Ayer 19 de julio se dio en este bendito país, llamado Argentina, un increíble milagro que tendría que ser tapa en los medios internacionales con celebración de multitudinarias misas, si no fuera porque la epidemia del coronavirus las impide y cuanta demostración de fe exista, dada la dimensión del mismo. Autores de tal milagro resultan ser la Ministra de Justicia y Derechos Humanos (para algunos) MARCELA LOSARDO y el Secretario de Derechos Humanos (también para algunos) HORACIO PIETRAGALLA CORTI. Es tal la magnitud del portento que demolió lo que durante añares sostenían versados en derechos humanos, eminentes médicos especialistas de la salud y sesudos togados a nivel nacional, los cuales a estas horas quedaron, sin habla. El evento se produjo en el Hospital Penitenciario Federal sito en el complejo de Ezeiza, donde estaban alojados ONCE adultos mayores, septuagenarios, octogenarios y nonagenarios, imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, por supuesto TODOS con graves problemas de salud. A las 7.30 AM horas, se les hizo saber que urgentemente tenían que preparar sus pertenencias, ya que serían trasladados a la Unidad Penitenciaria 31 distante 3.000 metros (3.280 yardas) de allí. EL MILAGRO SE HABÍA CONSUMADO, ya que en forma simultanea TODOS estaban curados y en condiciones de salud envidiable y ni hasta el coronavirus se animaba con ellos. Pasaron las horas, se les retiraron las pertenencias y a la tarde se los llevó y encerró en el pabellón 6 de la unidad penitenciaria mencionada donde permanecerán en cuarentena por CATORCE DÍAS. Al día de hoy, todavía no les entregaron las pertenencias, por lo que visten la misma ropa interior que ayer a la mañana. Sí, y esto también es un milagro se les proveyó de jabón, pasta dentífrica, cepillo para los dientes, papel higiénico, sábanas, una manta y una toalla. ¿No es una maravilla? Estos elementos si bien están presupuestados nunca se entregan o se lo hace con cuentagotas y no todos. ¿Será que estamos cambiando? Demás está decir que, los otros 22 prisioneros que de años ya estaban alojados en el lugar, reja de por medio se solidarizaron a cualquier necesidad que puedan tener los “nuevos” ocupantes del lugar. La rutinaria vida carcelaria por algunas horas se había alterado y pudieron ser testigos de la MILAGROSA sanación de ONCE seres humanos todavía vivos, gracias a la pluma y resolución de dos funcionarios de este gobierno, llamados LOSARDO Y PIETRAGALLA. Debemos reconocer que en este territorio los milagros son frecuentes. ¿Acaso no es un milagro que diferentes gobiernos hayan logrado transformar un país rico como ninguno en uno pobre? ¿No es un milagro que funcionarios gubernamentales entren a la función pública, pobres como las ratas y salgan multimillonarios? Y que no vayan presos o apenas lo estén ¿no es milagroso? ¿Y más aún, que la gente a pesar de todo los vote una y otra vez y los aplauda al tiempo que se saca selfis con ellos, no es un prodigio sin explicación? ¿Ni hablar de los asesinos terroristas que milagrosamente se transformaron en jóvenes idealistas ocupando cargos en el gobierno y tiempo en los canales de TV con su verborrea? Creo que la lista de todos estos portentosos eventos es más extensa y por eso nosotros simples y desagradecidos ciudadanos, estamos tan acostumbrados a los mismos que no lo sabemos apreciar ni agradecer, como se merece, nuestra “calificada” clase dirigente.
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Por CLAUDIO KUSSMAN
LOSARDO Y PIETRAGALLA, LOS HACEDORES DE MILAGROS
Ayer 19 de julio se dio en este bendito país, llamado Argentina, un increíble milagro que tendría que ser tapa en los medios internacionales con celebración de multitudinarias misas, si no fuera porque la epidemia del coronavirus las impide y cuanta demostración de fe exista, dada la dimensión del mismo. Autores de tal milagro resultan ser la Ministra de Justicia y Derechos Humanos (para algunos) MARCELA LOSARDO y el Secretario de Derechos Humanos (también para algunos) HORACIO PIETRAGALLA CORTI. Es tal la magnitud del portento que demolió lo que durante añares sostenían versados en derechos humanos, eminentes médicos especialistas de la salud y sesudos togados a nivel nacional, los cuales a estas horas quedaron, sin habla. El evento se produjo en el Hospital Penitenciario Federal sito en el complejo de Ezeiza, donde estaban alojados ONCE adultos mayores, septuagenarios, octogenarios y nonagenarios, imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad, por supuesto TODOS con graves problemas de salud. A las 7.30 AM horas, se les hizo saber que urgentemente tenían que preparar sus pertenencias, ya que serían trasladados a la Unidad Penitenciaria 31 distante 3.000 metros (3.280 yardas) de allí. EL MILAGRO SE HABÍA CONSUMADO, ya que en forma simultanea TODOS estaban curados y en condiciones de salud envidiable y ni hasta el coronavirus se animaba con ellos. Pasaron las horas, se les retiraron las pertenencias y a la tarde se los llevó y encerró en el pabellón 6 de la unidad penitenciaria mencionada donde permanecerán en cuarentena por CATORCE DÍAS. Al día de hoy, todavía no les entregaron las pertenencias, por lo que visten la misma ropa interior que ayer a la mañana. Sí, y esto también es un milagro se les proveyó de jabón, pasta dentífrica, cepillo para los dientes, papel higiénico, sábanas, una manta y una toalla. ¿No es una maravilla? Estos elementos si bien están presupuestados nunca se entregan o se lo hace con cuentagotas y no todos. ¿Será que estamos cambiando? Demás está decir que, los otros 22 prisioneros que de años ya estaban alojados en el lugar, reja de por medio se solidarizaron a cualquier necesidad que puedan tener los “nuevos” ocupantes del lugar. La rutinaria vida carcelaria por algunas horas se había alterado y pudieron ser testigos de la MILAGROSA sanación de ONCE seres humanos todavía vivos, gracias a la pluma y resolución de dos funcionarios de este gobierno, llamados LOSARDO Y PIETRAGALLA. Debemos reconocer que en este territorio los milagros son frecuentes. ¿Acaso no es un milagro que diferentes gobiernos hayan logrado transformar un país rico como ninguno en uno pobre? ¿No es un milagro que funcionarios gubernamentales entren a la función pública, pobres como las ratas y salgan multimillonarios? Y que no vayan presos o apenas lo estén ¿no es milagroso? ¿Y más aún, que la gente a pesar de todo los vote una y otra vez y los aplauda al tiempo que se saca selfis con ellos, no es un prodigio sin explicación? ¿Ni hablar de los asesinos terroristas que milagrosamente se transformaron en jóvenes idealistas ocupando cargos en el gobierno y tiempo en los canales de TV con su verborrea? Creo que la lista de todos estos portentosos eventos es más extensa y por eso nosotros simples y desagradecidos ciudadanos, estamos tan acostumbrados a los mismos que no lo sabemos apreciar ni agradecer, como se merece, nuestra “calificada” clase dirigente.
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Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Julio 20, 2020
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
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Julio 20, 2020