“ UMUNTU, NUGUMUNTU, NAGUMUNTU “

(Una persona es una persona a causa de los demás)
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  Prof. Mgtr. María Elena Cisneros Rueda.

Febrero de 1990, calor infernal en  Isla Robben, todos  los periodistas del mundo esperando el evento se retiraron a almorzar y descansar, solo los periodistas suizos quedaron transmitiendo. En Suiza, muchos de nosotros habíamos luchado desde diferentes ángulos para que esto sucediera: firmando  peticiones, aportando, escribiendo, hablando, compartiendo, asistiendo a eventos. Mi esposo, José López Rega me había dicho la última vez que nos vimos y que  estaba bien de salud,  en la prisión Unidad 22 de Buenos Aires: ”Nunca dejes de luchar y ayudar a las nobles causas erigidas malsanamente contra hombres inocentes. Siempre que apoyes causas nobles, yo estaré a tu lado aunque no esté físicamente, siempre te apoyaré”.

De pronto, a lo lejos, como un espejismo pudimos vislumbrar una figura alta y delgada saliendo de la prisión sudafricana y caminando cansinamente hacia la línea de frontera que nadie podía pasar, so pena de recibir un balazo. Cuando la figura estuvo al alcance de las cámaras, pudimos ver una amplia sonrisa y una mano que saludaba libre al fin. Era Rolihlahla “Nelson” Mandela.

Lejos de salir pleno de odio, resentimiento, deseos de venganza, malsanos principios contra aquellos que lo sojuzgaron durante 27 años con maltratos inimaginables, Mandela puso en práctica la filosofía “Ubuntu” y eso hizo de él no solo un revolucionario total y absoluto, sino que el pueblo y el mundo llegaron a admirarlo sin reservas. La frase de los pueblos Xhosa y Zulú que eran parte de su origen, rigieron toda su carrera política después de salir de isla Robben. Debido a que tuvo que luchar contra las tiranías blanca y negra, prefirió tomar el camino de la reconciliación, y marcar a su gente la manera en que sus ancestros observaban las actuaciones dentro de su sociedad.

“Umuntu, nugumuntu, nagumuntu” (una persona es una apersona a causa de los demás) pertenece al concepto filosófico “Ubuntu” que dio la base  para la comisión de la verdad y la reconciliación sudafricana, fomentada por Desmond Tutu precisamente contra los crímenes de lesa humanidad llevados a cabo en su país.

La filosofía “Ubuntu” dice que “si todos ganan, tú ganas. Una persona se hace humana a través de otras personas. Yo soy porque nosotros somos y dado que somos, entonces, yo soy. El bien común es el bien propio”. Debemos desarrollar en nosotros la capacidad de perdonar, debido a que si tu hieres al otro, te estas hiriendo a ti mismo.

Esto le permitió a Mandela el sacar adelante a su pueblo, restaurar heridas, subsanar hostilidades, mejorar relaciones y permitir un avance en todo sentido. Naturalmente que no estuvo solo en este camino, mucha gente influyente en la lucha y defensa de los derechos humanos utilizo estos principios como Albert Einstein, Simone Weil, Dalai Lama, Martin Luther King, Mahatma Ghandi, , por solo nombrar algunos muy conocidos.

Por otra parte, antropólogos de renombre internacional estudiaron y escribieron sobre la importancia de esta manera de pensar por haberlo experimentado en sus investigaciones de campo: Margaret Mead, Ruth Benedict, Reo Fortune y muchos más.

El propio Lao Tse decía:” cuando te des cuenta de que lo que haces hacia el otro, te lo haces a ti mismo, habrás entendido la gran verdad” y naturalmente el Supremo Maestro Jesús de Nazareth:” Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

¿Cuál es la razón de recordar los principios de la filosofía Ubuntu en estos momentos, y qué relación guarda con Argentina? Mucha porque en Argentina, Jueces, “defensores de derechos humanos”, acusadores, Fiscales, gente perteneciente a las diferentes Fuerzas y mucha población, solo viven para odiar, menospreciar, atacar, acusar aún sin pruebas, maldecir, desear el mal incluyendo la muerte física, hablando sin tener ninguna prueba fehaciente, escribiendo artículos periodísticos, explayándose en programas televisivos, escribiendo libros de “historia”, en realidad historietas ¿qué otra cosa? y sobre todo alegrándose en el mal del otro.

Qué lejos en evolución y deseo de restañar heridas, mejorar todo el tejido social, fomentar la unidad, respetar, tender la mano, favorecer, dar una luz de esperanza y así contribuir al bienestar general promovido desde el Preámbulo de la Constitución.

Hay tanta gente en prisión mayor, enferma, dolorida, maltratada, menospreciada, a quienes se les falta el respeto cuando se debería poner en práctica la filosofía “Ubuntu” o sea “quiero estar bien conmigo mismo por eso te permito que estés bien”. Qué pena que la Argentina que otrora fuera un faro para la gente del mundo por su cultura, su bonanza, su deseo de ayudar a otros, donde cientos de miles de inmigrantes llegaron para tener un vida de paz, se ha convertido en un pueblo inculto, conducido por odios viscerales social y políticamente hablando. Donde robar, rapiñar, atacar, secuestrar, matar, es la moneda corriente en su manera de vivir.

Se puede matar no solamente de manera física, se puede matar por indiferencia, maltrato, psicológicamente, emocionalmente, abandono, desinterés, creando falsedades, impidiendo darles una prisión domiciliaria que aliviaría en muchos sus males físicos y como la situación es tan mala en realidad no tendrían demasiado tiempo para sobrevivir pero al menos los harían en un lugar más acorde a su edad y situación.

Pero como la crueldad está al orden del día, entonces, la gente que los “cuida” en prisión podría al menos tener un poco de empatía con ellos,  y darles la posibilidad de sentirse mejor en todo momento. Ahora que hemos pasado, o tal vez no del todo, esta pandemia que asoló al mundo, imaginen a un enfermo de covid-19 ingresando a un hospital y que el personal de blanco dijera: ”para qué nos vamos a molestar en atenderlo, de todos modos se va a morir, que lo haga lo antes posible y así podemos dormir una siestita en paz”, ¿si usted fuera familiar directo de esa persona, qué pensaría? ¿Cómo usted se sentiría? ¿Qué desearía hacer? Hágase el planteo real frente a un espejo. Diga la verdad. ¿Qué haría?

Así es como se sienten los familiares de los prisioneros mayores, maltratados en infectas cárceles sin ningún tipo de confort, vejados, martirizados, maltratados, sin la atención correspondiente, hablándoles como si fueran ineptos (he visto videos vergonzosos de ese maltrato), tratándolos como si fueran casi humanos y  sus acusadores, difamadores, fiscales, “defensores “de derechos humanos.

¿cuáles derechos humanos? Cuando un asesino es Ministro de seguridad, los hijos de los asesinos de los años 70 tienen trabajos de privilegio con sueldos de privilegio, donde los mismos asesinos terroristas de los 70 se pavonean jactándose de sus atrocidades, los hijos de éstos, haciendo gala de que sus padres mataban “con honor”, los esbirros que los secundaban viviendo en mansiones que no pueden explicar, cobrando jubilaciones millonarias ante la miseria, el dolor y la falta total de todo,  que sufre el pueblo, como una burla directa a su mansedumbre.

Mandela luchó de frente contra reales delitos de lesa humanidad, primero lo hizo con odio y eso le valió 27 años de cárcel sufriendo tormentos de toda especie y luego luchó con la filosofía “Ubuntu” y eso le valió el Premio Nobel de la Paz y la Presidencia de su país.

No espero, ni mucho menos, que la mediocridad de la mentalidad argentina pueda dar un solo hombre con esa nobleza, pero así como Cámpora firmó el decreto 11/73 liberando a 372 presos acusados de delitos políticos y luego sancionaron la ley 20508 dando amnistía general, eso también puede hacerse en estos casos. Porque los delitos de la tan mentada “lesa humanidad” se fraguaron en 1998, más de veinte años después de los sucesos por los que los prisioneros mayores y enfermos son acusados. De hecho, como en esa época se defendía a la patria dentro del marco de un conflicto armado interno los hechos acaecidos y por los que son acusados esos ancianos, se encuentra dentro del Protocolo II de los convenios de Ginebra de 1948. Fue una guerra revolucionaria y el decreto fue firmado por la máxima autoridad del país.

Cada sentencia que firmen, cada anciano prisionero y enfermo que muera en atroces condiciones, cada falsedad que acepten, cada golpe dado contra un prisionero político, todo conduce a que ustedes reciban exactamente lo mismo. Nadie más que ustedes mismos se sentencian, al hacerlo con su prójimo. Reconstruyan, no destruyan. Hay que crear puentes, no ahondar grietas. Mejorar, no empeorar. No podrán jamás ser felices sobre la infelicidad de los demás. ¡¡¡UBUNTU!!!

 

MARÍA ELENA CISNEROS RUEDA, nacida el 16 de marzo de 1951, en la Provincia de Entre Ríos, Argentina, es: profesora superior de danzas clásicas, profesora superior de danzas españolas, maestra normal nacional, profesora superior de piano, profesora superior de teoría y solfeo, dactilógrafa, licenciada en Ciencias de la Educación, en la  Universidad de Ginebra, Suiza, profesora superior de idioma francés, habla además español inglés, italiano, portugués y hebreo bíblico. Ha compuesto más de 150 obras musicales y escrito: “Cuaderno de Iniciación Musical”, y 15 libros de partituras entre los que se encuentran: “La educación musical de los pequeñitos”, “El señor de la Isla” (obtuvo premio de la ciudad de Meyrin. Suiza), “Rulos y Bigotes”, “La evolución de la musicoterapia a través del tiempo”. En deportes ha practicado: natación, tenis, equitación, golf y cetrería. Entre otros, ha recibido premios como: “Ciudad de Meyrin” (Suiza) en Literatura. “Gian Batista Viotti” (Italia) en música, y “ Rosa Mística”, (Curitiba. Brasil) en piano. Se ha desempeñado como profesora de Parvularios y  Técnica especializada en Dirección y Supervisión de Escuelas de la Universidad Católica Argentina. Es creadora del “Atelier de Creation Musical”, en Ginebra. Suiza y   creadora del “Centro Pedagógico Musical”, en la Escuela de Música de Paraguay. Posee un Masteradocen de Musicoterapia y es doctorante en la Universidad de Cambridge (Reino Unido de Gran Bretaña).  Un Masterado en Educación Musical en el Instituto de Ribaupuerre Lausanne de  Suiza. Y un Masterado en “Educación y Didáctica Universitaria” en la Universidad Americana de Paraguay. En ese país, donde reside ha sido profesora en: El Ateneo Paraguayo, Colegio de San José, Colegio Teresiano, Colegio San Nicolás de Bari, Panamericana International School, Colegio Francés, Universidad Evangélica, y Universidad Nacional. Actualmente es Profesora investigadora en el Centro de Investigación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte. Universidad Nacional de Asunción y da clases de piano en la casa que alquila en “Rincón San Lorenzo” un humilde barrio de Asunción. Siendo proteccionista convive con 12 perros y 20 gatos, rescatados. Así espera que el tiempo transcurra y finalmente la lleve a reunirse nuevamente con el amor de su vida, JOSÉ LÓPEZ REGA, quien, en junio de 1989, le dijera por última vez: “Hasta que la muerte nos vuelva a unir”.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 8, 2021


 

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