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Las pistolas de radar, las brújulas magnéticas y los detectores de infrarrojos son invenciones hechas por el hombre que permiten a los humanos ir más allá de los cinco sentidos naturales de la vista, el gusto, el olfato, el tacto y el oído. Pero estos dispositivos están lejos de ser originales. La evolución dotó a algunos animales de estos sentidos “extra” millones de años antes de que los humanos evolucionaran.

Ecolocalización
Las ballenas dentadas (una familia de mamíferos marinos que incluye a los delfines), los murciélagos y algunas musarañas que viven en el suelo y en los árboles usan la ecolocalización para navegar por sus alrededores. Estos animales emiten pulsos de sonido de alta frecuencia, ya sea muy agudos para los oídos humanos o completamente inaudibles, y luego detectan los ecos producidos por esos sonidos. Las adaptaciones especiales del oído y el cerebro permiten a estos animales crear imágenes tridimensionales de su entorno. Los murciélagos, por ejemplo, tienen orejeras agrandadas que recogen y dirigen el sonido hacia sus tímpanos delgados y súper sensibles.

Visión infrarroja y ultravioleta
Las serpientes de cascabel y otras víboras de pozo usan sus ojos para ver durante el día, como la mayoría de los otros animales vertebrados. Pero por la noche, estos reptiles emplean órganos sensoriales infrarrojos para detectar y cazar presas de sangre caliente que de otro modo serían completamente invisibles. Estos “ojos” infrarrojos son estructuras en forma de copa que forman imágenes crudas cuando la radiación infrarroja golpea una retina sensible al calor. Algunos animales, como las águilas, los erizos y los camarones, también pueden ver los tramos más bajos del espectro ultravioleta. Los seres humanos no pueden ver ni la luz infrarroja ni la ultravioleta a simple vista.

Sentido eléctrico
Los campos eléctricos omnipresentes producidos por algunos animales funcionan como sentidos. Las anguilas eléctricas y algunas especies de rayas tienen células musculares modificadas que producen cargas eléctricas lo suficientemente fuertes como para sacudir y, a veces, matar a sus presas. Otros peces (incluidos muchos tiburones) usan campos eléctricos más débiles para ayudarlos a navegar en aguas turbias, a buscar presas o monitorear su entorno. Por ejemplo, los peces óseos (y algunas ranas) poseen “líneas laterales” a cada lado de su cuerpo, una fila de poros sensoriales en la piel que detectan corrientes eléctricas en el agua.

Sentido magnético
El flujo de material fundido en el núcleo de la tierra y el flujo de iones en la atmósfera terrestre generan un campo magnético que rodea al planeta. Así como las brújulas apuntan a los humanos hacia el norte magnético, los animales que poseen un sentido magnético pueden orientarse en direcciones específicas y navegar largas distancias. Los estudios de comportamiento han revelado que animales tan diversos como abejas melíferas, tiburones, tortugas marinas, rayas, palomas mensajeras, aves migratorias, atunes y salmones tienen sentidos magnéticos. Desafortunadamente, aún no se conocen los detalles sobre cómo estos animales perciben realmente el campo magnético terrestre. Una pista puede ser pequeños depósitos de magnetita en el sistema nervioso de estos animales. Estos cristales con forma de imán se alinean con los campos magnéticos de la tierra y pueden actuar como agujas de brújula microscópicas.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Setiembre 9, 2020


 

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