FUNCIONARIOS DELINCUENTES EN LA ARGENTINA DEMOCRÁTICA DE HOY
Mucho hemos publicado en este sitio, sobre los traslados a los que fuimos sometidos los adultos mayores, como forma de castigo y tortura, en inmundas “perreras” durante la “década ganada”. A través del escrito del señor Carlos L. Bosch en el diario La Nación, veo que estos siguen como si tal cosa, pese a las floreadas frases del ESTAMOS CAMBIANDO. Debo decir ante todo, que estos brutales movimientos de prisioneros fueron institucionalizados por los terroristas y militantes que ocuparon el anterior gobierno, como forma de quebranto corporal y moral nuestro. Estando sobrepasado por el agotamiento y careciendo casi de lucidez, uno es presa fácil del “funcionario” ante quien comparece. Queda inerme y sin capacidad de reacción alguna. Pasadas las horas y ya de regreso a la prisión, es cuando se toma real noción de lo que pasó, pero ya es demasiado tarde.
UNIDAD PENAL 34 CAMPO DE MAYO – BAHÍA BLANCA
Lo ocurrido en el traslado de Campo de Mayo a Bahía Blanca (680 kilómetros), configura un delito que no se tiene que dejar pasar. Circular por la ruta como se hizo, es totalmente ilegal y si cualquiera de nosotros lo hiciera en su condición de ciudadano, le secuestrarían el vehículo. Como prisioneros, costamos varios miles de pesos diarios que se pagan con nuestros impuestos. En este caso el responsable número uno de tanto abuso, es el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, del cual depende el Servicio Penitenciario Federal. En varias ocasiones me dirigí a ellos mediante correspondencia, sin recibir nunca respuesta alguna. Destaco la del 26 de enero de 2016 (1), cuando escribiera por SEXTA vez al mentiroso y funcionalmente tuerto Secretario de Derecho Humanos Claudio Avruj. Sin resultado alguno, como siempre, fue arrojar a la basura tiempo y dinero. Mientras, presos como el narco Martín Lanatta (2), Milagro Sala (3), Lázaro Báez y tantos otros son movilizados en cómodos y rápidos vehículos con aire acondicionado.
HAY QUE GRITAR ¡BASTA! A QUIENES ABUSAN Y DELINQUEN
En lo personal dije basta en el mes de noviembre de 2015, cuando llevaba un año ilegalmente detenido en la U 31 de Ezeiza. Harto del “engarronamiento” del que fui víctima por parte de miembros de la “justicia”, de la mala cara que ponen en su atención a uno, de la cárcel y la iniquidad, de su indiferencia y silencio hipócrita que los transforman ni más ni menos que en delincuentes asesinos. Me negué a los traslados torturantes e ilegales, presenté un “Habeas Corpus”, ante el Juzgado Federal uno de Lomas de Zamora a cargo del juez Alberto Santa Marina, que luego terminó en denuncia, contra el Juez Alejo Ramos Padilla. Desde ya, Santa Marina y el defensor oficial (tendría que ser fiscal) de ese departamento doctor Ariel Squingo (4), lo encubrieron, si bien trataron de justificarse legalmente. El togado ofició a la prisión y al asesino juez militante subrogante en Bahía Blanca, Padilla, quien hizo caso omiso de su escrito.
NUNCA MÁS UNA PERRERA
Pero a partir de ese momento no subí nunca más a una “perrera” siendo trasladado solo y siempre en ambulancias contratadas o en una del Servicio Penitenciario, que también cumple la función de morguera. Así, hasta que en marzo de 2016 iniciara una huelga de hambre y medicación, que me trajo a casa con arresto domiciliario. Para ese viaje de 350 kilómetros de retorno al hogar, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, contrató una ambulancia con un médico particular. Desde allí con mi familia luchamos por mi libertad y pedido de disculpas ante tanta aberración jurídica. Lo que aún hoy ocurre con nosotros los adultos mayores, es realmente atroz e inhumano, teniendo en cuenta que este es un país en donde se dice que vivimos en democracia y que estamos en pleno siglo XXI. Por ello a los funcionarios del signo político que sean les digo: ¡Hipócritas y cobardes! ¿Por qué no llevan en los vehículos oficiales, a pasear a sus respectivas familias con una botella en la mano? Hagan que ellos las usen para orinar, si tienen esa imperiosa necesidad fisiológica que los urja.
Por Claudio Kussman
FUNCIONARIOS DELINCUENTES EN LA ARGENTINA DEMOCRÁTICA DE HOY
Mucho hemos publicado en este sitio, sobre los traslados a los que fuimos sometidos los adultos mayores, como forma de castigo y tortura, en inmundas “perreras” durante la “década ganada”. A través del escrito del señor Carlos L. Bosch en el diario La Nación, veo que estos siguen como si tal cosa, pese a las floreadas frases del ESTAMOS CAMBIANDO. Debo decir ante todo, que estos brutales movimientos de prisioneros fueron institucionalizados por los terroristas y militantes que ocuparon el anterior gobierno, como forma de quebranto corporal y moral nuestro. Estando sobrepasado por el agotamiento y careciendo casi de lucidez, uno es presa fácil del “funcionario” ante quien comparece. Queda inerme y sin capacidad de reacción alguna. Pasadas las horas y ya de regreso a la prisión, es cuando se toma real noción de lo que pasó, pero ya es demasiado tarde.
UNIDAD PENAL 34 CAMPO DE MAYO – BAHÍA BLANCA
Lo ocurrido en el traslado de Campo de Mayo a Bahía Blanca (680 kilómetros), configura un delito que no se tiene que dejar pasar. Circular por la ruta como se hizo, es totalmente ilegal y si cualquiera de nosotros lo hiciera en su condición de ciudadano, le secuestrarían el vehículo. Como prisioneros, costamos varios miles de pesos diarios que se pagan con nuestros impuestos. En este caso el responsable número uno de tanto abuso, es el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, del cual depende el Servicio Penitenciario Federal. En varias ocasiones me dirigí a ellos mediante correspondencia, sin recibir nunca respuesta alguna. Destaco la del 26 de enero de 2016 (1), cuando escribiera por SEXTA vez al mentiroso y funcionalmente tuerto Secretario de Derecho Humanos Claudio Avruj. Sin resultado alguno, como siempre, fue arrojar a la basura tiempo y dinero. Mientras, presos como el narco Martín Lanatta (2), Milagro Sala (3), Lázaro Báez y tantos otros son movilizados en cómodos y rápidos vehículos con aire acondicionado.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]HAY QUE GRITAR ¡BASTA! A QUIENES ABUSAN Y DELINQUEN
En lo personal dije basta en el mes de noviembre de 2015, cuando llevaba un año ilegalmente detenido en la U 31 de Ezeiza. Harto del “engarronamiento” del que fui víctima por parte de miembros de la “justicia”, de la mala cara que ponen en su atención a uno, de la cárcel y la iniquidad, de su indiferencia y silencio hipócrita que los transforman ni más ni menos que en delincuentes asesinos. Me negué a los traslados torturantes e ilegales, presenté un “Habeas Corpus”, ante el Juzgado Federal uno de Lomas de Zamora a cargo del juez Alberto Santa Marina, que luego terminó en denuncia, contra el Juez Alejo Ramos Padilla. Desde ya, Santa Marina y el defensor oficial (tendría que ser fiscal) de ese departamento doctor Ariel Squingo (4), lo encubrieron, si bien trataron de justificarse legalmente. El togado ofició a la prisión y al asesino juez militante subrogante en Bahía Blanca, Padilla, quien hizo caso omiso de su escrito.
NUNCA MÁS UNA PERRERA
Pero a partir de ese momento no subí nunca más a una “perrera” siendo trasladado solo y siempre en ambulancias contratadas o en una del Servicio Penitenciario, que también cumple la función de morguera. Así, hasta que en marzo de 2016 iniciara una huelga de hambre y medicación, que me trajo a casa con arresto domiciliario. Para ese viaje de 350 kilómetros de retorno al hogar, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, contrató una ambulancia con un médico particular. Desde allí con mi familia luchamos por mi libertad y pedido de disculpas ante tanta aberración jurídica. Lo que aún hoy ocurre con nosotros los adultos mayores, es realmente atroz e inhumano, teniendo en cuenta que este es un país en donde se dice que vivimos en democracia y que estamos en pleno siglo XXI. Por ello a los funcionarios del signo político que sean les digo: ¡Hipócritas y cobardes! ¿Por qué no llevan en los vehículos oficiales, a pasear a sus respectivas familias con una botella en la mano? Hagan que ellos las usen para orinar, si tienen esa imperiosa necesidad fisiológica que los urja.
Claudio Kussman
www.PrisioneroEnArgentina.com
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
@PrisioneroA
Octubre 12, 2017
Tags: Alberto Santamarina, Alejo Ramos Padilla, Ariel Squingo, Claudio Bernardo Avruj, Claudio Kussman, Germán Garavano, Lázaro Báez, Martín Lanatta, Milagro Sala
Related Posts
¿Cómo sigue la causa Vialidad?
○ La Cámara Federal de Casación Penal de Argentina fijó para [...]
LÁZARO BAEZ… SE LEVANTÓ Y ANDUVO
◘ Por Claudio Kussman. Mientras en la Casa [...]
PAROLE PAROLE
○ Por Dra. Josefina Margaroli. Por Dr. [...]