Henry Ossian Flipper (1856-1940) fue una figura pionera cuya vida encarnó la resiliencia, el intelecto y la búsqueda de la justicia frente al racismo sistémico. Nacido en la esclavitud en Thomasville, Georgia, Flipper se convirtió en el primer afroamericano graduado de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point en 1877, un logro monumental durante la era de la Reconstrucción.
La época de Flipper en West Point estuvo marcada por el aislamiento y la hostilidad. Los cadetes blancos se negaban a hablarle y fue excluido de la colaboración social y académica. A pesar de estos desafíos, Flipper perseveró, graduándose y obteniendo una comisión como segundo teniente en el Ejército de los Estados Unidos. Fue asignado al 10.º Regimiento de Caballería, una de las unidades de “Soldados Búfalo” compuesta exclusivamente por negros, y se convirtió en el primer oficial negro en comandar tropas regulares en el Ejército de los Estados Unidos.
Sin embargo, su carrera militar se vio truncada por los prejuicios raciales. Mientras servía como intendente en Fort Davis, Texas, Flipper fue acusado de malversación de fondos gubernamentales. Aunque absuelto del cargo de robo, fue condenado por “conducta impropia de un oficial y un caballero”, una acusación imprecisa que a menudo se utilizaba para marginar a los oficiales negros. Fue dado de baja deshonrosamente en 1882, una decisión que se consideró ampliamente motivada por motivos raciales.
Sin desanimarse, Flipper forjó una distinguida carrera civil. Trabajó como ingeniero civil y de minas, traductor de textos legales españoles y mexicanos, y asistente del Secretario del Interior. Su fluidez en español y su experiencia técnica lo convirtieron en un valioso colaborador en las operaciones estadounidenses en Latinoamérica. También escribió varios libros, incluyendo su autobiografía, “El Cadete de Color en West Point”, que narra sus experiencias y expone el racismo arraigado en las instituciones militares.
Flipper dedicó gran parte de su vida a limpiar su nombre. En 1976, el Ejército revisó su caso y cambió su baja a honorable. En 1999, el presidente Bill Clinton lo indultó póstumamente, reconociendo la injusticia que sufrió.
El legado de Henry Ossian Flipper es de valentía y desafío silencioso. Rompió barreras raciales en el ejército, soportó la traición institucional y continuó sirviendo a su país con dignidad. Su historia es un testimonio de la lucha constante por la igualdad y el poder de la perseverancia frente a la adversidad. La vida de Flipper nos recuerda que los héroes de la historia suelen ser aquellos que luchan no solo en los campos de batalla, sino también en los tribunales de la conciencia.
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Henry Ossian Flipper (1856-1940) fue una figura pionera cuya vida encarnó la resiliencia, el intelecto y la búsqueda de la justicia frente al racismo sistémico. Nacido en la esclavitud en Thomasville, Georgia, Flipper se convirtió en el primer afroamericano graduado de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point en 1877, un logro monumental durante la era de la Reconstrucción.
La época de Flipper en West Point estuvo marcada por el aislamiento y la hostilidad. Los cadetes blancos se negaban a hablarle y fue excluido de la colaboración social y académica. A pesar de estos desafíos, Flipper perseveró, graduándose y obteniendo una comisión como segundo teniente en el Ejército de los Estados Unidos. Fue asignado al 10.º Regimiento de Caballería, una de las unidades de “Soldados Búfalo” compuesta exclusivamente por negros, y se convirtió en el primer oficial negro en comandar tropas regulares en el Ejército de los Estados Unidos.
Sin desanimarse, Flipper forjó una distinguida carrera civil. Trabajó como ingeniero civil y de minas, traductor de textos legales españoles y mexicanos, y asistente del Secretario del Interior. Su fluidez en español y su experiencia técnica lo convirtieron en un valioso colaborador en las operaciones estadounidenses en Latinoamérica. También escribió varios libros, incluyendo su autobiografía, “El Cadete de Color en West Point”, que narra sus experiencias y expone el racismo arraigado en las instituciones militares.
Flipper dedicó gran parte de su vida a limpiar su nombre. En 1976, el Ejército revisó su caso y cambió su baja a honorable. En 1999, el presidente Bill Clinton lo indultó póstumamente, reconociendo la injusticia que sufrió.
El legado de Henry Ossian Flipper es de valentía y desafío silencioso. Rompió barreras raciales en el ejército, soportó la traición institucional y continuó sirviendo a su país con dignidad. Su historia es un testimonio de la lucha constante por la igualdad y el poder de la perseverancia frente a la adversidad. La vida de Flipper nos recuerda que los héroes de la historia suelen ser aquellos que luchan no solo en los campos de batalla, sino también en los tribunales de la conciencia.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 30, 2025
Tags: Bill Clinton, Fort Davis, Georgia, Henry Ossian Flipper, Latinoamérica, Texas, West PointRelated Posts
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