Share

 

Por Francisco Bénard.

Si me pongo a pensar un poco en serio me gustaría vivir seis meses en un faro en la costa frente al mar. Escribir con la luz de una vela .Si por cierto el lugar debe estar bien alimentado de calefacción. Odio el frío.

Desde el faro en la costa se divisan todos los barcos que circundan la costa, se ve el horizonte del mar en forma más cómoda y se divisan los alrededores de modo tal que uno hasta se siente dueño de lo que no es dueño. Se siente dueño de barcos carísimos aunque nadie le da permiso para entrar.

Los barcos son generalmente blancos y rojos. Dicen que es así para que de noche lo puedan divisar mejor.Estuve no hace mucho tiempo en el faro del puerto de Ciudad del Cabo. ¡Que belleza¡ Estaba a una altura tan alta que parecía que nada se movía.Todo era bello.El mar celeste.El escritorio del capitán del “Faro” lleno de papeles y mapas. Una gran brújula. Me ofreció sus largavistas para mirar ese escenario maravilloso. Inolvidable.

En realidad no sueño con un faro así. Sueño con algo simple.Sueño con un “ojo de buey” como aquel tenía el barco que nos llevó a Paris cuando tenía unos veinte años.Sueño con un lugar así para imaginarme que podría estar días enteros escribiendo no solo cartas de amor y de esperanza sino cartas que cuenten los secretos de ese mar, de esas olas, de esas correntadas de aguas imparables a veces.

Yo pertenezco al mar desde siempre, desde el día en que soñe que podía ser un almirante de la Armada Nacional. El mar nunca ha estado lejos de mis sueños y menos aún vivir en un faro frente a él.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
1 Comment
Newest
Oldest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
1
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x