antes de llegar a mi primer destino Madrid y después León, porque siento la necesidad de hacer conocer que con energía espiritual todo se puede.Hace unos días escribí a través de las redes sociales sobre mi convicción de realizar la travesía con mis compañeras de casi toda una vida – las muletas – y con privilegio de que me encuentro – pese a mis primeros 60 años – en óptimas condiciones físicas para caminar más de 300 km desde León.Jesús conociendo mis sentimientos en un emotivo y afectivo mensaje luego de dejarme su gallardete – la camisa o remera con los lugares por donde atravesó el camino en tantas oportunidadesme hablo de la ilusión. La fuerza, la esperanza y la Fe.De que a pesar de no tener una pierna siempre, con voluntad, perseverancia y fe llegare al Obradoiro (la plaza de la Catedral de Santiago) y juntos Dios mediante besaremos el suelo dando gracias al señor por tantas bendiciones y con la promesa cumplida. La camisa cuya copropiedad hoy detento es sinónimo de una historia de sacrificios y fuerza espiritual, la que sin lugar a duda quedara enmarcada en nuestro recuerdo. Como dice Jesús. “…La remera estará estampada además de los lugares señalados con el símbolo de la peregrina andaluza, el bordón castellano y el corazón del peregrino argentino…”.Es esta. Mi primera narración sobre el Camino que no es sino LA MANO DE DIOS, viene a fortalecer y revalidar lo que vengo sosteniendo desde hace décadas. No existe la discapacidad. Capacidad es la potencia, son las fuerzas, con que Dios nos dotó para vivir plenamente nuestra vida.El hombre nace y es siempre entero, completo, capaz, porque es hecho a imagen y semejanza de Dios. Si estamos vivos es para vivir del todo, con todo. Se puede decir y no le ténganos miedo a las palabras que somos rengos, ciegos, mudos, paralíticos, que tenemos uno o varios problemas físicos y psíquicos, pero que no somos capaces eso sí que no.Podemos tener enormes dificultades, pero todos sabemos que algo maravilloso, misterioso e innegable, yo diría que la MANO DE DIOS, nos ayuda a pelear, a vencer, a no flaquear. No te sientas vencido aún vencido, dice el poeta y tiene razón. El orgullo o la dignidad de ser personas, hace que antes que aceptar una expresión de lástima, seamos capaces de mordernos y no pedir ayuda. La mano del piadoso nos quita siempre honor dice Machado y lo comprendo. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente en el que el factor común es el esfuerzo y la fe. La voluntad esa facultad humana por excelencia debe ser nuestra aliada, nuestro sostén permanente. Con voluntad suplimos todas nuestras dificultades y siempre está allí Tata Dios que nos manda un cable. La voluntad, voluntad para resistir para emprender, para no cejar. Voluntad y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo, contra todo, podemos. Arriba los corazones, siempre más allá, si Dios nos tocó es por algo, quiere mucho más de nosotros, no nos quedemos jamás en la mediocridad. Un chico, una mujer, un hombre con problemas son ante todo y sobre todos “hombres, seres humanos con problemas”. No debemos perder de vista esa dignidad, esa corona, ese soplo de ser hecho a imagen y semejanza de Dios. Hasta Santiago de Compostela…
Un poco preocupado por el constante fenómeno de bilocación que me viene sucediendo casi todos los días. Seguramente para desgracia de los pocos que leen mis publicaciones. Con excepción de mi familia que a esta altura me niegan como un loco de manicomio. No ceso en mi intento de dar rienda suelta a la imaginación. Pero cuando se trata de encontrarme en diferentes lugares a la misma vez empiezo a preocuparme. Ya he visto de cerca las estrellas y a la luna mi gran amiga. He viajado al polo con mi amigo julio Verne. He gozado de tertulias con Machado y Gorki. También me he deleitado del tango con el zorzal criollo y mi eterno amigo Le Pera. Estuve conversando del Tango argentino con Jorge Luis Borges y su compañera María Kodama. En suma he viajado como pocos en este mundo a pesar de mis muletas y mi bastón. No obstante como católico me siento tranquilo porque la iglesia reconoce a mis facultades. Parece ser una manifestación de la espiritualidad del ser humano con clara orientación mística. Y yo solamente buscaba acercarme al purgatorio. Y bueno mis amigos Budistas dicen que lo mío tal vez sea un fenómeno esotérico al que lo llaman vehículo de diamantes. Pero mi caso es especial porque siento que mi cuerpo se transforma en un pájaro sin ser lo mío ninguna alucinación. No miento. Basta con remontarse a mis escritos y se darán cuenta que no estoy tan loquito. Justamente después de escribir mí vuelo al polo y mi sueño de pájaro. Descansando en Tafí del valle y después de subir con mi viejo caballo al pelao. Un cerro detrás de mi casa que ocupa aproximadamente el 30 % de la superficie central del valle. Enorme espacio propio del paraíso con rocas graníticas de unos 400 millones de años de antigüedad, en donde en cada paso, nos revela sus maravillas de piedras y viento. Lugar sagrado que nos identifica con la mano de Dios. En la cima se avistar ver los cóndores en su aleteo majestuoso y una vista esplendorosa del valle que nos circunda. Un hálito de aire puro me anima a abrir los brazos para recibir al viento y al sol. Es que esta loma de piedras que se mescla en su extensión con un manto de pasto verde. Es una enorme alfombra verde de los más diversos matices que ayuda a meditar y pensar. De inmediato siento en mi cuerpo el cosquilleo de todos los días .Desde mi sitio con el claro sol que ilumina las cumbres me contacto nuevamente en los misterios insondables que me persiguen. Observo a un hombre más bien bajo, aunque de fuertes músculos. Su cabello ensortijado está tapado por el sombrero de alas anchas, a la moda de los provincianos arribeños; a sus recios bigotes que se unen a bien pobladas patillas, ocasiones se los afeita. Lo más notable en su fisonomía son los negros ojos, llenos de luz, de fuerza, de energía bajo las negras cejas encrespadas que hacen más vigoroso su semblante. Viste rico poncho de vicuña, como corresponde a campesinos de calidad. Parece un provinciano. Pero logro ver que llega en galera. Es a Buenos Aires. La ciudad no está a obscuras. Una luna en su cuarto creciente les da a las calles el resplandor preciso para que llegue hasta el centro la galera. El polvo que los tapa delata que vienen de lejos. Y apurado. El que así -nocturno, callado, fugitivo- está llegando mi amigo, se llama Juan Facundo Quiroga. Nombre con renombre en todas partes. ¿Fugitivo? Sí, llega derrotado. Como general ha dirigido los ejércitos federales para salvar a las provincias de la invasión que les hace Paz con las tropas del ejército de línea, pero a pesar de su coraje ha sido vencido en La Tablada, y por confiarse en la caballerosidad lo han sorprendido en Oncativo. Al fuerte gobernador, capaz de poner y de sacar gobernadores en un montón de provincias, sólo le queda un grupito de acompañantes a falta de ejércitos aguerridos y entusiastas. Todavía no es viejo. Tiene cuarenta y tres años. Pero la vida de intemperies que ha llevado le produce un reumatismo que le quitará el placer de seguir montando sus excelentes caballos. Al otro día el gobernador de Buenos Aires le rendirá honores de general victorioso al hombre que ha venido buscando amparo ante su descalabro. Pero bien hace don Juan Manuel, porque ese Tigre de los Llanos que lame sus heridas es un derrotado pero no está vencido, no está acabado, no está entregado. “Mal herido”, sí, pero todavía capaz de “arremeter feroz”, vivo ejemplo del consejo que años después dará Almafuerte.Los comisarios de Buenos Aires le facilitarán vagos y delincuentes. Y al frente de 400 hombres, a los que él deberá impartirles disciplina y contagiarles entusiasmo, otra vez atravesará el país dando batalla donde la patria lo necesite. El general Quiroga tiene tal fibra que no parece hombre de carne y hueso; parece la encarnación de un fantasma destinado a dar aliento a los siglos venideros. Es el hombre al que mi madre llamaba cuando tenía nueve años, luego de perder mi pierna para decirme entre murmullos. Hijito. Se puede. Siempre se puede.
Mauricio Ortín y otra posición al respecto de la nota del diario La Nación, firmada por Daniel Gutman.
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Separar la paja del trigo
Por Daniel Gutman
Un reducido pelotón del Ejército Argentino marchaba en la tarde del 14 de febrero de 1975 por un paraje del monte tucumano cuando se encontró con un grupo de guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y entró en combate. Uno de los militares, el teniente Rodolfo Richter, cayó herido. Enseguida, el capitán Héctor Cáceres se tiró encima de él, lo cubrió con su propio cuerpo y le susurró: “Quedate tranquilo que ya te saco”. Pero no pudo hacerlo, porque otro tiro le acertó a él en el corazón y lo mató en el acto. Esto me lo contó hace varios años el hoy teniente coronel Richter, quien por las heridas de ese día -en el que también fueron muertos dos guerrilleros- quedó condenado de por vida a una silla de ruedas.
Entonces, apenas se iniciaba el Operativo Independencia, cuya naturaleza quedaría clara rápidamente. Gracias a un decreto de la presidenta Isabel Perón, que ordenaba “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en Tucumán”, el Ejército Argentino militarizó la provincia y se lanzó a la persecución de militantes políticos no armados, sindicalistas o estudiantes que no tenían vínculos con los campamentos guerrilleros instalados en las laderas del Aconquija. El primer jefe del Operativo, el general Acdel Vilas, estaba convencido de que era absurdo combatir militarmente al ERP si no se lo atacaba antes en “sus verdaderas causas”. Así, llegó a Tucumán decidido a arrasar con los derechos humanos y a dar la pelea no en el monte, sino en facultades, gremios, partidos políticos, colegios e iglesias.
Para hacer el trabajo instaló en la provincia los primeros centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que conoció la Argentina. Durante esos primeros meses, se desentendió del grupo guerrillero rural que, con poco más que un desmesurado voluntarismo, soñaba con hacer la revolución. De hecho, el combate en el que murieron Cáceres y los guerrilleros Héctor Toledo y Víctor Lasser se debió a un encuentro puramente accidental entre los dos bandos. El objetivo de las fuerzas estatales era librar “una guerra sucia, de desgaste, una guerra tenebrosa y solapada, sin límites de tiempo, que se gana con decisión y cálculo”, según Vilas escribiría años más tarde. Ya se sabe cómo terminó ese experimento realizado durante el gobierno peronista: luego del golpe militar, el modelo criminal probado en Tucumán se extendió a todo el país y sirvió para aniquilar a miles de personas que no tenían nada que ver con la lucha armada.
Sin embargo, el capitán Cáceres no tuvo ninguna participación en el terrorismo de Estado. Nadie le ha adjudicado torturas o asesinatos. Simplemente, cumplió una orden legítima de salir al combate, arriesgó su cuerpo por un compañero y lo pagó con su vida, a los 29 años. La propaganda oficial de entonces lo exaltó como el primer muerto en combate del Ejército Argentino desde la Guerra del Paraguay. Esta exagerada calificación respondía a los intereses del gobierno peronista y de las Fuerzas Armadas, que querían magnificar la amenaza guerrillera y con la muerte de Cáceres conseguían un símbolo de carne y hueso. A él, hace pocos días, sus compañeros de promoción en el Colegio Militar, al cumplirse 50 años de su egreso, intentaron homenajearlo con una placa recordatoria, que algunos tomaron como una provocación.
¿Por qué hay quienes suponen que no se puede homenajear a un militar que murió durante un combate entablado por orden del gobierno constitucional? ¿Entienden que una reivindicación de Cáceres implica convalidar los crímenes de la dictadura? ¿Tan difícil es separar la paja del trigo? ¿O es que sus familiares no merecen respeto y consuelo, como cualquiera que haya pasado por un trauma similar? ¿Acaso hay algo que iguale a Cáceres con Videla, Massera u otros militares condenados por crímenes de lesa humanidad?
Rodolfo Richter, aquel oficial al que Cáceres le salvó la vida, se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina, con una investigación acerca de las condiciones en las que el ERP lanzó la lucha revolucionaria. Defendió su tesis el año pasado, ante un público de militares y también de ex guerrilleros, con los que no tiene rencores sino respeto mutuo. Como Cáceres, Richter peleó con armas legítimas contra el ERP, por orden de un gobierno democrático, y nunca fue acusado de haber participado en la represión ilegal. Cuando lo entrevisté, resumió en una frase la soledad de sentirse víctima de la manipulación de la historia. “Un día de éstos -me dijo- alguien me va a decir: «Vos no estás en silla de ruedas porque te hirieron en un combate contra la guerrilla. Eso lo soñaste. Vos estás en silla de ruedas porque te caíste en la bañadera»”.
Miembro del Tribunal de Solución de Controversias de la Organización Mundial de Comercio
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Gutman confunde la paja con el trigo
Por Mauricio Ortín
En relación al artículo de Daniel Gutman (http://www.lanacion.com.ar/1956590-separar-la-paja-del-trigo) digo, lo siguiente: Es falso que Cáceres fue exaltado como “el primer muerto en combate del Ejército Argentino desde la Guerra del Paraguay” y que el gobierno peronista y las FF.AA “querían magnificar la amenaza guerrillera”. El ERP y Montoneros habían declarado la guerra al gobierno constitucional. Por esa época Firmenich y compañía movilizaba a decena de miles de personas. El ERP asaltaba cuarteles, fabricaba armas, secuestraba, extorsionaba y estaba organizado en casi todo el país. Con el diario del lunes la cosa parece muy fácil. Antes de Cáceres asesinaron a muchos militares, policías, guardiacárceles, sindicalistas, políticos, empresarios y hasta niños. Los guerrilleros fueron cualquier cosa menos víctimas. Es falso que “luego del golpe militar, el modelo criminal probado en Tucumán se extendió a todo el país y sirvió para aniquilar a miles de personas que no tenían nada que ver con la lucha armada.” Baschetti, ex montonero y principal historiador de la banda, hizo un registro riguroso de los caídos de propia tropa que anda en los cuatro mil. Los otros dos mil son del ERP. Inocentes no llegan a cincuenta. Número bajísimo para una guerra con 8000 muertos. Fue el peronismo el principal responsable de ensangrentar el país. En su seno comenzaron los crímenes de Montoneros y la Triple A; ambos, en su momento, alentados por Perón. El ERP trabajaba por cuenta propia. Que Gutman les endose la culpa a los militares es una guachada más de los políticamente correctos. Es muy civilizado pedirle a los policías y militares que pongan la otra mejilla a los que los asesinaban con bombas y por la espalda. “Animémonos y vayan”. Asisto a los juicios de lesa humanidad. Es lo peor que sucede en la Argentina. A la vista de todos se mete preso sin pruebas, con testimonios como los de Vertbisky, Perdía y otros a viejos de 90 años. Actualmente, en Tucumán, los asesinos degenerados del Capitán Viola, Núñez, Carrizo, Emperador, etc, se presentan como querellantes y testigos-víctimas contra los policías que los metieron en cana por tan alevoso crimen. El impresentable de Mattini (Arnol Kremer), jefe del ERP, declaró en el juicio de La Perla, en Córdoba, que la guerrilla en Tucumán no fue tal; más bien se trató de una salida de pícnic, una excursión al monte. Ahora bien, en todos los libros que escribió y en los reportajes se presenta como un soldado que no tiene nada que envidiar al Che. En todas las revistas del ERP (Estrella Roja y El Combatiente) por lo menos una vez por página se sostiene que están en guerra civil y que tomarán el poder. Todos los asesinatos son ahí reivindicados. Dice Gutman que el ERP: “con poco más que un desmesurado voluntarismo, soñaba con hacer la revolución.” Lo que no dice es que, además de soñar, se dedicaban full time a asesinar.
En Francia los progre argentinos son “Je suis Charlie Hebdo”, aquí, en cambio, son “je suis Santucho”. El gobierno de Hollande destino 80000 policías para atrapar a dos subversivos. Los mató porque ellos no toman prisioneros a los terroristas y porque Hollande dijo “Francia está en guerra”.
Los Montoneros y el ERP fueron contemporáneos a la banda terrorista palestina Septiembre Negro (los Montoneros socios); cuando ésta asesinó a once atletas judíos en la masacre de Munich gatilló los mecanismos de defensa de Israel. Las fuerzas represoras israelíes los persiguieron por todo el mundo y los asesinaron allí donde los encontraron. En Noruega, mataron por error a un inocente. La pregunta para Gutman, es: ¿Quiénes son los criminales? ¿Los terroristas palestinos o los militares judíos? No vi que Israel honre con monumentos a los asesinos de israelíes, ni tampoco los indemnice con sumas millonarias.
Estoy convencido de que si el capitán Héctor Cáceres estuviera vivo estaría pudriéndose en una cárcel con los miles de los que pelearon contra la subversión. Por orden de Isabel o de Videla ¡qué importa! ¿Acaso un cabo, un agente, un subteniente o un mayor podía darse el lujo de desobedecer?
La persecución que la prensa y la política lleva adelante contra los acusados de lesa humanidad es, de lejos, lo más infame que sucede en la Argentina. Después de asesinar a un inocente, no debe haber crimen más grave que privar de la libertad o a quién no ha hecho nada para merecerlo. Con democracia y todo esta es la Argentina más decadente y cobarde de la que tenga memoria.
En la década del 50 en todas las ciudades había círculos de intelectuales que consideraban la organización de la sociedad y planeaban corregir sus errores y subsanar sus fallas. En Tucumán también, aunque todavía yo no había nacido.Así me lo recuerdan mis amigos apreciados. La biblioteca, los diarios y los libros. Debo decir que no muerden. Mis camaradas inseparables que analizaron ese ambiente en el que campeaba el marxismo, la ideología de moda que pretendía ser una política “científica” que con generosidad buscaba soluciones a los más necesitados. Y en el grupo me decían, siempre existían los que se decían dispuestos a llegar a la violencia, es decir, a la entrega de sus vidas en aras de esos ideales. Les llamó la atención un jovencito, estudiante de la facultad.Le decían Juan Puebloy parecía por las versiones de mis amistades que ése era el único que iba a morir en las trincheras. Y fueron adivinos. El muchachito se llamaba como dije Juan y le decían pueblo. La Iglesia ha condenado el irenismo. “Irene” en griego significa paz. Por lo que se llama irenismo al movimiento que aspira a la paz a todo trance.La paz es buena, sí, pero la paz que surge de la justicia. La paz que imponen los dominadores al margen de lo justo, es sólo un camino para usufructuar su poder. La justicia tiene un valor superior, está primero que la paz. Nuestro Señor empleó la violencia contra los mercaderes que hacían del templo un mercado. Con eso nos enseñó que la violencia, bien aplicada, es buena; hasta puede ser santa. ¿En qué circunstancias se justifica?¡Ah!, eso precisa de un prudente criterio, como los de San Martín y de Belgrano y la de mis amigos. Sabemos el mal que causó el terrorismo y el proceso que asoló al país, y adherimos al dolor sufrido por sus víctimas. Pero al mismo tiempo respetamos a quienes con altruismo, convencidos de que construirían una patria mejor, lucharon con fervor.El primero, Juan, por su coraje, por su notoriedad, por su inteligencia, por su estrategia, por la devoción de sus adeptos. Vete que se viene la matanza, le dijeron. Pero él sintió que luchaba por la justicia, valor superior a la paz, y se las aguantó hasta el final. Pudo huir (hoy, derrotadas las fuerzas armadas, en vez de acomodarse como otros terroristas él seguiría su lucha). Tuvo una muerte con tiros y sin velorio.La hora le llegó. La fotografía de su cadáver, con una hermosa serenidad en el rostro, indica que murió con la conciencia en paz.El agujero que una bala le hizo en la frente, sobre el arco superciliar, muestra el acierto de mis amigos en su vaticinio.Que Dios lo tenga en su gloria. A sus víctimas también. Me gustaría que este escrito sea compartido en honor a las víctimas que con sus ideales- de ambos lados – cayeron con honor y seguramente están en paz contemplando beatíficamente al Señor.
FABIAN Y CLAUDIO KUSSMAN
Me congratulo con sus empeños y esfuerzos, muchas veces heroicos en la noble tarea de velar por las personas que se encuentran prisioneros sin las garantías mínimas de un estado de derecho.
Reflexión:
Entiendo y lo sostengo que el Estado que descuida a los indefensos y desprotegidos comete un grave delito que clama al cielo. Es por eso es que admiro su labor y me congratulo por su intermedio con todos los que empeñan sus esfuerzos, muchas veces heroicos en la noble tarea de velar por las personas que se encuentran prisioneros sin las garantías mínimas de un estado de derecho. El destino me ha concedido el privilegio de participar de dos categorías. La de una persona con problema (Amputado de una pierna) que hace lo posible por igualarse a sus prójimos y así brindarse a los demás, y la de un hombre público al que le ha tocado el honor y la posibilidad de poder defender dentro de sus posibilidades a quienes me necesiten. Viene al caso recordar por su enorme dedicación al servicio del prójimo, una enseñanza de Platón, una de las lumbreras de nuestra civilización: “la buena educación da al cuerpo y al alma toda la belleza y la perfección de que son capaces”. Pues son ustedes, los Kussman y así debe ser reconocido, los que dedican su tiempo, sus esfuerzos y su saber a qué seres que son imagen y semejanza de Dios – hombres y mujeres –, sean plausibles de los derechos humanos. A que Sujetos y Personas en la mayoría de los casos sin prueba alguna y menos certeza puedan tener un juicio digno y no una ficción. Entonces Trabajemos junto a los hermanos y a quienes conforman “Prisioneros en Argentina”, para que no haya nadie en nuestro País que sea tratado sin las garantías del derecho de defensa, del debido procedimiento e igualdad de tratamiento. No es compasión sino justicia lo que necesitan los presos políticos. Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Reconozcamos en ellos un derecho elemental, de los más elementales de los derechos humanos. Reconozcamos en ellos el remedio del Indulto. Feliz Navidad mis queridos amigos. Muchas gracias por su loable labor.
Jorge B. Lobo Aragón
Jorgeloboaragon@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 16, 2016
La Chancha Ale y el Clan
TUCUMAN . ARGENTINA
Los mismos síntomas de hoy y de siempre
Sus hábitos y desparpajos
OPINIÓN:
Hoy con fecha 14/12/2016, a tres días del Juicio oral Federal a los integrantes del Clan. El Diario la Gaceta de mi provincia, bajo el título “Ordenan estar presente en el Juicio a Rubén La “Chancha” Ale”, da cuenta que el Tribunal Oral Federal de Tucumán, falló que, pese a los problemas de salud que padece, lo mismo deberá estar presente en la audiencia oral del viernes. En correspondencia a lo resuelto, el 24 de diciembre del año pasado en una de mis publicaciones sobre la “mafia reinante” manifesté que: “…En los principales matutinos y diarios del país, los tucumanos nos despertamos nuevamente con una noticia que nos alertó. “…La chancha” Rubén Ale manifiesta estar deprimido y enfermo en el penal de Ezeiza”. La cámara de Casación penal ordenó que se revise su actual situación de salud. La defensa de Ale alegaba que le era imposible seguir solventando el costo de internación en el sanatorio. A su vez el Juez Federal, Fernando Poviña – Aquo competente -, recibió la información de que Ale continuaba manejando sus empresas desde la habitación en la que estaba detenido. La Cámara de Apelaciones Federal resolvió conforme los informes médicos su prisión domiciliaria. Me preguntaba nuevamente. Siempre los mismos médicos e idéntico Sanatorio. Dichos problemas de salud debieron ser muy graves para resolver y modificar la cárcel a prisión domiciliaria. Es que jocosa y burlescamente, a los pocos días de conseguir la libertad condicional en una causa Jorrat y otros (Provincial), la chancha, con una fianza estimable, decide muy suelto de cuerpo postularse para ser presidente del club de futbol más importante de la provincia y con relevancia nacional (Club San Martín). ¿Me seguía preguntando? Cómo puede un hombre – salvo milagro –, recomponerse en días de una dolencia que supuestamente lo tenía postrado en su lecho y postularse para cumplir una de las misiones más difíciles para lo que entienden de futbol y su gerenciamiento? Llamó la atención la noticia. Pero la impunidad seguía. Era irrisorio y grotesco, después de una causa que se publicito y difundió en todo el país, el personaje se encontraba en un sanatorio céntrico manejando su Asociación como un titiritero y equilibrista. ¿Seguirá la impunidad para esta Mafia. Hace más de 20 años, en la causa del oficial de policía asesinado “Salinas”, en donde como Juez de instrucción en lo penal, le dicte a todos los integrantes del Clan la Prisión Preventiva de Oficio, por Asociación Ilícita y Tenencia de Armas de Guerras, la chancha se presentó con los similares artilugios o artificios procesales. Después de ordenar su captura, ya que se encontraba fugado, meses después se entregó con su abogado alegando los mismos síntomas de hoy y de siempre. Internándose de igual manera en un conocido sanatorio tucumano. Los médicos de cabecera – invariables – lo examinaron. Mucha coincidencia para ser verdad. Meses después, sacaron a relucir análogos problemas económicos pidiendo ser trasladado a un hospital público. De igual manera con su hermano “El Mono” y Su Padre. Veinte años después, volvemos a revivir las mismas patrañas de una mafia enquistada. La situación de peligro procesal quedaba en saco roto. Lo mismo que sus antecedentes. En su momento rezongábamos… Y bueno que siga manejando su organización mafiosa desde su casa. Hoy con un excelente criterio el Tribunal Federal ordenó que el personaje debe afrontar personalmente, en la Sala Oral el Juicio en su contra.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN
jorgeloboaragon@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 14, 2016
El camino y mis muletas
Desde hace tiempo, después de un viaje a Europa y en especial a España – con mis muletas a cuestas-, las que me dan más libertad de movimiento que la pierna ortopédica, elegí íntimamente viajar a Santiago de Compostela. Durante el periplo al viejo continente me acompañaron mi mujer y mis amigos de aventuras. Tuvimos el privilegio y honor de conocer a Jesús Bujalance a través de las anécdotas de una íntima amiga sobre la vida de este gran ser humano. Este señor con mayúscula, enamorado de la vida y de Tata Dios nos concedió una hospitalidad inigualable. Una Acogida propia de un ser especial el que nos hizo conocer lugares insospechados por su belleza e inolvidables por su historia. Las tertulias con nuestro anfitrión siempre quedaran grabadas en nuestros corazones. Su afabilidad y cortesía tiene una relación intrínseca con su nombre y con el tema providencial que salió de manera impensada. El camino a Santiago de Compostela. Nos relataba nuestro afable y gallardo Jesús que realizó el peregrinaje desde su Andalucía hacia las tierras de Galicia en varias oportunidades. Sus sucesos y narraciones daban paso a que su ser se transformara en una algarabía de anécdotas sobre la solidaridad, la hospitalidad y el misterio del camino. Él contaba con especial sentimiento los recuerdos de su entonces compañero de travesía. Un muchachito hijo de familia tucumana, gran amigo nuestro y de mi hijo Sebastián. Nos relataba como el camino puede convertirse para el peregrino en un cambio con distintas facetas. Algunos pueden entregarse para conseguir metas insospechadas pero su secreto también podía alejarlo. Siempre esta Tata Dios con sus manos abiertas delineando nuestros destinos. Con el tiempo a Jesús lo co- adoptamos y su nombre no deja de tener la trascendencia de los elegidos. Nos visitó en varias oportunidades conociendo los rincones de nuestro Jardín de la República y la de provincias vecinas. Siempre encantador, con una sonrisa permanente y una simpatía que transporta. Tenía a su cargo el mandato de hacerse cargo de una iglesia milenaria en su pueblo y en cada ocasión que podía nos traía regalos y recuerdos que después en el anonimato repartía a los vecinos de una estancia de sus protectores y mejores amigos en Jujuy. En su último viaje en Semana Santa lo despedimos sabiendo que estaba destinado por la mano de Dios a guiar con su simpleza y sabiduría a quienes menos tienen. Como no quedar prisionero del destino. El camino con este hombre sabio era una realidad. Nos contaba que su primera caminata la practicó cuando tenía 60 años de edad y que sus vivencias con la naturaleza, el ambiente y los peregrinos lo acercaron definitivamente a Dios. La Fe, la voluntad y solidaridad nos enfatizabas se encuentra vivo en todo el camino, unido a la esperanza de alcanzar la meta. Me atrevo a publicar mis primeras líneas antes de llegar a mi primer destino Madrid y después León, porque siento la necesidad de hacer conocer que con energía espiritual todo se puede. Hace unos días escribí a través de las redes sociales sobre mi convicción de realizar la travesía con mis compañeras de casi toda una vida – las muletas – y con privilegio de que me encuentro – pese a mis primeros 60 años – en óptimas condiciones físicas para caminar más de 300 km desde León. Jesús conociendo mis sentimientos en un emotivo y afectivo mensaje luego de dejarme su gallardete – la camisa o remera con los lugares por donde atravesó el camino en tantas oportunidades me hablo de la ilusión. La fuerza, la esperanza y la Fe. De que a pesar de no tener una pierna siempre, con voluntad, perseverancia y fe llegare al Obradoiro (la plaza de la Catedral de Santiago) y juntos Dios mediante besaremos el suelo dando gracias al señor por tantas bendiciones y con la promesa cumplida. La camisa cuya copropiedad hoy detento es sinónimo de una historia de sacrificios y fuerza espiritual, la que sin lugar a duda quedara enmarcada en nuestro recuerdo. Como dice Jesús. “…La remera estará estampada además de los lugares señalados con el símbolo de la peregrina andaluza, el bordón castellano y el corazón del peregrino argentino…”. Es esta. Mi primera narración sobre el Camino que no es sino LA MANO DE DIOS, viene a fortalecer y revalidar lo que vengo sosteniendo desde hace décadas. No existe la discapacidad. Capacidad es la potencia, son las fuerzas, con que Dios nos dotó para vivir plenamente nuestra vida. El hombre nace y es siempre entero, completo, capaz, porque es hecho a imagen y semejanza de Dios. Si estamos vivos es para vivir del todo, con todo. Se puede decir y no le ténganos miedo a las palabras que somos rengos, ciegos, mudos, paralíticos, que tenemos uno o varios problemas físicos y psíquicos, pero que no somos capaces eso sí que no. Podemos tener enormes dificultades, pero todos sabemos que algo maravilloso, misterioso e innegable, yo diría que la MANO DE DIOS, nos ayuda a pelear, a vencer, a no flaquear. No te sientas vencido aún vencido, dice el poeta y tiene razón. El orgullo o la dignidad de ser personas, hace que antes que aceptar una expresión de lástima, seamos capaces de mordernos y no pedir ayuda. La mano del piadoso nos quita siempre honor dice Machado y lo comprendo. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente en el que el factor común es el esfuerzo y la fe. La voluntad esa facultad humana por excelencia debe ser nuestra aliada, nuestro sostén permanente. Con voluntad suplimos todas nuestras dificultades y siempre está allí Tata Dios que nos manda un cable. La voluntad, voluntad para resistir para emprender, para no cejar. Voluntad y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo, contra todo, podemos. Arriba los corazones, siempre más allá, si Dios nos tocó es por algo, quiere mucho más de nosotros, no nos quedemos jamás en la mediocridad. Un chico, una mujer, un hombre con problemas son ante todo y sobre todos “hombres, seres humanos con problemas”. No debemos perder de vista esa dignidad, esa corona, ese soplo de ser hecho a imagen y semejanza de Dios. Hasta Santiago de Compostela…
Muchas gracias.
DR. JORGE B. LOBO ARAGÓN.
jorgeloboaragon@gmail.com
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 27, 2016
Mi vuelo con el Tigre de los Llanos
Por Jorge Lobo Aragón.
Mi amigo eterno “Facundo Quiroga”
Reflexión:
Un poco preocupado por el constante fenómeno de bilocación que me viene sucediendo casi todos los días. Seguramente para desgracia de los pocos que leen mis publicaciones. Con excepción de mi familia que a esta altura me niegan como un loco de manicomio. No ceso en mi intento de dar rienda suelta a la imaginación. Pero cuando se trata de encontrarme en diferentes lugares a la misma vez empiezo a preocuparme. Ya he visto de cerca las estrellas y a la luna mi gran amiga. He viajado al polo con mi amigo julio Verne. He gozado de tertulias con Machado y Gorki. También me he deleitado del tango con el zorzal criollo y mi eterno amigo Le Pera. Estuve conversando del Tango argentino con Jorge Luis Borges y su compañera María Kodama. En suma he viajado como pocos en este mundo a pesar de mis muletas y mi bastón. No obstante como católico me siento tranquilo porque la iglesia reconoce a mis facultades. Parece ser una manifestación de la espiritualidad del ser humano con clara orientación mística. Y yo solamente buscaba acercarme al purgatorio. Y bueno mis amigos Budistas dicen que lo mío tal vez sea un fenómeno esotérico al que lo llaman vehículo de diamantes. Pero mi caso es especial porque siento que mi cuerpo se transforma en un pájaro sin ser lo mío ninguna alucinación. No miento. Basta con remontarse a mis escritos y se darán cuenta que no estoy tan loquito. Justamente después de escribir mí vuelo al polo y mi sueño de pájaro. Descansando en Tafí del valle y después de subir con mi viejo caballo al pelao. Un cerro detrás de mi casa que ocupa aproximadamente el 30 % de la superficie central del valle. Enorme espacio propio del paraíso con rocas graníticas de unos 400 millones de años de antigüedad, en donde en cada paso, nos revela sus maravillas de piedras y viento. Lugar sagrado que nos identifica con la mano de Dios. En la cima se avistar ver los cóndores en su aleteo majestuoso y una vista esplendorosa del valle que nos circunda. Un hálito de aire puro me anima a abrir los brazos para
recibir al viento y al sol. Es que esta loma de piedras que se mescla en su extensión con un manto de pasto verde. Es una enorme alfombra verde de los más diversos matices que ayuda a meditar y pensar. De inmediato siento en mi cuerpo el cosquilleo de todos los días .Desde mi sitio con el claro sol que ilumina las cumbres me contacto nuevamente en los misterios insondables que me persiguen. Observo a un hombre más bien bajo, aunque de fuertes músculos. Su cabello ensortijado está tapado por el sombrero de alas anchas, a la moda de los provincianos arribeños; a sus recios bigotes que se unen a bien pobladas patillas, ocasiones se los afeita. Lo más notable en su fisonomía son los negros ojos, llenos de luz, de fuerza, de energía bajo las negras cejas encrespadas que hacen más vigoroso su semblante. Viste rico poncho de vicuña, como corresponde a campesinos de calidad. Parece un provinciano. Pero logro ver que llega en galera. Es a Buenos Aires. La ciudad no está a obscuras. Una luna en su cuarto creciente les da a las calles el resplandor preciso para que llegue hasta el centro la galera. El polvo que los tapa delata que vienen de lejos. Y apurado. El que así -nocturno, callado, fugitivo- está llegando mi amigo, se llama Juan Facundo Quiroga. Nombre con renombre en todas partes. ¿Fugitivo? Sí, llega derrotado. Como general ha dirigido los ejércitos federales para salvar a las provincias de la invasión que les hace Paz con las tropas del ejército de línea, pero a pesar de su coraje ha sido vencido en La Tablada, y por confiarse en la caballerosidad lo han sorprendido en Oncativo. Al fuerte gobernador, capaz de poner y de sacar gobernadores en un montón de provincias, sólo le queda un grupito de acompañantes a falta de ejércitos aguerridos y entusiastas. Todavía no es viejo. Tiene cuarenta y tres años. Pero la vida de intemperies que ha llevado le produce un reumatismo que le quitará el placer de seguir montando sus excelentes caballos. Al otro día el gobernador de Buenos Aires le rendirá honores de general victorioso al hombre que ha venido buscando amparo ante su descalabro. Pero bien hace don Juan Manuel, porque ese Tigre de los Llanos que lame sus heridas es un derrotado pero no está vencido, no está acabado, no está entregado. “Mal herido”, sí, pero todavía capaz de “arremeter feroz”, vivo ejemplo del consejo que años después dará Almafuerte.Los comisarios de Buenos Aires le facilitarán vagos y delincuentes. Y al frente de 400 hombres, a los que él deberá impartirles disciplina y contagiarles entusiasmo, otra vez atravesará el país dando batalla donde la patria lo necesite. El general Quiroga tiene tal fibra que no parece hombre de carne y hueso; parece la encarnación de un fantasma destinado a dar aliento a los siglos venideros. Es el hombre al que mi madre llamaba cuando tenía nueve años, luego de perder mi pierna para decirme entre murmullos. Hijito. Se puede. Siempre se puede.
Mauricio Ortín le contesta a Daniel Gutman
Mauricio Ortín y otra posición al respecto de la nota del diario La Nación, firmada por Daniel Gutman.
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Separar la paja del trigo
Un reducido pelotón del Ejército Argentino marchaba en la tarde del 14 de febrero de 1975 por un paraje del monte tucumano cuando se encontró con un grupo de guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y entró en combate. Uno de los militares, el teniente Rodolfo Richter, cayó herido. Enseguida, el capitán Héctor Cáceres se tiró encima de él, lo cubrió con su propio cuerpo y le susurró: “Quedate tranquilo que ya te saco”. Pero no pudo hacerlo, porque otro tiro le acertó a él en el corazón y lo mató en el acto. Esto me lo contó hace varios años el hoy teniente coronel Richter, quien por las heridas de ese día -en el que también fueron muertos dos guerrilleros- quedó condenado de por vida a una silla de ruedas.
Entonces, apenas se iniciaba el Operativo Independencia, cuya naturaleza quedaría clara rápidamente. Gracias a un decreto de la presidenta Isabel Perón, que ordenaba “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en Tucumán”, el Ejército Argentino militarizó la provincia y se lanzó a la persecución de militantes políticos no armados, sindicalistas o estudiantes que no tenían vínculos con los campamentos guerrilleros instalados en las laderas del Aconquija. El primer jefe del Operativo, el general Acdel Vilas, estaba convencido de que era absurdo combatir militarmente al ERP si no se lo atacaba antes en “sus verdaderas causas”. Así, llegó a Tucumán decidido a arrasar con los derechos humanos y a dar la pelea no en el monte, sino en facultades, gremios, partidos políticos, colegios e iglesias.
Para hacer el trabajo instaló en la provincia los primeros centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que conoció la Argentina. Durante esos primeros meses, se desentendió del grupo guerrillero rural que, con poco más que un desmesurado voluntarismo, soñaba con hacer la revolución. De hecho, el combate en el que murieron Cáceres y los guerrilleros Héctor Toledo y Víctor Lasser se debió a un encuentro puramente accidental entre los dos bandos. El objetivo de las fuerzas estatales era librar “una guerra sucia, de desgaste, una guerra tenebrosa y solapada, sin límites de tiempo, que se gana con decisión y cálculo”, según Vilas escribiría años más tarde. Ya se sabe cómo terminó ese experimento realizado durante el gobierno peronista: luego del golpe militar, el modelo criminal probado en Tucumán se extendió a todo el país y sirvió para aniquilar a miles de personas que no tenían nada que ver con la lucha armada.
Sin embargo, el capitán Cáceres no tuvo ninguna participación en el terrorismo de Estado. Nadie le ha adjudicado torturas o asesinatos. Simplemente, cumplió una orden legítima de salir al combate, arriesgó su cuerpo por un compañero y lo pagó con su vida, a los 29 años. La propaganda oficial de entonces lo exaltó como el primer muerto en combate del Ejército Argentino desde la Guerra del Paraguay. Esta exagerada calificación respondía a los intereses del gobierno peronista y de las Fuerzas Armadas, que querían magnificar la amenaza guerrillera y con la muerte de Cáceres conseguían un símbolo de carne y hueso. A él, hace pocos días, sus compañeros de promoción en el Colegio Militar, al cumplirse 50 años de su egreso, intentaron homenajearlo con una placa recordatoria, que algunos tomaron como una provocación.
¿Por qué hay quienes suponen que no se puede homenajear a un militar que murió durante un combate entablado por orden del gobierno constitucional? ¿Entienden que una reivindicación de Cáceres implica convalidar los crímenes de la dictadura? ¿Tan difícil es separar la paja del trigo? ¿O es que sus familiares no merecen respeto y consuelo, como cualquiera que haya pasado por un trauma similar? ¿Acaso hay algo que iguale a Cáceres con Videla, Massera u otros militares condenados por crímenes de lesa humanidad?
Rodolfo Richter, aquel oficial al que Cáceres le salvó la vida, se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina, con una investigación acerca de las condiciones en las que el ERP lanzó la lucha revolucionaria. Defendió su tesis el año pasado, ante un público de militares y también de ex guerrilleros, con los que no tiene rencores sino respeto mutuo. Como Cáceres, Richter peleó con armas legítimas contra el ERP, por orden de un gobierno democrático, y nunca fue acusado de haber participado en la represión ilegal. Cuando lo entrevisté, resumió en una frase la soledad de sentirse víctima de la manipulación de la historia. “Un día de éstos -me dijo- alguien me va a decir: «Vos no estás en silla de ruedas porque te hirieron en un combate contra la guerrilla. Eso lo soñaste. Vos estás en silla de ruedas porque te caíste en la bañadera»”.
Miembro del Tribunal de Solución de Controversias de la Organización Mundial de Comercio
[/one_half] [one_half_last padding=”0 0 0 20px”]Gutman confunde la paja con el trigo
En relación al artículo de Daniel Gutman (http://www.lanacion.com.ar/1956590-separar-la-paja-del-trigo) digo, lo siguiente: Es falso que Cáceres fue exaltado como “el primer muerto en combate del Ejército Argentino desde la Guerra del Paraguay” y que el gobierno peronista y las FF.AA “querían magnificar la amenaza guerrillera”. El ERP y Montoneros habían declarado la guerra al gobierno constitucional. Por esa época Firmenich y compañía movilizaba a decena de miles de personas. El ERP asaltaba cuarteles, fabricaba armas, secuestraba, extorsionaba y estaba organizado en casi todo el país. Con el diario del lunes la cosa parece muy fácil. Antes de Cáceres asesinaron a muchos militares, policías, guardiacárceles, sindicalistas, políticos, empresarios y hasta niños. Los guerrilleros fueron cualquier cosa menos víctimas. Es falso que “luego del golpe militar, el modelo criminal probado en Tucumán se extendió a todo el país y sirvió para aniquilar a miles de personas que no tenían nada que ver con la lucha armada.” Baschetti, ex montonero y principal historiador de la banda, hizo un registro riguroso de los caídos de propia tropa que anda en los cuatro mil. Los otros dos mil son del ERP. Inocentes no llegan a cincuenta. Número bajísimo para una guerra con 8000 muertos. Fue el peronismo el principal responsable de ensangrentar el país. En su seno comenzaron los crímenes de Montoneros y la Triple A; ambos, en su momento, alentados por Perón. El ERP trabajaba por cuenta propia. Que Gutman les endose la culpa a los militares es una guachada más de los políticamente correctos. Es muy civilizado pedirle a los policías y militares que pongan la otra mejilla a los que los asesinaban con bombas y por la espalda. “Animémonos y vayan”. Asisto a los juicios de lesa humanidad. Es lo peor que sucede en la Argentina. A la vista de todos se mete preso sin pruebas, con testimonios como los de Vertbisky, Perdía y otros a viejos de 90 años. Actualmente, en Tucumán, los asesinos degenerados del Capitán Viola, Núñez, Carrizo, Emperador, etc, se presentan como querellantes y testigos-víctimas contra los policías que los metieron en cana por tan alevoso crimen. El impresentable de Mattini (Arnol Kremer), jefe del ERP, declaró en el juicio de La Perla, en Córdoba, que la guerrilla en Tucumán no fue tal; más bien se trató de una salida de pícnic, una excursión al monte. Ahora bien, en todos los libros que escribió y en los reportajes se presenta como un soldado que no tiene nada que envidiar al Che. En todas las revistas del ERP (Estrella Roja y El Combatiente) por lo menos una vez por página se sostiene que están en guerra civil y que tomarán el poder. Todos los asesinatos son ahí reivindicados. Dice Gutman que el ERP: “con poco más que un desmesurado voluntarismo, soñaba con hacer la revolución.” Lo que no dice es que, además de soñar, se dedicaban full time a asesinar.
En Francia los progre argentinos son “Je suis Charlie Hebdo”, aquí, en cambio, son “je suis Santucho”. El gobierno de Hollande destino 80000 policías para atrapar a dos subversivos. Los mató porque ellos no toman prisioneros a los terroristas y porque Hollande dijo “Francia está en guerra”.
Los Montoneros y el ERP fueron contemporáneos a la banda terrorista palestina Septiembre Negro (los Montoneros socios); cuando ésta asesinó a once atletas judíos en la masacre de Munich gatilló los mecanismos de defensa de Israel. Las fuerzas represoras israelíes los persiguieron por todo el mundo y los asesinaron allí donde los encontraron. En Noruega, mataron por error a un inocente. La pregunta para Gutman, es: ¿Quiénes son los criminales? ¿Los terroristas palestinos o los militares judíos? No vi que Israel honre con monumentos a los asesinos de israelíes, ni tampoco los indemnice con sumas millonarias.
Estoy convencido de que si el capitán Héctor Cáceres estuviera vivo estaría pudriéndose en una cárcel con los miles de los que pelearon contra la subversión. Por orden de Isabel o de Videla ¡qué importa! ¿Acaso un cabo, un agente, un subteniente o un mayor podía darse el lujo de desobedecer?
La persecución que la prensa y la política lleva adelante contra los acusados de lesa humanidad es, de lejos, lo más infame que sucede en la Argentina. Después de asesinar a un inocente, no debe haber crimen más grave que privar de la libertad o a quién no ha hecho nada para merecerlo. Con democracia y todo esta es la Argentina más decadente y cobarde de la que tenga memoria.
Miembro del Centro Estudios Salta
[/one_half_last]Juan Pueblo… El Honor y la Paz
Los recuerdos de mis amigos…
Reflexión:
En la década del 50 en todas las ciudades había círculos de intelectuales que consideraban la organización de la sociedad y planeaban corregir sus errores y subsanar sus fallas. En Tucumán también, aunque todavía yo no había nacido. Así me lo recuerdan mis amigos apreciados. La biblioteca, los diarios y los libros. Debo decir que no muerden. Mis camaradas inseparables que analizaron ese ambiente en el que campeaba el marxismo, la ideología de moda que pretendía ser una política “científica” que con generosidad buscaba soluciones a los más necesitados. Y en el grupo me decían, siempre existían los que se decían dispuestos a llegar a la violencia, es decir, a la entrega de sus vidas en aras de esos ideales. Les llamó la atención un jovencito, estudiante de la facultad. Le decían Juan Pueblo y parecía por las versiones de mis
amistades que ése era el único que iba a morir en las trincheras. Y fueron adivinos. El muchachito se llamaba como dije Juan y le decían pueblo. La Iglesia ha condenado el irenismo. “Irene” en griego significa paz. Por lo que se llama irenismo al movimiento que aspira a la paz a todo trance. La paz es buena, sí, pero la paz que surge de la justicia. La paz que imponen los dominadores al margen de lo justo, es sólo un camino para usufructuar su poder. La justicia tiene un valor superior, está primero que la paz. Nuestro Señor empleó la violencia contra los mercaderes que hacían del templo un mercado. Con eso nos enseñó que la violencia, bien aplicada, es buena; hasta puede ser santa. ¿En qué circunstancias se justifica? ¡Ah!, eso precisa de un prudente criterio, como los de San Martín y de Belgrano y la de mis amigos. Sabemos el mal que causó el terrorismo y el proceso que asoló al país, y adherimos al dolor sufrido por sus víctimas. Pero al mismo tiempo respetamos a quienes con altruismo, convencidos de que construirían una patria mejor, lucharon con fervor. El primero, Juan, por su coraje, por su notoriedad, por su inteligencia, por su estrategia, por la devoción de sus adeptos. Vete que se viene la matanza, le dijeron. Pero él sintió que luchaba por la justicia, valor superior a la paz, y se las aguantó hasta el final. Pudo huir (hoy, derrotadas las fuerzas armadas, en vez de acomodarse como otros terroristas él seguiría su lucha). Tuvo una muerte con tiros y sin velorio. La hora le llegó. La fotografía de su cadáver, con una hermosa serenidad en el rostro, indica que murió con la conciencia en paz. El agujero que una bala le hizo en la frente, sobre el arco superciliar, muestra el acierto de mis amigos en su vaticinio. Que Dios lo tenga en su gloria. A sus víctimas también. Me gustaría que este escrito sea compartido en honor a las víctimas que con sus ideales- de ambos lados – cayeron con honor y seguramente están en paz contemplando beatíficamente al Señor.