Cuando ya iniciado el día esta mañana y repasando las hojas del recuerdo, he tomado tu foto entre mis dedos y, confieso, algo he murmurado por si hubiera un descanso en tus oídos; sólo dos o tres palabras, suficiente.
Tal vez te he dicho cosas con dulzura, esas que no se dicen en las noches de tormenta.
Tal vez con un beso he acariciado tu perfil satinado en el papel. O, acaso, simplemente he buscado en los viejos rincones de la ausencia, por si aún quedase calor en las esquinas. No puedo decir que haya encontrado algo diferente a lo que siento cada día.
Así es que hoy, como ayer y directo desde el hogar en donde tomo mis mates mañaneros, con la luz primera del albor, desde el nacimiento de mi jornada, te envío mis delirios, acompañados con una flor, dos caricias y el reflejo de tu sol en mi sonrisa.
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que prospere en todo lo que emprendas y haya sobre ti un derramamiento de Salud, Paz, Amor y mucha prosperidad.
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Cuando ya iniciado el día esta mañana y repasando las hojas del recuerdo, he tomado tu foto entre mis dedos y, confieso, algo he murmurado por si hubiera un descanso en tus oídos; sólo dos o tres palabras, suficiente.
Tal vez te he dicho cosas con dulzura, esas que no se dicen en las noches de tormenta.
Tal vez con un beso he acariciado tu perfil satinado en el papel. O, acaso, simplemente he buscado en los viejos rincones de la ausencia, por si aún quedase calor en las esquinas. No puedo decir que haya encontrado algo diferente a lo que siento cada día.
Así es que hoy, como ayer y directo desde el hogar en donde tomo mis mates mañaneros, con la luz primera del albor, desde el nacimiento de mi jornada, te envío mis delirios, acompañados con una flor, dos caricias y el reflejo de tu sol en mi sonrisa.
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que prospere en todo lo que emprendas y haya sobre ti un derramamiento de Salud, Paz, Amor y mucha prosperidad.
Claudio Valerio
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 6, 2021